Vísperas – Viernes I de Cuaresma

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: MUERE LA VIDA Y VIVO YO SIN VIDA.

Muere la vida y vivo yo sin vida
ofendiendo la vida de mi muerte;
sangre divina de las venas vierte
y mi diamante su dureza olvida.

Está la majestad de Dios tendida
en una dura cruz, y yo de suerte
que soy de sus dolores el más fuerte
y de su cuerpo la mayor herida.

¡Oh duro corazón de mármol frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
y no te vuelves un copioso río?

Morir por él será divino acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y, como no la tengo, no la pierdo. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Salmo 40 – ORACIÓN DE UN ENFERMO

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.

Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»

Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»

El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.

Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»

Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.

Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.

En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.

A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.

Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Ant 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Salmo 45 – DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

LECTURA BREVE   St 5, 16. 19-20

Confesaos mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia. Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.

RESPONSORIO BREVE

V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»

V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve luego y presenta tu ofrenda.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve luego y presenta tu ofrenda.

PRECES

Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al pueblo, y digámosle:

Compadécete, Señor, de tu pueblo.

Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su esperanza,
para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.

Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu Evangelio
y dando testimonio de él por su fe, esperanza y caridad.

Conforta, Señor, a los que están tristes,
y otórganos a nosotros el poder consolar a nuestros hermanos.

Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios sufrimientos,
para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos
y dales parte en tu gloriosa resurrección.

Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo:

Padre nuestro…

ORACION

Señor, haz que tu pueblo vaya penetrando debidamente el sentido de la Cuaresma y se prepare así a las fiestas pascuales, para que la penitencia corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 23 de febrero

Lectio: Viernes, 23 Febrero, 2018

Tiempo de Cuaresma

1) ORACIÓN INICIAL

Que tu pueblo, Señor, como preparación a las fiestas de Pascua se entregue a las penitencias cuaresmales, y que nuestra austeridad comunitaria sirva para la renovación espiritual de tus fieles. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Mateo 5,20-26

Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano ‘imbécil’, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’, será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

3) REFLEXIÓN

• El texto del evangelio de hoy forma parte de una unidad mayor de Mt 5,20 a Mt 5,48. En esta Mateo muestra como Jesús interpreta y explica la Ley de Dios. Por cinco veces repite la frase: » Habéis oído que se dijo a los antepasados» (Mt 5,21. 27.33.38.43). Un poco antes había dicho: “No piensen que he venido a acabar con la Ley y los Profetas. No he venido a acabar, sino a darles pleno cumplimiento” (Mt 5,17). La actitud de Jesús ante la ley es, al mismo tiempo, de ruptura y de continuidad. Rompe con las interpretaciones erradas, pero mantienen firme el objetivo que la ley quiere alcanzar: la práctica de justicia mayor es el Amor.

• Mateo 5,20: La justicia mayor que la justicia de los fariseos. Este primer versículo da la llave general de todo lo que sigue en el conjunto de Mt 5,20-48. La palabra Justicia no aparece ni una vez en Marcos, y siete veces en el Evangelio de Mateo (Mt 3,15; 5,6.10.20; 6,1.33; 21,32). Esto tiene que ver con la situación de las comunidades para las cuales Mateo escribe. El ideal religioso de los judíos de la época era «ser justo ante Dios». Los fariseos enseñaban: “¡La persona alcanza la justicia ante Dios cuando llega a observar todas las normas de la ley en todos sus detalles!» Esta enseñanza engendraba una opresión legalista y traía mucha angustia para las personas, pues era muy difícil que alguien observara todas las normas (cf. Rom 7,21-24). Por esto, Mateo recoge las palabras de Jesús sobre la justicia, mostrando que tiene que superar la justicia de los fariseos (Mt 5,20). Para Jesús, la justicia no viene de lo que yo hago por Dios observando la ley, sino más de lo que Dios hace por mí, acogiéndome como hijo o hija. El nuevo ideal que Jesús propone es éste: «Ser perfecto como el Padre del cielo es perfecto» (Mt 5,48). Esto quiere decir: yo seré justo ante Dios, cuando procuro acoger y perdonar a las personas como Dios me acoge y me perdona, a pesar de mis defectos y pecados.

• Por medio de cinco ejemplos bien concretos, Jesús mostrará cómo hacer para alcanzar esta justicia mayor que supera la justicia de los escribas y de los fariseos. Como veremos, el evangelio de hoy trae el primer ejemplo relacionado con la nueva interpretación del quinto mandamiento: ¡No matarás! Jesús va a revelar lo que Dios quería cuando entregó este mandamiento a Moisés.

