Vísperas – Jueves XVII de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.

Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.

Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.

¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.

Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.

Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Salmo 29 – ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.

Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.

A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»

Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Salmo 31 – ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.

No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

LECTURA BREVE   1Pe 1, 6-9

Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que, aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de vuestras almas.

RESPONSORIO BREVE

V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

PRECES

Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle:

Escucha, Señor, nuestra oración.

Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.

Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.

Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.

Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.

Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro…

ORACION

Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 2 de agosto

Lectio: Jueves, 2 Agosto, 2018

1) Oración inicial
¡Oh Dios!, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor.

2) Lectura del Evangelio
Del Evangelio según Mateo 13,47-53
«También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. «¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.» Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas.» Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí.

3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta la última parábola del Sermón de las Parábolas: la historia de la red echada en la mar. Esta parábola se encuentra en el evangelio de Mateo, sin ningún paralelo en los tres otros evangelios.

• Mateo 13,47-48: La parábola de la red echada en la mar. «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos.”. La historia contada es bien conocida por la gente de Galilea que vive alrededor del lago. Es su trabajo. La historia refleja el final de un día de trabajo. Los pescadores salen al mar con esta única finalidad: echar la red, tomar muchos peces, llevar la red llena hasta la playa, escoger los peces buenos para llevárselos a casa y tirar los que no sirven. Describe la satisfacción del pescador al final de un día de trabajo pesado y cansado. Esta historia tiene que haber producido una sonrisa de satisfacción en el rostro de los pescadores que escuchaban a Jesús. Lo peor es llegar a la playa al final de un día sin haber pescado nada (Jn 21,3).

• Mateo 13,49-50: La aplicación de la parábola. Jesús aplica la parábola, o mejor da una sugerencia para que las personas puedan discutirla y aplicarla a su vida: “Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. «¿Habéis entendido todo esto?» Son imágenes fuertes para describir el destino de aquellos que se separan de Dios o que no quieren saber de Dios. Toda la ciudad tiene un vertedero, un lugar donde tira la basura. Allí existe un fuego permanente que es alimentado diariamente por la nueva basura que se va tirando. La basura de Jerusalén se quedaba en un valle cerca de la ciudad y este lugar se llamaba geena, allí, en la época de los reyes había un horno para sacrificar a los hijos al falso dios Molok. Por esto, el horno de la geena se volvió el símbolo de exclusión y condena. No es Dios quien excluye. Dios no quiere la exclusión ni la condena, sino que todos tengan vida y vida en abundancia. Cada uno de nosotros se excluye a si mismo.

• Mateo 13,51-53: El final del Sermón de las Parábolas. Al final del Sermón de las Parábolas, Jesús termina con la siguiente pregunta: «¿Habéis comprendido todo esto?» Ellos respondieron: “Sí!” Y Jesús termina la explicación con otra comparación que describe el resultado que él quiere obtener con las parábolas:» «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas.». Dos puntos para aclarar:
(a) Jesús compara el doctor de la ley con el padre de familia. ¿Qué hace el padre de familia? El “saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas». La educación en casa se hace transmitiendo a los hijos y a las hijas, lo que ellos los padres, han recibido y aprendido a lo largo de los años. Es el tesoro de la sabiduría familiar, donde están encerradas la riqueza de la fe, las costumbres de la vida y tantas otras cosas que los hijos van aprendiendo. Ahora, Jesús quiere que, en la comunidad, las personas responsables de la transmisión de la fe sean como el padre de familia. Así como los padres entienden de la vida en familia, así estas personas responsables de la enseñanza tienen que entender las cosas del Reino y transmitirlas a los hermanos y hermanas de la comunidad.
(b) Se trata de un doctor de la Ley que se vuelve discípulo del Reino. Había pues doctores de la ley que aceptaban a Jesús como revelador del Reino. ¿Que ocurre con un doctor en la hora en que descubre en Jesús al Mesías, hijo de Dios? Todo aquello que él estudió para poder ser doctor de la ley sigue siendo válido, pero recibe una dimensión más profunda y una fidelidad más amplia. Una comparación puede aclarar lo que acabamos de decir. En una ronda de amigos alguien mostró una foto, donde se veía a un hombre de rostro severo, con el dedo levantado, casi agrediendo al público. Todos quedaron con la idea de que se trataba de una persona inflexible, exigente, que no permitía intimidad. En ese momento, llega un joven, ve la foto y exclama: “¡Es mi padre!” Los demás miraron hacia él, y mirando la foto, comentan: ¡Vaya padre severo! Y el chico joven contesta: “¡No, en absoluto! Es muy cariñoso. Mi padre es abogado. Aquella foto fue sacada en el tribunal, en el momento en que denunciaba el crimen de un latifundista que quería desalojar a una familia pobre que moraba en un terreno baldío del ayuntamiento, desde hacía muchos años. ¡Mi padre ganó la causa! Los pobres pudieron quedarse allí donde estaban.” Todos le miraron de nuevo y dijeron: “¡Qué persona más simpática!” Como por un milagro, la fotografía se iluminó por dentro y tomó otro aspecto. Aquel rostro, tan severo adquirió rasgos de una ternura entrañable. Las palabras del hijo cambiaron todo, sin cambiar nada. Las palabras y los gestos de Jesús, nacidas de su experiencia de hijo, sin mudar una letra o una coma, (Mt 5,17-18) iluminaron el sentido del Antiguo Testamento desde dentro e iluminaron por dentro toda la sabiduría acumulada del doctor de la Ley. Dios mismo, que parecía tan distinto y severo, adquirió los rasgos de un Padre bondadoso de gran ternura!

