Vísperas – Miércoles XVIII de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: SEÑOR, TÚ ERES SANTO: YO ADORO, YO CREO.

Señor, tú eres santo: yo adoro, yo creo;
tu cielo es un libro de páginas bellas,
do en noches tranquilas mi símbolo leo,
que escribe tu mano con signos de estrellas.

En vano con sombras el caos se cierra:
tú miras al caos, la luz nace entonces;
tú mides las aguas que ciñen la tierra,
tú mides los siglos que muerden los bronces.

El mar a la tierra pregunta tu nombre,
la tierra a las aves que tienden su vuelo;
las aves lo ignoran; preguntan al hombre,
y el hombre lo ignora; pregúntanlo al cielo.

EI mar con sus ecos ha siglos que ensaya
formar ese nombre, y el mar no penetra
misterios tan hondos, muriendo en la playa,
sin que oigan los siglos o sílaba o letra.

Señor, tú eres santo: yo te amo, yo espero;
tus dulces bondades cautivan el alma;
mi pecho gastaron con diente de acero
los gustos del mundo, vacíos de calma.

Concede a mis penas la luz de bonanza,
la paz a mis noches, la paz a mis días;
tu amor a mi pecho, tu fe y tu esperanza,
que es bálsamo puro que al ánima envías. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.

Salmo 61 – DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.

Ant 2. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Salmo 66 – QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Ant 3. Todo fue creado por él y para él.

Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Todo fue creado por él y para él.

LECTURA BREVE   1Pe 5, 5b-7

Sed humildes unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os eleve. Descargad en él todas vuestras preocupaciones, porque él se interesa por vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.

V. A las sombras de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

PRECES

Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe:

Muéstranos, Señor, tu amor y danos tu paz.

Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó;
ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como una hierba que se renueva por la mañana y se seca por la tarde.

Alimenta a tu pueblo con el maná para que no perezca de hambre
y dale el agua viva para que nunca más tenga sed.

Que tus fieles busquen y saboreen los bienes de arriba
y te glorifiquen también con su descanso.

Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas,
para que la tierra dé fruto abundante.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Que los difuntos puedan contemplar tu faz
y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad.

Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro…

ORACION

Dios nuestro, tu nombre es santo y tu misericordia llega a tus fieles de generación en generación; atiende, pues, las súplicas de tu pueblo y haz que pueda cantar eternamente tus alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 9 de agosto

Lectio: Miércoles, 9 Agosto, 2017
Tiempo Ordinario
 
1) Oración inicial
Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como guía. Por nuestro Señor.
 
2) Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 15,21-28

Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Despídela, que viene gritando detrás de nosotros.» Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» Él respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» «Sí, Señor -repuso ella-, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.
 
3) Reflexión
• Contexto. El pan de los hijos y la gran fe de una mujer cananea es el tema que presenta este pasaje del cap.15 de Mateo, que propone al lector de su evangelio una ulterior profundización de la fe en Cristo. El episodio va precedido de una iniciativa de los escribas y fariseos llagados de Jerusalén, que provocan un encontronazo de poca duración con Jesús, hasta que se alejó con sus discípulos para retirarse a la región de Tiro y de Sidón.

