Vísperas – Jueves XX de Tiempo Ordinario

SAN BARTOLOMÉ, apóstol. (FIESTA)

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.

¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!
¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!
Benditos vuestros pies, porque han llegado
para anunciar la paz al mundo entero.

De pie en la encrucijada de la vida,
del hombre peregrino y de los pueblos,
lleváis agua de Dios a los cansados,
hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

De puerta en puerta va vuestro mensaje,
que es verdad y es amor y es Evangelio.
no temáis, pecadores, que sus manos
son caricias de paz y de consuelo.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
nos llega por tu amor, pan verdadero;
gracias, Señor, que el pan de vida nueva
nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas.

Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas.

Ant 2. Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

Ant 3. Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

LECTURA BREVE   Ef 4, 11-13

Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

RESPONSORIO BREVE

V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.

PRECES

Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se manifestara en primer lugar a los apóstoles,
haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.

Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:

Padre nuestro…

ORACION

Fortalece, Señor, nuestra fe, para que nos adhiramos a Cristo, tu Hijo, con la misma sinceridad con que lo hizo el apóstol san Bartolomé, y haz que, por la intercesión de este santo, sea siempre tu Iglesia sacramento de salvación universal para todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 24 de agosto

Lectio: Jueves, 24 Agosto, 2017

Tiempo Ordinario
  
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Juan 1,45-51

Al día siguiente, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

3) Reflexión
• Jesús volvió para Galilea. Encontró a Felipe y le llamó: ¡Sígueme! El objetivo del llamado es siempre el mismo:»seguir a Jesús” Los primeros cristianos insistieron en conservar los nombres de los primeros discípulos. De algunos conservaron hasta los apellidos y el nombre del lugar de origen. Felipe, Andrés y Pedro eran de Betsaida (Jn 1,44). Natanael era de Caná (Jn 22,2). Hoy, muchos olvidan los nombres de las personas que están en el origen de su comunidad. Recordar los nombres es una forma de conservar la identidad.

• Felipe encuentra Natanael y habla con él sobre Jesús: «Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». Jesús es aquel hacia quien apuntaba toda la historia del Antiguo Testamento.
• Natanael pregunta: «Pero, ¿puede salir algo bueno de Nazaret?” Posiblemente en su pregunta emerge la rivalidad que acostumbraba existir entre las pequeñas aldeas de una misma región: Caná y Nazaret. Además de esto, según la enseñanza oficial de los escribas, el Mesías vendría de Belén en Judea. No podía venir de Nazaret en Galilea (Jn 7,41-42). Andrés da la misma respuesta que Jesús había dado a los otros dos discípulos: “¡Ven y verá!» No es imponiendo sino viendo que las personas se convencen. De nuevo, ¡el mismo proceso: encontrar, experimentar, compartir, testimoniar, llevar a Jesús!
• Jesús ve a Natanael y dice: «¡Ahí viene un verdadero israelita, sin falsedad!» Y afirma que ya le conocía, cuando estaba debajo de la higuera. ¿Cómo es que Natanael podía ser un «auténtico israelita” si no aceptaba a Jesús como Mesías? Natanael «estaba debajo de la higuera». La higuera era el símbolo de Israel (cf. Mi 4,4; Zc 3,10; 1Re 5,5). Israelita auténtico es aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que no concuerdan con el proyecto de Dios. El israelita que no está dispuesto a esta conversión non es ni auténtico, ni honesto. El esperaba al Mesías según la enseñanza oficial de la época (Jn 7,41-42.52). Por esto, inicialmente, no aceptaba a un mesías venido de Nazaret. Pero el encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como la gente se lo imagina o desea que sea. El reconoce su engaño, cambia idea, acepta a Jesús como mesías y confiesa: «¡Maestro, tu eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!» La confesión de Natanael no es que el comienzo. Quien será fiel, verá el cielo abierto y los ángeles que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y nosotros, los seres humanos. Es la realización del sueño de Jacob (Gén 28,10-22).

4) Para la reflexión personal
• ¿Cuál es el título de Jesús que más te gusta? ¿Por qué?

• ¿Tuviste intermediario entre tú y Jesús?
  
5) Oración final
Yahvé es justo cuando actúa,

amoroso en todas sus obras. (Sal 145,17)

Silencio

Título original: Silence
Intérpretes: Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Issei Ogata Género: drama religioso Director: Martin Scorsese. Producción: EEUU, 2016

Este film de Martin Scorsese recuerda la disyuntiva que se planteó a misioneros y a cristianos cuando, junto al aislamiento del resto del mundo que impuso Japón a sus nacionales, las autoridades pretendieron extirpar la religión católica todavía reciente, que había florecido en comunidades de campesinos y pescadores humildes, pero tenaces en la defensa de su fe. O apostasía o martirio cruento. No les daban otra alternativa. La mayoría optó por el suplicio.

