Vísperas – Martes IX de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: NOS DIJERON DE NOCHE.

Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
La noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.

Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.

No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.

Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.

Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.

Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén.

SALMODIA

Ant 1. El Señor da la victoria a su Ungido.

Salmo 19 – ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.

Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;

que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.

Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.

Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.

Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.

Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.

Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor da la victoria a su Ungido.

Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Salmo 20, 2-8. 14 – ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE 1Jn 3, 1a. 2

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

RESPONSORIO BREVE

V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.

V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

PRECES

Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, su pueblo adquirido, y supliquémosle diciendo:

Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.

Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que las gobiernan:
que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la paz.

Tú que al subir al cielo llevaste contigo una gran multitud de cautivos,
devuelve la libertad de los hijos de Dios a nuestros hermanos que sufren esclavitud en el cuerpo o en el espíritu.

Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas
y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida.

Que los niños imiten tu ejemplo
y crezcan siempre en sabiduría y en gracia.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Acoge a los difuntos en tu reino,
donde también nosotros esperamos reinar un día contigo.

Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre:

Padre nuestro…

ORACION

Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, porque has permitido que lleguemos a esta noche; te pedimos aceptes con agrado el alzar de nuestras manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 6 de junio

Lectio: Martes, 6 Junio, 2017
Tiempo Ordinario
 
1) Oración inicial
Señor, nos acogemos confiadamente a tu providencia, que nunca se equivoca; y te suplicamos que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquellos beneficios que pueden ayudarnos para la vida presente y la futura. Por nuestro Señor.
 
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 12,13-17
Y envían hacia él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?» Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea.» Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» Ellos le dijeron: «Del César.» Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios.» Y se maravillaban de él.
 
