Vísperas – Viernes VII de Pascua

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: VEN, CREADOR, ESPÍRITU AMOROSO

Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.

Tú que abogado fiel eres llamado,
del Altísimo don, perenne fuente
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.

Tú te infundes al alma en siete dones,
fiel promesa del Padre soberano;
tú eres el dedo de su diestra mano,
tú nos dictas palabras y razones.

Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza,
con tu eterna virtud fortalecidos.

Por ti, nuestro enemigo desterrado,
gocemos de paz santa duradera,
y, siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.

Por ti al eterno Padre conozcamos,
y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente,
con viva fe y amor siempre creamos. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.

Salmo 134 I – HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS

Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.

Ant 2. Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.

Salmo 134 II.

Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.

Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,

tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.

Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.

Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.

Ant 3. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

LECTURA BREVE   Ga 5, 16. 22-23a. 25

Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Si vivimos por el Espíritu marchemos tras el Espíritu.

RESPONSORIO BREVE

V. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.

V. Os lo enseñará todo.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Todos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la madre de Jesús. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Todos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la madre de Jesús. Aleluya.

PRECES

Bendigamos a Dios Padre, que con tanta generosidad ha derramado los dones del Espíritu Santo sobre todos los pueblos, y pidámosle que no cese nunca de derramar su gracia sobre el mundo; digamos:

Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo.

Señor, tú que nos has dado a tu Elegido como luz de los pueblos,
abre los ojos de los ciegos y libra de toda esclavitud a los que viven en tinieblas.

Tú que ungiste a Cristo con la fuerza del Espíritu Santo, para que realizara la salvación de los hombres,
haz que sintamos cómo pasa de nuevo por el mundo, haciendo el bien y curando a todos.

Envía a tu Espíritu, que es la luz de los corazones,
para que confirme en la fe a los que viven en medio de incertidumbres y dudas.

Envía a tu Espíritu, que es descanso en el trabajo,
para que reconforte a los que se sienten fatigados y desanimados.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Realiza la esperanza de los que ya han muerto,
y haz que cuando venga el Señor obtengan una resurrección gloriosa.

Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro…

ORACION

Dios nuestro, que nos has abierto las puertas de la eternidad con la glorificación de tu Hijo Jesucristo y con la venida del Espíritu Santo, concédenos que, por la recepción de dones tan grandes, nuestra fe vaya más y más en aumento y nuestra entrega a ti sea cada día más completa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Anuncio publicitario

Lectio Divina – 2 de junio

Lectio: Viernes, 2 Junio, 2017

Tiempo de Pascua

1) ORACIÓN INICIAL

¡Oh Dios!, que por la glorificación de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo nos has abierto las puertas de tu reino; haz que la recepción de dones tan grandes nos mueva a dedicarnos con mayor empeño a tu servicio y a vivir con mayor plenitud las riquezas de nuestra fe. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Juan 21,15-19

Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.» Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.» Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

3) REFLEXIÓN

• Estamos en los últimos días de Pentecostés. Durante la cuaresma, la selección de los evangelios del día sigue la antigua tradición de la Iglesia. Entre Pascua y Pentecostés, la preferencia es para el evangelio de Juan. Así, en estos últimos dos días antes de Pentecostés, los evangelios diarios presentan los últimos versículos del evangelio de Juan. Luego retomamos el Tiempo Común, y volvemos al evangelio de Marcos. En las semanas del Tiempo Común, la liturgia diaria hace la lectura continua del evangelio de Marcos (desde la 1ª hasta la 9ª semana común), de Mateo (desde la 10º hasta la 21ª semana común) y de Lucas (desde la 22ª hasta la 34ª semana común).

• Los evangelios de hoy y de mañana presentan el último encuentro de Jesús con sus discípulos. Fue un reencuentro de celebración, marcado por la ternura y por el cariño. Al final, Jesús llama a Pedro y le pregunta tres veces: «¿Me amas?» Solamente después de haber recibido, por tres veces, la misma respuesta afirmativa, Jesús da a Pedro la misión de cuidar de las ovejas. Para que podamos trabajar en la comunidad Jesús no pregunta si sabemos muchas cosas. ¡Lo que pide es que tengamos mucho amor!

• Juan 21,15-17: El amor en el centro de la misión. Después de una noche de pesca en el lago sin pescar ni un pez, al llegar a orillas de la playa, los discípulos descubren que Jesús había preparado una comida con pan y pescado asado sobre las brasas. Terminada la comida, Jesús llama a Pedro y le pregunta tres veces: «¿Me amas?» Tres veces, porque fue por tres veces que Pedro negó a Jesús (Jn 18,17.25-27). Después de tres respuestas afirmativas, también Pedro se vuelve hacia el «Discípulo Amado» y recibe la orden de cuidar de las ovejas. Jesús no pregunta a Pedro si había estudiado exégesis, teología, moral o derecho canónico. Sólo le pregunta:»¿Me amas?» El amor en primer lugar. Para las comunidades del Discípulo Amado la fuerza que las sustenta y que las mantiene unidas no es la doctrina, sino el amor.

• Juan 21,18-19: La previsión de la muerte. Jesús dice a Pedro: En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras. A lo largo de la vida, Pedro y todos vamos madurando. La práctica del amor se irá estableciendo en la vida y la persona deja de ser dueña de sí misma. El servicio de amor a los hermanos y hermanas nos ocupará del todo y nos conducirá. Otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras. Este es el sentido del seguimiento. Y el evangelista comenta: “Con esto indicaba la clase de muerte con que Pedro iba a glorificar a Dios”. Y Jesús añadió: «Sígueme.»

• El amor en Juan – Pedro, ¿me amas? – El Discípulo Amado. La palabra amor es una de las palabras que más usamos, hoy en día. Por esto mismo, es una palabra muy desgastada. Pero es con esta palabra que las comunidades del Discípulo Amado manifestaban su identidad y su proyecto. Amar es ante todo una experiencia profunda de relación entre personas, donde existe una mezcla de sentimientos y valores como alegría, tristeza, sufrimiento, crecimiento, renuncia, entrega, realización, donación, compromiso, vida, muerte, etc. Este conjunto en la Biblia se resume en una única palabra en lengua hebraica. Esta palabra es Hesed. Es una palabra de difícil traducción para nuestra lengua. En nuestras Biblias generalmente se traduce por caridad, misericordia, fidelidad o amor. Las comunidades del Discípulo Amado tratan de vivir esta práctica de amor en toda su radicalidad. Jesús la revela a los suyos en sus encuentros con las personas, con sentimientos de amistad y de ternura, como, por ejemplo, en su relación con la familia de Marta en Betania: “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro”. Llora ante la tumba de Lázaro (Jn 11,5.33-36). Jesús encarnó siempre su misión como una manifestación de amor: “Habiendo amado a los suyos los amó hasta el fin” (Jn 13,1). En este amor Jesús manifiesta su profunda identidad con el Padre (Jn 15,9). Para las comunidades no había otro mandamiento que éste: “Actuar como actuaba Jesús” (1Jn 2,6). Esto implica “amar a los hermanos”(1Jn 2,7-11; 3,11-24; 2Jn 4-6). Siendo un mandamiento tan central en la vida de la comunidad, los escritos joaneos definen así el amor: “En esto conocemos el Amor: que el dio su vida por nosotros. Nosotros también debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos y hermanas”. Por esto no debemos “amar sólo de palabra, sino dar la vida por nuestros hermanos”.(1Jn 3,16-17). Quien vive el amor lo manifiesta en sus palabras y actitudes y se vuelve también Discípula Amada, Discípulo Amado.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• Mira dentro de ti y di cuál es el motivo más profundo que te lleva a trabajar en comunidad. ¿Es el amor o te preocupan las ideas?

• A partir de las relaciones que tenemos entre nosotros, con Dios y con la naturaleza, ¿qué tipo de comunidad estamos construyendo?

5) ORACIÓN FINAL

Bendice, alma mía, a Yahvé,
el fondo de mi ser, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Yahvé,
nunca olvides sus beneficios. (Sal 103,1-2)

El Sagrado Corazón, modelo de humildad

I

Mira, alma mía, la profundísima humildad del Corazón de Jesús. Siendo Jesucristo Dios, y como tal potentísimo y excelso, no le bastó hacerse Niño en las entrañas de una mujer, y nacer luego en una cueva de animales, y trabajar más tarde en un taller, y morir, finalmente, como reo miserable en una cruz. Aún después de su existencia mortal vive glorioso en el cielo, es verdad, “pero en la tierra vive humillado y abatido”.

Contémplale en este Sacramento. Ha escogido para vivir entre nosotros las apariencias más modestas. Se deja encerrar como prisionero en el fondo de nuestros pobres tabernáculos, en nuestras iglesias mil veces desiertas y abandonadas. ¡Ah mi buen Jesús! Cómo eres Tú el mismo hoy que cuando naciste en Belén, trabajaste en Nazareth, recorrias a pie los campos y aldeas de Judea, y morías entre injurias y desprecios en el Calvario! No has cambiado tu condición llana y sencilla; no has dejado tus humildes maneras, a fin de que se acerquen a Ti sin temor los pobres y pequeños, y aprendan en Ti sencillez y humildad los vanos y orgullosos.

¡Oh! ¡humildísimo Jesús! ¡Enséñame a mí, altivo y presuntuoso que soy, esta santa virtud de la humildad!

Medítese unos minutos.

II

Me avergüenzo y me espanto ¡oh Jesús mío! cuando doy una mirada a mi pobre corazón. Es todo al revés del vuestro, tan sencillo y tan humilde. Está lleno de vanidad, presunción, necio orgullo, insaciable amor propio. Busca siempre el aplauso y la alabanza, sobresalir y brillar, obscurecer a los demás, hacerse superior a todos.

No son éstas las lecciones de tu humildísimo Corazón. Tú me quieres humilde para con Dios, para con mis prójimos y para conmigo mismo.

Para con Dios, reconociéndome siervo y discípulo suyo, acatando sin murmurar todas sus disposiciones, sujetándome sin réplica a su dulce Providencia, agradeciendo como cosa suya todo lo que de bueno haya en mí.

Para con mis prójimos, portándome como si fuese el menor de todos ellos, sufriéndolos con caridad, tratándolos con dulzura, perdonando sus injurias, huyendo sus aplausos y alabanzas.

Para conmigo mismo, teniéndome por lo que soy, criatura miserable, indigna del polvo que piso, del cielo que contemplo y del aire que respiro, reconociéndome infeliz pecador que sólo por la divina compasión no ardo ya en los infiernos.

¡Corazón de Jesús humilde! Dame ese espíritu de perfecta humildad, para que consiga sentarme un día en el trono que reseras a tu lado a los humildes como Tú.

Medítese, y pídase la gracia particular.

Oración Buenos días

Oración para la mañana en la semana del 5 al 9 de junio, con los materiales publicados por los salesianos.

Buenos días 7-11 septiembre. Infantil

Buenos días 5 al 9 de junio. Ed Infantil

 

Buenos días 7-11 septiembre. Ed. Primaria

Buenos días 5 al 9 de junio. Ed. Primaria

 

Historia del Corpus Christi

Buenos días 5 al 9 de junio. Ed. Secundaria

 

Cortar y pegar

Buenos días 5 al 9 de junio. Bachiller

Evangelii Gaudium – Francisco I

48. Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio»[52], y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos.


[52] Benedicto XVI, Discurso durante el encuentro con el Episcopado brasileño en la Catedral de San Pablo, Brasil (11 mayo 2007), 3: AAS 99 (2007), 428.

La misa del Domingo: misa con niños

“Espíritu Santo, ven”
4 de junio de 2017

(Ambiente festivo de la celebración en cuanto a la ambientación de la Iglesia: carteles o proyecciones alusivas al Espíritu Santo, flores en rojo, algunas velas de distintos tamaños y color, cantos con letras en sintonía con la fiesta…

  • Un signo para la celebración: el cirio pascual, de nuevo, ha de destacar, como despedida del tiempo de Pascua. Puede estar adornado con algún paño o estola roja, y con flores. Al finalizar la celebración se puede llevar en pequeña procesión y colocar junto a la pila del bautismo, su lugar más apropiado.
  • Se puede hacer una procesión de entrada: cruz procesional u otra cruz, libro del evangelio, cirios, acólitos… mientras se canta una canción alusiva al Espíritu Santo.
  • Canciones para la celebración: “Espíritu Santo, ven”. “El Señor os dará su Espíritu Santo” (Kairoi).

1. MOTIVACIÓN

Amigos: Domingo tras domingo de este tiempo de Pascua hemos llegado a la fiesta de Pentecostés, fiesta del Espíritu Santo. Es el tiempo del nuevo pueblo de Dios, de la Iglesia, es decir, de todos nosotros. Jesús nos envía a ser sus testigos, pero no nos deja solos. Su fuerza, su Espíritu, siempre nos acompaña. Juntos cantamos.

