Vísperas – Miércoles de la Octava de Pascua

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA

Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.

Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.

Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.

SALMODIA

Ant 1. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 – EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Ant 2. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A – ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO; LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO.

Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.

El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.

¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos?

En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Ant 3. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán.» Aleluya.

Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO – Cf. Ap 19,1-2, 5-7

El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán.» Aleluya.

LECTURA BREVE   Hb 7, 24-27

Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.

RESPONSORIO BREVE

En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Entró Jesús y se quedó con ellos; y, estando juntos a la mesa, tomó el pan y, rezada la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Entró Jesús y se quedó con ellos; y, estando juntos a la mesa, tomó el pan y, rezada la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle:

Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración.

Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio,
que sean para tu pueblo ejemplo de santidad.

Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones
y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley.

Concede la paz a nuestros días
y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad,
concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

Padre nuestro…

ORACION

Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 4 de abril

Lectio: Miércoles, 4 Abril, 2018
Tiempo de Pascua
 
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor; concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegan un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor.
 
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 24,13-35
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. Él les dijo: «¿De qué discutís por el camino?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
Él les dijo: “¡Qué poco entendéis y cuánto os cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser así y que el Cristo padeciera para entrar en su gloria?” Y comenzando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan.
 
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos trae el episodio tan conocido de Jesús con los discípulos de Emaús. Lucas escribe en los años 80 para las comunidades de Grecia que en su mayoría eran paganos convertidos. Los años 60 y 70 habían sido muy difíciles. Hubo la gran persecución de Nerón, en el 64. Seis años después, en el 70, Jerusalén fue totalmente destruida por los romanos. En el 72, en Massada, en el desierto de Judá, fue la masacre de los últimos judíos revoltosos. En esos años, todos los apóstoles, testigos de la resurrección, fueron desapareciendo. El cansancio se va imponiendo a lo largo del camino. ¿Dónde encontrar la fuerza y el valor para no desanimarse? ¿Cómo descubrir la presencia de Jesús en esta situación tan difícil? La narración de Jesús a los discípulos de Emaús trata de ser una respuesta a estas preguntas angustiantes. Lucas quiere enseñar a las comunidades cómo interpretar la Escritura para poder redescubrir la presencia de Jesús en la vida.
• Lc 24,13-24: 1º Paso: partir de la realidad. Jesús encuentra a dos amigos en una situación de miedo y de falta de fe. Las fuerzas de la muerte, la cruz, habían matado en ellos la esperanza. Era la situación de mucha gente en tiempo de Lucas y sigue siendo la situación de mucha gente hoy. Jesús se acerca y camina con ellos, escucha, habla y pregunta: «¿De qué estáis hablando?» La ideología dominante, esto es, la propaganda del gobierno y de la religión oficial de la época, les impedía ver. «Nosotros esperábamos que sería él el que iba a liberar…, pero…». ¿Cuál es hoy la conversación del pueblo que sufre? El primer paso es éste: aproximarse a las personas, escuchar su realidad, sentir sus problemas; ser capaz de plantear preguntas que ayuden a las personas a mirar la realidad con una mirada más crítica.
• Lc 24,25-27: 2º Paso: usar la Biblia para iluminar la vida. Jesús usa la Biblia y la historia del pueblo de Dios para iluminar el problema que hacía sufrir a los dos amigos, y para aclarar la situación que ellos estaban viviendo. La usa, asimismo, para situarlos dentro del proyecto de Dios que venía de Moisés y de los profetas. Y así les muestra que la historia no se había escapado de la mano de Dios. Jesús usa la Biblia no como un doctor que ya sabe todo, sino como un compañero que va a ayudar a los amigos para que recuerden lo que habían olvidado. Jesús no provoca un complejo de ignorancia en los discípulos, pero procura despertar en ellos la memoria: “Cuanto os cuesta creer todo lo que anuncian los profetas.”
El segundo paso es éste: con la ayuda de la Biblia, ayudar a las personas a descubrir la sabiduría que ya existe dentro de las mismas, y transformar la cruz, señal de la muerte, en señal vida y de esperanza. Aquello que les impedía caminar, se vuelve ahora fuerza y luz en la caminada. ¿Cómo hacer esto hoy?
Lc 24,28-32: 3º Paso: compartir en la comunidad. La Biblia, de por sí, no abre los ojos. Apenas hace arder el corazón. Lo que abre los ojos y hace ver, es la fracción del pan, el gesto comunitario del compartir, rezar juntos, la celebración de la Cena. En el momento en que los dos reconocen a Jesús, ellos renacen y Jesús desaparece. Jesús no se adueña de la caminada de los amigos. No es paternalista. Resucitados, los discípulos son capaces de caminar con sus propios pies.
El tercer paso es éste: saber crear un ambiente de fe y de fraternidad, de celebración y de compartir, donde pueda actuar el Espíritu Santo. Es él quien nos hace descubrir y experimentar la Palabra de Dios en la vida y nos lleva a entender el sentido de las palabras de Jesús (Jn 14,26; 16,13).
Lc 24,33-35: 4º Paso: El resultado: Resucitar y volver a Jerusalén. Los dos recobran valor y vuelven a Jerusalén, donde continuaban activas las mismas fuerzas de muerte que habían matado a Jesús y que habían matado en ellos la esperanza. Pero ahora ha cambiado todo. Si Jesús está vivo, entonces en él y con él hay un poder más fuerte que el poder que le mató. Esta experiencia ¡los hace resucitar! ¡Realmente todo mudó! ¡Valor, en vez de miedo! ¡Retorno, en vez de ida! ¡Fe, en vez de falta de fe! Esperanza, ¡en vez de desesperación! Conciencia crítica, ¡en vez de fatalismo frente al poder! Libertad, ¡en vez de opresión! En una palabra: ¡vida, en vez de muerte! ¡En vez de la mala noticia de la muerte de Jesús, la Buena Nueva de su Resurrección! ¡Los dos experimentarán la vida, y vida en abundancia! (Jn 10,10). ¡Señal del Espíritu de Jesús actuando en ellos!
 
