Vísperas – Miércoles IV de Pascua

SAN MARCOS, Evangelista. (FIESTA)

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: TRISTES ESTABAN LOS APÓSTOLES

Tristes estaban los apóstoles
tras sepultar a Cristo
que, a muerte despiadada,
lo sentenciaron los impíos.

Con dulces palabras, un ángel
a las mujeres dijo
que en Galilea el Señor
habría muy pronto de ser visto.

Mientras corrían presurosas
a hablar a los discípulos,
lo ven, besan sus pies,
pues se les aparece vivo.

Cuando lo saben los apóstoles
acuden velocísimos
a ver en Galilea
el rostro adorable de Cristo.

Sé, Jesús, de las almas júbilo
y pascual regocijo,
a tus triunfos asócianos,
que en la gracia hemos renacido.

Tribútese, oh Jesús, la gloria
a ti, que, ya vencido
el reino de la muerte,
nos abre lúcido el camino. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado. Aleluya.

Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado. Aleluya.

Ant 2. Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo. Aleluya.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo. Aleluya.

Ant 3. Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo. Aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo. Aleluya.

LECTURA BREVE   Col 1, 3b-6a

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.

V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros. Aleluya.

PRECES

Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio de su Hijo nos ha llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo, diciendo:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las ovejas,
haz que nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.

Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:

Padre nuestro…

ORACION

Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anunciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Jesucristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 25 de abril

Lectio: Miércoles, 25 Abril, 2018
Tiempo de Pascua
 
1) Oración inicial
Danos, Señor, una plena vivencia del misterio pascual, para que la alegría que experimentamos en estas fiestas sea siempre nuestras fuerza y nuestra salvación. Por nuestro Señor.
 
2) Lectura
Del Evangelio según Marcos 16,15-20
Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con los signos que la acompañaban.
 
3) Reflexión
• El Evangelio de hoy forma parte del apéndice del Evangelio de Marcos (Mc 16,9-20) que presenta una lista de algunas apariciones de Jesús: a la Magdalena (Mc 16,9-11), los dos discípulos que iban por el campo (Mc 16,12-13) y a los doce apóstoles (Mc 16,14-18). Esta última aparición con la descripción de la ascensión al cielo (Mc 16,19-20) constituye el evangelio de hoy.
• Marcos 16,14: Las señales que acompañan el anuncio de la Buena Nueva. Jesús aparece a los once discípulos y les reprocha el no haber creído en las personas que lo habían visto resucitado. No creyeron en la Magdalena (Mc 16,11), ni a los dos que iban por el campo (Mc 16,13). Varias veces Marcos se refiere a la resistencia de los discípulos en creer en el testimonio de aquellos y aquellas que experimentaron la resurrección de Jesús. ¿Por qué Marcos insiste tanto en la falta de fe de los discípulos? Probablemente, para enseñar dos cosas. Primero, que la fe en Jesús pasa por la fe en las personas que dan testimonio de él. Segundo, que nadie debe desanimarse cuando la duda surge en el corazón. ¡Hasta los once discípulos tuvieron dudas!
• Marcos 16,15-18: La misión de anunciar la Buena Nueva a toda criatura. Después de haber criticado la falta de fe de los discípulos, Jesús les confiere la misión: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.” A lo que tienen el valor de creer en la Buena Nueva y que son bautizados, Jesús promete las siguientes señales: expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, agarrarán serpientes y el veneno no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y éstos quedarán sanos. Esto acontece hoy:
– expulsar demonios: es luchar en contra del poder del mal que mata la vida. La vida de muchas personas es mejor por haber entrado en comunidad y por haber empezado a vivir la Buena Nueva de la presencia de Dios en su vida;
– hablar lenguas nuevas: es comenzar a comunicarse con los demás de forma nueva. A veces encontramos a una persona que no hemos visto nunca antes, pero parece que la conocemos desde hace mucho tiempo. Es porque hablamos la misma lengua, el lenguaje del amor;
– vencer el veneno: hay muchas cosas que envenenan la convivencia. Muchos chismes que causa estragos en la relación entre la gente. Quien vive la presencia de Dios vive por encima de todo esto y consigue que este veneno terrible no le moleste;
– curar a los enfermos: doquiera que aparece una conciencia más clara y más viva de la presencia de Dios, aparece también un cuidado especial con las personas excluidas y marginadas, sobretodo hacia los enfermos. Aquello que más favorece la curación es que la persona se siente acogida y amada.
• Marcos 16,19-20: A través de la comunidad Jesús continúa su misión. Jesús mismo que vivió en Palestina y acogió a los pobres de su tiempo, revelando así el amor del Padre, este mismo Jesús sigue vivo en medio de nosotros, en nuestras comunidades. A través de nosotros el quiere continuar su misión para revelar la Buena Nueva del amor de Dios a los pobres. La resurrección acontece hasta hoy. Nos lleva a cantar: «¿Quién no separará, quién no separará del amor de Cristo, quién nos separará?» Ningún poder de este mundo es capaz de neutralizar la fuerza que viene de la fe en la resurrección (Rom 8,35-39). Una comunidad que quisiera ser testigo de la Resurrección tiene que ser señal de vida, tiene que luchar en contra de las fuerzas de la muerte, para que el mundo sea un lugar favorable a la vida, tiene que creer que otro mundo es posible. Sobre todo en aquel países donde la vida de la gente corre peligro a causa del sistema de muerte que nos fue impuesto, las comunidades deben ser una prueba viva de la esperanza que vence el mundo, ¡sin miedo a ser feliz!.
 
4) Para la reflexión personal
• ¿Cómo acontecen en mi vida estas señales de la presencia de Jesús?
• ¿Cuáles son hoy las señales que más convencen a las personas de la presencia de Jesús en medio de nosotros?
 
5) Oración final
Cantaré por siempre el amor de Yahvé,
anunciaré tu lealtad de edad en edad.
Dije: «Firme está por siempre el amor,
en ellos cimentada tu lealtad.» (Sal 89,1-2)

Lectura continuada del Evangelio de Marcos

Marcos 3, 20-21

«20Y se va a casa, y de nuevo se reúne la muchedumbre de manera que no podían ni comer pan. 21Y sus familiares, oyéndolo, salieron para agarrarlo, porque decían: “¡Está fuera de sí!”.

La sombría conclusión de la lista de los Doce discípulos, que termina con Judas, el que le traicionará, conduce a una pequeña serie de historias que ponen de relieve la oposición a Jesús por parte de su familia y de los escribas. Es prácticamente seguro que Marcos ha sido el responsable de que el texto sobre la oposición de los escribas (3, 22-30) haya quedado incrustado entre las historias que ponen de relieve la ruptura de Jesús respecto a su propia familia (3, 20-21 y 3, 31-35). Esa técnica de «emparedado» es típica de Marcos (cf. 2, 1-12; 5, 21-43; 6, 14-29; 11, 12-25; 14, 54-72).

La composición presente de Marcos está estructurada en forma de quiasmo (A-B-B-A) en torno a la parábola del hombre fuerte en 3, 27:

  1. A) 3, 20-21: parientes de Jesús

  2. B) 3, 23-26: le acusan de actuar como agente diabólico
  3. C) 3, 27: parábola del hombre fuerte


B’) 3, 28-30: le acusan de actuar como agente diabólico

            A’) 3, 31-35: parientes de Jesús

El carácter central de la parábola del hombre fuerte no es accidental, porque deja al desnudo la causa subyacente de la oposición contra Jesús, tanto de su familia como de las autoridades religiosas: aquí viene a expresarse la división radical y la fiera enemistad entre Jesús y las fuerzas demoníacas que esclavizan a la humanidad y que la vuelven ciega para el auténtico bien.

3, 20-21: El pasaje comienza con la entrada de Jesús en una casa, después que él ha morado en una montaña con el recién fundado grupo de los Doce. No se especifica la ubicación de la casa, pero se puede suponer que está cerca o en el mismo Nazaret, porque aparecen rápidamente la madre y los hermanos. La presencia de Jesús atrae de inmediato a una multitud, y Jesús y los Doce se encuentran tan ocupados en atender a los que vienen que no tienen ni tiempo para comer.

Los miembros de la familia de Jesús llegan a la conclusión de que está enloquecido. Es difícil penetrar en la razón que les ha llevado a pensar así. El hecho de que Jesús ha llegado a ser tan popular que le buscan sin cesar ¿acaso puede significar que se ha vuelto loco? De todas formas, la reacción de los familiares es semejante a la de otras personas del evangelio que interpretan las buenas obras de Jesús en un sentido negativo. En el siguiente versículo los escribas presentarán los exorcismos como evidencia de una contaminación diabólica y en 6,1-6 sus paisanos reconocerán sus milagros y su sabiduría, pero se escandalizarán frente a ellos. Sea como fuere, la evaluación desfavorable de la familia de Jesús, que desemboca en un fuerte veredicto, queda reforzada por la yuxtaposición de ese veredicto con la opinión semejante de los enemigos constantes de Jesús, que son los escribas. Más aún, el gesto de la familia que quiere agarrar con violencia a Jesús (kratésai), con la clara finalidad de impedirle que actúe, anticipa el uso del mismo verbo para aludir a los esfuerzos de los enemigos de Jesús cuando le arrestan (cf. 12, 12; 14, 1.44-45).

Estos rasgos muestran que Marcos es el más duro de todos los evangelios cuando pinta la relación de Jesús con su familia, y resulta interesante saber qué razón tiene para ello. En algún sentido el retrato que Marcos ofrece de las tirantes relaciones entre Jesús y su familia debe responder a un fondo histórico. Nos hallamos ante un tipo de historia que la Iglesia probablemente no habría creado por sí misma, pues parece colocar tanto a Jesús como a su familia bajo una luz dudosa. Por otra parte, Jn 7, 3 apoya el tema central de esta historia, diciendo que los hermanos de Jesús no creían en él. La familia de Jesús, y quizá incluso sus discípulos, pueden representara la Iglesia judeocristiana de Jerusalén, observante de la Ley mosaica, contra la cual está luchando Marcos, quien aparece como representante de un cristianismo gentil que no se siente obligado por el cumplimiento de la Ley.

Sin embargo, un factor que quizá ha influido aún más es probablemente el hecho de que algunos cristianos de Marcos han tenido que romper con los miembros de sus propias familias. La acusación de la locura en contra de Jesús resulta semejante a la acusación que a menudo se lanzó en contra de la salud mental de los primeros cristianos. Esta explicación es apoyada en la forma en que, en el conjunto de la narración de Marcos, aparece enmarcada la referencia a la tensión de Jesús con su familia (tanto en nuestro pasaje como en 6, 3), situándose entre dos referencias a los discípulos que tienen que abandonar a sus familias, como aparece en 1, 18-20 y en 10, 28-31. En el último caso, Jesús alaba a los que han dejado a sus familias «por mi causa y por el evangelio», prometiéndoles que recibirán una nueva familia «con persecuciones». El matiz de la persecución familiar aparece de nuevo en 13, 12-13, donde Jesús predice que algunos de sus discípulos serán entregados a muerte, a traición, por sus propios parientes y serán «odiados por todos, a causa de mi nombre».

Estas profecías reflejan probablemente unas experiencias de alienación familiar y de persecución que resultaban comunes entre los primeros cristianos y, en este contexto, la visión de 3, 31-35, donde Jesús tiene problemas con su propia familia, produciría un tipo de «shock» de identificación y de reconocimiento en algunos de los miembros de la comunidad de Marcos. Esta escena les recordaría también el aspecto escatológico de su situación presente, dado que los textos apocalípticos interpretan la ruptura respecto de los miembros de la familia como uno de los sufrimientos del tiempo final, un sufrimiento que tiene que ser soportado hasta que Dios acorte los últimos días y salve a su pueblo (13, 13.20). Si el mismo Jesús no quedó libre de esta prueba escatológica, ¡cómo podrían evitarla los cristianos de la comunidad de Marcos!

Vivir unidos a Cristo es estar convocados a dar frutos de vida eterna

Se advierte el interés de san Lucas por mostrar la profunda unidad que cohesionaba a toda la Iglesia, por encima de las pequeñas diferencias que podían surgir. Lo importante era que el Evangelio fuera uno.

Seguro que Cristo, al emplear la alegoría de la vid, no está pensando en dicotomías: por un lado la Cepa y por otro las ramas. Estaría hablando de Él como la totalidad de la Vid, el Cuerpo total, haciendo verdad la profecía de la Viña-Pueblo de Israel. No es menoscabo del papel de las ramas; es ratificación de que “sin Él no podemos hacer nada”. Si la savia de la cepa o tronco es laúnica que hay en la vid, ¿qué son los sarmientos sino prolongaciones del tronco para dar fruto?Cuando ningún miembro de la comunidad de la Iglesia intenta “vivir por su cuenta”, la Vid estácompleta. Si alguien lo pretende, no será nada; será muerte, porque no contará con la única savia-Vida.

Desde el primer tercio del siglo XIX se viene hablando de un Dios que aniquila al hombre, que lo destruye, lo aliena, le impide ser él mismo pero la pregunta que hemos de hacernos es: ¿en qué Dios estarían pensando quienes así hablaban? Desde luego no en el de Jesús. Porque desde el primer momento busca quitar del Dios Verdadero los muchos disfraces que ocultan su auténtico rostro.

– “La Iglesia es labranza o campo de Dios. En este campo crece el antiguo olivo cuya raíz santafueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la reconciliación de los judíos y de los gentiles. El labrador del cielo la plantó como viña selecta. La verdadera vid es Cristo, que da vida y fecundidad a los sarmientos, es decir, a nosotros, que permanecemos en Él por medio dela Iglesia y que sin él no podemos hacer nada” (755; cf. 1988).

– “Gracias a este poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto. El que nos ha injertado en la Vid verdadera hará que demos “el fruto del Espíritu que es caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza»” (736).

– “Sin mí no podéis hacer nada”:
“Jesús dice: “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). El fruto evocado en estas palabras es la santidad de una vida fecundada por la unión con Cristo. Cuando creemos en Jesucristo, participamos en sus misterios y guardamos sus mandamientos, el Salvador mismo ama en nosotros a su Padre y a sus hermanos, nuestro Padre y nuestros hermanos. Su persona viene a ser, por obra del Espíritu, la norma viva e interior de nuestro obrar. “Éste es elmandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado» (Jn 15,12)”(2074).

– “Pues, así como la raíz hace llegar su misma manera de ser a los sarmientos, del mismo modoel Verbo Unigénito de Dios Padre comunica a los santos una especie de parentesco consigo mismo y con el Padre, al darles parte en su propia naturaleza, y otorga su Espíritu a los que están unidos con Él por la fe: y así les comunica una santidad inmensa, los nutre en la piedad ylos lleva al conocimiento de la verdad, y a la práctica de la virtud” (San Cirilo de Alejandría, InEv. Joann. lib 10,2).

Al advertirnos de que sin Él no podemos hacer nada, Cristo no invita a la esperanza pasiva, sino a hacer todo lo que podamos, pero desde Él, con Él y por Él.

Ecclesia in Medio Oriente – Benedicto XVI

34. Explotadas y sin poder defenderse, con contrato de trabajo más o menos limitado o legal, estas personas son a veces víctimas de transgresiones de las leyes locales y las convenciones internacionales. Por otra parte, sufren fuertes presiones y graves restricciones religiosas. Necesitan una delicada atención de sus pastores. Animo a todos los fieles católicos y a todos los sacerdotes, cualquiera que sea su Iglesia de pertenencia, a la comunión sincera y a la cooperación pastoral con el obispo del lugar y, a éste, a una comprensión paterna respecto a los fieles orientales. Mediante el trabajo conjunto y, sobre todo, hablando con una sola voz, todos podrán vivir y celebrar su fe en esta situación particular, enriqueciéndose con la diversidad de las tradiciones espirituales, siempre manteniéndose en contacto con las comunidades cristianas de origen. Invito también a los gobiernos de los países que reciben a estas personas recién llegadas a respetar y defender sus derechos, a permitirles la libre expresión de su fe, favoreciendo la libertad religiosa y la edificación de lugares de culto. La libertad religiosa «podría ser objeto de diálogo entre los cristianos y los musulmanes, diálogo cuya urgencia y utilidad ha sido ratificada por los padres sinodales»[30].


[30] Homilía en la Misa de clausura de la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio (24 octubre 2010): AAS 102 (2010), 815.

Comentario Domingo V de Pascua

ORACIÓN

Señor y Hermano nuestro Jesús, Tú dirigiste palabras inefables a tus discípulos en tu última cena. Gracias por habernos mostrado a tupropio Padre como “Padre nuestro” y por habernos regalado tu propia oración, la oración que sólo Tú podías pronnciar. Concédenos:

orar a Dios con la misma confianza que Tú tenías en Él,
y “muéstranos al Padre”, revélanos su rostro y su corazón, para vivir,en medio de todo, confiados en Él como un niño en brazos de su Padre.
Tú que vives y reinas con el Padre por los siglos de los siglos. AMEN

 

Jn 15, 1-8

«1Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2Todo sarmientoque en mí no da fruto lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia para que dé más fruto.
3Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado;4permaneced en mí como yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece enla vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

5Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí no podéis hacer nada.6Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

7Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis y se realizará para vosotros.

8Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis mucho fruto y seáis discípulos míos».

¡PALABRA DEL SEÑOR!

 

CONTEXTO

“Levantaos, vámonos de aquí”: ésta es la fraseinmediatamente anterior al capítulo 15, cuyos primeros versículos son el evangelio de este domingo pascual. En los capítulos 13 y 14 Jesús está despidiéndose de sus discípulos y les promete la venida del Espíritu y la Paz. Se acerca la Pasión, pero no será el final. Llega el tiempo de los discípulos. La frase de levantarse e irse es una llamada al compromiso discipular, que tiene en el evangelio de hoy su concreción: permanecer en Cristo y dar fruto. Al “discursode la vid” (15, 1-8) continúa el “discurso del amor” (15, 9-17). Esta larga sección de discursos de Jesús (capítulos 13-17) no sólo prepara la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús (que no es el final de nada), sino la futura misión de sus discípulos, de nosotros.

 

TEXTO

El discurso de la vid forma parte de “los discursos de despedida” y tiene una estructura en tres partes. Comoocurría el domingo pasado con la imagen del Pastor, Jesús se presenta ahora por dos veces como la vid (verdadera): vv. 1 y 5, marcando así una estructura en dos partes, más la conclusión del v. 8. La primera parte (vv. 1-4) tiene comocentro (único imperativo del verbo “permanecer”) la ordende Jesús de permanecer en él (v. 4a). La segunda parte (vv. 5-7) tiene como centro el destino infértil del que no permanece en Jesús (v. 6). La conclusión (v. 8) presenta la finalidad de la enseñanza de Jesús: la gloria del Padre, que se basa en los frutos de los discípulos de Jesús. Lainclusión “mi Padre” abre y cierra un evangelio centradotemáticamente en “permanecer en Cristo” (7 veces) para poder “dar frutos” (6 veces).

 

ELEMENTOS A DESTACAR

• Jesús se presenta por dos veces como la vid, la primera vez como la vid verdadera. La vid era, en el Antiguo Testamento, una imagen de Israel como Pueblo de Dios. De modo que en Jesús nace una comunidad que es el verdadero Pueblo de Dios. Esta imagen se suma a otras (la puerta, el pastor) que aparecen en este contexto de Juan y que realzan la figura de Jesús y su importancia en la vida de la comunidad cuando ésta quiere responder a la voluntad de Dios. La vida creyente (personal y comunitaria) tiene que estar radicada en la persona y el proyecto de Jesús. La Palabra nos pide otra vez considerar el papel que Jesús juega en nuestra vida y hasta qué punto nuestras opciones vitales, de todo tipo, están fundamentadas en Él.

• Por eso observamos la insistente repetición del verbo“permanecer” (en Jesús). Quien permanece bien fundado enÉl, da fruto; al contrario, cuando Jesús no juega un papel fundamental en la vida de los creyentes, los frutos languidecen y la vida cristiana se seca y se hace estéril. A la luz de la experiencia pascual, permanecer en Jesús esperseverar en su proyecto de Reino, comprometerse más y más con el proyecto de Jesús. ¿En qué aspectos de nuestra vida discipular tendríamos que estar más comprometidos y perseverar con mayor ahínco?

• De la permanencia en Jesús depende el “dar frutos”. Noestá dicho en qué consisten esos frutos, pero un poco más adelante el texto habla repetidamente del amor mutuo, que es nuestro fruto y nuestra misión. Sería bueno releer el espléndido mensaje de Benedicto XVI para la cuaresma de este año 2012 y pensar en nuestra responsabilidadpara con todos los hermanos, la importancia de una mirada compasiva que mueve a la solidaridad efectiva.

• La “gloria de Dios”, ni más ni menos, depende de y semanifiesta en la actividad de los discípulos de Jesús. Esgrande nuestro encargo: en un mundo en el que la “fama”de Dios no es precisamente buena, ¿qué hacemos, qué podemos hacer y qué debemos hacer para que el verdadero rostro de Dios Padre sea contemplado y experimentado por quienes nos rodean?

 

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Para la catequesis: Domingo V de Pascua

V Domingo de Pascua
29 de Abril 2018

Hechos 9, 26-31; Salmo 117:21, 26b-27. 28.30. 31-32; 1 Juan 3:18-24; Juan 15:1-8

La vid verdadera

Jesús continúo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho. Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. Mi Padre recibe honor cuando ustedes dan mucho fruto y llegan así a ser verdaderos discípulos míos.

Reflexión

Jesús depende de nosotros para que seamos su voz y sus manos para los demás. ¿Qué le ocurre a una rama si se le corta de su tronco y no se siembra? Solita se seca porque no recibe agua y nutrición. Una rama unida al tronco da frutas. Así nosotros también necesitamos a Jesús para dar buenos frutos. ¿Por qué? ¿Qué significa dar fruto? ¿Qué buenos frutos pueden dar?

Actividad
En el dibujo siguiente hay una vid con tallos y frutas. Extender las ramas en otra página más grande. Haz que los niños escriban sus nombres y una palabra como pueden dar fruto para Jesús, y que coloreen y peguen las frutas en las ramas.

Oración
Señor, a veces nos separamos de ti o nos olvidamos de tu presencia. Entonces nos parece que la vida no tiene sentido, ni alegría. Recuérdanos siempre que, para vivir y dar fruto tenemos que estar unidos a ti y entre nosotros, cómo la vid. Amen

¿Qué me quiere decir hoy Jesús? – Domingo V de Pascua

Hoy, Jesús se compara a sí mismo con un árbol a nosotros con sus ramas, y a nuestras buenas obras con los frutos que dan las ramas. Además, agrega que Dios es quien cuida de esas ramas y que cuando es necesario, las poda para que den más frutos.