• Mateo 5,21-22: La ley dice «¡No matarás!» (Ex 20,13) Para observar plenamente este quinto mandamiento no basta evitar el asesinato. Es preciso arrancar de dentro de sí todo aquello que de una manera o de otra puede llevar al asesinato, como por ejemplo, rabia, odio, deseo de venganza, explotación, insulto, etc.

• Mateo 5,23-24: El culto perfecto que Dios quiere. Para poder ser aceptado por Dios y estar unidos a él, es preciso estar reconciliado con el hermano, con la hermana. Antes de la destrucción del Templo, en el año 70, cuando los judíos cristianos participaban en las romerías a Jerusalén para hacer sus ofrendas al altar y pagar sus promesas, ellos se acordaban siempre de esta frase de Jesús. En los años 80, en el momento en que Mateo escribe, el Templo o el Altar no existían ya. Habían sido destruidos por los romanos. La comunidad y la celebración comunitaria, pasan a ser el Templo y el Altar de Dios.

• Mateo 5,25-26: Reconciliar. Uno de los puntos en que el Evangelio de Mateo más insiste es la reconciliación. Esto muestra que, en las comunidades de aquella época, había muchas tensiones entre grupos radicales con tendencias diferentes y hasta opuestas. Nadie quería ceder ante el otro. No había diálogo. Mateo ilumina esta situación con palabras de Jesús sobre la reconciliación que piden acogida y comprensión. Pues el único pecado que Dios no consigue perdonar es nuestra falta de perdón hacia los otros (Mt 6,14). Por esto, procure la reconciliación, antes que sea demasiado tarde.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• ¡Hoy son muchas las personas que gritan «Justicia!» ¿Qué sentido tiene para mí la justicia evangélica?

• ¿Cómo me comporto delante de los que no me aceptan como soy? ¿Cómo se ha comportado Jesús delante los que no lo han aceptado?

5) ORACIÓN FINAL

Desde lo hondo a ti grito, Yahvé:
¡Señor, escucha mi clamor!
¡Estén atentos tus oídos
a la voz de mis súplicas! (Sal 130,1-2)

Oración Buenos días

Oración para la mañana en la semana del 26 de febrero al 2 de marzo, con los materiales publicados por los salesianos.

Buenos días 7-11 septiembre. Infantil

Buenos días 26 de febrero al 2 de marzo. Ed Infantil

 

Buenos días 7-11 septiembre. Ed. Primaria

Buenos días 26 de febrero al 2 de marzo. Ed. Primaria

 

Historia del Corpus Christi

Buenos días 26 de febrero al 2 de marzo. Ed. Secundaria

 

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Buenos días 26 de febrero al 2 de marzo. Bachiller

Spe Salvi – Benedicto XVI

23. Por lo que se refiere a los dos grandes temas « razón » y « libertad », aquí sólo se pueden señalar las cuestiones relacionadas con ellos. Ciertamente, la razón es el gran don de Dios al hombre, y la victoria de la razón sobre la irracionalidad es también un objetivo de la fe cristiana. Pero ¿cuándo domina realmente la razón? ¿Acaso cuando se ha apartado de Dios? ¿Cuando se ha hecho ciega para Dios? La razón del poder y del hacer ¿es ya toda la razón? Si el progreso, para ser progreso, necesita el crecimiento moral de la humanidad, entonces la razón del poder y del hacer debe ser integrada con la misma urgencia mediante la apertura de la razón a las fuerzas salvadoras de la fe, al discernimiento entre el bien y el mal. Sólo de este modo se convierte en una razón realmente humana. Sólo se vuelve humana si es capaz de indicar el camino a la voluntad, y esto sólo lo puede hacer si mira más allá de sí misma. En caso contrario, la situación del hombre, en el desequilibrio entre la capacidad material, por un lado, y la falta de juicio del corazón, por otro, se convierte en una amenaza para sí mismo y para la creación. Por eso, hablando de libertad, se ha de recordar que la libertad humana requiere que concurran varias libertades. Sin embargo, esto no se puede lograr si no está determinado por un común e intrínseco criterio de medida, que es fundamento y meta de nuestra libertad. Digámoslo ahora de manera muy sencilla: el hombre necesita a Dios, de lo contrario queda sin esperanza. Visto el desarrollo de la edad moderna, la afirmación de san Pablo citada al principio (Ef 2,12) se demuestra muy realista y simplemente verdadera. Por tanto, no cabe duda de que un « reino de Dios » instaurado sin Dios –un reino, pues, sólo del hombre– desemboca inevitablemente en « el final perverso » de todas las cosas descrito por Kant: lo hemos visto y lo seguimos viendo siempre una y otra vez. Pero tampoco cabe duda de que Dios entra realmente en las cosas humanas a condición de que no sólo lo pensemos nosotros, sino que Él mismo salga a nuestro encuentro y nos hable. Por eso la razón necesita de la fe para llegar a ser totalmente ella misma: razón y fe se necesitan mutuamente para realizar su verdadera naturaleza y su misión.