Mientras va de camino, lo alcanza una mujer que viene de lugares paganos. Mateo presenta a esta mujer con el apelativo de “cananea”, el cual aparece en el AT con toda su dureza. En el Deuteronomio, los habitantes de Canaán son considerados una gente llena de pecados por antonomasia, un pueblo malo e idolátrico.
• Dinámica del relato. Mientras Jesús desarrolla su actividad en Galilea y está en camino hacia Toro y Sidón, una mujer se le acerca y empieza a importunarlo con una petición de ayuda a favor de su hija enferma. La mujer se dirige a Jesús con el título de “hijo de David”, un título que suena a extraño en boca de una pagana y que podría encontrar justificación en la extrema necesidad que vive la mujer. Podría pensarse que esta mujer ya cree de algún modo en la persona de Jesús como el salvador final, pero esto se excluye puesto que sólo en el v.28 aparece reconocido su acto de fe, justamente por parte de Jesús. En el diálogo con la mujer, parece que Jesús muestra la misma distancia y desconfianza que había entre el pueblo de Israel y los paganos. Por un lado, Jesús manifiesta a la mujer la prioridad de Israel en acceder a la salvación y, ante la insistente demanda de su interlocutora, Jesús parece tomar distancias, una actitud incomprensible para el lector, pero en la intención de Jesús expresa un alto valor pedagógico. A la súplica primera “Ten piedad de mi, Señor, hijo de David”, no responde Jesús. A la segunda intervención, esta vez por parte de los discípulos que lo invitan a atender a la mujer, sólo expresa un rechazo que subraya aquella secular distancia entre el pueblo elegido y los pueblos paganos (vv.23b-24). Pero a la insistencia del ruego de la mujer que se postra ante Jesús, sigue una respuesta dura y misteriosa: “no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos” (v.26). La mujer va más allá de la dureza de las palabras de Jesús y se acoge a un pequeño signo de esperanza: la mujer reconoce que el plan de Dios que Jesús lleva adelante afecta inicialmente al pueblo elegido y Jesús pide a la mujer el reconocimiento de esta prioridad; la mujer explota esta prioridad con el fin de presentar un motivo fuerte para obtener el milagro: ”También los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” (v.27). La mujer ha superado la prueba de la fe: “Mujer, grande es tu fe” (v.28); de hecho, a la humilde insistencia de su fe, Jesús responde con un gesto de salvación.
Este episodio dirige a todo lector del Evangelio una invitación a tener una actitud de “apertura” hacia todos, creyentes o no, es decir, una disponibilidad y acogida sin reserva hacia cualquier hombre.
 
4. Para la reflexión personal
• La palabra escrutadora de Dios te invita a romper tu cerrazón y tus pequeños esquemas. ¿Eres capaz de acoger a todos los hermanos que se acercan a ti?

• ¿Eres consciente de tu pobreza para ser capaz, como la cananea, de confiarte a la palabra salvífica de Jesús?
 
5) Oración final
Señor, no me rechaces lejos de tu rostro,

no retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme el gozo de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso. (Sal 51,13-14)

Memorias de África

MEMORIAS DE ÁFRICA

Director: Sydney Pollack. Nacionalidad: USA 1985

“Memorias de África” es una película de amor y ecología, muy útil para su uso en ambas dimensiones. En este caso la hemos visionado para hablar de amor y sexualidad.

La película muestra, en los primeros veinte minutos, la sinrazón de un matrimonio de conveniencia. La pareja no se conoce y se casan nada más llegar la novia a la sabana africana de Kenia, a primeros del siglo XX, durante la época colonial. En seguida el marido da muestras de poco respeto hacia la recién casada.

Durante media hora de hermosos paisajes se desarrolla un safari en el que la pareja protagonista se van a conocer y evidentemente se van a enamorar. Tres días y tres noches de safari dan momentos suficientes para que él y ella se vayan conociendo en interminables conversaciones junto al fuego, en cenas a la luz de las estrellas, compartiendo el peligro de un ataque de leones y otras peripecias. El cazador respeta la decisión de la baronesa, cada noche se despiden junto a la tienda de campaña. Hasta que es ella la que le invita a pasar, libremente, porque así lo quiere y desea. El sexo solo llega después de conocerse y siempre respetando los deseos de cada uno.

Finalmente, la nueva pareja comparte un romántico paseo entre las nubes, sin palabras, solo emociones que se traslucen en un apretón de manos a cientos de metros sobre la inmensidad de los paisajes africanos, en una avioneta de tela, a merced de los vientos, con la sola seguridad que da una minúscula palanca que sirve para controlar el aparato.

Oremos hoy por: los árboles, las plantas, las cosechas y las selvas

“… lo sembrado en tierra buena es la persona que oye la palabra de Dios, la medita y produce fruto: el ciento, el sesenta y el treinta por uno” (Mateo 13, 23)

Una canción:
SEMILLA UNIVERSO (La Maraka) www.youtube.com/watch?v=VjkHK4kWWP8

Semilla de amor, fuente de alimento,
semilla corazón, origen, nacimiento.

Viajas con el viento por el espacio abierto,
fieles, de mano en mano,

con nuestros ancestros.
Viajas en el tiempo de germen de vida.
Eres consuelo y origen, semilla universo.