4) Para la reflexión personal
• Los dos dijeron: “¡Nosotros pensábamos que sería él, pero… !” ¿Has vivido ya una situación de desaliento que te ha llevado a decir: “Yo, ¿esperaba, pero…?”
• ¿Cómo lees, usas e interpretas la Biblia? ¿Has sentido arder el corazón al leer y meditar la Palabra de Dios? ¿Lees la Biblia solo o formas parte de algún grupo bíblico?
 
5) Oración final
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. (Sal 104)

Lectura continuada del Evangelio de Marcos

Marcos 3, 10

10Porque había curado a muchos, de modo que caían sobre él para que los tocara todos cuantos tenían aflicciones.

 

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p style=»text-align:justify;»>Reacciones humanas. Después de la amenaza que implican los fariseos y los herodianos, Jesús se retira a la orilla del mar y le sigue una gran muchedumbre de todas las partes de Palestina e incluso de más allá. La lista de localidades parece estar organizada en tres pares. 1) Judea y Jerusalén, que parecen formar una frase fija para Marcos (cf. 1,5, en contra de Mt 3,5, que lógicamente invierte el orden de la frase); 2) Idumea y Transjordania; 3) Tiro y Sidón. Judea y Jerusalén constituían áreas judías tradicionales, indiscutidas; Idumea habia sido conquistada y convertida por judíos; y Transjordania formaba parte de la herencia israelita, conforme a las tradiciones bíblicas de la conquista (cf. Nm 32,33- 42), pero había caído hacía tiempo en manos gentiles. Sin embargo, Tiro y Sidón nunca habían formado parte de Israel. Por tanto, la lista puede haber sido trazada para anticipar la expansión pospascual de las noticias sobre Jesús en las áreas gentiles y sería especialmente sugerente si la comunidad predominantemente gentil de Marcos estuviera situada en una de las áreas nombradas cerca del final del texto (Transjordania o la región de Tiro y Sidón). 
La gran multitud que Jesús ha atraído amenaza con aplastarle, de manera que pide a los discípulos que preparen una barca, para el caso de que la necesite como medio para escapar. Según eso, irónicamente, después de haber eludido el peligro en que le han puesto los fariseos y los herodianos, inmediatamente de nuevo Jesús se encuentra en peligro -¡a causa de sus mismos seguidores!-. Aunque la actitud de la muchedumbre hacia Jesús es positiva, hay un tono de fondo de amenaza, reforzado por el uso del verbo «agresivo» «caían sobre» del siguiente versículo. De esa manera, lo mismo que en 1,36, una reacción positiva frente a Jesús encierra aspectos ocultos que apuntan hacia una separación posterior e incluso hacia una hostilidad (cf. 15,11-15). Esta interpretación viene reforzada por el hecho de que el verbo que hemos traducido como «estrujan» tiene implicaciones de tribulación escatológica y puede anticipar el sufrimiento y la muerte de Jesús como aflicciones de los últimos tiempos. 


