Vísperas – Miércoles XXVIII Tiempo Ordinario

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: VIVO SIN VIVIR EN MÍ.

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Cuando me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
viendo que puedo perderte
se me dobla mi dolor:
viviendo en tanto pavor,
y esperando como espero,
que muero porque no muero.

Sácame de esta muerte,
mi Dios, y dame la vida,
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que muero por verte,
y vivir sin ti no puedo,
que muero porque no muero.

Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida,
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios, cuándo será
cuando yo diga de nuevo
que muero porque no muero!

Vivo ya fuera de mí
después de que muero de amor;
porque vivo en el Señor
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di,
puso en mí este letrero:
que muero porque no muero.

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Señor, tu saber me sobrepasa.

Salmo 138 1-18. 23-24 (I) TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;

si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, tu saber me sobrepasa.

Ant 2. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.

Salmo 138 II

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.

Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.

¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.

Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.

Ant 3. Todo fue creado por él y para él.

Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Todo fue creado por él y para él.

LECTURA BREVE   1Co 7, 32. 34

El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.

RESPONSORIO BREVE

V. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

V. Van entrando en el palacio real.
R. Las traen entre alegría.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te trae preparada.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te trae preparada.

PRECES

Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes a causa del reino de Dios, y supliquémosle, diciendo:

Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga,
haz que sea siempre santa e inmaculada.

Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas,
no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti.

Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta,
concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.

Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Teresa de Jesús, virgen,
concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,
admite tanbién a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino.

Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre:

Padre nuestro…

ORACION

Señor todopoderoso, que quisiste que santa Teresa de Jesús, bajo el impulso del Espíritu Santo, manifestara a tu Iglesia el camino de la perfección, haz que encontremos en sus escritos nuestro alimento y que encendamos con ellos en nosotros el deseo de una verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Misa de la familia

Domingo 29º Tiempo Ordinario

DAD AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR

19 de Octubre de 2014

DOMUND

 

Para preparar: mapamundi con cartel pegado de DOMUND – Video – Materiales para la representación (tablillas, puchero, almohada y manta, libro, mochila con leche y alimentos,…)

1.- Monición de entrada:

Estos últimos domingos, estamos leyendo unos relatos evangélicos de fuerte oposición entre Jesús y las autoridades. La historia de la humanidad está protagonizada con demasiada frecuencia por la actuación injusta y corrupta de un buen número de autoridades que, con su proceder, perjudican la buena marcha de los pueblos. Precisamente esta semana hemos estado celebrando la “Semana contra la Po- breza” en el mundo. Jesús, al ser portador y defensor de la verdad, la justicia y el amor en favor de todos los pueblos, tenía que chocar necesariamente con los poderes de su tiempo. Nosotros, sus seguidores, queremos alimentarnos de su palabra y de su Pan de Vida para dar vida al mundo con Él. Comenzamos la celebración de pie y cantando al Señor en su día de domingo.

2.- Saludo del sacerdote

Una vez más nos reunimos en el nombre del Padre,… Hoy celebra la Iglesia el día del Domund. Día para pensar, rezar y compartir en favor de los misioneros que están trabajando en tantos rincones del mundo, ¿Conocéis algún misionero que esté trabajando en algún rincón del mundo? (Que lo digan). En realidad misioneros somos todos, como dice el papa Francisco, pues todos tenemos la misión de ser y actuar como Jesús. Pero a veces no cumplimos del todo bien esa misión y por eso comenzamos pidiendo perdón a Jesús.

3.- Peticiones de perdón

  • Te pedimos perdón, Señor, porque no cumplimos del todo bien la misión de ser y actuar como Tú. Señor, ten piedad.
  • Te pedimos perdón, Señor, porque no ayudamos suficientemente con nuestra oración y nuestro dinero a los que trabajan con la gente más necesitada en tantos rincones del mundo. Cristo, ten piedad.
  • Te pedimos perdón, Señor, por todo el dinero que gastamos en tonterías, cuando en nuestro mundo 
hay 1.200 millones de pobres. Señor, ten piedad. 