3) Reflexión
• En el evangelio de hoy continúa el enfrentamiento entre Jesús y las autoridades. Los sacerdotes, ancianos y escribas habían sido criticados y denunciados por Jesús en la parábola de la viña (Mc 12,1-12). Ahora, los mismos piden a los fariseos y a los herodianos que preparen una encerrona contra Jesús, para poderlo acusar y condenar. Preguntaban a Jesús sobre el impuesto que había que pagar a los romanos. Era un asunto polémico que dividía a la opinión pública. Los adversarios de Jesús querían a toda costa acusarlo para menguar su influencia ante la gente. Grupos, que antes eran enemigos entre sí, ahora se unen para luchar en contra de Jesús que invadía, según ellos, su terreno. Esto sigue ocurriendo hoy. Muchas veces, personas o grupos, enemigos entre sí, se unen para defender sus privilegios contra aquellos que los incomodan con el anuncio de la verdad y de la justicia.
• Marcos 12,13-14. La pregunta de los fariseos y de los herodianos. Fariseos y herodianos eran las lideranzas locales en los poblados de Galilea. Mucho antes, habían decidido matar a Jesús (Mc 3,6). Ahora, al mando de los Sacerdotes y de los Ancianos, quieren saber de Jesús si está a favor o contra el pago del impuesto a los romanos, a César. Pregunta experta, ¡llena de malicia! Bajo la apariencia de fidelidad a la ley de Dios, buscan motivos para poderle acusar. Si Jesús dijera: “¡Tienes que pagar!”, podrían acusarle ante el pueblo de ser amigos de los romanos. Si dijera: “¡No hay que pagar!”, podrían acusarle ante las autoridades romanas de ser subversivo. ¡Parecía un callejón sin salida!
• Marcos 12, 15-17: La respuesta de Jesús. Jesús percibe la hipocresía. En su respuesta, no pierde tiempo en inútiles discusiones y va derecho al núcleo de la cuestión. En vez de responder y de discutir el asunto del tributo a César, pide que le muestren la moneda, y pregunta: «¿De quién es esta imagen e inserción?» Ellos responden: «¡De César!» Respuesta de Jesús:»Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios!”. En la práctica reconocían ya la autoridad de César. Ya estaban dando a César lo que era de César, pues usaban sus monedas para comprar y vender y hasta para pagar ¡el impuesto al Templo! Lo que interesa a Jesús es que “den a Dios lo que es de Dios”, esto es, que devuelvan a Dios el pueblo, por ellos desviado, pues con sus enseñanzas bloqueaban a la gente la venida del Reino (Mt 23,13). Otros explicaban esta frase de Jesús de otro modo: “¡Den a Dios lo de Dios!”, esto es, practiquen la justicia y la honestidad según lo que exige la Ley de Dios, pues por la hipocresía ustedes están negando a Dios lo que se le debe. Los discípulos y las discípulas deben ¡tomar conciencia! Pues era el fermento de estos fariseos y herodianos lo que les estaba cegando los ojos (Mc 8,15).
• Impuestos, tributos y diezmos. En el tiempo de Jesús, la gente de Palestina pagaba muchos impuestos, tasas, tributos y diezmos a los romanos y al Templo. El imperio romano invadió Palestina en el año 63 aC y pasó a exigir muchos impuestos y tributos. Por los cálculos hechos, se calcula que la mitad o más del sueldo familiar iba para los impuestos, los tributos, las tasas y los diezmos. Los impuestos que los romanos exigían eran de dos tipos: directos e indirectos:
a) El impuesto Directo era sobre las propiedades y sobre las personas. Impuesto sobre las propiedades (tributum soli): los fiscales del gobierno verificaban el tamaño de la propiedad, la cantidad de la producción, y el número de esclavos y fijaban la cuantía que debía ser pagada. Periódicamente, había una fiscalización mediante censos. Impuesto sobre las personas (tributum capitis): era para las clases pobres, sin tierra. Incluía tanto a los hombres como a las mujeres entre 12 y 65 años. Era sobre la fuerza de trabajo. 20% de la renta de cada persona era para el impuesto.
b) El imposto Indirecto era sobre transacciones variadas. Corona de oro: Originariamente era un regalo al emperador, pero se convirtió en un impuesto obligatorio. Se cobraba en ocasiones especiales, como fiestas y visitas del emperador. Impuesto sobre la sal: la sal era monopolio del emperador. Se tributaba sólo la sal para uso comercial. Por ejemplo la sal usada para esicar el pescado. De aquí la palabra “salario”. Impuesto sobre compra y venta: En cada transacción comercial se pagaba el 1%. El cobro corría a cargo de los fiscales en la feria. En la compra de esclavo se exigía el 4%. En cada contrato comercial registrado, se exigía el 2%. Impuesto para ejercer la profesión. Para todo se precisaba la licencia. Por ejemplo, un zapatero en la ciudad de Palmira, pagaba un denario al mes. Un denario era el equivalente al salario de un día. Hasta las prostitutas tenían que pagar. Impuesto sobre el uso de cosas de utilidad pública: El emperador Vespasiano introdujo el impuesto para poder usar los retretes públicos en Roma. El decía: ”¡El dinero no huele!”.
c) Otras tasas y obligaciones: Pedaje o aduana. Trabajo forzado. Gastos especiales para el ejército (dar hospedaje a los soldados, pagar la comida para el sustento de las tropas); Impuesto para el Templo y el Culto.
 
4) Para la reflexión personal
• ¿Conoces algún caso de grupos o de personas que eran enemigos entre sí, pero que se juntaron para perseguir a una persona honesta que los incomodaba y denunciaba? ¿Te ha pasado alguna vez?
• ¿Cuál es hoy el sentido de la frase: “Lo de César devolvédselo a César, lo de Dios a Dios”?
 
5) Oración final
Sácianos de tu amor por la mañana,
y gozaremos y cantaremos de por vida.
¡Que tus siervos vean tu acción,
y tus hijos tu esplendor! (Sal 90:14,16)

Dios de vida

¿Por qué nos empeñamos en verte
como antagonista en nuestra vida,
amenaza a nuestra libertad,
juez de nuestros amores,
aguafiestas de nuestras alegrías,
tropiezo de nuestros andares?

¿Por qué estás grabado tan fuerte
como invisible vigilante, ley que se impone,
conciencia que roe, castigo amenazante,
miedo de muerte?

