Vísperas – Jueves XXII de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: CUANDO LA LUZ SE HACE VAGA

Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.

Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.

Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.

Quieren olvidar la máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.

Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.

Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.

Salmo 71 I – PODER REAL DEL MESÍAS

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.

Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.

Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.

Salmo 71 II

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;

él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.

Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.

Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.

Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

LECTURA BREVE   1Pe 1, 22-23

Por la obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor fraternal no fingido; amaos, pues, con intensidad y muy cordialmente unos a otros, como quienes han sido engendrados no de semilla corruptible, sino incorruptible, por la palabra viva y permanente de Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V. En verdes praderas me hace recostar.
R. Nada me falta.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de bienes.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de bienes.

PRECES

Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:

Bendice, Señor, a tu pueblo.

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa Francisco y a nuestro obispo N.,
que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.

Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades
y aleja de ellos todo mal.

Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a tu reino,
siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.

Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su virginidad,
para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al cordero donde quiera que vaya.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Da la paz a los difuntos
y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.

Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza a nuestro Padre:

Padre nuestro…

ORACION

Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 7 de septiembre

Lectio: Jueves, 7 Septiembre, 2017
Tiempo Ordinario
 
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.
 
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 5,1-11
Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
 
3) Reflexión
• El evangelio de hoy cuenta cómo Pedro fue llamado por Jesús. El evangelio de Marcos coloca el llamado de los primeros discípulos al comienzo del ministerio público de Jesús (Mc 1,16-20). Lucas lo coloca después de que la fama de Jesús se había extendido por toda la región (Lc 4,14). Jesús había curado a mucha gente (Lc 4,40) y había predicado en las sinagogas de todo el país (Lc 4,44). El pueblo lo buscaba y la multitud lo apretaba por todos los lados para escuchar la Palabra de Dios (Lc 5,1). Lucas hace más comprensible el llamado. Primero, Pedro puede escuchar las palabras de Jesús a la gente. Enseguida, presencia la pesca milagrosa. Después de esta doble experiencia sorprendente, llega el llamado de Jesús. Pedro escucha, deja todo y se vuelve “pescador de hombres”.
• Lucas 5,1-3: Jesús enseña desde el barco. La gente busca a Jesús para oír la Palabra de Dios. Y es tanta la gente a su alrededor que Jesús queda como apretado por todos los lados. Jesús le pide ayuda a Simón Pedro y a algunos compañeros que habían vuelto de la pesca. Entra con ellos en el barco y desde allí responde a lo que el pueblo le pide, comunicándole la Palabra de Dios. Sentado, Jesús toma postura y autoridad de un maestro, pero habla desde un barco de un pescador. La novedad consiste en que el Señor no sólo enseña en una sinagoga para un público seleccionado, sino en cualquier lugar donde la gente quiere escucharle, hasta en la playa misma.
• Lucas 5,4-5: «¡Por tu palabra echaré las redes!» Terminada la instrucción a la gente, Jesús se dirige a Simón y le anima a pescar de nuevo. En la respuesta de Simón se nota frustración, cansancio y desaliento: «¡Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada!». Pero, con confianza en la palabra de Jesús, vuelven a echar las redes. ¡La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia frustrante de la noche!
• Lucas 5,6-7: El resultado es sorprendente. La pesca es tan abundante que las redes casi se rompen y los barcos están a punto de hundirse. Simón necesita la ayuda de Juan y de Santiago, que están en otro barco. Nadie consigue ser completo, si está solo. Las comunidades deben ayudarse entre sí. El conflicto entre las comunidades, tanto en el tiempo de Lucas como hoy, tiene que ser superado en vista de un objetivo común, que es la misión. La experiencia de la fuerza transformadora de la Palabra de Jesús es el eje alrededor del cual las diferencias se asumen y superan.
• Lucas 5,8-11: «¡Serás pescador de hombres!» La experiencia de la proximidad de Dios en Jesús le hace percibir a Simón quién es: «¡Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador!» Ante Dios ¡todos somos pecadores! Pedro y los compañeros tienen miedo y, al mismo tiempo, se sienten atraídos. Dios es un misterio fascinante: da miedo y, al mismo tiempo, atrae. Jesús aleja el miedo: «¡No tengas miedo!» Llama a Pedro y le compromete en la misión, mandando a que sea pescador de hombres. Pedro experimenta, bien concretamente, que la Palabra de Jesús es como la Palabra de Dios. Es capaz de hacer acontecer lo que afirma. En Jesús aquellos rudos trabajadores hicieron la experiencia de poder, cobraron valor y confianza. Entonces, «dejándolo todo, ¡le siguieron!». Hasta entonces, sólo Jesús anunciaba la Buena Nueva del Reino. Ahora otras personas van siendo llamadas e implicadas en la misión. Esa manera que Jesús tiene de trabajar en equipo es una Buena Nueva para el pueblo.
• El episodio de la pesca en el lago manifiesta la atracción y la fuerza de la Palabra de Jesús. Atrae a la gente (Lc 5,1). Lleva a Pedro a ofrecer su barco a Jesús para que hable (Lc 5,3). La Palabra de Jesús es tan fuerte que vence la resistencia de Pedro, lleva a lanzar de nuevo la red y hace que acontezca la pesca milagrosa (Lc 5,4-6). Vence en Pedro la voluntad de alejarse de Jesús y lo atrae para que sea «pescador de gente!» (Lc 5,10) ¡Y así la Palabra de Dios actúa hasta nuestros días!
 