Eres la memoria, semilla heredera,
semilla viajera, semilla sin frontera.
Eres la memoria, semilla alimento,
semilla sustento, ¡semilla!

Ese es un rezo por la libertad,
ese es un rezo por la diversidad.

Semilla que crece hacia el sol,
semilla multicolor.
Viajas simplemente echando raíces…
A una semilla nadie le enseña a crecer.
Diseño perfecto de la creación:

¡a una semilla nadie le enseña a crecer!

Eres tradición de los pueblos,
patrimonio sagrado de nuestros herederos.
Esta es nuestra herencia, herencia de vida,
legado sagrado de los hijos

de los hijos de tus hijos.

Soy la voz de la tierra, soy la voz de la semilla
porque ella no habla, pero siempre está viva.
Si se muere la semilla, la tenemos perdida,
porque llevas la vida en tu vientre, ¡semilla!

 

Una oración:

Dios Creador, te damos gracias por tus regalos: los árboles, las plantas, las cosechas y las selvas. Nos arrepentimos del abuso que hemos cometido con tus obras y del mal sufrido por los pobres sin tierra. Te alabamos ahora en tu creación, con las palabras de nuestro hermano Francisco:

Y por la hermana tierra, que es toda bendición, la hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color, y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Evangelii Gaudium – Francisco I

I. Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio

111. La evangelización es tarea de la Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es más que una institución orgánica y jerárquica, porque es ante todo un pueblo que peregrina hacia Dios. Es ciertamente un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión institucional. Propongo detenernos un poco en esta forma de entender la Iglesia, que tiene su fundamento último en la libre y gratuita iniciativa de Dios.

Comentario Domingo XIX de Tiempo Ordinario

Oración

Queremos, Señor Jesús, escucharte en tu Palabra. Y escuchándola, sintonizar con tu corazón de Hijo confiado en el Padre del cielo, aprender a orar Contigo, a esperar con paciencia activa, a amar y a perdonar sin cansarnos.

Saber una y otra vez cuánto te importa cada hombre y cada mujer, cuánto te interesa nuestra propia paz y felicidad.

 

Mt 14, 22-33

«22Y, enseguida, [Jesús] apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a las gentes. 23Y después de despedir a las gentes, subió al monte a solas para orar. Al atardecer, estaba allí solo.

24Mientras tanto, la barca ya se había alejado de tierra muchos estadios, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.

25A la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar. 26Los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se asustaron diciendo que era una fantasma y gritaron del miedo. 27Enseguida les habló Jesús diciendo: ‘¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!’.

28Pero respondiendo Pedro dijo: ‘Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti [andando] sobre las aguas’. 29Y él dijo: ‘Ven’. Y bajando de la barca, Pedro empezó a andar sobre las aguas y fue hacia Jesús; 30pero, al ver la fuerza del viento, tuvo miedo, empezó a hundirse y gritó diciendo: ‘Señor, sálvame’. 31Enseguida Jesús, extendiendo la mano, lo agarró y le dice: ‘¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?’.

32Y, al subir a la barca, amainó el viento.

33Los de la barca se postraron ante él diciendo: ‘Realmente eres Hijo de Dios’».

¡PALABRA DEL SEÑOR!

 

CONTEXTO 

El evangelio es continuación del que leímos el domingo anterior. Toda la narración conduce al reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios, no como “el hijo del carpintero” (13,55). Después de nuestro texto, el evangelio continúa relatando más curaciones de Jesús (14,34-36) y un nuevo desencuentro con los fariseos (15,1ss).

 

TEXTO

El evangelio está muy bien estructurado. Después de unos versículos de transición (vv. 22-23), que ponen fin al relato de “la multiplicación” (Jesús despide a las gentes después de haberlas atendido, y no antes como pedían los discípulos), la estructura del texto es simétrica:

v. 24: la tempestad se levanta
vv. 25-27: diálogo de los discípulos con Jesús
vv. 28-31: diálogo de Pedro con Jesús
v.32: la tempestad se calma
v. 33: profesión de fe de los discípulos: culmen del relato y de la sección.

Los temas centrales son: el miedo de los discípulos y la fe en Jesús, Hijo de Dios.