¡¡Ha resucitado!!

Una vez más celebramos de manera especial y solemne la Pascua de Jesús. El evangelio de Juan nos presenta a María Magdalena madrugando para ir al sepulcro de Jesús. “Todavía estaba oscuro”. María, no ha experimentado aún la realidad de la Resurrección. Al ver que la piedra con que habían tapado el sepulcro se halla corrida, va a buscar a Pedro y al “otro discípulo”. Viendo… creyeron. 

Los corazones de todos estaban heridos: negación, traición, abandono…Volver a dar cohesión y unidad interna en el perdón mutuo a la comunidad de seguidores, en la solidaridad, en la fraternidad, era humanamente un imposible. Sin embargo, la presencia y la fuerza interior del «Resucitado» lo logró. 

¿Tenemos sepultada la esperanza, la ilusión, la posibilidad de superar nuestras dificultades y problemas bajo alguna losa que creemos superior a nuestras fuerzas? La PASCUA es la experiencia de vernos liberados de esa losa, porque una experiencia transformadora también puede darse en nosotras. ¿Cómo lo seguiremos de cerca, si no lo reconocemos vivo en medio de nosotras? La Resurrección de Jesús es el triunfo de la VIDA.

Creer en la resurrección de Jesús es creer que su Palabra, su proyecto y su Causa (¡el Reino!) expresan el valor fundamental de nuestra vida. Lo importante es no sólo creer en Jesús, sino creer como Jesús. No sólo es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús y su actitud ante el Padre, ante la historia, su opción por los desfavorecidos, su propuesta, su Causa…

Creyendo con esa fe de Jesús, las «cosas de arriba» y las de “la tierra” no son ya dos direcciones opuestas. Las «cosas de arriba» son la Tierra Nueva que está injertada ya aquí abajo. Hay que hacerla nacer en el doloroso parto de la Historia, sabiendo que es don gratuito de Aquel que resucitó. 

Ecclesia in Medio Oriente – Benedicto XVI

13. Aliento el cometido de los teólogos que trabajan incansablemente por la unidad, y saludo las actividades de las comisiones ecuménicas locales que existen en los diferentes niveles, así como la actividad de las distintas comunidades que rezan y se esfuerzan en favor de la unidad tan deseada, promoviendo la amistad y la fraternidad. En fidelidad a los orígenes de la Iglesia y a sus tradiciones vivas, es importante también que se hable con una sola voz sobre las grandes cuestiones morales a propósito de la verdad humana, la familia, la sexualidad, la bioética, la libertad, la justicia y la paz.

Comentario Domingo II de Pascua

ORACIÓN

Dios de bondad y misericordia, Tú reanimas nuestra fe con la celebración anual de las fiestas pascuales, concédenos:

  • abrir nuestros corazones y nuestras vidas a la PAZ que nos quiere comunicar cada día tu Hijo Jesús resucitado y Viviente,
  • recibir su Espíritu que nos dé vida, aliento y esperanza,
  • y sabernos “dichosos” por creer en Él a pesar de no verle con nuestros ojos.

Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. AMEN.

 

Jn 20, 19-31

«19Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas donde estaban los discípulos, por miedo a los judíos, vino Jesús y se puso en medio y les dice: ‘Paz a vosotros’.

20Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Así que los discípulos se alegraron al ver al Señor.

21Jesús les dijo de nuevo: ‘Paz a vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío’.

22Y, dicho esto, sopló y les dice: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos’.

24Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Así que le decían los otros discípulos: ‘Hemos visto al Señor’.

25Pero él les dijo: ‘Si no veo en sus manos la marca de los clavos y no meto mi dedo en la marca de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré’.

26Ocho días después, de nuevo estaban dentro sus discípulos y Tomás con ellos. Viene Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y dijo: ‘Paz a vosotros’. 27Luego dice a Tomás: ‘Acerca tu dedo aquí y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente’.

28Contestó Tomás: ‘Señor mío y Dios mío’.
29Le dice Jesús: ‘¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no han visto y han creído’.

30Y así, muchos otros signos hizo Jesús delante de sus discípulos que no están escritos en este libro. 31Éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre».

¡PALABRA DEL SEÑOR!

 

CONTEXTO

Estamos ante el primer final del evangelio de Juan. Antes de nuestro texto, el evangelio ha relatado la escena del sepulcro vacío (Jn 20,1-10) y la aparición de Jesús a María Magdalena (20,11-18). Después, se nos relatará la aparición de Jesús en el lago de Tiberíades (21,1-23) y el segundo final del evangelio, que concluye con una impresionante hipérbole acerca de las acciones del Resucitado, que deja abierta para el creyente la puerta de una relación abierta e interminable con Jesús, Señor de la Vida (21,24-25).

 

TEXTO

El texto evangélico, denso como pocos, nos presenta dos escenas: la primera se sitúa en “el primer día de la semana”, nombre clásico para indicar el día de la resurrección, el domingo, día por excelencia de la asamblea cristiana. Tiene dos momentos: la presencia de Jesús con los discípulos sin Tomás (vv. 19-23) y el diálogo de éstos con Tomás (vv. 24-25). La escena siguiente es “ocho días después”, cuando Jesús vuelve a estar con los discípulos y habla con Tomás (vv. 26-29). Después, la primera conclusión del evangelio (vv. 30-31).

 

ELEMENTOS A DESTACAR

  • A nivel eclesiológico (discipular), básicamente es un texto de movimientos, de avances, de transformación: del miedo a la alegría, de estar cerrados a estar enviados, del no-ver al ver, del ver o no-ver al creer, del creer al vivir. Nada queda igual después de la Resurrección, se inicia un nuevo itinerario radicalmente transformado y transformador. ¿Sentimos esa nueva fuerza en estos primeros días de Pascua?
  • A nivel cristológico, se remarca la bondad de Cristo Jesús, que no sólo no reprocha a sus amigos el abandono y la soledad en que le dejaron, sino que les regala las primicias de su Pascua: la paz y el Espíritu Santo con el perdón de los pecados.Jesús es el mismo Jesús crucificado pero también el Mesías, el Señor, el Hijo de Dios, Dios mismo. ¿Tiene el papel que sin duda merece en nuestra vida? ¿Experimentamos su bondad en nosotros? ¿Le respondemos en consecuencia?
  • A nivel teológico, es impresionante la densa riqueza del misterio de Dios: Padre que envía, Hijo y Señor, Espíritu Santo. ¿Tanto dinamismo de amor de Dios no choca con nuestra modorra espiritual? ¿Ese Misterio señalado nos empuja a profundizar en nuestra relación con Él?
  • Tres veces repite Jesús el saludo: “¡Paz a vosotros!”. La paz y la serenidad interior es una marca de los discípulos “habitados” por Jesús. La paz, que es un don del Resucitado, se vuelve tarea de los discípulos en el envío. ¿Dónde urge trabajar la paz entre nosotros?