4) Para la reflexión personal
• ¿Dónde y cómo acontece hoy la pesca milagrosa, realizada en atención a la Palabra de Jesús?
• Ellos largaron todo y siguieron a Jesús. ¿Yo que tengo que largar para poder seguir a Jesús?
 
5) Oración final
¿Quién subirá al monte de Yahvé?,
¿quién podrá estar en su santo recinto?
El de manos limpias y puro corazón,
el que no suspira por los ídolos
ni jura con engaño. (Sal 24,3-4)

¿Eres agente de pastoral? ¡Ponte las pilas! ¡Pronto comienza el nuevo curso!

¡Ponte las pilas! ¡Pronto comienza el nuevo curso en España y tú, como agente de pastoral estás llamado a darte, ilusionarte, entregarte, esforzarte…! sí, sí… tú. ¿Por qué? La respuesta es obvia:

– Porque crees en Jesús y no te conformas con tenerlo para ti sólo.
– Porque eres entusiasta y crees que es posible un mundo mejor donde el Amor sea el centro de la vida.
– Porque es mucho el bien que puedes hacer a tu alrededor.
– Porque tus proyectos se convierten en proyectos de todos al compartirlos y promoverlos con ilusión.
– Porque el curso está lleno de oportunidades en las que puedes hacer felices a los demás.
– Porque son muchas las personas con las que te vas a cruzar en el camino que esperan de ti una sonrisa, un objetivo, un recorrido concreto a recorrer.
– Porque los demás están dispuestos a vivir contigo tu fe, promulgarla y defenderla.
– Porque el mundo necesita personas que crean en sí mismos, en los demás, y sobre todo, en Dios.
– Porque amas de verdad, a pesar de los muchos fallos, y quieres seguir de cerca a Cristo.
Por todo esto ¡ponte las pilas! ¡El curso está cerca, amigo mío!

¡Levántate y ponte en camino!

A modo de pregón o anuncio del nuevo curso, ofrecemos esta sencilla celebración religiosa, que se puede tener en el aula sin eucaristía, y que también se puede acomodar dentro de una celebración con Eucaristía.

¡Levántate ponte en camino!

Evangelii Gaudium – Francisco I

140. Este ámbito materno-eclesial en el que se desarrolla el diálogo del Señor con su pueblo debe favorecerse y cultivarse mediante la cercanía cordial del predicador, la calidez de su tono de voz, la mansedumbre del estilo de sus frases, la alegría de sus gestos. Aun las veces que la homilía resulte algo aburrida, si está presente este espíritu materno-eclesial, siempre será fecunda, así como los aburridos consejos de una madre dan fruto con el tiempo en el corazón de los hijos.

