El texto en su contexto.
El sentido sapiencial de la palabra de Dios se desarrolla y evoluciona, hasta que en la última etapa, llega a «personificarse», como si de un ser vivo, con vitalidad propia, se tratara. El autor sagrado desarrolla en primera persona, como si la sabiduría misma hablara en diálogo con Dios, una antropología positiva llena de esperanza. Parte del mundo como creación de Dios y del hombre como criatura. Dios «ama» lo que ha creado (usa este verbo explícitamente); Dios ama y conserva en la vida, la mantiene. Dios sabe de la debilidad humana, por eso mismo Dios «perdona», Dios «corrige y reprende» con paciencia (poco a poco), para que el ser humano, criatura amada, se «convierta» y «crea». Texto denso teológicamente y fundamental para el anuncio cristiano. Dos detalles más: el ser humano lleva en sí el «soplo incorruptible» de Dios, superando así una visión materialista del ser humano. Por otra parte, Dios recibe un título hermoso, muchas veces pasado por alto: Dios es «el amigo de la vida».
El texto en la historia de la salvación.
La Biblia, como historia de salvación que hace camino de la mano de un pueblo, desarrolla y evoluciona su teología desde las narraciones más antiguas hasta los hermosos poemas de época helenística. El estilo puede cambiar; los recursos literarios cambiantes con el tiempo se fraguan en textos muy elaborados; pero la teología permanece: Dios es creador y no destructor; Dios perdona porque ama; Dios tiene paciencia y da un tiempo oportuno al hombre para que se arrepienta; el ser humano no es un accidente en la creación, sino que contiene en el arcón de su ser, el «soplo incorruptible» de Dios.
Palabra de Dios para nosotros: sentido y celebración litúrgica.
El anuncio de Dios pasa por el perdón y la misericordia. Dios no se puede reducir a una hipótesis filosófica plausible (si bien la fe no puede ser irracional). El ser humano acoge a Dios cuando se siente amado, perdonado, abrazado para siempre, por él, incluso cuando no tiene nada que ofrecerle o cuando se sienta pecador. Dios es «el amigo de la vida».
Pedro Fraile Yécora