Oh Dios, Tú que eres Dios de vida y no de muerte ni de suerte,
renuévanos y ponnos en sintonía con tu Espíritu de siempre
y los signos que te preceden.
Borra nuestros retratos, grabo los tuyos para siempre.

Ulibarri, FI.

El Sagrado Corazón, modelo de mansedumbre

I

ADMIRA hoy, alma mía, la suma mansedumbre y benignidad de este adorabilísimo Corazón. Nunca dejó de mostrarse manso y cariñoso, para que en Él aprendieses tú los atractivos de esta celestial virtud. Con este carácter lo habían ya de antemano retratado los Profetas; con este mismo le vieron después y nos lo retrataron los Evangelistas.

Mira cómo trata a los pobres e ignorantes, cómo recibe a los pecadores, cómo acaricia a los niños. Muy contadas veces se pinta el enojo en su rostro, para darte a entender que si la indignación es buena alguna vez, casi siempre son preferibles la suavidad y la mansedumbre.

¡Con qué dulzura tolera la rudeza de sus primeros discípulos! ¡Con qué palabras tan suaves alienta a la Magdalena! ¡Qué acentos tan delicados emplea con el mismo apóstol traidor! ¡Con que serena majestad contesta al interrogatorio de Pilatos!

¡Oh benignidad y mansedumbre del Corazón adorable de Jesús! ¿A quién no enamoran y atraen tan suaves ejemplos?

Medítese unos minutos.

II

No me canso, oh Señor, de admirar en Ti esta delicada virtud. Pero ¡ay! ¡que a mi corazón se le hace siempre duro y difícil el practicarla!

Mis palabras, mi rostro, mis ademanes traspasan muy a menudo las reglas de la caridad, que Tú me has impuesto en el trato con nuestros hermanos. El disgusto de mi corazón rebosa frecuentemente en mis labios. Trato a mis superiores con altivez, a mis iguales con indiferencia, a mis inferiores con dureza. Soy en la prosperidad altanero, y en la aflicción ceñudo y malhumorado. Confundo muchas veces la viveza del celo con los arranques del amor propio.

Dame ¡oh Señor! la dulce caridad y la afectuosa mansedumbre, distintivo de los Santos. Sea igual y suave y serena mi condición, sin arrebatos ni decaimientos, sin ruidosas alegrías, ni enojosos desalientos. Vean mis prójimos en mi rostro y en mis palabras y acciones, la suavísima imagen de tu mansísimo Corazón.

Dame esas bellas cualidades, para ganarte con ellas almas que en la tierra te sigan y te amen, y en el cielo te gocen y glorifiquen por toda la eternidad.

Medítese, y pídase la gracia particular.

Evangelii Gaudium – Francisco I

I. Algunos desafíos del mundo actual

52. La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo.

Misa de la familia

1. SALUDO

Queridos amigos.

La Pascua, en el día de Pentecostés, finalizó. Pero, a partir de este momento, estamos llamados a meditar, a pensar y a dar testimonio de lo mucho que Dios significa para nosotros. Y, por supuesto, de los gestos, las palabras y la vida de Jesús de Nazaret.

Hoy, en este domingo, cantamos a Dios que es Padre, a Dios que es Hijo y a Dios que es Espíritu Santo. Es un gran misterio que queda resuelto o, por lo menos, iluminado por EL AMOR que existen entre las tres personas.

Hoy, al mirar a la TRINIDAD (Dios Padre, Hijo y Espíritu) vemos la amistad, la comunión, el amor que existe entre ellos. Iniciamos esta celebración cantando: ALABARÉ, ALABARÉ

2. PENITENCIAL

a) Dios es amor. ¿Por qué buscamos caminos que llevan a los enfrentamientos y a la dispersión? Señor ten piedad

b) Jesús es amor. ¿Por qué olvidamos que, para ser felices, el mandamiento del amor nos puede ayudar? Cristo ten piedad

c) El Espíritu Santo es amor. ¿Por qué no escuchamos la voz del Señor que nos invita a potenciar los gestos de paz y de concordia? Señor ten piedad

3. MONICIÓN A LAS LECTURAS

Las lecturas que vamos a escuchar en este día de la Santísima Trinidad tienen un objetivo: ayudarnos a descubrir que, la locura de Jesús, fue meternos en el corazón de Dios y alimentarnos con la fuerza del Espíritu Santo. Ojala que vivamos esta experiencia con la escucha de la Palabra y con el silencio que nos habla de Dios.