La corrección fraterna

1.- Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos… Si no te hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Nos parece evidente, y ha sido una práctica común en todas las culturas y civilizaciones, que la educación supone necesariamente la corrección fraterna. Los padres tienen la gravísima obligación de corregir a sus hijos, cuando estos hagan algo que no es correcto, los maestros deben corregir a sus discípulos, las autoridades tienen la obligación de corregir a sus súbditos cuando estos incumplan la ley. Y todos debemos corregirnos mutuamente cuando hacemos algo mal, si nos amamos de verdad. Pero la corrección fraterna es tan necesaria como difícil de practicar. En la corrección fraterna lo primero y último de debemos buscar es el bien del prójimo, no, primariamente, el bien propio, o el bien de la sociedad, aunque, por supuesto, también debemos tener en cuenta estos aspectos. Si la corrección fraterna no consigue hacer bien al hermano, la corrección resulta, al menos en parte, inútil. Hasta las mismas cárceles tienen como función primera corregir y convertir a los encarcelados; si no consiguen esto, pierden su principal misión. En el evangelio de hoy según san Mateo se habla directamente de la corrección cristiana: corregir al que se desvía o peca contra la fe cristiana. La corrección fraterna cristiana es necesario que se haga con mucho amor, y exclusivamente por amor a la persona que peca contra la fe. Si la Iglesia cristiana lo hubiera hecho siempre así se habrían evitado muchas herejías dolorosas y muchísimos castigos injustos. Los que mandan y gobiernan dentro de la Iglesia, de cualquier manera que sea, deben ser personas llenas de amor y de sana pedagogía. Y no olvidemos que es toda la comunidad cristiana, como tal comunidad, la que tiene la obligación cristiana de corregir. El mismo Papa cuando corrige lo hace en nombre de la comunidad y por el bien de la comunidad. En fin, que, como leeremos a continuación, en la carta de san Pedro a los Romanos, todo lo que hagamos los cristianos debemos hacerlo por amor y con amor.

2.- A nadie le debáis nada más que amor; porque el que ama tiene cumplido el resto de la ley. San Pablo siempre fue valiente en sus palabras y hechos, porque sabía que hablaba y obraba impulsado por el Espíritu Santo. Para un judío de su tiempo era muy fuerte decir que toda la ley se resume en el amor. Los fariseos y autoridades judías decían que lo primero es cumplir la ley. Incluso ahora, nosotros solemos valorar la bondad social o religiosa de una persona por su cumplimiento de la ley. Pero san Pablo nos dijo en muchas ocasiones a los cristianos que lo que nos hacía buenos o malos cristianos no era el cumplimiento de la ley, sino el amor que poníamos en todo lo que hacíamos. Su famoso “himno al amor”, de Corintios XIII, es maravilloso en este sentido: sin amor no soy nada. Yo creo que san Agustín cuando escribió su famosa frase: “ama y haz lo que quieras”, estaba pensando que no decía otra cosa que lo que dice, en varias ocasiones, san Pablo. Que “uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera”. Por supuesto, que para que esto sea cierto hay que entender siempre la palabra <amor> en un sentido auténticamente cristiano, como lo hacían san Pablo y san Agustín. Hoy se usa la palabra <amor> en sentidos que no tienen nada que ver con el auténtico significado cristiano de esta palabra.

3.- Esto dice el Señor: Si yo digo al malvado; “Malvado, eres reo de muerte”, y tú no hablas… el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su culpa. El verdadero profeta sabe que él es centinela de Dios, para anunciar a la sociedad los peligros y males que le amenazan. Como vemos, el profeta Ezequiel insiste en el tema de la primera lectura: la corrección fraterna. El profeta Ezequiel nos dice que Dios no quiere que nadie se desentienda de los demás. Todos los que vivimos dentro de una comunidad, por muy amplia que esta sea, somos responsables de alguna manera los unos de los otros. Todos los cristianos podemos ser en algún momento mensajeros de Dios para ayudar a los hermanos a ser un poco mejores. Con nuestra palabra, o con nuestro ejemplo. Siempre que actuamos con verdadero amor cristiano estamos siendo de algún modo auténticos mensajeros y profetas de Dios. Sólo actuando así seremos verdaderos discípulos de Jesús de Nazaret.

Gabriel González del Estal

Si te hace caso, has salvado a tu hermano

«Si tu hermano ha pecado contra ti, ve y repréndelo a solas; si te escucha, habrás ganado a tu hermano; pero si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que toda causa sea decidida por la palabra de dos o tres testigos. Si no quiere escucharles, dilo a la comunidad; y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano y publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo».

«Os aseguro que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre la tierra, cualquier cosa que pidan les será concedida por mi Padre celestial. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Mateo 18, 15-20

 

Comentario del Evangelio

Muchas veces de este pasaje del Evangelio nos quedamos con la parte final. Y es verdad que es muy importante: donde dos o tres se reúnen en nombre de Dios, Él está en medio de nosotros. No debemos olvidarlo nunca. Y no debemos olvidar lo importante que es que nos reunamos en su nombre.