 

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Para la catequesis: Domingo II de Pascua

II Domingo de Pascua, 8 de Abril 2018
La Divina Misericordia

Hechos 4, 32-35; Salmo 117: 2-4. 16ab-15. 22-24; 1 Juan 5, 1-6; Juan 20:19-31

Jesús se aparece a los discípulos

Al llegar la noche del día de la resurrección, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: ¡Paz a ustedes! dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez: ¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envió a ustedes. Soplo sobre ellos, y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedaran perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedaran sin perdonar. Tomas, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después los otros discípulos le dijeron: Hemos visto al Señor. Pero Tomas les contestó: Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo podré creer. Ocho días después, los discípulos se habían reunido de nuevo en una casa, y esta vez Tomas estaba también. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó, diciendo: ¡Paz a ustedes! Luego dijo a Tomas: Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree! Tomas entonces exclamó: ¡Mi Señor y mi Dios! Jesús le dijo: ¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto! Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo en él tengan vida.

Reflexión y Actividad

Cuales cosas son muy difíciles de creer. ¿Cuáles historias de las películas se creen fácilmente? ¿Son verdad? ¿Quién las escribió? ¿Cuál es la fuente de las historias de la biblia? En el evangelio de hoy, Tomás solo cree cuando ve con sus propios ojos las heridas de Jesús. Jesús dice: “Dichosos los que creen sin haber visto.” ¿Crees tú lo que te dice la biblia sobre Dios? ¿Qué es la fe?

Actividad

Actuar el evangelio. Preparar un diálogo donde se vea como reaccionaron los discípulos cuando Tomás no quiere creer. ¿Qué dicen cuando Tomás ve a Jesús?

Oración

Señor, nos asustan y preocupan muchas cosas. Hazte presente entre nosotros con tu paz. Danos la fe para que te vea en los sufrimientos de los demás. Únenos en este grupo para que compartamos todo lo que tenemos y nos ayudemos siempre. Amen

¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

+ Jesús resucitado, se apareció a sus discípulos. Uno de los apóstoles, Tomás, no estaba con ellos. Cuando los discípulos le dijeron a Tomás que habían visto a Jesús y que estaba vivo, Tomás dijo: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré.» 

 + Una semana después, Jesús se vuele a parecer y allí estaba Tomás. Jesús le dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe.»…Tomas dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» 

DRAMATIZACIÓN

Comprador: ¡Buenos días!
Vendedora: ¡Buenos días! ¿Qué desea?

Comprador: Quisiera un par de zapatillas
Vendedora: Bueno tiene este modelo, este con abrojo, este de color azul… (la vendedora le muestra varios modelos)

Comprador: Me gustan mucho estas con las rayas verdes flúo.
Vendedora: Son muy lindas, sí.

Comprador: Las voy a pagar con tarjeta de crédito
Vendedora: ¿Cuál es la tarjeta?

Comprador: Es “CIELO CARD”
Vendedora: ¿Me permite su documento por favor?

Comprador: Pero, usted me conoce, soy su vecino, todos los días nos saludamos, ¿para qué quiere mi documento?
Vendedora: Debo verificar su identidad.

El comprador le da su documento y termina la dramatización.

Diálogo del animador con los chicos:

¿Les pasó alguna vez a ustedes tener que mostrar el documento de identidad para demostrar quiénes eran? ¿Vieron una situación parecida en algún lugar, le sucedió a algún pariente de ustedes, lo ven cuando hacen las compras con su familia?

En muchas ocasiones, en situaciones sencillas, cotidianas, en nuestra vida de todos los días no alcanza con presentarnos y decir soy fulanito de tal….sino que tenemos que demostrar nuestra identidad, verificar quiénes somos por medio de un documento cuando vamos a viajar, de un carnet para entrar al club o para usar la pileta, cuando vamos a la biblioteca si somos socios etc.