4. ORACIÓN DE LOS FIELES

a) Por la Iglesia. Para que, su música y su liturgia, sus celebraciones y su fin, sea dar un gloria y alabanza al Padre y al Hijo y al Espíritu. Roguemos al Señor.

b) Por los músicos; por los que, con sus voces e instrumentos, alaban a Dios en los templos. Para que valoremos más la alabanza al Señor y lo hagamos con más delicadeza y armonía. Roguemos al Señor.

c) Por las comunidades contemplativas. Es decir; por las religiosas que, en los monasterios, viven dedicadas a Dios y, sobre todo, ofreciendo a Dios nuestras preocupaciones, deseos y desvelos. Roguemos al Señor.

d) Por los que viven enfrentados. Por los que no encuentran razones para el perdón ni para la comunión. Para que el Espíritu Santo les inspire actitudes de reconciliación y de paz. Roguemos al Señor.

e) Finalmente pidamos al Señor por los más desfavorecidos. Por los que tienen rotas sus vidas por la pobreza, la tristeza, la depresión, la angustia. Para que la Santísima Trinidad sea un motor que les anime y les levante. Roguemos al Señor.

5. OFRENDAS

a) Con estos tres anillos entrelazados queremos representar la UNIDAD Y EL AMOR que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Sólo el amor es capaz de explicar tan enorme misterio.

b) La realidad de un mundo roto lo queremos representar en estos trozos de papel, en este puzle. Sólo el amor nos salvará. Sólo el amor hará que el mundo sea un lugar donde merezca la pena vivir. Que Dios nos ayude.

c) Con el pan y el vino queremos anunciar, ya desde ahora, la gran fiesta del Corpus Christi que celebraremos el próximo domingo. Damos gracias a Dios porque, la Eucaristía, nos da la fuerza para vivir en comunión con Dios y, luego, con los demás.

6. ORACIÓN

TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero distintas
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero pensáis de igual manera
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero vais por el mismo camino
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero miráis en la misma dirección
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero amáis de la misma manera
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero vivís en familia
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero un mismo DIOS
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas pero unidos en todo y por todo
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
Sois tres personas y unidos en el amor
TÚ ERES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU

Música – Santísima Trinidad

«TÓMANOS COMO HEREDAD TUYA»

“El Dios uno y trino,
misterio de amor,

habita en los cielos
y en mi corazón.
Dios escondido en el misterio,
como la luz que apaga estrellas;
Dios que te ocultas a los sabios,
y a los pequeños te revelas”

(B. Velado, Himno Litúrgico)

Ambientación musical: “A nuestros corazones” CD Quiero creer (SP).

El Dios de la gracia, de la paz y de la comunión está con nosotros. En la liturgia de hoy pedimos el Espíritu de amor para profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa. La esta de hoy es un eco de todo el tiempo pascual. Contemplamos el misterio del amor del Padre en su Hijo y realizado por el Espíritu Santo. La Santísima Trinidad es un misterio de vida y comunión, amén de un misterio de fe y de adoración.

Canto de entrada: “Toda la tierra te adore” CLN A 16; MD 4-2. “Toda la tierra está llena”. CD Espíritu Santo: Guíanos (SP); “Reunidos en el nombre del Señor” CLN A-9; MD 73.

Salmo responsorial: «A Ti gloria y alabanza por los siglos»

Aclamación antes del Evangelio: ¡Aleluya!

Santo: CLN I 3 (Manzano).

Aclamación al Memorial: CLN J 2.

Gran Amén de la doxología: CLN K10.

Fracción del pan: «Cordero de Dios» CLN N5 (A. Cagigós)

Comunión: «Comiendo del mismo pan» CLN O 27; «Aclamad al Señor» (A. Martorell) CLN 224; «Si me falta el amor» CLN 741; MD 180.