4) Para la reflexión personal
• La experiencia del Hijo ¿ha entrado en ti para cambiarte la mirada y descubrir las cosas de Dios de otra manera?
• ¿Qué te ha revelado el Sermón de las Parábolas sobre el Reino?

5) Oración final
¡Alaba, alma mía, a Yahvé!
A Yahvé, mientras viva, alabaré,
mientras exista tañeré para mi Dios. (Sal 146,1-2)

Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica

34.- El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas diversas «vías», el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una realidad que es la causa primera y el fin último de todo, «y que todos llaman Dios» (S. Tomás de A., s. th. 1,2,3)

Aunque en los programas anteriores habíamos hablado de que dos o tres son las vías principales de acceso al conocimiento de Dios, resumiendo, el catecismo habla de tres. Santo Tomás habla de cinco, puede haber alguna más. La Iglesia en ningún momento ha definido que las vías para el conocimiento de Dios sean una, dos o cinco, lo que sí ha dicho es que tenemos capacidad racional para llegar al conocimiento de Dios. Aunque el catecismo no habla de número de vías, si entresacamos de los puntos del catecismo, podemos llegar a la conclusión de que son principalmente tres:

  • La vía del orden del mundo: en la creación existe tal orden, que no puede ser casual, que hay unas leyes ordenadoras. Si el mundo ha tenido un proceso evolutivo, ese proceso evolutivo ha tendido hacia un orden superior y eso habrá que explicarlo de alguna manera. Esas leyes ordenadoras han de venir de algún sitio. Lo fácil es el desorden. ¿De dónde viene el orden? Hablamos, por tanto, la vía del orden, que es la más popular. El alma sensible, el hombre del campo, sin necesidad de ser filósofo se ha hecho la pregunta, se ha maravillado de ver cómo introduce la semilla dentro de la tierra y brota la espiga del trigo. El hombre contemplativo no está mirando sin contemplar… extrae conclusiones y dice, este orden de la creación exige un ser ordenador.
  • La segunda, es una vía más filosófica, más abstracta. Es la vía de reflexionar de dónde viene el ser. Si el ser no se explica por sí mismo, si las cosas se explican por algo anterior, por ejemplo, la mesa por el pino, y el pino por un piñón y el piñón por otro pino… todo se explica por algo anterior, luego ¡Tendrá que haber habido un primer ser que sea el origen de todo, de lo contrario nunca hubiera comenzado a ser nada! Es decir, si un escalón se apoya en el escalón anterior y cada uno se apoya en el anterior tendrá que haber uno primero, de lo contrario no hubiera existido esa escalera. Tiene que haber un ser necesario que se explique por sí mismo, de lo contrario no existirían seres contingentes que se explican por el anterior.
  • La tercera vía es llegar a Dios a través de la observación de lo que es el hombre, y comprender que en el hombre existen actividades que son espirituales y que son irreductibles a la materia. Es decir, concluir en que existe el alma y, si existe el alma, el alma es espiritual y ha sido creada por Dios. El alma espiritual no puede venir de la materia. De la materia viene materia, pero no viene el alma. La realidad espiritual del alma no la vemos, no la podemos ver, sólo deducimos que existe porque en el hombre hay actividades espirituales en las que no coopera lo biológico como causa. Si yo pinto un cuadro no lo hago porque biológicamente yo tenga un instinto de supervivencia… es una actividad espiritual. Lo biológico puede concurrir como condición, pero no como causa de que yo pinte el cuadro. Sí que hará falta que yo biológicamente tenga unas capacidades, pero la causa de tomar la decisión de voy a pintar un cuadro o de que voy a rezar no puede ser biológica, y así llegamos a algo tremendamente importante “La grandeza del hombre se explica por la intervención creadora de Dios”. Dios ha creado el alma humana, y eso le hace al hombre radicalmente distinto de todo el resto de la creación. En todo hombre hay un núcleo personal que ya no es de sus padres, que es algo inédito, irrepetible, sagrado, que viene de Dios mismo y que nosotros le llamamos alma. Es curioso porque si suprimimos a Dios suprimimos la dignidad de la persona humana, que es su ser espiritual. El hombre es el único animal que puede ser interpelado por Dios, el único animal con el que Dios puede entrar en diálogo porque Dios le ha dado la capacidad de ser interpelado, le ha dado el alma, puede tener ese diálogo con Él.

Así, en cuanto a las vías de acceso al conocimiento de Dios, el catecismo no es que afirme un número, pero sacando una conclusión personal podemos hablar de tres vías, la vía del orden del mundo, la vía más abstracta de preguntarse de dónde viene el ser y la tercera vía la de la espiritualidad del hombre.

Si le damos una pequeña vuelta más, yo creo que también los avances científicos cuando son bien explicados, porque a veces se pretende explicar la ciencia en contraposición al sentido religioso de la existencia, pero si uno hace una lectura de los avances científicos serena, lejos de haber contraposición, todavía se ve una cierta confluencia. Aunque no se deben mezclar los campos, la química, la filosofía, la teología… son campos distintos, pero también existe un diálogo interdisciplinar. No es conveniente que el hombre sepa únicamente de un campo sin que se reflexione sobre el resto de los campos.