Al comprador le exigen demostrar su identidad, y por lo tanto le piden su documento aunque era su vecino. También hoy algunos dudan y no creen que Jesús resucitó de la tumba, porque no lo han visto con sus propios ojos. Ellos desean ver su documento de identidad, comprobar que murió y resucitó, antes de creer.

+ Jesús muestra sus manos, sus llagas, su costado del que brotó sangre y agua. Jesús muestra que se entregó con todo su amor, que dio su vida, no se guardó nada. Esa es la señal más importante: vive porque amó mucho y el Padre Dios lo resucitó.

+ Jesús nos dice en su palabra: “¡Felices los que creen sin haber visto!”. Nosotros debemos ser creyentes. El Señor ha resucitado, nosotros no lo hemos visto, pero creemos que es así y le pedimos hoy que nos ayude a creer, que nos ayude siempre a vivir con FE.

+ Podemos asumir como compromiso vivir amando, tener gestos de amor concretos para que muchos crean en el amor de Dios, viendo nuestras buenas obras y así tengan vida en Jesús.

+ Pidamos al Señor el don de la fe, creer sin ver. Pidamos creer que Jesús está Vivo y Resucitado. Repetir con los chicos: “Señor mío y Dios mío”.

Comentario al evangelio – 4 de abril

Pedro y Juan subían al templo a orar y allí se encuentran con un lisiado que les pide limosna. Pedro le dice: “no tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesús Nazareno levántate y anda”. Hoy también hay hambre y sed de milagros, y la gente acude allí donde tienen lugar. Los medios de comunicación social los hacen espectaculares y los “obradores de prodigios” corren el riesgo de ser idolatrados. Pero tanto Pedro y Juan como Pablo y Bernabé (Hch 14, 14ss) corrigen al pueblo y dicen de manera clara que no deben concentrarse en torno a sus personas, sino en torno al poder del Nombre de Jesús. Quien tenga fe en este Nombre, quien lo invoque, también hoy podrá obtener milagros.

Hoy también hay situaciones tan dolorosas y penosas que nos hacen pedir un milagro y nos impulsan a dirigirnos a personas consideradas particularmente próximas a Dios. Estas personas la mayoría de las veces no tienen “ni plata ni oro”, pues viven en medio de la humildad y la oración. Dios sigue haciendo hoy prodigios a su pueblo, pues Él no abandona nunca a su pueblo y lo socorre también con intervenciones extraordinarias, pero las hace a través de la oración y la fe.

A través del desprendimiento y la pobreza es como podremos volver a encontrar nuestro lugar en el corazón del pueblo. Cuanto más pobres y desinteresados seamos, menos exigentes seremos, más amigos seremos del pueblo y más fácil nos resultará hacer el bien. La pobreza es hoy más necesaria que nunca para luchar contra el mundo, contra el lujo y el bienestar que crece por doquier. Si el cristiano hace como el mundo, ¿cómo podrá guiarlo e instruirlo? Cuanto más grande es el desprendimiento interior y exterior en un corazón, más abunda en él la gracia, la luz y el Espíritu de Dios.

A través de la pobreza, la humildad y la muerte es como Jesús engendró a la Iglesia, y de este modo es como la hacemos creecer nosotros. Toda obra de Dios debe llevar, por encima de todo, el sello de la pobreza y del sufrimiento. “Pero estamos tan inclinados a esconder nuestra pobreza y a ignorarla que perdemos a menudo la ocasión de descubrir a Dios. Él mora precisamente en ella. Debemos tener la audacia de ver nuestra pobreza como la tierra en la que está escondido nuestro tesoro” (cfr. H.J. Nouwn, Pan para el viaje, p. 249).

Para poder vivir así no podemos salir de la comunidad, como los dos de Emaús, sino en ella alimmentarnos de la Palabra y la Eucaristía para estar siempre unidos al Señor que camina junto a nosotros constantemente y se nos hace presente de mil formas.

José Luis Latorre, cmf