El film plantea con crudeza interrogantes: el silencio de Dios que no acude a proteger a sus fieles ¿es desinterés de éste por la suerte de los humanos? ¿No responde a sus súplicas porque no existe? ¿Obliga a sus creyentes a entregar la vida por su causa? Asimismo podemos cuestionarnos el sentido del sufrimiento y del mal en el mundo, sobre todo, el que proviene de la crueldad humana.

Por otra parte, la película de Scorsese tiene una buena factura cinematográfica aunque su ritmo decae un poco y pierde interés hacia la mitad de su larga duración. En cualquier caso, un elogio de los cristianos que no renegaron de su fe y dieron su vida por lo que creían.

«El rechazo a la religión es, en ocasiones, una pose o una moda»

David Muñoz Quintáns, de 26 años, coordinador en la Delegación de Juventud de la diócesis de Orense, es el responsable de una actividad que mantuvo abierta la iglesia de Santa Eufemia durante toda una noche de la segunda semana de Pascua, en la primera edición orensana de «Una luz en la noche», que implicó a sesenta jóvenes. Salieron a las calles para invitar a otros orensanos de su edad a dedicar unos minutos a la oración.

¿No es un poco violento abordar a quien han salido de juerga para pedirle que vaya a la iglesia? Nosotros no pretendemos convencer, ni forzar; ni le decimos a nadie «vente», ni entramos en debates. No hacemos proselitismo ni mucho menos. Simplemente informamos de que la iglesia está abierta y de que un grupo de jóvenes estamos allí rezando.

¿Y cómo reaccionan?

Mejor de lo que se pudiera pensar. Alguno te dice que pasa de esos rollos y otros te comentan que les parece interesante que la Iglesia salga a la calle o que les sorprende que gente joven viva tan convencida su religión. A veces sales con la incertidumbre de lo que te puedan decir, pero durante la noche cambia esa prevención porque te encuentras con muchísimo respeto. La juventud es más receptiva y respetuosa de lo que a veces se piensa y se ve desde fuera.

¿Pero se animan a entrar?

Vinieron algo más de medio centenar, pero la cifra no es lo importante, sino que les sirva… pero eso no lo podemos saber. De todos modos, y aunque parezca mentira, a quien nos sirve de verdad es a nosotros. Que un joven sea capaz, en su ciudad y un sábado por la noche, de salir a la calle a hablar con otros jóvenes mostrando en lo que cree, y compartirlo con otros que en principio pueden no sentirlo de la misma manera, nos ayuda a reforzar nuestra fe. Ese es el mayor éxito.

¿Los implicados con la Iglesia se sienten en territorio hostil?

Creo que los jóvenes orensanos todavía se sienten cerca de la Iglesia. Quizá favorece que no sea una ciudad grande y la diócesis es también pequeña. Eso permite que no se pierda tanto el contacto con la parroquia natal, o la del barrio donde te criaste toda la vida y conoces al sacerdote. Creo que en Orense los jóvenes no están tan alejados de la iglesia como se piensa, aunque les cueste afrontar el compromiso de vivirla plenamente.

Pero al menos en los templos no son mayoría.

A veces se adopta una pose de alejamiento porque está de moda, porque es lo imperante y es más cómodo seguir la tendencia que marcan los tiempos. Ocurre en todo, en la ropa que compramos, en el partido político que te seduce, en la música o en el deporte que sigues. Cierto que parece que los jóvenes católicos practicantes que estamos comprometidos con la Iglesia somos minoría y remamos a contracorriente; pero lo que hacemos nos merece la pena. Yo creo que lo que llama la atención es el compromiso. Vivimos en una sociedad poco comprometida en muchos sentidos, no solo con lo que uno cree en el plano espiritual, sino en otras facetas de la vida: en el trabajo, en lo sentimental o incluso con la familia. Vivimos además en un ritmo tan acelerado que no nos permite pararnos y pensar en lo que realmente nos llena, nos hace bien. Estamos llenos de proyectos pero muy poco llenos de vida.

¿Detectan que el estilo del papa Francisco ayuda a que más jóvenes se acerquen?

El papa Francisco gusta a la gente joven por lo que hace, además de por lo que dice. Es curioso que hay mucha gente que te dice que no se sienten próximos a la Iglesia Católica, que se sienten alejados de esto, pero que el papa les gusta.