Las ciencias tienen su independencia, pero también tienen que dialogar entre ellas. El hecho de que en los últimos años se hubiese descifrado el mapa del genoma humano, aclara y refuerza muchas cuestiones no sólo biológicas y científicas sino también muchas cuestiones en el terreno antropológico, filosófico y teológico. Descifrar el mapa del genoma humano no es saberlo todo del hombre biológicamente, pero sí es conocer un aspecto determinante. Cada uno tenemos un genoma, tenemos un código genético propio, tenemos un genoma común y es acercarse al soporte biológico del hombre con mucha precisión. Cuando se descifró el mapa del genoma humano se subrayó especialmente que los genes no predeterminan al hombre, sino que sólo le condicionan, al igual que nos condiciona la cultura, la educación, el medioambiente, etc., Nos condicionan, pero no nos determinan. En la cultura en la que uno ha sido educado, el medioambiente, el hecho de que viva en un país muy frío o muy cálido, condiciona mucho pero no predetermina. El hecho de que uno viva en unos países muy cálidos puede hacer que su espíritu de trabajo sea inferior… pues puede tender a ello, pero puede haber alguien muy trabajador. Es decir, condiciona, pero no predetermina. Lo mismo ocurre con los genes, pueden condicionar, pero no predeterminar al hombre en su actuación. El hombre es más que sus genes. Si mi genética me condiciona, pero no me predetermina, pues entonces…conclusión, el hombre es más que sus genes, en él hay operaciones no reductibles a lo biológico, puedo hacer cosas no predecibles por lo biológico. Mientras que la actuación de los animales está totalmente determinada por las leyes biológico-instintivas y es totalmente predecible lo que puede hacer un animal, sin embargo, nosotros tenemos una libertad de actuación, nos podemos auto- determinar, y si tenemos en cuenta que el obrar se desprende del ser, pues entonces no únicamente dependemos de lo genético, sino que tenemos otro factor, el espíritu, el alma espiritual que también es la que explica nuestra libertad de actuación. Si únicamente tuviésemos unos genes no tendríamos libertad de actuación. Hay datos que son curiosos. El 93 por 100 del mapa del genoma humano es el mismo que el de la rata… pues ¡caramba con el 7 por 100 restante! Si tenemos el 93 por 100 del genoma idéntico al de la rata y hay unas diferencias tan notorias entre el hombre y la rata, habría que concluir en que nuestras diferencias no se reducen exclusivamente al 7 por 100 del genoma humano. Siendo un hombre tan semejante genéticamente a un animal irracional ¿Qué explica su superioridad tan notoria? ¿Cómo se explica nuestra libertad, la capacidad de raciocinio, el sentido religioso de la vida…? ¿Únicamente por el 7 por 100 del genoma humano que es distinto al de la rata?

Una vez más se postula la existencia del alma, no ya en contra o al margen de los descubrimientos biogenéticos sino también un tanto cuestionada por ellos. No olvidemos que en la explicación de la filosofía cristiana y de la teología cristiana se mantiene que el alma es creada e infundida directamente por Dios. Ha habido otros planteamientos filosóficos antropológicos que habían dicho que no, que no se puede entender como una creación directa de Dios, sino que había que entenderla como una evolución de lo somático o una espiritualización de lo biológico. Pero bueno, vamos a ser serios, eso de la auto transcendencia o de la espiritualización de la biología es poco serio. La materia si evoluciona lo hace en materia, decir que la materia evoluciona en algo espiritual es algo contradictorio. La materia, materia es y no puede devenir en lo espiritual, podrá ser materia más compleja pero no puede ser espíritu.

Contemplémonos, tenemos una autoconciencia de nosotros mismos que no la tiene el resto de la creación. Tenemos conciencia de que “soy yo” y que, por tanto, tengo una personalidad que entra en diálogo con otra. Esa capacidad de conocerte a ti mismo, eso lo tiene el hombre. Esto no es que lo diga la Iglesia Católica, ya Platón siglos antes de Jesucristo decía que la filosofía, el pensamiento del hombre, decía él que es un silencioso diálogo del alma consigo misma. El alma tiene capacidad de pensar sobre todo lo que le rodea, decía Platón que la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno a todo lo que le rodea, en torno al ser, en torno a la vida y a la propia materia que nos rodea.

Todo esto que hemos explicado, básicamente se reduce a las tres vías; a la vía del orden, a la vía sobre el origen del ser ¿por qué el ser y no la nada porque si existe el ser tiene que haber tenido un origen? y la tercera vía de que el hombre desde luego, cuando ve su personalidad descubre cosas que superan lo biológico y lo genético. Ha de haber un principio espiritual que llamamos alma que desde luego no tiene su origen en la materia, en el código genético, en el mapa del genoma humano.

Después de haber hablado de esas vías de acceso al conocimiento de Dios, podría ocurrir que alguien dijese que le parece un poco abstracto, que nos estamos calentando la cabeza y al final la forma en la que uno tiene de concluir en la existencia de Dios no suele ser tan filosófica. Igual alguno dice que no conoce gente que vaya por ahí haciéndose esas preguntas del origen del ser. Bueno, pues decir que sí que existen esas reflexiones. A veces con nuestros jóvenes en la enseñanza de la filosofía, se les intenta confundir desde presentaciones de la filosofía verdaderamente carentes de consistencia, etc. A veces se introducen dudas sobre la existencia de Dios por una presentación muy deficiente de algunos planteamientos filosóficos.

Así, primero decir que sí existen esas reflexiones, pero también es verdad que a veces el ateísmo se suele introducir no tanto por planteamientos filosóficos cuanto por planteamientos más vitales: me meto con la Iglesia, y con los curas, y con el papa, etc. A veces el ateísmo tiene una serie de apoyaturas más prácticas, más de tipo vivencial, no tan filosóficas y al revés, para llegar a concluir en la existencia de Dios las vías más prácticas no suelen ser tanto las filosóficas, que también lo son, pero a veces son unas vías más existenciales. Estamos en una generación, nuestra cultura actual no se caracteriza por el pensamiento, por tener una capacidad de raciocinio grande, no, sino que nuestra cultura se caracteriza más que por ser muy racional se caracteriza por ser muy emotiva. A veces las emociones y afectos nos inclinan más en creer o no creer que los razonamientos un tanto abstractos. Esto puede ser una deficiencia muy grande de nuestra cultura. Tenemos una capacidad racional. Esto, los sacerdotes cuando predicamos, tenemos que tenerlo en cuenta, porque si en nuestra cultura que es visual, afectiva, emotiva, hacemos un discurso o una homilía donde durante mucho tiempo hablemos de conceptos abstractos, lo más posible es que la gente desconecte a los cinco o diez minutos, o antes, porque no existe una gran capacidad de abstracción o racional. Más bien uno tiene que recurrir con cierta frecuencia a ejemplos, a imagines un poco gráficas, etc., para que nuestra cultura que no es muy filosófica ni abstracta, que más bien es una cultura de imagen, de sonido, del afecto, se mantenga.

Conviene complementar estas vías de tipo racional para llegar a la existencia de Dios con otras vías que son más existenciales, hay que complementarlas, y que posiblemente suelan ser más frecuentes. Puede haber más personas que hayan llegado a concluir en la existencia de Dios por estas vías de tipo existencial que por las filosóficas, pero todo hay que sumarlo porque podemos encontrarnos con algún joven o adulto cuya dificultad principal es haber escuchado algún pensamiento agnóstico y haberse acercado a reflexionar las razones que demuestran y argumentan la existencia de Dios le esponja el alma y le ensancha el horizonte.

¿Cuáles son esas vías más existenciales para concluir en la existencia de Dios?

El catecismo no habla de esto explícitamente. Me atrevería yo de hablar de cinco:

  • La vía testimonial. El acto de fe lo ha de hacer uno personalmente, pero es muy importante las referencias que tiene uno a su alrededor. La vía testimonial es muy importante. Si uno tiene a su alrededor personas creyentes que son santas, que son coherentes, eso ayuda mucho a creer. Las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran. Por eso la Iglesia, suele proponer a los santos como modelo de imitación, como ejemplo. Estoy convencido de que los santos han ganado muchas más almas para Dios, han ayudado a creer a mucha más gente que los filósofos, de eso estoy convencido. También ha habido filósofos santos, como Santo Tomás de Aquino. El testimonio arrastra mucho y nosotros estamos es una generación en que la vía testimonial es muy importante. Cuando San Juan Pablo II puso en marcha ese estilo de pastoral juvenil de trabajar con los jóvenes en las Jornadas Mundiales, etc., enseguida nos dimos cuenta de que él proponía un camino testimonial y en los encuentros con los jóvenes traía a colación otros jóvenes que diesen testimonio de cómo vivían su fe en situaciones difíciles. Es como decir, si este ha podido, si a este le ha servido, si a este le hace feliz ¿a mí por qué no? ¿Eso es una vía filosófica? No, el hecho de que una persona viva su fe con una alegría y coherencia que le dan ganas de ser como él, le anima el alma y le esponja su mundo interior eso no demuestra filosóficamente la existencia de Dios, pero vivencialmente ayuda mucho. Algo habrá que le haya hecho feliz a tanta gente. Si esta persona es tan buena, tan coherente, este santo ha sido tan coherente y ha fundado su vida en Dios, algo habrá para que a esta persona la haya hecho tan santa. Y también, hay veces que observo que hay ciertos hijos que han perdido la fe y sin embargo admiran a sus padres profundamente y saben que son muy creyentes y que han vivido un tipo de vida que admiran, admiran sus valores, su espíritu de sacrificio y claro, se podrían hacer esa pregunta ¿Si mis padres a los que yo admiro, que parecen de otra pasta, si se han apoyado tanto en su fe, algo habrá tenido que ver su fe para haber tenido una vida como esa? Este tipo de planteamiento ayuda para poder concluir en la existencia de Dios.
  • Un segundo, ligado al anterior, es el factor grupal, o el factor comunitario. Dios es familia y quiso revelarse a un pueblo y el encuentro con Dios no se suele producir caminando por libre y, además es mucho más difícil encontrar la meta caminando en solitario. Una vía existencial para llegar al conocimiento de Dios suele ser la vía de la propia familia, o una asociación, una comunidad en la que yo me integro, yo camino y descubro a Dios en el arropamiento de algún carisma concreto de la experiencia conjunta y comunitaria de mi familia, mi movimiento apostólico, mi parroquia, etc. Es otro aspecto, estamos en una cultura muy individualista y Dios no se suele comunicar por GPS, sino que suele ser en un contexto comunitario en el que descubrimos su presencia entre nosotros.
  • Otra vía de tipo existencial para llegar al conocimiento interior es la vía de la búsqueda de la paz interior. Estamos en una cultura en la que el estrés sofocante lo llega a padecer por el ritmo de vida una parte importante de la población y existe un anhelo de la paz interior. Curiosamente muchas personas no creyentes se acercan al mundo de la espiritualidad buscando una paz interior. No siempre lo buscan en caminos donde puedan encontrarla, pero es un signo de los tiempos que observamos con sorpresa en medio de una intensa secularización, la atracción por los monasterios contemplativos, por el silencio y por la interioridad del hombre. Pero mientras que en determinadas escuelas la paz interior se oferta como una técnica para alcanzar un estado psicológico placentero, técnicas de dominio de uno mismo, etc., lo que la Iglesia predica es que la paz interior no es una técnica sino que es la clave del sentido de la vida. Es decir, cuando uno encuentra el sentido de la vida, viene la paz interior, no por una técnica para relajarte sino porque es la verdad misma, el encuentro con el sentido de la vida el que te da paz. No busquemos la paz como técnica de relajación, sino busquémosla como la consecuencia lógica de haber descubierto la bondad y la belleza de la vida, eso me da paz. No es lo mismo jugar o hacer de la búsqueda de la paz una especie de artículo de consumo: igual que voy a la peluquería, voy a una sesión de relajación a ver si consigo la paz, o al masajista. “¡No! Mire usted, ese deseo que tiene usted de paz interior, de encuentro consigo mismo, de huir de esta vida tan estresante, de sanar esa vida tan estresante puede encontrarlo al descubrir el sentido de la vida, al descubrir a Dios como raíz última, origen y fin de mi existencia”. Únicamente cuando uno es conocedor de dónde viene, de adónde va, cuando uno encuentra el sentido a la vida es cuando puede vivir en paz, es muy difícil vivir en paz interior cuando planteamos la existencia como un absurdo, como un no sé qué pinto yo en esta vida. Este es un camino de tipo existencial para llegar a la conclusión de la existencia de Dios. Dios me da paz, mi encuentro con Él, encuentro esa paz interior que yo anhelo, porque todos tenemos ese anhelo de paz interior.
  • Otro camino es el del humanismo cristiano. ¿A qué me refiero? Nuestra cultura agnóstica el hombre es presentado como la medida de todas las cosas y la existencia de Dios se pone en cuestión ante la sospecha de que la fe merma la autonomía del hombre como si el ser creyente estuviese como quitando libertad o autonomía en tu vida. Pero estos prejuicios caen por su propio peso en la medida en que se demuestra la capacidad humanizadora del cristianismo. La Iglesia ha sido y es experta en humanidad. Se puede mostrar cómo la creencia en Dios nos lleva a ser más humanos. Es impresionante ver cómo la historia se ha encargado de demostrar que cuando se niega a Dios entonces el hombre se convierte fácilmente en un lobo para el hombre, acordémonos del siglo XX y de las Guerras Mundiales terribles que lo asolaron basadas en una concepción atea, de la existencia del comunismo, del nacismo, etc. Sin embargo, la creencia en Dios se ha traducido a lo largo de los siglos en la humanización del hombre, la Iglesia ha sido experta en humanidad, de ella han surgido las universidades, los hospitales, etc. También ha habido pecados, y nuestro pecado ha conllevado que haya habido guerras, problemas y enfrentamientos entre hermanos, pero eso no ha venido de la religión o de la creencia en Dios en sí misma sino de nuestros pecados, y, sin embargo, de ese ideal de la religión y de la creencia en Dios ha venido una humanización de la existencia muy importante. La fe en Dios ha conllevado que tenemos una llamada muy importante de preocuparnos de nuestros hermanos, del amor al prójimo. El humanismo cristiano, por tanto, es otra vía existencial para llegar a la existencia de Dios. Muchas personas desde ahí se han acercado a Dios. Y de hecho hay personas no creyentes que están cerca de la Iglesia y colaboran en proyectos humanitarios porque el humanismo cristiano les atrae, les enamora, voluntariados de asistencia a los necesitados que son una vía en la que uno poco a poco se va acercando a concluir en la existencia de Dios.
  • La capacidad crítica ante los límites del agnosticismo. Es una vía negativa. La cruda experiencia de la degeneración moral a la que se suele llegar cuando se niega a Dios. La cruda experiencia de entre lo que puede ocurrir en una juventud que pierde la fe en Dios y que su forma de vivir el ocio es desestructurada y desestructurante, cuando uno ve que se pierde el rumbo, cómo se pierde el sentido común cuando deja de ser Dios el norte de nuestra existencia y cómo se degenera, etc. Esto es una cosa que nos puede conducir a concluir en la existencia de Dios. Chesterton lo expresaba con mucha agudeza cuando decía “Quitad lo sobrenatural, y si quitáis lo sobrenatural ya no encontrareis lo natural sino lo antinatural”. A veces cuando se deja de creer en Dios, se degenera de una manera tremenda. Esta es una vía también existencial. Hay muchas personas que incluso sin ser muy creyentes dicen “yo voy a llevar a mis hijos a que reciban una educación cristiana para que no degeneren, que no se metan en líos de drogas”, y los llevan no por ser creyentes sino porque se dan cuenta de que quieren que reciban una cierta educación. Es una vía para que uno vaya concluyendo poco a poco la existencia de Dios, porque claro si este tipo de educación a mis hijos les lleva a vivir más dignamente, será porque el principio en el que está fundada esa educación es cierto y Dios existe.