 

ELEMENTOS INTERESANTES

• En la primera escena el evangelio nos presenta a Jesús en oración, solo, una característica narrativa propia de Mateo. La oración de Jesús se prolongó “desde el atardecer hasta la cuarta vigilia de la noche” (entre las 3 y las 6 de la mañana). Oración propia, intensa y prolongada para recibir del Padre misión y fuerza. ¿Cómo es nuestra oración? ¿Buscamos tiempos y espacios que privilegien una profunda y genuina relación con Dios Padre?

• El ambiente que describe Mateo nos da una idea de sufrimiento: aguas tumultuosas, tempestad, noche… son imágenes de inseguridad, angustia, miedo. En este ambiente aparecen firmes las palabras de Jesús: “soy yo”, “no tengáis miedo”. En medio de nuestras dificultades, ¿encontramos en Jesús seguridad y firmeza?

• Pedro, el primero de los discípulos, no está exento de las dudas: “si eres tú”, “tuvo miedo”. Mientras “mira” a los ojos a Jesús cuando conversa con él, es capaz de andar sobre las aguas; pero cuando “mira” la fuerza del viento, entonces se hunde. Jesús es el “cristal” con el que debemos mirar la realidad, para que podamos andar sobre ella con resolución y confianza.

• Cuando Pedro pide a Jesús: “Señor, sálvame”, Jesús tiende la mano a Pedro, lo agarra y lo saca de las aguas. La presencia salvadora de Jesús no consiste en que no haya tempestades (en que no tengamos problemas), sino en que él se hace presente en medio de ellas.

• La expresión “¡Qué poca fe!” (oligopistoi) es una caracterización de los discípulos, propia de Mateo. Aparece 4 veces en el evangelio y refleja la fe de los creyentes: una mezcla de coraje y angustia, de oír al Señor y ver el viento, de confianza y duda… Ésta es la condición humana, y por eso no se condena la duda: Fe y duda no se excluyen.

• El relato concluye con la confesión de fe de los discípulos, que reconocen en Jesús al Hijo de Dios. Pese a las dificultades, las amenazas y las dudas, al final se da el reconocimiento de la Fe. Pensemos en la nuestra, en cómo la alimentamos, la cuidamos, la hacemos fecundar en nuestra vida.

 

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Para la catequesis: Domingo XIX de Tiempo Ordinario

XIX domingo del Tiempo Ordinario
13 de agosto, 2017

Lecturas: 1Reyes 19, 9a.11-13; Salmo 84; Romanos 9, 1-5; Mateo 14, 22-33

Jesús camina sobre el agua

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa, y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron, y decían: «¡Es un fantasma!» Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: «Tranquilícense y no teman. Soy yo».

Entonces le dijo Pedro: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua». Jesús le contestó: «Ven». Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: «¡Sálvame, Señor!» Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús diciendo: «Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios».

Reflexión

A menudo decimos que creemos en Dios y que confiamos; pero cuando vienen la tempestad; enfermedad problemas etc. pensamos que Dios no nos escucha Es aquí cuando necesitamos confiar en el poder de Dios para calmar nuestras angustias. La fe en Dios nos da fuerza para no hundirnos en nuestros temores e inseguridades.

Actividades

Converse con los niños sobre las cosas que le dan miedo y sobre las cosas que las hacen sentir bien. En un papel blanco que pinten una cara feliz y una con miedo. Escribir debajo de cada carita lo que corresponda. Compartir

Oración

Señor, ayúdanos a no tener miedo y a siempre confiar en Ti especialmente ayúdanos cuando vengan los problemas. Danos compasión y ternura para apoyar a aquellos que se sienten hundidos y abatidos. Amen.

¿Qué me quiere decir hoy Jesús? – Domingo XIX de Tiempo Ordinario

Esta vez Jesús camina sobre las aguas para ir a ayudar a sus amigos que se enfrentan a una fuerte tormenta. Porque él siempre está junto a ellos cuando lo necesitan. Sin embargo, no lo reconocen y aumenta su miedo al pensar que es un fantasma. Cristo los tranquiliza pero Pedro impulsivamente, le dice que si en verdad es Cristo, lo mande caminar sobre las aguas. Al hacerlo, titubea, pierde su fe y se hunde. Jesús, sin embargo, lo salva.

En nuestras vidas también hay momentos en los que los problemas, las tristezas, los miedos, nos hacen perder la fe y tal pareciera que nos hundimos.

A veces es tal nuestra angustia, que no nos damos cuenta que ¡Dios ya nos está ayudando! Porque la ayuda de Dios no siempre llega como quisiéramos, o incluso el propio problema que enfrentamos ya es una ayuda para nuestro crecimiento espiritual o para tomar un nuevo camino que nos acerque más a Él.

Sólo la fe, recuperada con la ayuda de Dios, a través de la oración, la lectura de su Palabra y los sacramentos, nos puede ayudar a recuperar la paz y entender sus caminos.

Pidámosle a Dios en nuestras oraciones que aumente nuestra fe para que podamos descubrirlo en todo lo bueno y lo malo que ocurre en nuestras vidas.

¿En qué acontecimientos de mi vida está Dios extendiéndome una mano y no lo he descubiert0?

Comentario al evangelio – 9 de agosto

Hoy recordamos a Edith Stein , filósofa, pensadora judía convertida al cristianismo y carmelita descalza a la hora de morir en la cámara de gas de Auschwitz, sin dejar que su nueva “condición” carmelitana le evitara lo que su hermana Rosa, sus amigos y tantos otros iban a vivir. Posiblemente no lo hizo por simple solidaridad ni siquiera por coherencia personal; que ya es mucho. Quizá entendió muy bien el evangelio que hoy leemos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma… hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados… No tengáis miedo…

Repensar su historia y su camino pueden ayudarnos a todos. Su grandeza no está solo en su muerte, sino en su vida, como ocurre con el mismo Jesús. Edith decide a los 15 años dejar de rezar pues cuanto más lee, reflexiona y aprende, más imposible le parece que pueda existir un Dios personal, a pesar del gran testimonio creyente que ve en su madre. Estudia fenomenología con Husserl, trabaja en la I Guerra Mundial como enfermera, consigue el doctorado “summa cum laude”, nunca deja de preguntarse y de buscar sinceramente la verdad, aprende con Max Scheler a mirar las cosas sin prejuicios ni barreras… Una tarde de verano lee casualmente la autobiografía de Teresa de Ávila y se convierte al cristianismo; siente que por fin, su búsqueda ha terminado. Dios mismo es la Verdad y el Amor que buscaba, no como un ser abstracto sino como Alguien personal, con nombre propio: Jesús. Ella misma dirá más tarde: mi búsqueda de la verdad era ya una oración. Con 43 años profesa como carmelita descalza, gozosa y enamorada de la bendición que nace de la Cruz de Cristo. De ahí el nuevo nombre que escogió.

Su ateismo, como fue luego su cristianismo, no es fanático ni condena a los otros; simplemente lo vive con honestidad radical y desde ahí camina. Mujer del siglo XX, escritora de fenomenología, psicología y humanidades; lectora de Kierkegaard y también del Nuevo Testamento o de los Ejercicios espirituales de Ignacio. Encarna el diálogo intercultural y religioso tan necesario en nuestro tiempo. Es la misma mujer que escribió años atrás:
«¡Que la mujer tiene capacidad para ejercer otras profesiones aparte de la de esposa y madre, sólo lo ha podido negar quien está ‘ciego’ frente a la realidad! Ninguna mujer es sólo mujer: cada una tiene sus propias inclinaciones y los propios talentos naturales, como los hombres. Y estos talentos la capacitan para las distintas profesiones de carácter artístico, científico, técnico. La disposición individual puede orientar preferentemente hacia cualquier campo, incluso hacia los que parecen de por sí más lejanos de las características femeninas. […] Pero si se quiere hablar de estas cosas en el sentido pleno del término, tienen que ser profesiones cuyos deberes objetivos sean compatibles con las características particulares de la feminidad.»

Es la misma mujer “pensadora, mística y mártir” como decía Juan Pablo II al nombrarla copatrona de Europa, que rompe con los tópicos de una vida monástica y religiosa sólo para gente apocada, miedosa, ingenua, resignada, ajena al mundo… Todo lo contrario. Una mujer que supo, al conocer a Cristo, que no hay lugar para el miedo y que toda búsqueda sincera no será nunca en balde.