Fina Ulloa

La voz de Galicia, 19/04/15

 

PARA HACER

1.- ¿Qué responderíamos nosotros a esas mismas preguntas? Comenzar por ello

2.-  Después leemos las respuestas de David Muñoz. ¿En qué estamos de acuerdo?

3.- Y abordamos el tema resumido en el titular.

4.- ¿Qué podemos hacer para que las cosas cambien?

Evangelii Gaudium – Francisco I

126. En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada. Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización.

Una pregunta clave

1.- «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo«. Probablemente Jesús formula la pregunta sobre su identidad en Cesarea, ciudad situada en la costa mediterránea y reconstruida por Filipo, hijo de Herodes el Grande. Lo hace en territorio semi-pagano y rodeado de sus discípulos. Estos tratan de dar una respuesta comenzando por lo que opina la gente de fuera de la comunidad. Sólo los que están dentro son capaces de responder adecuadamente. Y lo hace Pedro, como portavoz de los discípulos. Acierta plenamente cuando dice «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Probablemente en aquel momento no sabía lo que decía, pero acierta. También nosotros acertamos cuando repetimos de memoria lo que hemos aprendido en el catecismo sobre la divinidad de Jesús. Pero no es eso lo importante, lo que cuenta de verdad es si sabemos lo que decimos cuando decimos las palabras del Credo relativas al Hijo de Dios. Y sobre todo si lo que decimos con los labios lo seguimos con el corazón.

2. – «¿Y tú, quién dices que soy yo?». La pregunta que hizo Jesús a sus discípulos nos la hace hoy a cada uno de nosotros: «¿Y tú, quién dices que soy yo?». Traducido en palabras más fáciles y concretas: «¿para ti, quién soy yo?». Para responder de verdad examina tu vida y contempla: ¿qué lugar ocupa en tu vida, en tus proyectos, en tus actos, en tu proyecto personal, Jesús de Nazaret? Porque no te está preguntando cuánto sabes de Él, sino qué importancia tiene en tu vida. Dicen que un hombre contaba emocionado su experiencia de Jesucristo. Entonces un amigo le dijo: «Puesto que conoces a Jesús, sabrás decirme muchas cosas de El: dónde nació, en qué país vivió, qué trabajo tenía, cómo era su familia, qué es lo hacía o decía». Pero nuestro hombre no sabía qué decir. Simplemente, respondió así: «Mira, yo antes era un alcohólico, maltrataba a mi mujer y a mis hijos, perdí mi trabajo… Pero desde que conocí a Jesucristo dejé la bebida, encontré otro trabajo y en mi casa hay una gran paz. Esto se lo debo a Jesucristo, y esto es lo que yo conozco de Él». Este hombre respondió muy bien a la pregunta de Jesús, porque lo hizo con su vida, no con teorías.

3. – Necesitamos tener experiencia de Jesucristo. Si somos sinceros hemos de reconocer que todavía no estamos convertidos a Jesucristo, porque todavía Jesús de Nazaret no ha entrado en nuestra vida. Tenemos un barniz de cristianos. Gandhi dijo que nos parecemos a una piedra arrojada al fondo de un lago. Por fuera parece que está mojada, pero el agua no ha penetrado sus poros. Así ocurre con nosotros cuando no dejamos que la Palabra de Dios penetre en nuestro interior y cuestione nuestra vida. Necesitamos tener experiencia de Jesucristo. ¿Estás dispuesto a seguir a Jesucristo? Si lo haces no te equivocarás y serás feliz. Plantéate en serio: ¿Quién es Jesús para ti?

José María Martín OSA

Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos

Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas». Él les dijo: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón tomó la palabra y dijo: «Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: «Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces ordenó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el mesías.

Mateo 16, 13-20

Comentario del Evangelio

Fijaros que Jesús les pregunta primero quien dice la gente que es Él. Y podéis ver que la gente no sabía quien era Jesús. Las cosas no han cambiado mucho. Creen conocer a Jesús, pero muchos no saben quien es, no lo reconocen como Hijo de Dios. En esto los cristianos tenemos mucho que hacer, tenemos la preciosa misión de dar a conocer a Jesús a todo el mundo.

Y cuando les pregunta quién creían ellos que era Él, Pedro da en la diana. Pedro no era perfecto, sabemos que hizo cosas que no estaban bien, como cuando negó a Jesús tres veces. Pero en la Iglesia no estamos los mejores. Pedro fue el primer Papa de la Iglesia, y sin embargo en los momentos difíciles renunció a Jesús. Después se arrepintió, y su vida fue una dedicación constante a evangelizar.

Esto es algo que no podemos olvidar. En la Iglesia no estamos los mejores, no valemos más que los demás. Todos somos hijos de Dios, y esto debemos tenerlo en cuenta. Debemos vivir con humildad y sabiendo comprender a todas las personas.

