Viernes IV Semana de Cuaresma

Hoy es 23 de marzo, viernes de la IV semana de Cuaresma.

Avanzamos en el camino de preparación a la Pascua. Esta cuarta semana de Cuaresma, nos va introduciendo en el sentido hondo de la misma. En el evangelio de hoy podemos sentir como se estrecha la conspiración alrededor de Jesús. Cómo se concreta el complot que dentro de unos días llegará al desenlace. Me dispongo a entrar en contacto con el Señor a través de su palabra. Pido la luz y fuerza del Espíritu Santo para ello.

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 7, 1-2.10.25-30):

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene.»

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado.»

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

A medida que va acercándose la Semana Santa, soy invitado a contemplar más a Cristo que sufre. ¿Qué me suscita esta escena del evangelio de hoy? ¿Qué me llama más la atención?

Contemplo desde fuera como es tratado Jesús por quienes buscan matarlo a toda costa. Pero soy únicamente un espectador. ¿Yo actúo de algún modo para participar de esta escena activamente?

Jesús se siente ostigado, perseguido. Pero se sabe por encima de todo enviado por el Padre. Viene de él y hacia él se dirigirá su vida. ¿Hay un envío concreto en mi vida? ¿Hacia dónde? ¿Quién me envía?

El de hoy es un texto denso. Quizás necesito leerlo de nuevo. Volver a recordar, es decir, pasar nuevamente por el corazón lo que más me halla tocado. Aquella frase, palabra o vivencia halla quedado en mí. Leo, una vez más, con atención.

Me voy despidiendo del Señor para seguir en contacto con él a lo largo del día. Le doy gracias por este encuentro a través de su palabra. Por esta oportunidad de reflexionar en la proximidad de la pasión y muerte de Jesús,  que culminará en su resurrección.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén