Vísperas – Jueves XXI de Tiempo Ordinario

SANTA ROSA DE LIMA, virgen, Patrona de América Latina (FIESTA)

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: APLAUDAN A ESTA ROSA.

Aplaudan a esta Rosa
las rosas de la tierra;
resuene su alabanza
del sol a las estrellas.

Una Rosa de gracia
en un rosal de penas;
por las culpas del mundo
hirió su carne tierna.

Roja Rosa del cielo,
virgen Rosa limeña:
un puñado de gozo
y un haz de penitencias.

Danos, Padre, el perfume
de esta Rosa pequeña;
que su rocío fecunde
estas tierras de América. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo, a ti vengo con mi lámpara encendida.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo, a ti vengo con mi lámpara encendida.

Ant 2. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Ant 3. Mi alma se siente firme, está cimentada en Cristo, el Señor.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi alma se siente firme, está cimentada en Cristo, el Señor.

LECTURA BREVE   1Co 7, 32. 34

El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.

RESPONSORIO BREVE

V. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

V. Van entrando en el palacio real.
R. Las traen entre alegría.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Mi Señor Jesucristo se desposó conmigo con su anillo, y como verdadera esposa me adornó con una corona.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi Señor Jesucristo se desposó conmigo con su anillo, y como verdadera esposa me adornó con una corona.

PRECES

Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes a causa del reino de Dios, y supliquémosle, diciendo:

Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga,
haz que sea siempre santa e inmaculada.

Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas,
no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti.

Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta,
concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.

Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Rosa de Lima, virgen,
concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,
admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino.

Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre:

Padre nuestro…

ORACION

Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a consagrarse solo a ti, en la austeridad y en la penitencia, concédenos, por su intercesión, que sepamos seguir, en este mundo, el camino que conduce a la verdadera vida, para que lleguemos a gozar del torrente de tus delicias allá en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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Lectio Divina – 30 de agosto

Lectio: Jueves, 30 Agosto, 2018

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

¡Oh Dios!, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor.

2) Lectura del Evangelio

Del Evangelio según Mateo 24,42-51
«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: `Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