En resumen, existen como vías más racionales para el conocimiento de Dios tres, el orden, el origen del ser y la existencia del alma y también existen otras vías complementarias que podríamos llamar existenciales, la vía testimonial de otras personas creyentes, el arropamiento de un grupo cristiano que me ayuda a encontrar que sólo Dios da la paz interior, el humanismo cristiano e incluso la capacidad crítica, el decir, no hay alternativa ¿qué alternativa de una vida feliz, armónica y coherente existe fuera de la creencia en Dios? Uno también dice ¿En qué principios alternativos educo yo a mis hijos? Estas otras vías las llamamos existenciales.

1Sam 3, 7-10

«Samuel no tenía todavía experiencia de Yavé, y la palabra de Yavé todavía no se le había revelado.
Por tercera vez llamó Yavé:
— ¡Samuel!
Se levantó, fue a Helí y le dijo:
— Heme aquí, pues me has llamado.
Comprendió entonces Helí que era Yavé el que llamaba al joven, y dijo a Samuel:
— Vete a acostarte, y si te llama, dirás: Habla, Yavé, que tu siervo escucha.
Y Samuel fue a acostarse en su sitio.
Después entró Yavé y estando allí llamó como las otras veces:
— ¡Samuel, Samuel!
Samuel respondió:
— Habla, que tu siervo escucha» (1Sam 3, 7-10).
Dios me dijo un día:
— Dame un poco de tu tiempo.
Y yo respondí:
— ¡Pero Señor, si el tiempo que tengo no basta ni para mí!
Dios me repitió más alto:
— Dame un poco de tu tiempo.
Y yo respondí:
— ¡Pero Señor, si no es por mala voluntad: es que de veras no me sobra ni un minuto!
Dios volvió a hablarme:
— Dame un poco de tu tiempo.
Y yo respondí:
— Señor, ya sé que debo reservar un poco de mi tiempo para lo que me pides; pero sucede que a veces no me sobra nada para poder dar. ¡Es muy difícil vivir, y a mí me lleva todo el tiempo! No puedo dar más de lo que estoy ya dando…
Entonces Dios ya no me dijo nada más.
Y desde entonces descubrí que cuando Dios pide algo, pide nuestra misma vida. Y si uno da sólo un poco, Dios se calla. El paso siguiente ha de ser cosa nuestra, ¡porque a Dios no le gusta el monólogo!
P. Zezinho

Gaudete et exsultate (Francisco I)

33. En la medida en que se santifica, cada cristiano se vuelve más fecundo para el mundo. Los Obispos de África occidental nos enseñaron: «Estamos siendo llamados, en el espíritu de la nueva evangelización, a ser evangelizados y a evangelizar a través del empoderamiento de todos los bautizados para que asumáis vuestros roles como sal de la tierra y luz del mundo donde quiera que os encontréis»[31].


[31] Conferencia Episcopal Regional de África Occidental, Mensaje pastoral a la conclusión de la II Asamblea Plenaria (29 febrero 2016), 2.

Jesús, alimento que sacia de verdad

1.- Un alimento providencial. Los israelitas recordaron siempre el maná. Cuando estaban hambrientos y exhaustos Dios no les abandonó. La palabra “maná” significa “¿qué es esto”. Estaban asombrados ante aquel alimento que se les ofrecía gratuitamente. Hoy los estudiosos del Antiguo Testamento nos dicen que existe en la costa occidental de la península del Sinaí un arbusto llamado tamarisco. Produce una secreción dulce que gotea desde las hojas hasta el suelo. Por el frío de la noche se solidifica y hay que recogerla de madrugada antes de que el sol la derrita. ¿Fue este alimento natural el maná que describe la Biblia? Que el maná fuera un alimento natural, aunque extraño y desconocido de los israelitas, nos hace comprender que lo considerasen como «señal» de la protección y ayuda especial de Yahvé a su pueblo. La providencia de Dios actúa a través de las cosas cotidianas. Este es su auténtico milagro. También puede explicarse naturalmente el fenómeno de las codornices. En efecto, sabemos que en las costas mediterráneas de la península del Sinaí todos los años, en primavera y en otoño, aparecen bandadas de codornices, las cuales llegan a veces tan cansadas que pueden cogerse fácilmente con la mano. No cabe duda que para ellos se trató de un alimento providencial. Jesús anunciará la institución de la eucaristía a los judíos, cuando le recuerden el maná con que Dios había alimentado a sus padres en el desierto.

