Vísperas – Miércoles XI de Tiempo Ordinario

SAN LUIS GONZAGA, religioso. (MEMORIA).

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

  1. Dios mío, ven en mi auxilio
    R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

    Himno: FELIZ QUIEN HA ESCUCHADO LA LLAMADA

    Feliz quien ha escuchado la llamada
    al pleno seguimiento del Maestro,
    feliz porque él, con su mirada,
    lo eligió como amigo y compañero.

    Feliz el que ha abrazado la pobreza
    para llenar de Dios su vida toda,
    para servirlo a él con fortaleza,
    con gozo y con amor a todas horas.

    Feliz el mensajero de verdades
    que marcha por caminos de la tierra,
    predicando bondad contra maldades,
    pregonando la paz contra las guerras. Amén.

    SALMODIA

    Ant 1. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.

    Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

    Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
    nos parecía soñar:
    la boca se nos llenaba de risas,
    la lengua de cantares.

    Hasta los gentiles decían:
    «El Señor ha estado grande con ellos.»
    El Señor ha estado grande con nosotros,
    y estamos alegres.

    Que el Señor cambie nuestra suerte
    como los torrentes del Negueb.
    Los que sembraban con lágrimas
    cosechan entre cantares.

    Al ir, iban llorando,
    llevando la semilla;
    al volver, vuelven cantando,
    trayendo sus gavillas.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.

    Ant 2. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

    Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

    Si el Señor no construye la casa,
    en vano se cansan los albañiles;
    si el Señor no guarda la ciudad,
    en vano vigilan los centinelas.

    Es inútil que madruguéis,
    que veléis hasta muy tarde,
    los que coméis el pan de vuestros sudores:
    ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

    La herencia que da el Señor son los hijos;
    una recompensa es el fruto de las entrañas:
    son saetas en mano de un guerrero
    los hijos de la juventud.

    Dichoso el hombre que llena
    con ellas su aljaba:
    no quedará derrotado cuando litigue
    con su adversario en la plaza.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

    Ant 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.

    Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20

    Damos gracias a Dios Padre,
    que nos ha hecho capaces de compartir
    la herencia del pueblo santo en la luz.

    Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
    y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
    por cuya sangre hemos recibido la redención,
    el perdón de los pecados.

    Él es imagen de Dios invisible,
    primogénito de toda creatura;
    pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
    celestes y terrestres, visibles e invisibles,
    Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
    todo fue creado por él y para él.

    Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
    Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
    Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
    y así es el primero en todo.

    Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
    Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
    haciendo la paz por la sangre de su cruz
    con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.

    LECTURA BREVE   Rm 8, 28-30

    Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

    RESPONSORIO BREVE

    V. El Señor es justo y ama la justicia.
    R. El Señor es justo y ama la justicia.

    V. Los buenos verán su rostro.
    R. El Señor es justo y ama la justicia.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. El Señor es justo y ama la justicia.

    CÁNTICO EVANGÉLICO

    Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.

    Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

    Proclama mi alma la grandeza del Señor,
    se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
    porque ha mirado la humillación de su esclava.

    Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
    porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
    su nombre es santo,
    y su misericordia llega a sus fieles
    de generación en generación.

    El hace proezas con su brazo:
    dispersa a los soberbios de corazón,
    derriba del trono a los poderosos
    y enaltece a los humildes,
    a los hambrientos los colma de bienes
    y a los ricos los despide vacíos.

    Auxilia a Israel, su siervo,
    acordándose de su misericordia
    -como lo había prometido a nuestros padres-
    en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.

    PRECES

    Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que con la intercesión y el ejemplo de los santos nos ayude, y digamos:

    Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.

    Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,
    haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.

    Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito,
    ayúdanos a dar fruto de buenas obras.

    Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
    guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno.

    Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
    haz que comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del amor.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres

    Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos
    y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro.

    Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir:

    Padre nuestro…

    ORACION

    Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

    CONCLUSIÓN

    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
    R. Amén.

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Lectio Divina (21 de junio)

Lectio: Miércoles, 21 Junio, 2017

Tiempo Ordinario

1) ORACIÓN INICIAL

¡Oh Dios!, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Mateo 6,1-6.16-18

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

3) REFLEXIÓN

• El evangelio de hoy da continuidad a la meditación sobre el Sermón del Monte. En los días anteriores hemos reflexionado sobre el mensaje del capítulo 5 del evangelio de Mateo. En el Evangelio de hoy y en los días siguientes vamos a meditar el mensaje del capítulo 6 del mismo evangelio. La secuencia de los capítulos 5 y 6 puede ayudar en su comprensión. Los pasajes en itálico indican el texto del evangelio de hoy. He aquí el esquema:

Mateo 5,1-12: Las bienaventuranzas: solemne apertura de la nueva Ley.
Mateo 5,13-16: La nueva presencia en el mundo: Sal de la tierra y luz del mundo.
Mateo 5,17-19: La nueva práctica de la justicia: relación con la antigua ley.
Mateo 5, 20-48: La nueva práctica de la justicia: observando la nueva Ley.
Mateo 6,1-4: La nueva práctica de las obras de piedad: la limosna.
Mateo 6,5-15: La nueva práctica de las obras de piedad: la oración.
Mateo 6,16-18: La nueva práctica de las obras de piedad: el ayuno.
Mateo 6,19-21: La nueva relación con los bienes materiales: no acumular.
Mateo 6,22-23: Nueva relación con los bienes materiales: visión correcta.
Mateo 6,24: Nueva relación con los bienes materiales: Dios o el dinero.
Mateo 6,25-34: Nueva relación con los bienes materiales: abandono en la Providencia.

• El evangelio de hoy trata de tres asuntos: la limosna (6,1-4), la oración (6,5-6) y el ayuno (6,16-18). Son las tres obras de piedad de los judíos.

• Mateo 6,1: No practicar el bien para ser vistos por los otros. Jesús critica los que practican las buenas obras sólo para ser vistos por los hombres (Mt 6,1). Jesús pide apoyar la seguridad interior en aquello que hacemos por Dios. En los consejos que él da transpare un nuevo tipo de relación con Dios: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará» (Mt 6,4). “Antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan” (Mt 6,8). “Si perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará” (Mt 6,14). Es un nuevo camino que aquí se abre de acceso al corazón de Dios Padre. Jesús no permite que la práctica de la justicia y de la piedad se use como medio de auto-promoción ante Dios y la comunidad (Mt 6,2.5.16).

• Mateo 6,,2-4: Como practicar la limosna. Dar la limosna es una manera de realizar el compartir tan recomendado por los primeros cristianos (Hec 2,44-45; 4,32-35). La persona que practica la limosna y el compartir para promoverse a sí mismo ante los demás merece la exclusión de la comunidad, como fue el caso de Ananías y Safira (At 5,1-11). Hoy, tanto en la sociedad como en la Iglesia, hay personas que hacen gran publicidad del bien que hacen a los demás. Jesús pide el contrario: hacer el bien de forma tal que la mano izquierda no sepa lo que hace la mano derecha. Es el total desapego y la entrega total en la gratuidad del amor que cree en Dios Padre y lo imita en todo lo que hace.

• Mateo 6,5-6: Como practicar la oración. La oración coloca a la persona en relación directa con Dios. Algunos fariseos transformaban la oración en una ocasión para aparecer y exhibirse ante los demás. En aquel tiempo, cuando tocaba la trompeta en los tres momentos de la oración: mañana, mediodía y tarde, ellos debían pararse en el lugar donde estaban para hacer sus oraciones. Había gente que procuraba estar en las esquinas en lugares públicos, para que todos pudiesen ver cómo rezaban. Ahora bien, una actitud así, pervierte nuestra relación con Dios. Es falsa y sin sentido. Por esto, Jesús dice que es mejor encerrarse en un cuarto y rezar en secreto, preservando la autenticidad de la relación. Dios te ve también el lo secreto y él te escucha siempre. Se trata de la oración personal, no de la oración comunitaria.

• Mateo 6,16-18: Como practicar el ayuno. En aquel tiempo la práctica del ayuno iba acompañada de algunos gestos exteriores bien visibles: no lavarse la cara ni peinarse, usar ropa de color oscuro. Era la señal visible del ayuno. Jesús critica esta manera de actuar y manda hacer lo contrario, para que nadie consigua percibir que estás ayunando: báñate, usa perfume, péinate bien el pelo. Y así el Padre que ve en lo secreto recompensará.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• Cuando rezas, ¿cómo vives tu relación con Dios?

• ¿Cómo vives tu relación con los demás en la familia y en la comunidad?

5) ORACIÓN FINAL

¡Qué grande es tu bondad, Yahvé!
La reservas para tus adeptos,
se la das a los que a ti se acogen
a la vista de todos los hombres. (Sal 31,20)

Otro curso que termina

Te damos gracias, Dios y Padre Nuestro, porque tú creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al hombre y la mujer, hechos a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo, dominaran la creación…

Y desde entonces… la vida sigue… y el hombre es un pequeño creador, sustituto del Dios Omnipotente… Y la vida sigue, la vida sigue, la vida sigue…

Disfrutamos de una rica herencia en inventos y desarrollo. Se la debemos al trabajo y al estudio de los que nos precedieron. Ahora nos toca a nosotros. El presente y el futuro, de nosotros dependen.

• ¿Sabrías ponerle siglo a cada viñeta? ¿A qué invento o descubrimiento se refieren? • El último, que sale corriendo, ¿qué significará? Si no te gusta que salga corriendo, di por qué actitud lo sustituirías.
• Podemos ponernos a soñar ¿qué te gustaría mejorar del mundo actual con tu estudio o tu trabajo?
• ¿Qué puedes hacer tú desde ahora para contribuir a que la tierra y la sociedad sea un poco mejor de cómo está actualmente

Pidamos al Sagrado Corazón, por la restauración de la familia cristiana

I

ADONDE el infierno dirige con más ahínco sus ataques es a la sociedad doméstica. Lograr que desaparezca Jesucristo de la familia, éste es el blanco de sus deseos. Y ¡cómo se va logrando en muchas partes este deseo de Satanás! Apenas se encuentra ya en algunos lugares la familia verdaderamente cristiana. Ciertos padres y madres de hoy parecen haber desterrado la Religión de su hogar, según tienen olvidadas allí todas las prácticas de ella. Apenas se reza; y en familia, apenas se oye en ella el nombre de Dios. Toda la importancia se da al interés, a la vanidad, al lujo exagerado, a las culpables diversiones.

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Hazte cargo también de esta necesidad y acude a remediarla. Haz tuyos nuevamente nuestros hogares, de donde parece haberte echado el demonio tu enemigo. Vuelve a reinar ¡oh Señor! en nuestras casas, como en otros templos consagrados a Ti. Une a tu Divino Corazón los corazones de los padres y de los hijos, que hoy tienen miserablemente divididos la disipación y el egoísmo.

¡Oh Sagrado Corazón! Te pedimos hoy más fervorosamente por esta necesidad, una de las más tristes de nuestros días.

Medítese unos minutos.

II

¡Qué distinta sería la faz del mundo si volviese a reinar en la familia cristiana el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Cómo sería la prudencia de los padres; cómo el respeto de los hijos; cómo la fidelidad de los esposos; cómo el amor de los hermanos! Cada casa cristiana sería un vivo calco de la Sagrada Familia de Nazareth.

Hoy no reina en muchas de ellas Dios; pero reinan en cambio el egoísmo, la desconfianza, la relajación de los vínculos más sagrados. ¡Corazón de Jesús! ¿Es esta la familia cristiana como Tú la quieres? No. Es como la quiere el demonio, enemigo de tu nombre y de nuestras almas. Quítale, pues, Jesús, este señorío a Satanás; recóbralo Tú para no perderlo ya nunca. Sé Tú mismo en la familia el centro de unión, norma de conducta; den los padres buen ejemplo y sano consejo; muestren los hijos obediencia y docilidad; esmérense todos en el cumplimiento de tu ley y en el respeto a tu Iglesia.

¡Oh Señor! Sé Tú el verdadero Padre de familias, de todas éstas acá en la tierra, para que juntas formen un día contigo, la dichosísima familia del cielo.

Medítese, y pídase la gracia particular.

Evangelii Gaudium – Francisco I

67. El individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los vínculos familiares. La acción pastoral debe mostrar mejor todavía que la relación con nuestro Padre exige y alienta una comunión que sane, promueva y afiance los vínculos interpersonales. Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas» (Ga 6,2). Por otra parte, hoy surgen muchas formas de asociación para la defensa de derechos y para la consecución de nobles objetivos. Así se manifiesta una sed de participación de numerosos ciudadanos que quieren ser constructores del desarrollo social y cultural.

Comentario Domingo del Corpus Christi

Oración

Queremos, Señor Jesús, escucharte en tu Palabra.
Y escuchándola, sintonizar con tu corazón de Hijo confiado en el

Padre del cielo, aprender a orar Contigo, a esperar con

paciencia activa, a amar y a perdonar sin cansarnos. Enséñanos, Jesús, Señor y Hermano nuestro, a conocerte a través

de tu evangelio. ASI SEA.