Como una rama no puede dar frutos sin el árbol al que pertenece, nosotros no podemos desarrollar y dar todo lo bueno que hay en nosotros, sin alimentarnos de las palabras y el ejemplo de Cristo.

¿Cómo mantenernos unidos a Cristo? Los sacramentos, la oración y la lectura de su palabra, nos ayudan a «vivir con AMOR», que es el mejor fruto que podemos dar a los ojos de Dios.

A veces ocurren cosas dolorosas en nuestras vidas que debemos aceptar aunque no las entendamos, porque así como la poda ayuda a la rama a deshacerse de lo que le estorba para dar más frutos, de la misma manera el dolor enfrentado con fe, suaviza nuestros defectos y engrandece nuestras virtudes.

¿Qué estorba en nuestras vidas para dar más frutos? Los pecados como: el egoísmo (querer todo para mí y sólo interesarme por mí), el materialismo (pensar que las cosas me harán feliz y no mi relación con Dios y con los demás a través de mis buenas obras), el orgullo (creer que yo sólo puedo y que no necesito de nadie, ni de Dios para ser feliz).

Nuestro Padre espera de nosotros que demos muchos frutos… ¡entre más frutos demos, mejores cristianos seremos! ¿Qué frutos estoy dando en mi casa, en la escuela, con mis amigos? ¿Me esfuerzo por quitar eso que me estorba para dar más frutos?

Comentario al evangelio – 25 abril

Celebramos hoy la fiesta de san Marcos, evangelista. Como ocurre también con Lucas, Mateo y Juan, apenas tenemos noticias irrefutables sobre quién fue san Marcos. Pero sabemos lo fundamental: su identidad de evangelista. Que la identidad de una persona de tal relevancia se limite a un solo dato, puede parecer poco para la sensibilidad historicista y sobre-informada de nuestros días; sin embargo, para la comunidad eclesial, es más que suficiente. Marcos fue aquel que hizo caso al Señor resucitado, yendo al mundo entero y proclamando el Evangelio a toda la creación. Nosotros, como tantos, somos hijos de su prédica y continuadores del mandato de Jesús.

Las lecturas de este día advierten cuáles son los signos internos y externos de quien se ha encontrado con Cristo y vive por y para Él. Tanto la Carta de san Pedro como el Evangelio de Marcos recogen recomendaciones y signos que verifican que tales instrucciones se han recibido y se van interiorizando; Marcos reproduce el envío misionero de Jesús y sus signos; Pedro, por su parte, explicita la gracia de la vida en Cristo y sus signos. En realidad, no se trata de momentos distintos, sino del despliegue de la fe en sus dos caras: la más personal-interna («tened sentimientos de humildad», «inclinaos bajo la mano de Dios», «descargad en Dios vuestro agobio», «sed sobrios», «estad  alerta») y la más misionera-externa («id y proclamad», «echaréis demonios en mi nombre», «hablaréis lenguas nuevas», «impondréis las manos a los enfermos»). El evangelista Marcos obedeció las indicaciones del Señor testimoniando a Cristo con su propia palabra, que es para la Iglesia Palabra de Dios. ¿Cómo lo haremos cada uno de nosotros? ¿Qué signos acompañarán nuestra experiencia espiritual y nuestro compartir evangelizador?

Sea cual fuere nuestro camino –la forma en que respondamos al mandato del Señor-, una cosa es segura: Él sostiene a quien elige, inspira a quien envía. Lo dice muy claramente la Carta de Pedro: «Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá». Y también el Evangelio marcano: «El Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban». Así pues, dichosos nosotros, que reconocemos lo que el Señor obra en nosotros, que prestamos nuestra voz a su Palabra.

Feliz fiesta.

Adrián de Prado, cmf.