Canto final: «Id y enseñad» CLN 409; MD 20.

Recursos – Santísima Trinidad

Al ritmo de la Vida
La alegría de la COMUNIÓN

1.- Sentido del día

La “Trinidad” suele ser para todos nosotros, y para la mayoría de las religiones, un verdadero problema: ¿Cómo salir de la “lógica” de que “tres es igual a uno”?…: redescubriendo una lógica diferente que es la lógica de la comunión…

En palabras de André Fossion(1), «lo que tenemos que redescubrir con alegría es, sin duda, que Dios se presenta a sí mismo como una unidad amorosa de comunicación y como creador de comunicación. La fe, en este sentido, no es una fe de contenidos, sino, ante todo y sobre todo, un modo de ser en relación, de vivir en alianza fraterna y filial, conscientes de que este lazo es más fuerte que la muerte…..» Si Dios es “comunión”, el sentido de la vida es, precisamente, “comunión”, y comunión universal que abarca todas las dimensiones de lo creado, en una visión “integral” del universo, “todo está conectado”, como repite insistentemente el papa Francisco (LS, 117; 138) «… y eso nos invita a madurar una es- piritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad» (LS 240).

2. El “aleluya” del panel

Esta visión global de la realidad, en la que “todo está conectado” en el seno mismo de la Trinidad, que nos incluye en su misma dinámica de “comunión” universal, hace que el sentido del “aleluya” que podemos decir, cantar o danzar en un determinado momento, es el “clima” ordinario de toda la vida cuyo destino final es que Cristo sea «todo en todos» (1Cor 15,28). Por eso, a lo largo de la celebración, el “aleluya” constituye el “estribillo” que repetimos una y otra vez:

1. Siempre antes y después de la lectura del Salmo o tras la 2a lectura,

2. Cuando el celebrante o el equipo de liturgia haya determinado el momento en que se ha de presentar el «panel» con la octava nota del domingo (en este caso, Trinidad) con la nota que subrayará la palabra «COMUNIÓN».

3. Una oración:

¡Qué hermosa es la Comunión
que queremos:
en la casa de la Fraternidad!
En comunión con los que no creen igual,
con los que no celebran igual,
con los que no piensan igual.
Entre los que buscamos
un mismo sentir fundamental.
Una comunión que no se rompa
por las tensiones, sino que las asuma.
Una comunión que no se quiebre
por las divergencias, sino que las haga converger.
Una comunión que no encubra
las discordias, sino que las afronte y supere.
¡Qué  hermosura de Comunión!

¡Qué hermosa es la Unidad
que queremos:
una Iglesia plural en una Casa Común!
Donde cada creyente tenga su palabra,
su carisma y su compromiso;
el teólogo, su aclaración;
el profeta, su denuncia,
y cada comunidad, su estilo,
su expresión de la fe.
Casa universal; cada uno

con su creencia y sus dudas,
con sus ideas y sus vivencias,
con su pecado y sus esperanzas
y con su buena voluntad.
¡Qué hermosura de Unidad!

¡Qué hermosa es la Iglesia
que queremos:
casa siempre abierta de puertas
y ventanales transparentes,
soleados, aireados!
Hogar de los que buscan,
familia de familias,
comunidad de comunidades,
iglesia de iglesias.
¡Qué hermosura de Iglesia!

¡Qué hermosa es la Comunidad
que queremos:
residencia de Dios en la tierra,
presencia de Dios en el barrio,
lugar de comunión eclesial,
espacio de encuentro comunitario!
Casa siempre en construcción,
siempre reformándose,
según los planos del Maestro de obras.
¡Qué hermosura de Comunidad!

Joaquín Suárez Bautista


1.- André FOSSION, profesor de teología catequética en Lumen Vitae: “Volver a empezar”, Ed. Sal Terrae, Santander 2005, págs. 37-42.