Pero la parte primera del Evangelio es una llamada que Jesús nos hace a entendernos, a llegar a acuerdos, a llevarnos bien con los demás. Esto a veces es muy difícil. Tenemos que poner lo mejor de nosotros mismos, tener mucha paciencia y a veces ceder en cosas para poder tener una buena relación con las personas con las que pensamos diferente. Pero todos debemos ha- cer un esfuerzo, porque el futuro de todos depende de que sepamos entendernos las personas que pensamos de diferente manera. Debemos sentir todos que somos hermanos unos de otros y entonces las cosas es cuando realmente pueden ir mucho mejor.

 

Para hacer vida el Evangelio

• Escribe como viviste alguna situación de tu vida en el que te enfadaste con una persona (un amigo, alguien de tu familia, un compañero del cole…)

• ¿Qué cosas hiciste para solucionar el problema? ¿Qué es lo que Dios nos pide en estas situaciones?

• Escribe un compromiso que te ayude a ser una persona que siempre intenta llevarse bien con los demás.

 

Oración

Tú, Señor Jesús, nos dices hoy que estás
en medio de nuestras comunidades
“donde dos o tres están reunidos
en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos”.
Cuando nos reunimos en las celebraciones sencillas de cada día,
que somos en el pueblo “cuatro gatos”,

o cuando es un día de fiesta la iglesia
se llena y la gente va muy bien vestida …
tanto en una circunstancia como en otra
Tú, Señor Jesús, estás en medio
de la comunidad.
Ayúdanos a que no nos quedemos
en la mirada humana
sino que sepamos descubrirte
en medio de nosotros,
Tú, Señor Jesús que te has hecho
tan próximo y tan cercano.
Gracias porque te has marchado
pero te has quedado.

En medio de ellos estoy Yo

Tú, Señor Jesús, nos dices hoy que estás en medio de nuestras comunidades “donde dos o tres están reunidos
en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos”.

Cuando nos reunimos en las celebraciones sencillas de cada día, que somos
en el pueblo “cuatro gatos”,
o cuando es un día de fiesta la iglesia se llena y la gente va muy bien vestida … tanto en una circunstancia como en otra Tú, Señor Jesús, estás en medio
de la comunidad.

Por tanto cuando voy a cualquier encuentro eclesial:
al Equipo de Vida,
a una oración,
a una reunión de formación,
a un campamento de niños… allí estás Tú en medio de nosotros.

Es este un aspecto que nos suele pasar, a veces, un poco o bastante por alto, a mi modo de ver.

Y por tanto varias veces el celebrante en la Eucaristía dice a la asamblea: “El Señor esté con vosotros”,
y esta le responde
“Y con tu espíritu”.

Pero… ¿nos damos cuenta de lo que se nos dice
y de lo que respondemos?

Un motivo más para participar
en las celebraciones,
en los encuentros o en las reuniones. Porque no sólo te haces presente
en las celebraciones religiosas.
Tú nos has dicho que siempre
que nos reunimos
en tu nombre y eso es lo que hacemos los miembros de la comunidad parroquial semanalmente y en los movimientos
y asociaciones
en muchas ocasiones…

Ya lo dijiste Tú, Señor Jesús, antes de la Ascensión:
te marchabas, pero que te quedabas. Esta es una de tus presencias:
en la comunidad,
cuando dos a más nos reunimos en tu nombre
Tú estás en medio de nosotros.

Gracias, Señor Jesús,
por quedarte de esta manera.
Ya sé que estás en los pobres
o en tu Palabra,
en el Sacramento de la Eucaristía… pero es que además estás “cuando nos reunimos”, siempre que lo hagamos en tu nombre, por una causa tuya.

Todos estamos llamados a hacer
un acto de fe
en esa presencia tuya silenciosa y oculta, del mismo modo que lo hacemos ante el Sacramento de la Eucaristía.

Señor Jesús, yo creo que Tú estás presente en medio de la comunidad reunida
y en medio de tantos pequeños encuentros que vamos haciendo a lo largo del año, siempre realizados en tu nombre,
por tu causa.
Pero aumenta mi fe, nuestra fe,
en esta presencia tuya tan discreta
y a la vez tan humilde.

Ayúdanos a que no nos quedemos en la mirada humana
sino que sepamos descubrirte en medio de nosotros,
Tú, Señor Jesús que te has hecho tan próximo y tan cercano. Gracias porque te has marchado pero te has quedado.

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo XXIII de Tiempo Ordinario

CORRECCIÓN FRATERNA

● Los seguidores de Jesús por el bautismo entramos a formar parte de la familia de Dios. Allá donde nos encontremos los cristianos tendremos una comunidad de seguidores de Jesús.

● Desde el comienzo los seguidores de Jesús cuidaron mucho este aspecto de la comunidad y le daban mucha importancia.