4.- Monición al Evangelio 


El Evangelio nos sitúa de nuevo en un fuerte enfrentamiento entre Jesús y las autoridades. Es el enfrentamiento entre la hipocresía y el engaño del que se pone por encima de la verdad y del bien del pueblo y el posicionamiento de Jesús en favor de la debilidad humana a la que vino a rescatar del mal. Jesús, más allá de no dejarse caer en la trampa que le tienden, desenmascara una vez más su hipocresía y su falsedad.

5.- Evangelio: Mt. 22, 15-21

Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para tender una trampa a Jesús haciéndole una pregunta comprometedora. Le enviaron unos discípulos, con unos seguidores del rey Herodes, y le dijeron:

– Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios diciendo siempre la verdad; sin que te importe delante de quién tengas que hablar, porque no te dejas influir por el público. Dinos, pues, qué opinas: ¿es bueno o es malo pagar el dinero de impuesto al César?

Comprendiendo Jesús que era una pregunta con trampa, les dijo:
- Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda que pagáis de impuesto. Le presentaron un denario. Él les preguntó:
- ¿De quién son este rostro y este signo que tiene la moneda?
Le respondieron:
- Del César.
Entonces les replicó:
- Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
¡Palabra del Señor!

6.- Representación

Puede salir uno diciendo con una claqueta, como en el cine, y dice: “¡Silencio! ¡Cámara! ¡Acción!)

EJEMPLO 1

Narrador: Este niño está enfermo y no puede dormir porque le duele mucho la cabeza (sale un niño y se tumba con una manta encima).

Niño: ¡Mamá ven…! (Viene su madre corriendo). No puedo dormir… Me duele mucho…


Madre: No te preocupes, me quedaré contigo toda la noche (Se levantan y se van).

EJEMPLO 2

Narrador: Este niño necesita que le ayuden en los estudios (sale un niño y se sienta con un libro o cuaderno, pero se queda pensando con cara de no entender nada).


Niño: ¡No entiendo nada…! (Pasa un amigo y se detiene).


Amigo: ¿Qué te ocurre con… esa cara?


Niño: ¡Que no entiendo nada y mañana tengo examen!

Amigo (El amigo se sienta junto a él y le da una palmada): No te preocupes, yo te lo explico.


Niño: ¿Pero no ibas a jugar?


Amigo: Sí, pero tú eres más importante. Y te ayudaré siempre que quieras. (Le explica la lección. Se levantan y se van).

 

EJEMPLO 3


Narrador: Este misionero lo ha dejado todo para ir a ayudar a gente pobre y para hablarles de Dios.

Pobres (Sentados con un puchero vacío): Padre, hoy no tenemos nada para comer.


Misionero (Viene con una mochila y saca cosas de ella): Ya me lo imaginaba. Por eso vengo… Mirad, traigo leche para los niños y unos paquetes de comida para que la cocinéis.


Niños pobres: ¡Bieeen!…


Pobres: Gracias, padre. ¿Por qué nos ayuda tanto?


Misionero: Porque me lo ha enseñado Jesús…

7.- A los niños:

  • ¿Qué aprendemos de estos ejemplos? (Repasar los ejemplos uno a uno)
  • Dad a Dios lo que es de Dios, para Jesús significa darlo todo por amor. (Los que aman lo dan todo – Jesús nos enseñó a dar tiempo, cosas, esfuerzo, cariño,… a los demás y a Él, por amor)…
  • Los campeones de darlo todo por los demás son los… (misioneros). Y como hoy celebramos su día, 
les dedicamos un aplauso muy fuerte. (Aplauso).
  • Dad al Cesar lo que es del Cesar, es una respuesta muy inteligente de Jesús, para librarse de unos 
mal intencionados. Pero Para Jesús todo es de Dios y todo es para amarle a Él y a los demás. ¿Le decimos a Jesús que estamos dispuestos a ser como Él y dar nuestro tiempo, nuestra ayuda, nuestro cariño,… a los demás? Todos los que quieran decirlo, que vengan aquí. (Se les puede colocar alrededor del Evangelio)
  • Repetid conmigo: Jesús, quiero ser como Tú y ayudar a los demás… Quiero amar a los demás… Estoy dispuesto a dar mi tiempo, mi cariño, mi esfuerzo, como Tú,….
  • Y como eso no es muy fácil de cumplir, vamos a sentarnos en nuestros asientos para rezar y pedirle ayuda. Poneos bien y cerrad los ojos y pedir ayuda a Jesús en silencio para ser como Él… Pedimos también por todos los misioneros el mundo… 