 

Mt 10, 26-33

26Así que no les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no sea descubierto, ni [nada] escondido que no sea conocido. 27Lo que os digo en la oscuridad decidlo a la luz, y lo que escucháis al oído proclamadlo desde la azotea.

28Y no tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; tened miedo si acaso al que puede destruir cuerpo y alma en la gehenna.
29¿Acaso no se venden un par de gorriones por un as? Y, sin embargo, ni uno solo caerá a tierra sin que lo disponga vuestro Padre. 30Pero hasta vuestros cabellos de la cabeza tenéis contados.

31Conque no tengáis miedo, que vosotros valéis más que muchos gorriones.
32Así que todo el que se declare por mí ante los hombres, también yo me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; 33pero el que me niegue ante los hombres, lo negaré también yo ante mi Padre que está en los cielos.

¡PALABRA DEL SEÑOR! 

 

TEXTO

Los vv. 26-31 están construidos circularmente: el doble dicho antitético del v. 28 está en el centro («no tengáis miedo… temed si acaso»), rodeado por los dos dichos de los vv. 26b- 27 y vv. 29-30 y, en el último círculo concéntrico, las frases- marco del v. 26a y v. 31 («Con que no tengáis miedo»). El v. conclusivo 31 se refuerza al volver en 31b sobre el v. 29. El v. 29b forma un puente con la palabra clave «padre» hacia el dicho final de los vv. 32-33. Este dicho o logion es independiente en la forma y en el contenido, pero pertenece a esta sección, que concluye con una mirada prospectiva al último juicio.

 

ELEMENTOS INTERESANTES

• Esta sección está encaminada a superar el miedo en momentos de persecución. Los vv. 24-25 ponen el fundamento: los discípulos saben que su suerte no será distinta de la de su Maestro, y por eso («así que») no hay que temer a «aquellos» que los maltratan y escarnecen ante el tribunal.

• ¿Cuándo será manifiesto lo oculto? ¿En la historia o en el juicio final? ¿El motivo de consuelo para los discípulos es el éxito inevitable de su buena causa a lo largo del tiempo o la manifestación definitiva de la misma en el juicio final? No es fácil que la mayoría de las personas de nuestro tiempo encuentre consuelo y motivo para no temer en el hecho de que Dios vaya a manifestar su verdad en el último juicio mediante el Hijo del hombre, que reconocerá a los suyos y condenará a los otros (vv. 32-33).

• Los discípulos deben comportarse ya ahora de acuerdo con la revelación definitiva del juicio final. Hay que predicar públicamente, desde los tejados de las casas palestinas, de forma que todos oigan el mensaje. Y como el discurso de envío pasa a ser, al menos desde 10,24, un discurso general a los discípulos, todos los miembros de la comunidad se sienten interpelados por este mandato de evangelización.

• El Dios poderoso es «vuestro Padre», que se preocupa hasta de los gorriones. Los gorriones eran un artículo corriente en el mercado, la carne más barata con diferencia, el asado de los pobres. El «as» romano era moneda suelta; por dos ases se podía comprar una ración diaria de pan. De ahí la intención enfática del texto: ni un solo gorrión se convierte en pieza cobrada sin la voluntad de Dios. El poder de Dios sobre sus criaturas es vivenciado por la comunidad con verdadera intensidad.

• El conocimiento del Padre celestial es el punto básico de la sección, que tendrá luego su contrapunto en la ruptura con los padres terrenos (10,35.37). El acento recae en el v. 32: se trata de consolar a los discípulos que sufren. La manifestación que lo decide todo acontecerá en el juicio, cuando Jesús reconozca a los que lo reconocieron. Que el Señor diga entonces «nunca os conocí» (7,23) o «venid, benditos de mi Padre» (25,34), decide sobre la muerte y la vida.

• No deja de haber un trasfondo oscuro referido a Dios, pero ello sirve para agrandar la promesa: justamente aquel en cuya mano está la aniquilación, promete a los discípulos su amor. La clave para la comprensión está en la persona de Jesús: a él está ligada la paternidad de Dios. Aquel cuyo seguimiento conducirá a la cruz y a la pérdida de la vida (10,38-39) declara que todos los cabellos de la cabeza están contados. Esto significa, entonces, que el seguimiento es el lugar donde se puede aprender y ejercitar la idea de la providencia y la paternidad de Dios.