 

Para hacer vida el Evangelio

• ¿Quién es Jesús para ti? Escribelo en muy pocas palabras, de forma sencilla.

• ¿Qué supone para ti ser seguidor de Jesús, ser cristiano? ¿Qué podemos hacer para mostrar a todo el mundo que Jesús es el Hijo de Dios?

• Escribe un compromiso que te ayude a mostrar a los demás quien es Jesús para ti.

 

Oración

Tú, Señor Jesús, hoy quieres hacernos un chequeo.
Quieres también ver como estamos
en tu seguimiento.
Tú hoy te diriges directamente a mí
y mirándome fijamente a los ojos
me dices con cariño:
¿qué pinto Yo en tu vida: en lo que haces, donde vives, con quien estás,
con lo que llevas entre manos…?
¿Se nota que eres seguidor mío? ¿Quién soy yo para ti?
Como en el caso de los Apóstoles
ha de ser con la ayuda de Dios Padre, con la ayuda del Espíritu Santo como podré darte una respuesta positiva. Ayúdame, Espíritu Santo,
a que Jesús sea todo para mí.

¿Quién soy yo para ti?

Señor Jesús,
a veces el médico nos ha hecho
un chequeo,
sobe todo si hemos estado enfermos,
si no nos encontramos bien y hemos pasado unos días en el hospital:
nos saca sangre para unos análisis,
nos toma la tensión,
nos hacen un electro…
un montón de pruebas etc. etc.
Todo para ver cómo estamos.

Tú, Señor Jesús, hoy quieres hacernos un chequeo.
Quieres también ver como estamos
en tu seguimiento.
Tú hoy te diriges directamente a mí
y mirándome fijamente a los ojos
me dices con cariño:
¿qué pinto Yo en tu vida: en lo que haces, donde vives, con quien estás,
con lo que llevas entre manos…?
¿Se nota que eres seguidor mío? ¿Quién soy yo para ti?

Tú me haces memoria de mi vida:
de mi trabajo, de mi vida de familia, de mis amigos, de mis éxitos y fracasos, de mis lecturas, de mis preocupaciones, de mis diversiones, de mis estudios, de mis reuniones,
de mis lecturas, de mis Eucaristías, de mis propósitos.
de mi salud y de mi enfermedad,
de mis ahorros y de mis gastos ….
Y me dices como a tus Apóstoles ¿quién soy Yo para ti?

¿Tanto te interesa, Señor Jesús, mi opinión?

Y Tú seguramente me estás diciendo: bueno tu opinión no es lo que más me interesa,
lo que me importa,
lo que de verdad busco conocer
es si en tu vida tengo yo algo que ver, si de verdad se nota en tus actitudes y comportamientos que eres de los míos.

Yo creo, sinceramente, Señor Jesús, que sí, que cuentas y mucho para mí. Aunque en mi vida hay fallos, aunque a veces mis comportamientos distan bastante de parecerse a los tuyos… he de decirte que sin Ti
yo no sería lo que soy,
sin Ti mi vida sería muy diferente.

Yo creo que otras veces
ya te he dicho lo mismo y Tú lo sabes bien. Pero es bueno y haces bien
de preguntármelo otra vez,
bueno es que me lo recuerdes
y que me preguntes de nuevo lo mismo. Porque seguramente uno de mis peligros sea la rutina,
el adormecerme y no vivir
con intensidad cada día.

Hoy de nuevo me quedo con tu pregunta y quiero oírla muchas veces,
quiero escucharla como salida de tus labios para mí,
para que la oiga con atención
y que sin prisas trate de responderla.
Al fin y al cabo ahí está la esencia
de mi vida cristiana, ahí está el meollo de mi seguimiento a tu Persona,
ahí está la clave de mi implicación
en tu Proyecto, en el Reino.

Lo que otros digan de Ti puede ayudarme y de hecho me ayuda,
siempre que sean respuestas estimulantes. Pero por esta vez soy yo solito
el que he de responder
como se hace en un examen.

Como en el caso de los Apóstoles
ha de ser con la ayuda de Dios Padre, con la ayuda del Espíritu Santo como podré darte una respuesta positiva.

Ayúdame, Espíritu Santo,
a que Jesús sea todo para mí.

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo XXI de Tiempo Ordinario

● El relato podemos dividirlo en tres momentos.

● En primer lugar Jesús dialoga con sus discípulos, les hace un sondeo sobre su identidad, trata de que expresen la concepción que tenía de Él la gente: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?