2.- El alimento que perdura. El texto del evangelio recoge la reflexión de Jesús después de la multiplicación de los panes. Jesús les cuestiona el motivo por el que le siguen. Lo que buscan es que Jesús repita su gesto y los vuelva a alimentar gratis. Jesús los desconcierta con un planteamiento inesperado: «Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el que perdura hasta la vida eterna». Pero ¿cómo no nos vamos a preocupar por el pan de cada día? El pan es indispensable para vivir. Por eso Jesús se preocupa tanto de los hambrientos y mendigos que no reciben de los ricos ni las migajas que caen de su mesa. Enseña a sus seguidores a pedir cada día al Padre pan para todos sus hijos. Jesús les habla de un pan que no sacia solo el hambre de un día, sino el hambre y la sed de vida que hay en el ser humano. En nosotros hay un hambre de felicidad, de justicia para todos, un hambre de libertad, de paz, de verdad. Jesús se presenta como ese Pan que nos viene del Padre «para dar vida al mundo». Este Pan, venido de Dios, «perdura hasta la vida eterna».

3.- Sólo Dios permanece para siempre. Alimentar el cuerpo es fácil, pero llenar el alma, el espíritu…sólo Dios tiene poder para hacerlo. El trabajo de los hombres es comer y dar de comer a todos. El trabajo de Jesús es darnos de comer el pan de vida, en este aquí y ahora, para el mañana y para siempre. Recibimos a Jesús en la Eucaristía. Celebrar la Eucaristía no es tanto un acto de piedad individual; mi Dios y yo, en íntima estrechez (a veces egoísta estrechez). Si convertimos la Eucaristía en un acto individualista e intimista, por más santidad y adoración que se le ponga, no deja de ser un culto vacío, que no conduce a la vida, “como el que comieron sus padres y murieron”. Que nuestras eucaristías sean realmente comulgar en todo nuestro ser con Cristo encarnado en el hoy de nuestra historia para tener vida eterna. Lo recuerda San Agustín en el comentario de este evangelio: “Unos por unos motivos, otros por otros, llenan todos los días la Iglesia. Apenas se busca a Jesús por Jesús. Me buscáis, no por los signos que habéis presenciado, sino porque habéis comido del pan que os di. Trabajad por el pan que no perece, sino que permanece hasta la vida eterna. Me buscáis por algo distinto a mí, buscadme por mí mismo”.

José María Martín OSA

El que viene a Mí no pasará hambre, el que cree en Mí no pasará sed

Cuando la gente vio que no estaban allí ni Jesús ni sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Lo encontraron al otro lado del lago, y le dijeron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó: «Os aseguro que no me buscáis porque habéis visto milagros, sino porque habéis comido pan hasta hartaros. Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello». Le preguntaron: «¿Qué tenemos que hacer para trabajar como Dios quiere?». Jesús les respondió: «Lo que Dios quiere que hagáis es que creáis en el que él ha enviado». Le replicaron: «¿Qué milagros haces tú para que los veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo». Jesús les dijo: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo; mi Padre es el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan».

Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Juan 6, 24-35

 

Comentario del Evangelio

Después del milagro del los panes y los peces, Jesús no quiere que las personas se queden deslumbradas con estos milagros y no descubran lo más importante del mensaje de Dios. Jesús les calmó el hambre con pan y con peces, pero quiere hablarles de otro pan, del Pan de la Vida. Jesús dice que Él es el Pan de la Vida, que es el pan que debemos comer cuando tenemos hambre de Dios.

Los cristianos tenemos como tarea que las personas no pasen hambre de Dios y para eso debemos darle nuestro Pan, que es Jesús.

Para hacer vida el Evangelio

• Escribe el nombre de alguna persona para quien Jesús es alguien fundamental en su vida.

• ¿Por qué sabes que para esa persona Jesús es importante en su vida?

• Escribe un compromiso sencillo que te ayude a que Jesús sea más importante en tu vida.

 

Oración

Te necesitamos, Señor:
para vivir una vida plena,
para sentir alegría interior,
para superar los vacíos,
para salir del desencanto,
para amar de verdad, sin pasar factura, tenemos que estar muy unidos a Ti.
Te necesitamos, Señor:
porque andamos preocupados, porque no sabemos disfrutar
del momento presente,
porque a veces sólo estamos en contacto con las propias necesidades, porque el otro, a ratos,
nos es indiferente,
porque tenemos egoísmo familiar, porque no sabemos salir
de nuestro ombligo y
tenemos que dejarnos purificar por Ti.

Te necesitamos, Señor

Te necesitamos, Señor:
para vivir una vida plena,
para sentir alegría interior,
para superar los vacíos,
para salir del desencanto,
para amar de verdad, sin pasar factura,
tenemos que estar muy unidos a Ti.

Te necesitamos, Señor:
porque andamos preocupados,
porque no sabemos disfrutar
del momento presente,
porque a veces sólo estamos en contacto
con las propias necesidades, porque el otro, a ratos,
nos es indiferente,
porque tenemos egoísmo familiar,
porque no sabemos salir
de nuestro ombligo y
tenemos que dejarnos purificar por Ti.