 

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Para la catequesis: Santísima Trinidad

XII Domingo del tiempo ordinario
25 de junio del 2017

Lecturas: Jeremías 20,10-13; Salmo 68; Romanos 5,12-15; Mateo 10,26-33

A quien se debe tener miedo

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.

¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos».

Reflexión

Converse con los niños sobre algunas cosas que les dan miedo. ¿A que temen ellos más? (Oscuridad, animales, monstruos, o alguna persona) ¿Con quienes se sienten más seguros y confiados? ¿Quiénes les hacen sentirse importantes? ¿Quiénes son importantes para ellos? ¿Algunas veces han sentido que alguien se ha reído de ellos porque se portaban bien? ¿Tienes tu algunas veces miedo de hacer las cosas porque alguien se puede reír de ti o criticarte? Jesús dice que hay que proclamar su mensaje de amor, aunque algunas personas no les guste.

Actividad

Motiven a los niños hacer algo especial esta semana. Ejemplo: Portarse bien en clase, aunque un compañero Se ría de él. Dar gracias a los mayores cuando hagan algo por ellos.

Entregarles una hoja en blanco donde se les pidan hagan un dibujo de sí mismos y lo recorten. Por un lado, escribir su nombre y por el otro “Soy importante para Dios”

Oración

Jesús, protégeme siempre cuando tenga miedo. Te agradezco por cuidarme, por considerarme más valiosos que los pajaritos. Ayúdanos a proclamar tu mensaje de amor, aunque algunas personas no les guste. Amen.

¿Qué me quiere decir hoy Jesús? – Domingo XII de Tiempo Ordinario

Para entender bien el evangelio de hoy hace falta situarlo en su contexto. Este evangelio es continuación del de la semana pasada: donde Jesús llamaba a los 12 y los enviaba a predicar. Por tanto, el contexto es el de la evangelización, el contexto es el de la llamada (a los 12 y a nosotros) a comunicar la buena noticia del Evangelio. Y en este contexto Jesús dice tres veces a sus discípulos: “No tengáis miedo”.

Si la semana pasada nos sentíamos llamados por Jesús a colaborar en la tarea de la evangelización. Hoy Jesús a cada uno de nosotros nos dice: “No tengáis miedo”.

Si Jesús en el evangelio nos dice que no tengamos miedo quiere decir que nos quiere dar las gracias para no tener miedo. Y a nosotros nos es necesario esperarlo. Jesús no nos propone imposibles. Todo aquello que nos propone va acompañado de las gracias necesarias para poderlo vivir.

Ahora paso a explicar brevemente las tres afirmaciones donde dice: “no tengáis miedo”

“No tengáis miedo a los hombres”. “Aquello que os digo en la oscuridad, decidlo  a plena luz; aquello…”. No podemos tener miedo al qué dirán, al qué pensarán, si me criticarán, si dirán de mí… Hemos de ser indiferentes a lo que piensen de nosotros. A nosotros sólo nos ha de preocupar lo que Dios piense de nosotros… “No tengáis miedo de los hombres”.

Amar es dar al otro lo que es bueno. Al evangelizar estamos dando al otro lo mejor que tenemos: el tesoro de la fe. Por tanto, evangelizar es amar, y no podemos tener miedo de amar.

Es diferente respetar la libertad de cada uno que dejar que el otro se derrumbe porque su vida no tiene sentido. Es preciso ver que no es lo mismo.

Un cristiano es alguien que no puede esconder que Dios le ama i que él Ama Dios. Es una experiencia tan honda que aparece en los lugares más inesperados. Es una experiencia que nos transfigura, nos hace diferentes y se nota allá donde vamos.

No podemos tener miedo de los hombres, estamos llamados a ser fuente, de donde brotan palabras y gestos de vida. Hemos de tomar la iniciativa, no esperar que nos lo pidan. Si nosotros no evangelizamos ¿quien lo hará?. Podemos tener vergüenza de muchas cosas, pero de hablar de Cristo nunca.

“No tengáis miedo de los que matan sólo el cuerpo…”. Con estas palabras Jesús nos indica la posibilidad de que en la tarea evangelizadora se pierda la vida. Seguramente a nosotros no nos tocará vivir esto, pero hemos de tener un amor y un deseo de evangelizar equivalente a dar la vida por Jesucristo. El hecho material de morir no se nos pide, pero sí la entrega equivalente.