Oración de los fieles (Santísima Trinidad)

Oremos a Dios Padre que en su Hijo nos ha amado hasta el extremo y nos ha concedido su Espíritu, presentemos los deseos profundos que habitan nuestros corazones:

SEÑOR, MUÉSTRANOS TU ROSTRO

• “Nos hiciste a tu imagen”. Dios nuestro, que en nosotros dejaste la huella e impronta de tu ser, haz que tu imagen verdadera sea recuperada y reconstruida entre los hombres. Que la Iglesia, auxiliada por tu Espíritu, sepa presentar al mundo el corazón de Cristo y la verdadera imagen de tu compasión y tu misericordia. Oremos.

• “Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro”. Danos, Espíritu Santo, la gracia de la oración y de la contemplación, para que sepamos verte en la historia y en la naturaleza, para que tu Palabra entre hasta el fondo de nuestras almas. Bendice a todas las personas que dedican su vida a la contemplación: que nos ayuden a verte y gozarte. Oremos.

• “Todo lo estimo basura comparado con el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo”. Concédenos, Señor, mayor conocimiento de Cristo para más amarle y seguirle, que en él sepamos descubrirte como Padre y de Él recibamos la fuerza de tu Espíritu para ser testigos de tu amor entre los hermanos. Oremos.

• “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único”. Señor, que nuestra mirada sobre el mundo sea tu mirada, que, lejos de la condena y el pesimismo o la indiferencia, nos adentremos en él con la fuerza de tu amor y sepamos llegar con tu salvación allí donde más muerte y sufrimiento hay, donde más necesitan de tu presencia salvadora. Oremos.

• “En ti vivimos, nos movemos y existimos”. Tú, que has orado ante el Padre pidiendo la unidad de todos los hombres, te rogamos que nos concedas la luz de tu Espíritu para que sepamos andar los caminos del verdadero ecumenismo y el diálogo interreligioso en medio del mundo. Que los cristianos lleguemos a la unidad de corazón, y que todas las religiones sepan caminar unidas en la mística y el compromiso por la verdad, la justicia, la paz y la dignidad de lo humano. Oremos.

Concédenos Señor, nuestros ruegos que cada día ahondemos en el verdadero conocimiento de tu misterio de amor y de entrega; para que nuestra esperanza sea más verdadera y te reconozcamos más cercano. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Comentario al evangelio (6 de junio)

Las primeras generaciones cristianas se preguntaban hasta qué punto la fe en Jesús era una fe con consecuencias para la vida, o era un mensaje consolador que, referido a la vida eterna, invitaba a un intimismo descomprometido. Quizá algo de esto esté detrás del pasaje evangélico de este día. La pregunta “capciosa” a Jesús de parte de los fariseos parece querer aclarar hasta qué punto importan al Señor las cosas de este mundo. A Jesús no es que no le importen las cosas del mundo. Le importan, por supuesto. Sobre todo le importan las personas que sufren las consecuencias de lo que sucede en el mundo: la pobreza, la injusticia, la discriminación… Al Señor, y por tanto también a nosotros, nos importan las cosas de este mundo, pero su “obsesión” es otra. Su “obsesión” –que ha de ser también la nuestra- es que este mundo se ajuste al querer de Dios, a su voluntad.

Los fariseos parecen haberlo olvidado y Jesús les llama la atención sobre su “mundanidad”, que parece conceder el mismo lugar a los asuntos del César que a los asuntos de Dios, rebajando a Dios a una mera cuestión o disquisición humana, sin trascendencia. Huyamos nosotros también de esta tentación. Pidamos hoy al Señor la gracia de comprender que el César, por importante y todopoderoso que sea, no es Dios.

Dice el Evangelio que quedaron admirados por su respuesta. Les pareció una respuesta realmente sabia. Así es. Jesús nos invita a una nueva sabiduría; la sabiduría que nos ayuda a distinguir lo que es importante de lo accesorio, lo que vale de lo que no vale, lo esencial de lo supérfluo. En definitiva, una sabiduría que nos ayude en las cosas prácticas de la vida, teniendo claro cuál es el horizonte y el criterio de discernimiento, dejando espacio en nuestra vida para que

Dios sea Dios y lo demás adquiera desde ahí su verdadera dimensión.

Que tengamos un buen día, hermanos. Que el Señor nos bendiga y nos acompañe en nuestra jornada.

Fernando Prado, cmf.