Vísperas – Viernes IV de Pascua

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: TU CUERPO ES PRECIOSA LÁMPARA

Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa, tu costado.

Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor del espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tú mismo.

Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya.

Salmo 144 I – HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.

Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus proezas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya.

Ant 2. Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya.

Salmo 144 II

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya.

Ant 3. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.

LECTURA BREVE   Hb 5, 8-10

Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».

RESPONSORIO BREVE

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente:

Instaura, Señor, tu reino en el mundo.

Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu,
haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu.

Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos,
haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu.

Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad,
guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.

Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino,
haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos,
sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

Padre nuestro…

ORACION

Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Anuncio publicitario

Lectio Divina – 27 de abril

Lectio: Viernes, 27 Abril, 2018

1) ORACIÓN INICIAL

Señor Dios, origen de nuestra libertad y de nuestra salvación, escucha las súplicas de quienes te invocamos; y pues nos has salvado por la sangre de tu Hijo, haz que vivamos siempre en ti y en ti encontremos la felicidad eterna. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del Evangelio según Juan 14,1-6

«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.» Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? » Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. »

3) REFLEXIÓN

• Estos cinco capítulos (Jn 13 a 17) son un lindo ejemplo de cómo las comunidades del Discípulo Amado de finales del primer siglo hacían catequesis, allá en Asia Menor, actual Turquía. Por ejemplo, en este capítulo 14, las preguntas de los tres discípulos Tomás (Jn 14,5), Felipe (Jn 14,8) y Judas Tadeo (Jn 14,22), eran también las preguntas y los problemas de las Comunidades. Así, las respuestas de Jesús para los tres eran un espejo en el que las comunidades encontraban una respuesta a sus propias dudas y dificultades. Para percibir mejor el ambiente en que se hacía catequesis, hay que hacer lo siguiente. Durante o después de la lectura del texto, es bueno cerrar los ojos e imaginar que se está en la sala en medio de los discípulos, participando en el encuentro con Jesús. En la medida en que se va escuchando, es bueno tratar de prestar atención a cómo Jesús prepara a sus amigos para la separación y les revela su amistad, transmitiendo seguridad y apoyo.

• Juan 14,1-2: Nada te turbe. El texto empieza con una exhortación: «¡No se turbe vuestro corazón!» En seguida dice: «En la casa de mi Padre hay distintas moradas». La insistencia en conservar palabras de ánimo que ayudan a superar la perturbación y las divergencias, es una señal de que había mucha polémica y divergencias entre las comunidades. Unas decían a las otras: «Nuestra manera de vivir la fe es mejor que la vuestra. ¡Nosotros nos salvamos! ¡Vosotros estáis equivocados! Si queréis ir al cielo, tenéis que convertiros y vivir como nosotros vivimos.» Jesús dice: «¡En casa de mi Padre hay muchas moradas!» No es necesario que todos piensen del mismo modo. Lo importante es que todos acepten a Jesús como revelación del Padre y que, por amor hacia él, tengan actitudes de comprensión, de servicio y de amor. Amor y servicio son el cemento que une entre sí los ladrillos y hace que las diversas comunidades sean una iglesia de hermanos y de hermanas.

• Juan 14,3-4: Jesús se despide. Jesús dice que va a preparar un lugar y que después volverá para llevarnos con él a la casa del Padre. El quiere que estemos todos con él para siempre. El retorno del que habla Jesús es la venida del Espíritu que él manda y que trabaja en nosotros, para que podamos vivir como él vivió (Jn 14,16-17.26; 16,13-14). Jesús termina diciendo: «¡Y a donde yo voy sabéis el camino!» Quien conoce a Jesús, conoce el camino, pues el camino es la vida que él vivió y que le llevó a través de la muerte junto al Padre.

• Juan 14,5-6: Tomás pregunta por el camino. Tomás dice: «Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?” Jesús responde: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”. Tres palabras importantes. Sin un camino, no se anda. Sin verdad, no se acierta. Sin vida, ¡sólo hay muerte! Jesús explica el sentido, porque «¡nadie viene al Padre sino por mí!» Pues, él es la puerta por donde las ovejas entran y salen (Jn 10,9). Jesús es la verdad, porque mirándole a él, estamos viendo la imagen del Padre. «¡Si vosotros me conocierais, conocierais también al Padre!» Jesús es la vida, porque caminando como Jesús caminó, estaremos unidos al Padre y tendremos la vida en nosotros.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• ¿Qué buenos encuentros guardas en la memoria y que te son fuerza para tu caminar?

• Jesús dice: «En la casa de mi Padre hay distintas moradas». ¿Qué significa esta afirmación para nosotros, hoy?

5) ORACIÓN FINAL

Cantad a Yahvé un nuevo canto,
porque ha obrado maravillas;
le sirvió de ayuda su diestra,
su santo brazo. (Sal 98,1)

Oración Buenos días

Oración para la mañana en la semana del 30 de abril  al 4 de mayo, con los materiales publicados por los salesianos.

Buenos días 7-11 septiembre. Infantil

Buenos días 30 de abril al 4 de mayo. Ed Infantil

 

Buenos días 7-11 septiembre. Ed. Primaria

Buenos días 30 de abril al 4 de mayo. Ed. Primaria

 

Historia del Corpus Christi

Buenos días 30 de abril al 4 de mayo. Ed. Secundaria

 

Descargar

Buenos días 30 de abril al 4 de mayo.Bachiller

Ecclesia in Medio Oriente – Benedicto XVI

36. Como Pastor de la Iglesia universal, me dirijo aquí a todos los fieles católicos de la región, a los nativos y a los recién llegados, cuya proporción se ha aproximado en los últimos años, porque para Dios, no hay más que un solo pueblo y, para los creyentes, una sola fe. Esforzaos por vivir respetuosamente unidos y en comunión fraterna unos con otros, en el amor y la estima mutua, para testimoniar de manera convincente vuestra fe en la muerte y resurrección de Cristo. Dios escuchará vuestra oración, bendecirá vuestro comportamiento y os dará su Espíritu para hacer frente a la carga de cada día. Porque «donde está el Espíritu del Señor, hay libertad» (2 Co 3,17). San Pedro escribió a los creyentes que vivían situaciones similares unas palabras que os repito de buen grado como exhortación: «¿Quién os va a tratar mal si vuestro empeño es el bien? […] No les tengáis miedo ni os amedrentéis. Más bien, glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza» (1 P 3,13-15).

La misa del Domingo: misa con niños

DOMINGO V DE PASCUA (B)
“La vid”

29 de abril de 2018

 

(Sigue el ambiente festivo de Pascua y continúan los elementos ambientales que nos lo recuerdan.

Para mostrar cierta continuidad en la temática de las lecturas de estos domingos podemos hacer ver que el domingo pasado Jesús se nos mostraba como “un buen pastor”, que conoce a sus ovejas. Hoy se nos presenta como “la verdadera vid”.

Un signo para la celebración: en este domingo destaca el signo de la vid. Estaría bien una cepa, o las ramas de unos sarmientos. También se podría proyectar la imagen de una cepa. Si no hubiera estos elementos puede servir una cesta con racimos de uvas.

Canciones para la celebración: “Quiero estar contigo” (Luna). “Bendigamos al Señor”, “Jesús, ven tú” (Misa Joven).

1. MOTIVACIÓN

Amigos: ¡Qué bonitas están las viñas en esta época del año! Comienzan a tener verdor y tienen vida. Por eso empleó Jesús la imagen de la vid para decirnos que el que está unido a él tiene mucha vida, como los nuevos sarmientos que nacen de la vid. Es la vida nueva y resucitada que Jesús nos quiere dar. Por eso sentimos una gran alegría. Bienvenidos. Cantamos y celebramos.

2. CANTO: “Quiero estar contigo”

Quiero estar contigo, Jesús eres genial,
todos muy contentos, venimos a tu altar.
Quiero estar contigo, Jesús eres genial,
la misa es nuestra fiesta, venid a celebrar.

Todos los domingos, sí, sí, sí, sí,
no faltes a la cita, no, no, no, no,
todos los domingos, sí, sí, sí, sí,
su palabra escucharás, sí, sí, sí, sí.
Todos los domingos, con muchos chicos más,
cantamos muy contentos,
comemos de su pan. (bis)

3. SALUDO DEL SACERDOTE Y MOTIVA EL PERDÓN

4. PETICIÓN DE PERDÓN

• Porque a veces buscamos la verdadera alegría fuera de Jesús. Señor, ten piedad.

• Porque no estamos unidos a Jesús. Cristo, ten piedad.

• Porque no cuidamos la tierra de nuestra vida con la oración y la caridad. Señor, ten piedad.

5. PRIMERA LECTURA (Hechos de los Apóstoles 9, 26-31)

Lectura de los Hechos de los Apóstoles:

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente en nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron eliminarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

La iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

6. CANTO: “Bendigamos al Señor”

1. Bendigamos al Señor, Dios de toda la creación
por habernos regalado su amor.

Su bondad y su perdón, y su gran fidelidad
por los siglos de los siglos durarán.

EL ESPÍRITU DE DIOS HOY ESTA SOBRE MI
Y EL ES QUIEN ME HA UNGIDO
PARA PROCLAMAR LA BUENA NUEVA
A LOS MÁS POBRES,

LA GRACIA DE SU SALVACIÓN. (Bis)

2. Enviados con poder y en el nombre de Jesús
a sanar a los enfermos del dolor,

a los ciegos dar visión, a los pobres la verdad
y a los presos y oprimidos libertad.

EL ESPÍRITU DE DIOS…

7. EVANGELIO. (Juan 15, 1-8). “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador”

Lectura del santo evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros permaneced en mí.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante, así seréis discípulos míos”.

Palabra del Señor

8. COMENTARIO

Jesús es la vid. Mostrar el signo de una cepa, o unos frutos.

Qué hace falta para que se dé el fruto. Tres cosas:

La luz del sol: la cercanía de Dios en nuestra vida.

el agua del regadío: la fuerza de la eucaristía, de los sacramentos.

el cuidado del labrador: la ayuda de las personas que nos quieren

Otras sugerencias que den los niños.

9. ORACION DE FIELES. PETICIONES

• Para que el Señor nos ayude a estar unidos a él. Roguemos al Señor.

• Para que los niños y niñas que van a recibir la Primera Comunión se preparen muy bien para ese día. Roguemos al Señor.

• Para que todos procuremos ayudar a quienes más lo necesitan. Roguemos al Señor.

• Para que siga habiendo catequistas y animadores de los grupos juveniles y de formación y tiempo libre. Roguemos al Señor.

10. CANTO DE COMUNIÓN: “Jesús, ven tú” (Misa Joven. Toño Casado)

1. Pan y vino son tu rostro,
que hoy volvemos a tocar.
Tu mirada que curaba,
de nuevo nos sanará.

No merezco que tú vengas,
a mi pobreza tocar.

Mas yo quiero que en mi vida,
Jesús, tú puedas estar.

JESÚS, VEN TÚ,
ENTRA EN MI CASA DE NUEVO.
JESÚS, VEN TÚ,
PARA ENCENDER NUESTRO FUEGO.
JESÚS. JESÚS.

2. Es tu vino nuestra sangre,
que no nos deja morir.
Pan y vida para todos,
rotos para compartir.

Te compartes con nosotros,
en la pobreza de un pan.
Cambiaremos nuestro mundo,
para que puedas llegar.

3. Como un ciego yo me atrevo,
a acercarme un poco a ti.
Tú conoces mis traiciones,
las veces que me perdí.

Más tú sabes que te quiero,
y que si vienes, Jesús,

todo es fiesta, todo es vida,
porque me has salvado Tú.

11. PARA LA VIDA

(Vivir con alegría y mucha vida el mes de mayo. Rezar todos los días a la Virgen María, a María Auxiliadora).

La misa del Domingo

Domingo 5o de Pascua
29 de abril de 2018

Subrayados de la Palabra

• 1ª lectura (Hech 9,26-31): «La iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea, y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo».

• 2ª lectura (1 Jn 3,18-24): «Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio».

• Evangelio (Jn 15,1-8): «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden».

Ecos de la Palabra para jóvenes y comunidades

• En el Sumario de Hechos se nos dice que la Iglesia, además de gozar de paz, se iba consolidando, iba siendo edificada, construida. Precisamente, para construir se necesita la paz, al contrario, en conflicto solo puede pensarse en cómo no ser destruidos. También, la Iglesia crecía en número gracias a la asistencia, a la consolación del Espíritu Santo desde Pentecostés. Porque la experiencia pentecostal pura es aquella que se da en la relación directa entre el Espíritu Santo y su pueblo, evitando mediaciones autoritarias. Se trata de una experiencia de «avivamiento» que ha comenzado con la paz… la paz tan necesaria.

• Esta exhortación, tomada del apóstol Juan en el texto de la segunda lectura de esta celebración, nos invita a imitar a Cristo, viviendo a la vez en estrecha unión con Él. Jesús mismo nos lo ha dicho también en el Evangelio recién proclamado: “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”.

• Se insiste en un tema básico de Juan, importante en sus comunidades. Estas comunidades tienden a lo carismático, a dejarse llevar del espíritu. Juan insiste en que si esto no se traduce en obras, es mentira, y la piedra de toque es el cumplimiento del mandamiento del amor. Ese es el Espíritu de Jesús, y en eso conocemos que permanecemos en él.

Proyecto de homilía

1. Vid verdadera

El vino verdadero sólo viene de la vid verdadera. Y el vino verdadero es el que trae la alegría verdadera, no la mentirosa, y trae la fraternidad verdadera, no la fingida, y regala el éxtasis verdadero, no el que acaba en depresión y resaca.

El vino verdadero es el que andamos buscando en los viñedos de la tierra pero que sólo podía venir del viñedo del cielo. Sangre de Cielo, amor de Cielo, alegría de Cielo, vida de Cielo. Esa es la ebriedad santa, el gozo sin mancha que nos regala Jesús.

Nosotros estamos unidos a la vid. Recibimos su Sangre, su propia Sangre, que circula por nosotros y así nos comunica la vida divina. Podemos hacer cosas como las que hacía Jesús porque tenemos la vida de Jesús circulando en nuestras venas. Podemos entonces dar fruto, como los frutos que dio Jesús.

Nuestro Señor distingue entre los frutos «que permanecen» y los que no permanecen. Todo lo que no permanece indica en su fragilidad que está bajo el imperio de la muerte. No importa qué tan bella sea una flor si sólo va a saludarme un día para luego hundirse en la nada y dejar una estela de vacío.

Distingue también nuestro Señor entre los frutos «abundantes», propios de quien tiene vida porque le circula la sangre de la vida, y la esterilidad del que no tiene qué circule en su interior. Y ese es el veredicto que muchos padecen: nada les circula adentro. Su vida no tiene principio interior que anime, sino que son gobernados en todo desde el exterior, es decir, desde las apetencias que otros manipulan. De esa vida sin vida nos ha salvado Cristo, Señor de la vida.

2. No amor de palabras, sino de hechos

«Dar fruto», según enseña el Evangelio, es algo como lo que pide la segunda lectura de hoy: «no amemos solamente de palabra, sino con hechos y de verdad». Santa Catalina de Siena decía que las palabras son como hojas y que un árbol de sólo hojas no satisface al agricultor: se necesitan obras, frutos, hechos.

Pero esta misma segunda lectura trae otro tema que nos edifica: el papel de la conciencia. Por un lado es verdad que la conciencia sirve de señal cuando no nos reprocha, pues «si nuestra conciencia no nos condena, podemos acercarnos a Dios con confianza, y lo que le pidamos lo recibiremos de él, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada».