Esta expresión “No tengáis miedo de los que matan el cuerpo…” también nos habla de una evangelización valiente y audaz. Vale la pena recordar aquellas palabras de San Pablo, decía hablando de lo que le ha supuesto la evangelización:  “Cinco veces he recibido de los judíos los treinta y nueve azotes, tres veces me han flagelado, una vez me han apedreado, tres veces he naufragado y he pasado una noche y un día enteros a la deriva en alta mar. Me he encontrado a menudo haciendo largos viajes a pie, en peligros de ríos y peligros de ladrones, peligros de parte de la gente de mi linaje i peligros de parte de los paganos, peligros en la ciudad y peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros de parte de los falsos hermanos; trabajos y fatigas, a menudo noches en blanco, hambre y sed, a menudo sin comer, pasando frío y sin ropa.”. SP no tiene miedo a los que matan el cuerpo. Su entrega a la predicación es necesario que sea un ejemplo para todos nosotros.

“No tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones”. Es una llamada a la confianza. A confiar en que Él está con nosotros y vela por nosotros. No nos deja nunca solos, y menos cuando procuramos evangelizar. 

Cuando San Pablo llega a Corinto no le salen nada bien las cosas, la evangelización no avanza. Y Dios le dice: “no tengas miedo, habla y no calles, que yo estoy contigo, y tengo un pueblo muy numeroso en esta ciudad”.

Hoy el profeta Jeremías nos daba un ejemplo de confianza. Delante de la traición de sus propios amigos dice: “El Señor me protege como un guerrero invencible. Hazme ver como haces justicia, ya que es a ti que yo he confiado mi causa”.

A Él confiamos nuestra causa, evangelicemos desde el firme convencimiento que Él es quien actúa en el corazón de los hombres y mujeres a los que queremos evangelizar. 

Y acabo con una pregunta: ¿se puede hablar de Dios si no se habla con Dios? Me parece que no. Que a  nuestra plegaria de esta semana le pidamos al Señor que sea Él quien ponga en nuestros labios sus palabras por tal de llegar a ser auténticos evangelizadores.

Jesús acaba sus recomendaciones hacia la evangelización diciendo: “A todo el que me reconozca…”

Comentario al evangelio (21 de junio)

      Lo de cuidar la imagen ha sido algo que ha preocupado de siempre a las personas. En todas las partes del mundo, en todas las culturas. Tiene su razón de ser. La apariencia externa es lo primero que se ve y los demás nos juzgan y valoran inevitablemente por nuestra apariencia externa, por nuestra imagen, por lo que ven de nosotros. Eso es así y es difícil de cambiar. Por eso nos vestimos de una determinada manera y no de otra. Y con la forma como nos vestimos ya estamos comunicando algo a los demás. Por eso hablamos de una determinada manera y en la forma ya comunicamos algo de nosotros mismos. Tanta importancia tiene la forma de hablar, de vestirse, los gestos, etc, que a veces todo eso es más importante que lo que decimos o hacemos en concreto.

      El problema es cuando la imagen se queda sólo en eso, en imagen, en apariencia, en cáscara vacía. Cuando no hay concordancia entre lo que se quiere aparentar y la realidad que hay detrás. Y me da la impresión de que es a eso a lo que se refiere Jesús. 

      Porque la vida cristiana es cualquier cosa menos apariencia. Es más, la vida cristiana es cualquier cosa menos cuidado de las apariencias. La vida cristiana, seguir a Jesús, es amar como Dios nos ama. Así de sencillo. Seguir a Jesús nos impone una coherencia de vida entre lo que somos, lo que vivimos, lo que hacemos y decimos, y nuestra apariencia, lo que dejamos ver a los demás. 

      Es terrible cuando descubrimos que un político o un amigo o cualquier persona de nuestra sociedad es incoherente. Cuando nos enteramos de que el juez en realidad está pagado por los delincuentes y sólo aparenta hacer justicia. Pero es mucho peor cuando nos encontramos con alguien que se las da de cristiano y, de repente, descubrimos que su vida real no tiene nada que ver con lo que predica, con la imagen que aparenta. 

      Así que cuando nos dediquemos a orar o a ayunar o a dar limosna, el hecho de que los demás nos vean o no nos vean es secundario. Lo importante es centrarnos en lo que hacemos, en lo que creemos que debemos hacer. Hasta es posible que alguno malinterprete lo que hacemos. No pasa nada. Porque lo importante no es la imagen que ofrecemos sino lo que de verdad hacemos. ¡Si Jesús hubiese cuidado un poco más las apariencias seguro que no hubiese terminado en la cruz!