2. PROCESIÓN de ENTRADA (Con los elementos que se han indicado anteriormente)

3. CANTO. “Espíritu santo, ven”

Espíritu Santo, ven, ven,
Espíritu Santo, ven, ven,
Espíritu Santo, ven, ven,
en el nombre de Jesús.

Acompáñame, condúceme, toda mi vida.
Santifícame, transfórmame, Espíritu Santo, ven.

4. SALUDO DEL SACERDOTE Y MOTIVA EL GESTO PENITENCIAL

5. ASPERSIÓN CON EL AGUA BENDECIDA

(Se puede cantar este canto u otro)

Jesús es, Jesús es Señor.
Jesús es, Jesús es Señor.
Jesús es, Jesús es Señor.

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios.
Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios.
Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios.

6. GLORIA (Cantado o recitado)

7. PRIMERA LECTURA (Hechos de los Apóstoles 2,1 ss.)

Lectura de los Hechos de los Apóstoles:

Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente, un ruido del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa en donde se hallaban reunidos. Vieron aparecer unas llamaradas, como lenguas de fuego, repartidas y posadas encima de cada uno.

Se llenaron todos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extranjeras. Así proclamaban el Evangelio a todos los que estaban en Jerusalén, llegando a convertirse en un solo día más de tres mil personas.

Palabra de Dios.

8. CANTO: “El Señor os dará su Espíritu Santo”
(Se canta como estribillo del salmo responsorial o de la “Secuencia”, que se puede ir leyendo e intercalando lentamente y de manera meditativa).

El Señor os dará su Espíritu Santo,
ya no temáis, abrid el corazón,
derramará todo su amor (bis).

9. EVANGELIO (Juan 20, 19-23). “Recibid el Espíritu Santo”

Lectura del santo evangelio según San Juan:

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

– Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
– Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
– Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Palabra del Señor.

10. COMENTARIO

  • Espíritu Santo, ¿qué entiendes tú con este nombre? Algo así como:
  • Fuerza, calor, vida.
  • Valentía, testimonio, presencia viva.
  • Alegría, Iglesia, comunidad, grupo de Jesús.
  • Nosotros ahora vivimos la vida del Espíritu Santo.

11. ORACION DE FIELES. PETICIONES

1. Por la Iglesia, para que cumpla su misión de anunciar la buena noticia del Evangelio. Roguemos al Señor.

2. Por los que no conocen a Dios o están alejados de Él, para que lo sientan cercano, con la fuerza de su Espíritu. Roguemos al Señor.

3. Por los jóvenes que han recibido este año el Espíritu Santo en la Confirmación. Roguemos al Señor.

4. Por los misioneros y misioneras, y por los jóvenes que sienten la vocación: sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas y animadores de la fe. Roguemos al Señor.

12. ACCIÓN DE GRACIAS

Durante la Acción de Gracias, con una motivación oportuna por parte del sacerdote, alguna persona puede trasladar el cirio pascual, encendido, hacia la zona de la pila bautismal, donde permanecerá durante el año, para ser encendido especialmente en los bautismos.

13. PARA LA VIDA

(Invocar durante el día: “Espíritu Santo, ayúdanos”).

La misa del Domingo

Domingo de Pentecostés
4 de junio de 2017

1. “Miedo, tengo miedo”

  • Así rezaba la copla que tantas veces escuché de niño… “Miedo, tengo miedo. Miedo de perderte…”.
  • Pues sí. Aquellos hombres estaban llenos de miedo porque habían perdido al amigo, al compañero, al confidente, a Jesús…
  • Pero un miedo más grande atenazaba su corazón. Temían por su vida, porque los judíos no acabasen con ellos como habían hecho hace unos días con el nazareno.
  • Por eso, estaban con las puertas cerradas, encerrados en sí mismos, ocultos de los demás.