La misa del Domingo: misa con niños

DOMINGO II de CUARESMA (B)
“Se transfiguró”

25 de febrero de 2018

(La luz de la próxima Pascua va a ser la imagen del evangelio de este domingo: domingo de la transfiguración. Puede resultar un poco difícil este término. Trataremos de asemejarlo con “una luz muy potente” (Pascua), que vemos al final de la Cuaresma.

  • Un signo para la celebración: Algo relacionado con la luz. Un foco que ilumina una imagen de Jesús, o una pared blanca. Una linterna potente. Un efecto de flash de fotografía. La luz desde varios móviles. También se puede emplear el signo de “la sonrisa” como expresión de luz.
  • Se puede hacer hoy también “Procesión de Entrada”, llevando, de manera significativa, el Leccionario. Monaguillos.
  • Una canción para la celebración: “Bendigamos al Señor” (Kairoi).

1. MOTIVACIÓN

Amigos: La luz nos da seguridad y nos alegra el corazón. La oscuridad nos da miedo y nos pone tristes. Hoy Jesús, en el evangelio, se va a mostrar a sus amigos como “lleno de luz”, “transfigurado”. En este camino de cuaresma este evangelio de Jesús nos ayuda a mirar a la Pascua: meta llena de luz. Vamos a celebrar. Vamos a participar. Comenzamos.

2. CANTO DE ENTRADA (Se podría cantar también aquí el canto propuesto para la “Acción de Gracias”, u otro canto apropiado de Cuaresma).

3. SALUDO DEL SACERDOTE

4. PETICIÓN DE PERDÓN

  • Por las veces que vemos más la oscuridad de nuestra vida que la luz. Señor, ten piedad.
  • Por las veces que no ayudamos a las personas a que sientan una luz en su vida. Cristo, ten piedad.
  • Por las veces que no rezamos a Dios como Padre. Señor, ten piedad.

4. PRIMERA LECTURA (Génesis 22,1-2.9-13.15-18)

Lectura del Libro del Génesis:

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: “Abrahán”. Él respondió: “Aquí me tienes”. Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio”.

Abrahán no entendía nada de lo que Dios le decía, y menos lo de sacrificar a su hijo único. Pero obedeció a Dios y, habiéndole dicho a su hijo que lo acompañara a la montaña, después de atarlo, se disponía a realizar el sacrificio.

Entonces el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “Abrahán, Abrahán”. Él contestó: “Aquí me tienes”. Le ángel le ordenó: “No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que quieres a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo”. Y continuó diciendo el ángel, en nombre del Señor: “Por haber hecho esto, te bendeciré y multiplicaré tus descendientes”.

Palabra de Dios

5. CANTO: “Caminaré en presencia del Señor”. O el salmo responsorial: “Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida”.

6. EVANGELIO (Marcos 9, 2-10). “Se transfiguró delante de ellos”

NARRADOR

Lectura del santo evangelio según san Marcos. En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Todos sus vestidos resplandecían. Y se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:

PEDRO

Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

NARRADOR

Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:

PADRE

Éste es mi Hijo amado. Escuchadlo.

NARRADOR

Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les dijo:

JESÚS

No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

NARRADOR

Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de “resucitar de entre los muertos”.

Palabra del Señor.

7. COMENTARIO

  • Primera lectura: una “Alianza” de Dios con Abrahán.
  • Evangelio: Jesús la verdadera Alianza de Dios con la humanidad.
  • Transfigurado: imagen de la resurrección.
  • Llamados a “iluminar” con nuestra vida.
  • ¿Qué situaciones de la vida tenemos que “iluminar”, “transfigurar” con nuestro testimonio?
  • Imagen del signo que hayamos puesto.