Te necesitamos, Señor:
hasta que consigamos vivir más felices,
hasta que encontremos
la vida en abundancia,
hasta que creemos tu Reino de justicia,
hasta que compartamos
las cosas fraternalmente,
hasta que consigamos
que nos duela el otro,
hasta que nos limpiemos
de tanto egocentrismo,
hasta que logremos
que todos vivan bien,
tenemos que dejarnos invadir
de tu amor.
Porque urge que inventemos tu Reino,
te necesitamos, Señor:
para revolucionar las relaciones
y crear encuentros,
para que nos dignifiquemos unos a otros,
para que cada persona encuentre
su lugar en el mundo,
para que haya de todo para todos,
para que se nos llene el corazón de fiesta
para que logremos tratarnos
como hermanos,
para que nuestra vida se llene de armonía
para que esperemos la muerte como tu gran abrazo,
tenemos que dejarnos cambiar
el corazón.

Mari Patxi Ayerra

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo XVIII de Tiempo Ordinario

• La escena de hoy empieza con la gente» (24) preguntando (25) a Jesús. Habían creído que lo dominaban, que sabían su identidad -éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo (Jn6,14)-, pero él se les escapa (desde el versículo 15 que no lo controlan).

• Y, además, Jesús es quien lleva la iniciativa: ha venido, y de modo sorprendente (Jn 6,19-20); y a la pregunta de lagente responde con una interpelación, cuestionando los motivos por los que lo buscan (26).

• La interpelación va acompañada de una propuesta (27): hay que «trabajar» por el «alimento que perdura» -aquí a los judíos les resuenan unas palabras del profeta (Is 55, 2ss)- y que da «la vida eterna».

* Hay que tener en cuenta que la «vidaeterna» de la que habla Jesús no equivale a la inmortalidad que ofrecían los dioses paganos con sus néctares (esta vida no tendría término final). Jesús ofrece una vida nueva.

* Con estas palabras, Jesús conecta con los judíos: el alimento puede significar la Palabra de Dios, la cual da vida a quienes la practican -el maná del desierto (31), de hecho, tenía este significado: El Señor te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios (Dt 8,3)-

• Detrás de todo el capítulo -como también en el trasfondo bíblico- está la cuestión de la gratuidad: hay que trabajar por el alimento recibido como don ya que la necesidad del alimento es experiencia de dependencia. La misma Creación tiene que ser recibida no sólo como tarea -dominadla (Gn 1,28)-, sino como don -todo os lo doy (Gn 9,3)-.

* El salmo 104 (103), con el que podemos orar (buscándolo entero en la Bi-blia), lo expresa muy bien: haces brotar hierba para los ganados y forraje para las bestias de labor, así saca el pan de los campos, y vino que le alegra el ánimo… Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo; se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes (Sl 104[103], 14-15.27-28). También lo expresa el profeta (Is 25,6).

• Lejos de esa gratuidad, los que hablan con Jesús están preocupados por lo que tienen que «hacer» (28) ellos para ganarse a Dios, para ganarse la vida. De hecho no admiten otra cosa que cumplir escrupulosamente con la letra de la Ley. Jesús, en cambio, opone a las “obras» (28) que ellos están dispuestos a cumplir, la «obra» (29), la única «obra de Dios»: la fe, es decir, que «creáis en el que Él ha enviado». Creer es obra de Dios y el Enviado es enviado por Dios.

• Ellos siguen huyendo de la propuesta. Quieren «signos» (30). Y argumentan con la Escritura (31). Jesús no quiere demostrar nada, e insiste en hablar del don de Dios, el «Padre» (32-33). Es más, actualiza el don: «es mi Padre el que os da…» (32). Es para vosotros el don.

• Jesús añade una cierta definición de este don (33), aprovechando la misma cita bíblica (31) que ellos han mencionado: «el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». En eso sesienten reconocidos. Pero «el pan que baja del cielo» ya no alimenta sólo a Israel sino «al mundo». Pero hay otra novedad que no han captado cuando piden: «danos siempre de este pan» (34), pensando todavía en el pan como metáfora de la Ley. La novedad es que el don es el mismo Jesús (35). ¿Lo querrán, cuando lo descubran?

Comentario el evangelio – 2 de agosto

Juzgar es, en muchas ocasiones, separar por medio de la negación: “Tomás no es músico” equivale a “Tomás no pertenece al conjunto de los músicos”. Pues bien, como recordábamos el martes, el juicio le corresponde solo a Dios. El evangelista lo presenta como tarea de los ángeles, que son a modo de delegados de Dios, y cuya mención es a veces una forma de aludir a Él a la vez que se omite por respeto su nombre. Solo Él sabe quién pertenece al “conjunto” de los suyos y quién no. Y –como ya indicábamos anteayer– hay que dejar que Él, al final de la historia, lleve a cabo ese juicio que es cometido suyo, y solo suyo; o que, en la parábola del juicio de las naciones, es obra del Hijo del hombre, que separa las ovejas de las cabras.

Nosotros, ahora, a la luz del evangelio, separemos las buenas opciones y las malas, ejercicio para el que podemos pedir el don del discernimiento; a la hora de actuar según lo discernido, pidamos amor y energía para llevar a cabo las buenas opciones; en todo, pidamos confianza para esperar que el Señor nos acoja en su amor recreador. Y oremos, en fin, con Ignacio de Loyola: «No permitas que nos separemos de ti. En la hora de nuestra muerte, llámanos, y mándanos ir a ti, para que con tus santos te alabemos. Amén».