 

2. Un presencia que llena de esperanza y paz

  • De repente, aparece Jesús.
  • Los discípulos le reconocen en sus cicatrices… ¡Es Él, el maestro!
  • Un mensaje de paz –“paz a vosotros”– disipa las tinieblas de la duda, rompe en mil pedazos los miedos y algo nuevo empieza a prender en sus corazones…
  • Aquellos apóstolos acobardados, encerrados en el cenáculo, salen ahora con una valentía sin complejos a anunciar el Evangelio.
  • No es una paz que viene de la ausencia de dificultad, dolor o limitación.
  • Tampoco es una paz tejida con un conformismo paralizante…
  • Es la paz de Jesús, que ha atravesado la prueba de la cruz –muestra sus manos y su costado herido– y ha extirpado el mal en nosotros para regalarnos una existencia nueva

3. Un defensor

  • Jesús nos entrega su Espíritu como ayuda, consolación, ánimo
  • Nos hace capaces de ver a los hombres como Hijos, y quererles a pesar de sus/ nuestros pecados.
  • Nosotros no amamos a los demás porque nos caen bien, sino porque el Espíritu que está en nosotros nos hace amar primero y mirar después.
  • Y somos capaces de reconocer el Espíritu de Dios actuando en el mundo, en la bondad, en el sacrificio, en la imaginación, en la entrega…
  • En todo lo positivo que hacen los hombres, sabemos que –veladamente– está la acción de Dios.

Sergio Huerta Moyano, sdb

Oración: Corazón que acoge

Con cierta frecuencia, la presencia más inmediata, mi primera misión y compromiso, es tan exigente y compleja que puede limitar mi perspectiva de la realidad, hacerme caer en la indiferencia  o la indolencia frente a mi prójimo.

Dedicarme a los hijos en la etapa de la crianza, al cuidado de los padres y mayores cuando comienzan a fallarles las fuerzas, desempeñar con honestidad el trabajo que realizo, ocuparme con coherencia en el estudio y la formación, cuidar a la comunidad a la que sirvo y en la que vivo, involucrarme con fe y compromiso en voluntariados y misiones, puede hacer que me olvide de otras realidades, que las vea como algo lejano, o que poco tiene que ver con lo mío.

En la oración de hoy se me invita a dejar que mi corazón y mi mirada sobre la realidad de la inmigración se acompase al latido de del corazón de Jesús, que mi manera de ver, se vaya graduando a la manera de Cristo.

«Cuando el extranjero habite con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis. Como a uno de vosotros trataréis al extranjero que habite entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios”. (Lev 19, 33-34).

Corazón que acoge

Comentario al evangelio (2 de junio)

No hace falta decir que el relato del Evangelio de hoy, Jesús preguntando a Pedro tres veces si le ama, tiene mucho que ver con las tres negaciones de Pedro durante la Pasión. Digamos que es una forma de poner de manifiesto dos cosas: en primer lugar, la debilidad de Pedro. Y, en segundo lugar, el amor de Jesús por él. 

      En realidad, el texto del Evangelio de hoy no sólo está relacionado con las tres negaciones de Pedro en la Pasión. Está relacionado con toda la vida de Pedro tal como nos lo muestran los Evangelios. Pedro es el que quiere seguir a Jesús pero luego mete la pata. Pedro dice a Jesús que tiene palabras de vida y que “¿a quién iremos?” pero luego cuando Jesús empieza a hablar de la pasión que le espera, le dice que no hable así. Jesús le dice en ese momento “apártate de mí, Satanás”. Ese es Pedro. Voluntarioso, decidido, el primero para hablar. Pero luego cargando con sus momentos de debilidad, de mediocridad.

      Y en Pedro estamos todos nosotros. Porque, vamos a ver, ¿quién puede levantar la mano y decir que él no ha fallado ninguna vez? La verdad, la mera verdad, es que a todos se nos va muchas veces, demasiadas veces, la fuerza por la boca. Somos capaces de decir grandes discursos pero, cuando llega el momento de la verdad, no nos resulta difícil encontrar una excusa que justifique hacer exactamente lo contrario de lo que habíamos dicho que hay que hacer. 

      Lo bueno del Evangelio de hoy es la segunda parte. Pedro es débil. Vale. Nosotros todos no somos mejores que él. Vale. Pero lo más importante no es nuestra debilidad y mediocridad. Lo mejor es que, aun con eso, Jesús nos confirma en la fe y en el amor. Jesús sigue contando con nosotros. Jesús sigue mirando al futuro para construir el reino y nosotros somos sus amigos, llamados a anunciar la buena nueva del reino. 

      Este Evangelio nos abre a la esperanza. Jesús nos conoce bien, nos ama, y cuenta con nuestra colaboración para hacer presente en nuestro mundo el amor y la misericordia. Para los demás y, ¡ojo que es importante!, también para nosotros.

Fernando Torres, cmf