● Jesús al referirse a si mimo utiliza- ba la expresión “Hijo del Hombre”, que equivalía a “Yo” o también se podía tomar en un sentido más profundo, en un sentido mesiánico.

● A esta pregunta le ofrecen cuatro respuestas, por tanto las opiniones de la gente eran variadas:

* Para unos Jesús era Juan Bautista que había resucitado.

* Para otros era el profeta Elías que ha regresado a la tierra.

* Una tercera opinión lo identifica con Jeremías

* Y un cuarto grupo piensa que Jesús es uno de los profetas.

● Cuatro opiniones podríamos decir todas ellas favorables, todas reflejan una valoración positiva de Jesús.

● Si actualizamos la Palabra de Dios a nuestros días, podríamos ver ¿qué dicen de Jesús hoy?, ¿qué opinión tiene la gente de Jesús? y ¿en qué se nota?

● Por lo que se ve en las publicaciones Jesús interesa, tiene gancho.

● Seguidamente Jesús se dirige a los Apóstoles y les hace la mima pregunta pero referida a ellos: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”.

● Se puede interpretar que Jesús como buen pedagogo utiliza la primera pregunta para entrar en materia, pero que lo que de verdad le interesaba era ver lo que opinaban de Él los Apóstoles, después de haber convivido con ellos un tiempo.

● Ese puñado de hombres son los que van a continuar su obra y es conveniente que expresen quién es Jesús para ellos y que den en el clavo.

● Pedro, como en otras ocasiones, toma la palabra y le dice: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

● Esta es la gran profesión de fe: Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios, síntesis de la fe cristológica de la comunidad cristiana.

● Jesús es el Ungido de Dios, el elegido y enviado por Dios para realizar su Proyecto y además es el Hijo de Dios, es la presencia de Dios en el mundo.

● Esta pregunta que Jesús les hace a los Apóstoles nos la hace a nosotros ¿quién es Jesús para nosotros?

● En el segundo momento Jesús se dirige a Pedro señalando que es Dios quien le ha facilitado esa profesión de fe y además toma el nombre de Pedro y hace de él un símbolo.

● Pedro ha de ser para su comunidad de seguidores, para la Iglesia, como la piedra para la construcción: una garantía, una seguridad, un sólido fundamento.

● Concluye el relato mostrando Jesús a Pedro su futura misión con los símbolos de las llaves y del atar y desatar.

● Las llaves que indican autoridad, responsabilidad al servicio del Reino, y atar y desatar que parece ser que en el lenguaje rabínico del momento expresaban: prohibir y permitir.

● Pedro tiene la misión pues de discernir, juzgar, perdonar… a la luz de voluntad de Dios.

Comentario al evangelio – 24 de agosto

¿Pero qué fascinación tenía su palabra? ¿Qué fuerza se asomaba a su mirada? El encuentro con Jesucristo cambia, de arriba abajo, a las personas. Llega Natanael Bartolomé, y se produce el cambio. De una actitud insolente, casi agresiva: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?», a una rendida confesión de fe: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Lo atestigua la historia: Zaqueo, de usurero a amigo de Jesús; la Samaritana, de mujer frívola a pregonera evangélica; el centurión romano, de pagano a confesar: «Verdaderamente este era Hijo de Dios». Y tantos nombres: Agustín, Javier, García Morente…

Todo brotó de un testimonio, de la mediación de Felipe: «Ven, y verás». El apóstol Bartolomé, plasmado en esta perícopa, ilumina nuestro vivir.

Es el apóstol apenas conocido; por no saber, hasta dudamos de su nombre; y, sin embargo, forma parte de la roca y cimiento de la Iglesia. Los protagonismos, los triunfalismos, la espectacularidad -¡que sí, que se dan entre nosotros!- no dicen con el Evangelio. Por otra parte, Jesús mismo hace el elogio de Bartolomé: «Un israelita de verdad en el que no ha engaño». ¿No creéis que, en nuestro camino, nos encontramos con gentes que se creen poseedoras exclusivas de la verdad ? Es más difícil ser buscadores de la verdad, y estar dispuestos a ser fieles a la misma, incluso hasta sentir el desprecio y abandono de muchos. Todo, para ser apóstol, misionero. Los apóstoles lo oyeron de labios de Jesús: Id y predicad, bautizad y perdonad, curad y sanad. La misión primera de la Iglesia es evangelizar (EN).

Los apóstoles acabaron su vida en el martirio. Fueron testigos de verdad. Fieles hasta la muerte. La tradición dice que a San Bartolomé le martirizaron quitándole la piel. En todo caso, aquí sí que se cumple la expresión popular y deportiva: «Hay que dejarse la piel en el campo».