Laudes – San José Obrero

SAN JOSÉ, OBRERO

 

1 de mayo

 

LAUDES

(Oración de la mañana)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

  1. Señor, abre mis labios
  2. Y mi boca proclamará tu alabanza.

 

 

INVITATORIO

 

  1. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como el hijo del carpintero. Aleluya.

 

Salmo 94

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

HIMNO

 

Porque fue varón justo,

le amó el Señor,

y dio el ciento por uno

su labor.

 

El alba mensajera

del sol de alegre brillo

conoce ese martillo

que suena en la madera.

La mano carpintera

madruga a su quehacer,

y hay gracia antes que sol en el taller.

 

Cabeza de tu casa

del que el Señor se fía,

por la carpintería

la gloria entera pasa.

Tu mano se acompasa

con dios en la labor,

y alargas tú la mano del Señor.

 

Y, pues que el mundo entero

te pira y se pregunta,

di tú cómo se junta

ser santo y carpintero,

la gloria y el madero,

la gracia y el afán,

tener propicio a Dios y escaso el pan.

 

 

SALMODIA

 

Ant. 1. Los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

 

Salmo 62

 

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua.

 

¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios.

 

Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré de manjares exquisitos,

y mis labios te alabarán jubilosos.

 

En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. 1. Los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

 

 

Ant. 2.José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él, y Simeón los bendijo.

 

Cántico: Dn 3, 57-88. 56

 

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;

cielos, bendecid al Señor.

 

Aguas del espacio, bendecid al Señor;

ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

 

Sol y luna, bendecid al Señor;

astros del cielo, bendecid al Señor.

 

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;

vientos todos, bendecid al Señor.

 

Fuego y calor, bendecid al Señor;

fríos y heladas, bendecid al Señor.

 

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;

témpanos y hielos, bendecid al Señor.

 

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;

noche y día, bendecid al Señor.

 

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;

rayos y nubes, bendecid al Señor.

 

Bendiga la tierra al Señor,

ensálcelo con himnos por los siglos.

 

Montes y cumbres, bendecid al Señor;

cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

 

Manantiales, bendecid al Señor;

mares y ríos, bendecid al Señor.

 

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;

aves del cielo, bendecid al Señor.

 

Fieras y ganados, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;

bendiga Israel al Señor.

 

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;

siervos del Señor, bendecid al Señor.

 

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;

santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

 

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,

ensalcémoslo con himnos por los siglos.

 

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,

alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

 

No se dice Gloria al Padre.

 

Ant. 2.José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él, y Simeón los bendijo.

 

 

Ant. 3.José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes.

 

Salmo 149

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que se alegre Israel por su Creador,

los hijos de Sión por su Rey.

 

Alabad su nombre con danzas,

cantadle con tambores y cítaras;

porque el Señor ama a su pueblo

y adorna con la victoria a los humildes.

 

Que los fieles festejen su gloria

y canten jubilosos en filas:

con vítores a Dios en la boca

y espadas de dos filos en las manos:

 

para tomar venganza de los pueblos

y aplicar el castigo a las naciones,

sujetando a los reyes con argollas,

a los nobles con esposas de hierro.

 

Ejecutar la sentencia dictada

es un honor para todos sus fieles.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. 3.José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes.

 

 

LECTURA BREVE           2S 7, 28-29

 

Señor Dios, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.

 

 

RESPONSORIO BREVE

 

  1. Lo nombró administrador de su casa.
  2. Lo nombró administrador de su casa.

 

  1. Y Señor de todas sus posesiones.
  2. Administrador de su casa.

 

  1. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
  2. Lo nombró administrador de su casa.

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

  1. En el fiel desempeño del oficio de carpintero, san José brilla como admirable ejemplo de trabajo. Aleluya.

 

Cántico de Zacarías: Lc 1, 68-79

 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:

 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

 

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

 

Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. En el fiel desempeño del oficio de carpintero, san José brilla como admirable ejemplo de trabajo. Aleluya.

 

 

PRECES

 

Elevemos nuestras súplicas al Señor, que hace justos a los hombres:

Danos vida con tu justicia, Señor.

 

Tú que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminaran en tu presencia con un corazón sincero,

— haz que, siguiendo sus huellas, seamos perfectos como tú nos mandas.

 

Tú que elegiste al justo José para que alimentara a tu Hijo en su infancia y juventud,

— haz que sirvamos en nuestros hermanos al cuerpo místico de Cristo.

 

Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,

— enséñanos a trabajar con denuedo en este mundo, buscando siempre tu gloria.

 

Acuérdate, Padre universal, de la obra de tus manos;

— da a todos trabajo, pan y una condición de vida digna.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

 

Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir:

 

Padre nuestro…

 

 

ORACIÓN

 

Dios todopoderoso, creador del universo, que has impuesto la ley del trabajo a todos los hombres, concédenos que, siguiendo el ejemplo de san José, y bajo su protección, realicemos las obras que nos encomiendas y consigamos los premios que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

CONCLUSIÓN

 

  1. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
  2. Amén.
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