8. PETICIONES

  1. Por todos los que formamos la Iglesia, para que seamos testigos de esa luz maravillosa que hemos recibido en el día del bautismo. Roguemos al Señor.
  2. Por los que se preparan a recibir el bautismo. Roguemos al Señor.
  3. Por los niños y personas mayores que no ven luz en sus vidas y no tienen fe. Roguemos al Señor.
  4. Por las familias en las que no está presente la “luz” del cariño. Roguemos al Señor.
  5. Para que los cristianos y otras religiones no sean perseguidos por sus creencias y su fe. Roguemos al Señor.

9. CANTO COMO ACCIÓN DE GRACIAS. “Bendigamos al Señor” (Kairoi). (Expresa la “elección” del Hijo, el Señor Jesús. Texto del evangelio. Refleja nuestra misma situación de “llamados”. Se puede cantar, escuchar o recitar)

Bendigamos al Señor,
Dios de toda la creación,
por habernos regalado su amor,
su bondad y su perdón
y su gran fidelidad
por los siglos de los siglos durarán.

El Espíritu de Dios hoy está sobre mí,
Él es quien me ha ungido para proclamar
la Buena Nueva a los más pobres,

la gracia de su salvación (bis).

Enviados con poder
y en el nombre de Jesús,
a sanar a los enfermos el dolor,
a los ciegos la visión,
a los pobres la verdad
y a los presos y oprimidos libertad.

El Espíritu de Dios…

10. PARA LA VIDA

(Sonríe. La sonrisa, como expresión o imagen de la luz).

Iñaki Lete, sdb

…Y contemplar extasiados la gloria del Señor

1.- SÍ AL MENOS UNA LÁGRIMA… «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?». Estas palabras son como un desafío, un reto audaz que San Pablo lanza a la cara de sus enemigos. Un grito de guerra, un grito de victoria. «¿Quién nos separará del amor de Cristo? -se pregunta-. ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada…?».

Pablo es consciente de las dificultades que hay en su vida, de las persecuciones que sufre, de las calumnias que han propagado contra él, de la incomprensión de los que podían y debían haberle comprendido. Él sabe que hay muchos que desean su muerte, está seguro de que terminará sus días en la cárcel, condenado injustamente a muerte, a una muerte violenta, al martirio.

Y sin embargo, se siente seguro, tranquilo, sereno, decidido, audaz, contento, feliz. Él sabe que vive entregado a la muerte cada día, todo el día, como oveja de degüello. Pero él dice: «En todas estas cosas vencemos por aquél que nos amó. Porque persuadido estoy de que ni la muerte, ni la vida, ni poder alguno por grande que sea, podrá separarnos del amor que Dios nos tiene y que nos ha manifestado en Cristo Jesús».

«El que no perdonó a su Hijo, -sigue el Apóstol-, sino que lo entregó a la muerte por nosotros…» Ahí está la clave de ese optimismo desaforado. Haber creído en clamor de Dios, este es el secreto de esa esperanza siempre viva, de esa audacia sin límites, de esa personalidad arrolladora. Dios nos amó hasta el extremo del amor. Lo dijo Jesús: «Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por el amado». Y Dios entregó su vida por los hombres. El Padre Eterno no escuchó la súplica del Hijo que pedía, con lágrimas y sudor de sangre, que pasara aquel terrible cáliz, aquella dolorosa pasión. Y el Hijo aceptó los planes del Padre y caminó decidido, sin resistencia alguna, hacia el tormento supremo del abandono y del dolor.

Ante estos hechos, ¿cómo podemos permanecer insensibles, cómo podemos caminar de espaldas a Dios, cómo podemos vivir una vida tan mediocre y aburguesada, cómo podemos olvidar a quien tanto nos ama? No hay respuesta adecuada. Sólo cabría decir que somos unos pobres miserables, indignos de tanto amor. Y si al menos dijéramos eso, si al menos sintiéramos un poco de dolor de amor, si al menos derramáramos alguna lágrima de arrepentimiento…

1.- TRANSFIGURACIÓN.- Jesús se retira con los más íntimos a la montaña. Lo más probable es que se tratara del monte Tabor, alta colina que destaca en las planicies de Galilea, atalaya desde la que se divisa a lo lejos el reflejo azul del lago de Genesaret y el verde valle de Yiztreel. Las cumbres, esto lo saben bien los montañeros, invitan a la contemplación: Allí el espíritu se eleva y Dios parece estar más cerca. Es lugar propicio para la oración, para comunicarse con el Creador, esplendente en la altura, visible casi en la grandeza majestuosa de los hondos abismos y de las escarpadas rocas.