 

Comentarios:

  • ¡Vaya listo que era Jesús! Si decía que no había que pagar impuesto al César, le denunciaban al César. Y si decía que sí había que pagarle, el pueblo se pondría en contra de Jesús, porque tenían que pagar injustamente mucho dinero de impuesto a los romanos.
  • En realidad Jesús nos enseñó a dar todo a su Padre Dios y a nosotros los hombres: toda su vida, todo su tiempo, todo su cariño, todo su esfuerzo,…
  • Los amigos de Jesús también hacen lo mismo. ¿Sabéis por qué? (Porque cuando se ama mucho, se da mucho) 
Se puede proyectar: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”: http://www.youtube.com/watch?v=6XS0z_lkfKI

 


8.- Oración en silencio. Rezan en silencio, ayudados con palabras del sacerdote. 


9.- A los padres:


No podemos caer en la trampa de dividir lo que es de Dios y lo que es del César: los negocios, el dinero, los intereses del mundo, del César; y los cristianos, a dar unas limosnas y a la sacristía, pero que no se metan en otras cosas….

Si Jesús habla así no es para dar doctrina sobre los tributos y los impuestos, sino para salir de un enredo malintencionado y para pasar a continuación a llamarles hipócritas y muchas cosas más… En definitiva: estaba firmando su sentencia de muerte.

10.- Peticiones

  • Te pedimos, Señor, por tantos misioneros y misioneras que dan, como Tú, su vida por los demás. Para que les ayudes y les animes en su misión. Roguemos al Señor.
  • Te pedimos, Señor, por todos los hombres y mujeres que trabajan en favor de los demás. Roguemos al Señor.
  • Te pedimos, Señor, por todos los hombres y todas las familias que viven en pobreza. Que los que pueden y deben hacerlo pongan soluciones eficaces para que desaparezca del mundo. Y para que nosotros no seamos indiferentes. Roguemos al Señor.
  • Te pedimos Señor, que haya muchos jóvenes que escuchen tu llamada para ser misioneros y misioneras. Y dales fuerza y valentía para su entrega. Roguemos al Señor.
  • Te pedimos, Señor, por toda tu Iglesia, para que cumpla bien su misión de extender el Evangelio en todos los rincones del mundo. Roguemos al Señor. 


11.- Ofertorio 


¡Hoy celebramos una Colecta en favor del Domund.

¡Presentamos el Mapamundi con cartel de DOMUND 


Te presentamos de nuevo, Señor, el mapamundi de los domingos pasados, porque hoy es el Domund, día de pensar en todos los misioneros del mundo entero. Gracias por los misioneros. Te ofrecemos nuestra oración por ellos, junto con nuestra colecta.

12.- Oración final

Te pedimos hoy, Señor,

por todo nuestro pueblo.

Por la gente que sufre y está sin trabajo,

por los que están enfermos y sin atención médica.
Por los niños de la calle y los que no van a la escuela.

Danos fuerzas para vivir solidarios

y tender siempre una mano.

No nos dejes ser indiferentes

y ayúdanos a cambiar las cosas

empezando por las cosas pequeñas.
Ilumina a nuestros gobernantes

para que escuchen a su pueblo

y trabajen por su dignidad.

Que no le vuelvan la espalda a sus necesidades
y no se enriquezcan con lo que es de todos.
Guíanos, Padre, hacia un futuro más justo y más fraterno.
Queremos construirlo con nuestro esfuerzo,
con nuestra fe y nuestra esperanza.

Danos fuerzas para lograrlo.

Mt 22, 15-21

La confrontación de Jesús con sus adversarios se agudiza cada vez más. Fariseos, herodianos y saduceos, buscan motivos para condenar y librarse de Jesús. Le propondrán tres “consultas” delicadas, para ponerle a prueba: sobre los tributos que debían pagarse a los romanos; sobre la resurrección de los muertos; y, sobre el mandamiento más importante de la Ley. Según se posi- cionara Jesús, así podrían actuar frente a Él. Son simplemente excusas para tenderle una trampa.

El primer problema que someten a su juicio es el de pagar o no pagar los tributos al emperador. Un signo del dominio de los romanos era  imponer el pago de impuestos a los ciudadanos de los pueblos sometidos. Las posturas ante esta práctica eran diversas. Algunos, fundamentalmente las clases dirigentes y acomodadas del pueblo, optaban por colaborar pagando, para evitar problemas mayores. Otros, sobre todo el grupo de los zelotes, se negaban a pagar y a colaborar con los ocupantes. Los fariseos trataban de ser pragmáticos y en ocasiones ponían dificultades, y en otras ocasiones pagaban. ¿Cuál será la postura de Jesús?

El diálogo se inicia con una introducción laudatoria. Los fariseos tratan de disponer favo- rablemente a Jesús, para someterle a la prueba: «maestro sincero… dices la verdad… no te dejas influir». Sabemos que Jesús, efectivamente, es así. Pero, también sabemos que estos lo dicen para que Jesús caiga en su trampa. La respuesta que después dará a su interrogante, demostrará que realmente Él es así.

La pregunta se plantea directamente: «¿Es lícito pagar impuestos al César o no?» Antes de responder, Jesús desvela sus intenciones. Sabe que el problema que le presentan es sólo una excusa maliciosa: decir sí, sería ser acusado de colaboracionista; decir no, de sedición. Sin embargo, su respuesta pone de manifiesto la hipocresía y la “mala fe”.

Dos aspectos orientan el sentido que Jesús da a la controversia. La forma impersonal, «¿es lícito?», con la que se inicia la pregunta de los fariseos, ha sido usada anteriormente en el evangelio de Mateo: en la discusión sobre el sábado (12,2-12) y en la delicada cuestión sobre el repudio (19,3-9). El sentido de la expresión equivale a preguntar por la voluntad de Dios: «¿es lo que Dios quiere?». Así, pone de relieve que el interés de la pregunta sobrepasa el hecho del impuesto, y se dirige a un elemento central: cumplir o no la voluntad de Dios. En este caso, el ejemplo empleado es el pago de los impuestos.

El segundo aspecto lo encontramos en la respuesta de Jesús. Esta tiene dos afirmaciones categóricas. La primera, «dar al César lo que es del César», responde a la intención de los fariseos al ponerle a prueba. La segunda afirmación, «dar a Dios lo que es de Dios», no responde a ninguna pregunta. Sobre este aspecto nadie le había preguntado. Pero es precisamente esto lo que Jesús quiere resaltar. Lo importante es dar a Dios lo que le corresponde; es decir, dejar que Dios sea el centro de la persona. Él es el único Señor, y no el emperador. Por eso, lo que el hombre debe hacer es cumplir con lo que pertenece a Dios, hacer su voluntad.

Dar a Dios lo que le corresponde no significa limitar su señorío (“esto le pertenece; esto otro no”). No se trata de diferenciar el plano humano del plano religioso. Supone aceptar que Él es el único Señor. Todo lo demás es relativo. Nada debe impedirnos cumplir su voluntad. Nada debe apartarnos de practicar su justicia.

Óscar de la Fuente de las Fuente

Comentario al evangelio de hoy (15 de octubre)

      Hoy es la fiesta de santa Teresa de Jesús y el Evangelio no trae aquellas palabras de Jesús: “Te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla…” Santa Teresa fue una mujer sencilla. Sencilla pero con arranque y redaños. Paso un tiempo de su vida pensando cómo quería servir a Dios. Pero cuando llegó a una decisión, se lanzó, dejó atrás todo lo demás de la vida y puso rumbo a su norte. Con Jesús y por Jesús. 

      Siguió siendo una mujer sencilla. No tenía muchos estudios. Su conocimiento de Jesús era el de la experiencia diaria, el de la oración, el del encuentro con la Palabra. Y también el del encuentro con sus hermanas en la vida cotidiana. Quizá por eso terminó pensando aquello de que “entre los pucheros anda el Señor”, insinuando que no es lo más importante en la vida del cristiano el dedicarse muchas horas a la oración y el sacrificio. Que preparar la comida y limpiar y trabajar es también una forma de construir el reino y la fraternidad. 