● Para que la comunidad funcione ha de basarse en una serie de principios, uno de ellos es el de la corrección fraterna.

● Toda comunidad cristiana, como todo grupo humano, está compuesta por personas, justas y pecadoras.

● O mejor por personas que en ocasiones actuamos correctamente y en otras fallamos.

● No la formamos personas perfectas, santas sino gentes con defectos, gentes que tienen sus fallos, nadie debería escandalizarse de ello.

● Pero al mismo tiempo siendo pecadores, no podemos perder de vista el ideal de la vida cristiana, el Proyecto de Jesús hacia el cual vamos caminando.

● Por eso entre sus miembros hay o debería existir una exigencia por “seguir a Jesús lo más cerca posible”.

● ¿Qué hacer ante un hermano que falla?

● Si un miembro del cuerpo se resiente, es todo el cuerpo el que participa de su dolor .

● Si un hermano peca la comunidad se resiente y hay que poner en práctica la corrección fraterna, nada fácil a realizar.

● Jesús nos ofrece una forma, podríamos decir escalonada, de realizar la corrección fraterna: en un primer intento se hace en la intimidad, en privado o sea cara a cara. “Si tu hermano peca repréndelo a solas entre los dos”.

● Cuando este primer intento no da resultados hay que implicar a algunos miembros de la comunidad: “Sino te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de los dos o tres testigos”

● Sólo como última solución se llevará el hecho a la comunidad para que sea ella la que actúe, es el último escalón. ”Si no les hace caso, díselo a la comunidad”.

● Esta manera de proceder presupone que la caridad, el amor, está en la base de las relaciones entre los miembros de la comunidad. La corrección fraterna se hace para que no se rompa la comunidad.

● Si en alguna ocasión la hemos practi- cado, depende del asunto, es muy difícil, pero necesaria. Recuerdo que hace tiempo unos compañeros sacerdotes me escogieron para que fuese a hablar con un compañero por un comportamiento que no estaba claro y he de decir que no me fue fácil.

● Hay que orar y hay que presentarse con muchísima humildad, guardando secreto de todo lo que allí suceda. Yo pienso que hay que hacerlo “en el nombre del Señor” como Pedro cuando echó las redes “en tu nombre”.

● ¿Cabría preguntarnos si es esta la manera de proceder, si se practica entre los miembros de nuestras comunidades?

● Como final del relato Jesús nos invita a que nuestra oración sea con y en la comunidad. Él nos dice “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

● Sabemos que Jesús está presente en la Eucaristía en cada uno de los Sacramentos, en la Palabra de Dios y en sus ministros cuando actúan como tales… pero es que además nos asegura que cuando se reúne la comunidad allí en medio de ella, por reducida y limitada que sea, allí en medio de ella está Jesús.

Comentario al evangelio – 7 de septiembre

Con todos nuestros miedos, Contigo mar adentro

Lucas da un tiempo a los primeros discípulos para conocer a Jesús, convivir con él, contemplar sus palabras y acciones, antes de llamarles a compartir su misma misión y destino. Dejarlo todo para vivir con Jesús y como él es una decisión que requiere tiempo pero todo el tiempo del mundo no nos ahorra la decisión clara, gozosa y temerosa a la vez que sólo puede tomar cada cual.

Simón Pedro acepta echar las redes una vez más porque se fía de Jesús, no de los resultados que va a lograr. No hay ninguna otra razón. Objetivamente, nada hay que le asegure éxito alguno. Quizá eso explica su asombro al ver la barca repleta de pescado. No saben qué hacer ni qué decir. Cuando tenemos la experiencia de ver repletas nuestras redes y sabemos que tal pesca sólo viene de Dios y de su Palabra porque tenemos clarísimo que humanamente era imposible, nos quedamos sin palabras. Más aún, sentimos la necesidad de vivir arrodillados, asombrados, reconocedores de nuestro pecado, de lo poquito que somos. Intuimos que irremediablemente la vida está a punto de cambiarnos, de ponerse al servicio de Otro y eso… eso da mucho miedo…

Jesús lo sabe. Por eso nos alienta y nos repite una y otra vez: «No temas; desde ahora harás cosas mayores en mi Nombre”. Ojalá también nosotros, una vez más y cada día, volvamos a seguirle dejándolo todo. Este mundo nuestro tan casando de bregar sin pescar nada sigue esperando nuevos pescadores de la humanidad para remar siempre “mar adentro”, allí donde encontramos el sentido de la Vida y de nuestra entrega.