La grandiosidad de la cima del Tabor se llenó con la luz que Cristo irradiaba. Toda la gloria que se ocultaba tras los velos de la humanidad se dejó ver por unos instantes. Fue tanto el resplandor de aquella transformación que los apóstoles quedaron extasiados, como fuera de sí, sin saber con certeza lo que pasaba. Un gozo inefable les colmaba por dentro, y a Pedro sólo se le ocurre decir que allí se estaba muy bien, y que lo mejor era hacer tres tiendas. Y no moverse de aquel lugar. Estaban en la antesala del Cielo, recibían una primicia de la visión beatífica. El recuerdo de aquello es siempre un estímulo para los momentos oscuros, cuando la esperanza haya muerto y necesitemos que florezca de nuevo.

Moisés y Elías acompañaban a Jesús glorioso y hablaban acerca de su pasión, muerte y resurrección. Un juego de luces y sombras hacía entrever el duro combate que el Rey mesiánico había de librar, y también su gran victoria sobre la muerte y el dolor, su definitivo triunfo que alcanzaría a quienes siguieran sus pisadas de sangre y de luz… La voz del Padre resuena desde la nube: Este es mi Hijo amado, escuchadle. El Amado, el Unigénito, la impronta radiante del Padre Eterno. Con razón se admiraba San Juan del grande amor que Dios tiene al mundo, cuando por él entregó a su mismo Hijo, aun sabiendo que lo clavarían en la Cruz. Pero aquella fue la inmolación que nos trajo la salvación y remisión de nuestros pecados.

Cómo no escuchar la voz de quien tanto nos amó, atender las palabras de quien murió por salvarnos. Oír su doctrina luminosa, hacerla vida de nuestra vida. Subir a la montaña escarpada de nuestros deberes de cada día, grandes o pequeños; escalar con ilusión los riscos de cada hora, con la esperanza cierta de llegar a la cumbre y contemplar extasiados la gloria del Señor.

Antonio García-Moreno

Oración: Por la Iglesia perseguida

Hoy te invitamos a traer a tu oración a tantas personas que en el mundo son atacadas por sus creencias o por la fe que profesan. Este es un tema que periódicamente traemos al blog en forma de oración, y que queremos que siga presente de forma continua en nuestros corazones, ya que hay quienes tienen que cargar a diario con esta cruz en sus vidas.

La persecución religiosa tiene muchas formas. Desde la violencia más extrema que asesina, tortura o encarcela, hasta la más sutil por parte de quienes quieren relegar la religión a una esfera privada. Como denunciaba Benedicto XVI en Caritas in Veritate, «se ha de añadir que, además del fanatismo religioso que impide el ejercicio del derecho a la libertad de religión en algunos ambientes, también la promoción programada de la indiferencia religiosa o del ateísmo práctico por parte de muchos países contrasta con las necesidades del desarrollo de los pueblos, sustrayéndoles bienes espirituales y humanos.»

Dichosos los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos seréis cuando os injurien y os persigan, y digan contra vosotros toda clase de calumnias por causa mía. (Mt 5, 10-11)

 
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Por la Iglesia perseguida

Comentario al evangelio – 23 de febrero

Policarpo significa: el que produce muchos frutos de buenas obras. Este santo , según la tradición, tuvo el honor de ser discípulo de San Juan Evangelista. Hoy recordamos a este mártir del siglo II que dio su vida por amor al Señor. Este es el culmen de la fertilidad, darlo absolutamente todo. Y esta semilla produce sus frutos. Darnos, darnos, producir fruto, ser útiles a los demás, iluminar el entorno en el que habitamos cada jornada: nuestra casa, el trabajo, las personas que viven con nosotros, con las que nos cruzamos a diario.

Cada día de nuestra vida tenemos ocasión de producir obras buenas, de dar frutos. El profeta Ezequiel nos recuerda en la primera lectura que “..cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere […] Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida”. No debemos bajar la guardia, debemos estar siempre atentos a seguir entregando la vida.

“Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”, nos recuerda hoy Jesús. ¿Qué hacemos si no de extraordinario? ¿Para qué nos sirve la fe? Para ser mejores, para hacer la vida más agradable a los otros, para sanar heridas, para no caer en el mal…

Jesús nos invita a ir más allá, a no conformarnos con la ética de mínimos. No seamos nosotros los que pongamos freno a la acción de un Espíritu Santo que quiere y necesita  hacer más en nosotros. San Policarpo dejó actuar al Espíritu y fue colmado de amor en su sufrimiento. Ayúdanos Jesús a darlo todo en este tiempo de crecimiento que es la Cuaresma.

Juan Lozano, cmf