      Teresa dedicó muchas horas a la oración pero no se metió en una cueva. La aventura de fundar monasterios la llevó de aquí para allá. No dudó en lanzarse a los caminos. Era lo que entendía que tenía que hacer. Y lo hizo. Sin miedo. Sencilla pero valiente. 

      Sencilla pero valiente para enfrentarse a doctores y jerarquías de todo tipo. Llevaba en su corazón su fidelidad, su rectitud, su honestidad en seguimiento y escucha de Jesús. 

      Sencilla para darse cuenta de que el Evangelio es algo realmente sencillo. Sería bueno que  hoy siguiésemos teniendo presente una de sus frases: “De devociones absurdas y santos amargados, líbranos, Señor.” Para recordarnos que sólo lo que contribuye a la fraternidad, al reino, a la justicia, es bueno. Y que Dios no quiere sacrificios absurdos para compensarse nadie sabe qué imaginarias ofensas. Como si rezar muchos rosarios de rodillas, por ejemplo, le compensase a Dios de algo. Lo que alegra a Dios, lo que es su voluntad, es que hermanos  y hermanas vivan como tales. 

      Todo eso lo entendió y lo hizo vida Teresa de Ávila. Tanto que terminó llamándose Teresa de Jesús. Hoy todavía tenemos que seguir aprendiendo mucho de ella.

Fernando Torres Pérez, cmf

Miércoles XXVIII del Tiempo Ordinario

Hoy es 15 de octubre, miércoles de la XXVIII semana de Tiempo Ordinario, festividad de Santa Teresa de Jesús.

Señor, seréname por dentro. Ayúdame a descubrir la verdad de tus palabras. Tú puedes hacerme crecer cada día con tu evangelio. Dame una mente abierta y lúcida. Dame un corazón humilde y valiente. Te lo pido, Señor.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 11, 29-32):

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Señor, hoy te veo dolido por la incredulidad de la gente. Te veo removiendo los corazones duros que no quieren creer. Llevas tiempo anunciando la buena noticia, curando enfermos y sin embargo, tu pueblo sigue sin creer. A mí también me cuesta creer. Me cuesta fiarme y pido signos. Me cuesta creer sólo en ti, en tu palabra, en tu vida.

Jonás y Salomón son personajes pasados. Uno es profeta, el otro es rey. Tú eres más que ellos. Tu lógica es distinta. Eres profeta y no haces signos cuando te los pides con arrogancia. Eres rey y no te impones con poder. Señor, me gustaría comprender tu modo de hacer las cosas. Me gustaría conocerte internamente para seguirte más de cerca.

Vuelvo a leer el texto y me dejo remover por tus palabras. Ayúdame a creer en ti, en tu palabra desnuda. Enséñame a no exigirte sino a seguirte con gratuidad y confianza.

Hoy la iglesia conmemora a Santa Teresa de Jesús. Ella supo encontrar en Jesús lo único necesario. No pedía más signos. Tomando sus palabras, puedo desear con todo el corazón: sólo Dios basta.

Nada te turbe

Nada te turbe,
nada te espante
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene
nada le falta
sólo Dios basta.

Teresa de Jesús

Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Laudes – Miércoles XXVIII Tiempo Ordinario

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: VEISME AQUÍ, MI DULCE AMOR.

Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí.
¿Qué mandáis hacer de mi?
Veis aquí mi corazón.

Yo le pongo en vuestra palma
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,
pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz cumplida,
flaqueza o fuerza a mi vida,
que a todo diré que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida, dulce, sol sin velo,
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
si no, dadme sequedad,
si abundancia y devoción,
y si no esterilidad,
soberana Majestad,
sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando,
quiero por amor holgar,
si me mandáis trabajar,
morir quiero trabajando. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.

Salmo 107 – ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.

Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.

Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;

mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;

Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»

Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?

Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.

Ant 2. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.

Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10–62, 5

Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.

Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.

Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.

Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.

Ant 3. Alabaré al Señor mientras viva.

Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Alabaré al Señor mientras viva.

LECTURA BREVE   Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

RESPONSORIO BREVE

V. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

V. Tu rostro buscaré, Señor.
R. Buscad mi rostro.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle, diciendo:

Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo,
concédenos que nada nos aparte de tu amor.

Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes,
por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón.

Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma,
ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno.

Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban,
concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa.

Por intercesión de santa Teresa de Jesús, que fue virgen sensata y una de las prudentes,
concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó:

Padre nuestro…

ORACION

Señor todopoderoso, que quisiste que santa Teresa de Jesús, bajo el impulso del Espíritu Santo, manifestara a tu Iglesia el camino de la perfección, haz que encontremos en sus escritos nuestro alimento y que encendamos con ellos en nosotros el deseo de una verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Oficio de lecturas – Miércoles XXVIII Tiempo Ordinario

SANTA TERESA DE JESÚS, virgen y doctora de la Iglesia. MEMORIA

Nació en Ávila (España) el año 1515. Ingresó en la Orden del Carmelo, donde realizó grandes progresos en el camino de la perfección y gozó de místicas revelaciones. Habiendo emprendido la reforma de su Orden, tuvo que sufrir muchas dificultades, que superó con gran fortaleza de ánimo. También escribió varias obras, insignes por lo elevado de su doctrina, fruto de su experiencia personal. Murió en Alba de Tormes el año 1582.

OFICIO DE LECTURA 

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes.


Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



Himno: VIVO SIN VIVIR EN MÍ

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Esta divina unión
del amor con que yo vivo
hace a Dios ser mi cautivo
y libre mi corazón;
mas causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay! ¡Qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay! ¡Qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
y si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga;
quíteme Dios esta carga
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque, muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes que te espero,
que muero porque no muero.

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.

Salmo 102 I – HIMNO A LA MISERICORDIA DE DIOS

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura;
él sacia de bienes tus anhelos,
y como un águila se renueva tu juventud.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.

Ant 2. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.

Salmo 102 II

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él sabe de que estamos hechos,
se acuerda de que somos barro.

Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.

Ant 3. Bendecid al Señor, todas sus obras.

Salmo 102 III

Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.

El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz de su palabra.

Bendecid al Señor, ejércitos suyos,
servidores que cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor, todas sus obras,
en todo lugar de su imperio.

Bendice, alma mía, al Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendecid al Señor, todas sus obras.

V. Ábreme los ojos, Señor.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad. 

PRIMERA LECTURA

Del libro de Ben Sirá 15, 11-22

LIBERTAD DEL HOMBRE

No digas: «Mi pecado viene de Dios», porque él no hace lo que odia; no digas: «Él me ha extraviado», porque no necesita de hombres inicuos; el Señor odia toda abominación, y también es ésta odiosa para los que lo temen a él. El Señor creó al hombre al principio y lo entregó en poder de su albedrío; si quieres, guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja.

Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre ni ni deja impunes a los mentirosos.

RESPONSORIO    St 1, 13; Sir 15, 14

R. Nadie, cuando es tentado, diga: «Soy tentado por Dios.» * Porque Dios no tienta a nadie.
V. El Señor creó al hombre al principio y lo entregó en poder de su albedrío.
R. Porque Dios no tienta a nadie.

SEGUNDA LECTURA

De las Obras de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia.
(Libro de su vida, cap. 22, 6-7. 12. 14)

>ACORDÉMONOS DEL AMOR DE CRISTO

Con tan buen amigo presente -nuestro Señor Jesucristo-, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes quiere que sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita.

Muy muchas veces lo he visto por experiencia; hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos. Así que no queramos otro camino, aunque estemos en la cumbre de contemplación; por aquí vamos seguros. Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. Él lo enseñará; mirando su vida, es el mejor dechado.

¿Qué más queremos que un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe de sí. Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino: san Francisco, san Antonio de Padua, san Bernardo, santa Catalina de Siena.

Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios; si su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.

Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene: que amor saca amor. Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar, porque, si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo fácil, y obraremos muy en breve y muy sin trabajo.

RESPONSORIO    Sal 72, 27. 28; 1Co 6, 17

R. Los que se alejan de ti se pierden. * Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.
V. Quien se une al Señor es un espíritu con él.
R. Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor todopoderoso, que quisiste que santa Teresa de Jesús, bajo el impulso del Espíritu Santo, manifestara a tu Iglesia el camino de la perfección, haz que encontremos en sus escritos nuestro alimento y que encendamos con ellos en nosotros el deseo de una verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.