Por otra parte, la condenación que proviene de la conciencia no puede tomarse como un absoluto, «porque si ella nos condena, Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas».

Es, por decir lo menos, extraña esta enseñanza, porque parece contradecir la doctrina más común, que desconfía de las aprobaciones del propio parecer y más bien se fía de los reproches de la propia conciencia.

Sin embargo, téngase en cuenta que esto que predica el apóstol tiene un prerrequisito, que «no amemos solamente de palabra, sino con hechos y de verdad», pues «en esto sabremos que pertenecemos a la verdad y tendremos la conciencia tranquila ante Dios». Es decir: aquel que realiza en su vida el mensaje de amor del Evangelio tiene en esas obras una señal que le permite atenerse a un criterio que es incluso más fuerte que su propia percepción sobre el estado de su alma ante Dios. El alma no debe fiarse de un juicio al margen de las obras que ve que está realizando, pues obrando así estaría tomando el lugar de Dios. Lo que debe pues hacer es obrar el bien y luego dejar todo juicio a Dios, «que es más grande que nuestra conciencia».

José Luis Guzón, sdb

Oración: Por los jóvenes

Tener la vida por delante. Vivir con ilusión, alegría, no tener miedo, estar lleno de fuerza y energía. Buscar, crecer, querer aprender. Estas pueden ser algunas características que definen a los jóvenes.

La juventud es algo que desde otras edades se anhela, quizás porque evoca diversión, aventura, no tener límites, no tener grandes preocupaciones. Pero también es tiempo de ir construyendo un futuro, querer cambiar el mundo, caminar paso a paso, crecer en todos los aspectos, ser responsables del futuro que se construye,tomar decisiones que determinarán lo que será su vida adulta

En esta oración queremos acercarnos a los jóvenes para pedir por el camino que se construyen día a día y también para pedir que los que ya dejaron atrás esa etapa de su vida sepan acompañarlos.

¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del mundo. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; aun los muchachos se cansan, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. (Is 40, 28-31)

 
Descargar

Por los jóvenes

Comentario al evangelio – 27 abril

«Pero Dios lo resucitó de entre los muertos». Todo el cristianismo pende de esta adversativa paulina: o la mantenemos en pie o se nos cae toda la fe, por más coherente y honesta que sea. El tiempo de Pascua es un tiempo de Luz y de Alegría precisamente porque el Señor Jesús pasa por él para llegar a la Vida eterna y abrirnos a nosotros las puertas del cielo. Al ser resucitado por el Padre, Cristo pasa de la muerte a la vida, del furor a la paz, de la miseria a la plenitud, del grano al pan, de la noche a la mañana. El Señor pasa resucitado por este mundo nuestro, por esta historia nuestra, y lo hace invitándonos a dar con Él este pasodefinitivo hacia la vida que no acaba: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a preparos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo».

Al final, el único asidero que tenemos los que peregrinamos en este mundo es la confianza en que lo que Dios dice y hace llega a buen término. Y que ese término es el de la Vida eterna en, por y con Cristo. Es cierto que la resurrección tiene una incidencia tímida en nuestra historia -aunque decisiva- pero solo quien confía ciegamente en este misterio recibirá a raudales el don que hoy nos llega tan suavemente. Todo depende de esto: de que demos el paso de esperar en Dios, que nos ha prometido la felicidad completa en Jesucristo, aun cuando los que vivimos bajo el signo de Tomás no acertemos a describir cómo sucederá en nosotros este milagro de su bondad.

Señor, ¿a quién vamos a acudir? Pocos hablan hoy de la vida eterna, pero esta fue tu promesa final, tu bienaventuranza definitiva. La de la Pascua no es una felicidad ingenua o pasajera, sino la dicha de los que creen que vivirán en Dios para siempre. ¿Seremos nosotros capaces de derribar los muros del escepticismo y de abandonarnos a la confianza de que así será en nosotros como fue en Jesús, en María?

Adrián de Prado, cmf.