3) Reflexión

• El evangelio de hoy, fiesta de San Agustín, habla de la venida del Señor al final de los tiempos y nos exhorta a la vigilancia. En la época de los primeros cristianos mucha gente pensaba que el final de este mundo estaba cerca y que Jesús volvería luego. Hoy mucha gente piensa que el fin del mundo está cerca. Por esto, es bueno reflexionar sobre el significado de vigilancia.
• Mateo 24,42: Vigilancia Por tanto, Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.” Respecto del día y de la hora del fin del mundo, Jesús había dicho: » ¡Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.!» (Mc 13,32). Hoy, mucha gente vive preocupada con el fin del mundo. En las calles de las ciudades, muchas veces se ve escrito: ¡Jesús volverá! ´¿Y cómo será esa venida? Después del año 1000, apoyados en el Apocalipsis de Juan (Apoc 20,7), comenzaron a decir: “Los mil primeros años pasaron, pero los 2000 años no pasarán!” Por esto, en la medida en que se acercaba el año 2000, muchos quedaban preocupados. Hasta hubo gente que, angustiada con la proximidad del fin del mundo, llegó a suicidarse. Otros, leyendo el Apocalipsis de Juan, llegaron a predecir la hora exacta del fin. Pero el año 2000 pasó y no aconteció nada. ¡El fin no llegó! Muchas veces, la afirmación “Jesús volverá” es usada para dar miedo a la gente y ¡obligarla a atender una determinada iglesia! Otros, de tanto esperar y especular en torno a la venida de Jesús, no perciben más su presencia en medio de ellos, en las cosas comunes de cada día, en los hechos de día a día.
• La misma problemática existía en las comunidades cristianas de los primeros siglos. Mucha gente de las comunidades decía que el fin de este mundo estaba cerca y que Jesús volvería luego. Algunos de la comunidad de Tesalónica en Grecia, apoyándose en la predicación de Pablo decían: “¡Jesús volverá luego!” (1 Tes 4,13-18; 2 Tes 2,2). Por esto, había personas que no trabajaban, porque pensaban que la venida fuera cosa de pocos días o semanas. “¿Trabajar, para qué, si Jesús iba a volver?” (cf 2Ts 3,11). Pablo responde que no era tan simple como se lo imaginaban. Y a los que no trabajaban decía. “¡Quién no quiere trabajar, que no coma!” Otros se quedaban mirando al cielo, aguardando el retorno de Jesús sobre las nubes (cf Hec 1,11). Otros se quejaban de que se demorara (2Pd 3,4-9). En general, los cristianos vivían en la expectativa de la venida inminente de Jesús. Jesús vendría a realizar el Juicio Final para terminar con la historia injusta de este mundo acá e inaugurar la nueva fase de la historia, la fase definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra. Pensaban que esto acontecería dentro de una o dos generaciones. Mucha gente viviría aún cuando Jesús iba a aparecer glorioso en el cielo (1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Otros, cansados de esperar, decían: ¡No volverá nunca! (2 Pd 3,4).
• Hasta hoy, la venida de Jesús ¡no ha acontecido! ¿Cómo entender esta demora? Es que no percibimos que Jesús ha vuelto ya, ya está en medio de nosotros: “Yo estaré en medio de vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» (Mt 28,20). El ya está al lado de nosotros, en la lucha por la justicia, por la paz y por la vida. La plenitud no ha llegado todavía, pero una muestra o garantía del Reino ya está en medio de nosotros. Por esto, aguardamos con firme esperanza la liberación de la humanidad y de la naturaleza (Rom 8,22-25). Mientras esperamos y luchamos, decimos acertadamente: “¡El ya está en medio de nosotros!” (Mt 25,40).
• Mateo 24,43-51: El ejemplo del dueño de la casa y de sus empleados. “Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.”. Jesús lo deja bien claro. Nadie sabe nada respecto de la hora: «¡Cuando a ese día y a esa hora, nadie sabe nada, ni los ángeles, ni el Hijo, sino solamente el Padre!» Lo que importa no es saber la hora del fin de este mundo, sino tener una mirada capaz de percibir la venida de Jesús ya presente en medio de nosotros en la persona del pobre (cf Mt 25,40) y en tantos otros modos y acontecimientos de la vida de cada día. Lo que importa es abrir los ojos y tener presente el ejemplo del buen empleado del que habla Jesús en la parábola.

4) Para la reflexión personal

• ¿En qué señales se apoya la gente para decir que el fin del mundo está cerca? ¿Piensas tú que el fin del mundo está cerca?
• ¿Qué responder a los que dicen que el fin del mundo está cerca? ¿Cuál es la fuerza que te anima a resistir y a tener esperanza?

5) Oración final

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey,
bendeciré tu nombre por siempre;
todos los días te bendeciré,
alabaré tu nombre por siempre. (Sal 145,1-2)

Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica

Nº 38: Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre «las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error» (ibid., DS 3876; cf. Concilio Vaticano I: DS 3005; DV 6; santo Tomás de Aquino, S.Th. 1, q. 1 a. 1, c.).

O sea, que tenemos una necesidad de ser iluminados por la revelación. Es verdad que la razón que Dios nos ha dado nos da una cierta capacidad de conocer a Dios. Eso que decíamos antes de que por la razón podemos llegar a conocer la existencia de un Dios infinito, que es creador, que es un ser personal, que gobierna el mundo en su providencia, que ha fundado una ley natural. Bien, pero, en primer lugar, una cosa es saber esto, y otra es saber que Dios es trino y uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Eso ya como os podéis imaginar necesitamos conocerlo por la fe. O la Encarnación de Dios, la doble naturaleza de Jesucristo, humana y divina. Eso ya por la sola razón no vamos a poder conocerlo, tenemos que abrirnos a la revelación, Dios se ha revelado en Jesucristo. O sea que la revelación supera en el objeto de su conocimiento a la razón, y necesitamos de la revelación. Sin embargo, necesitamos de la revelación para conocer a Dios más profundamente, pero eso no quiere decir que nosotros tengamos derecho a que Dios se revele, la revelación es totalmente gratuita. Tenemos una profunda necesidad de ella, pero no podemos exigirla sino únicamente recibirla como un regalo abriéndonos de par en par, con el corazón abierto para acogerla. Y ¡Ojo!, no únicamente por el hecho de que hay cosas que por la razón no podemos llegar a ellas, como por ejemplo de que Dios es trino y uno, sino que también por el hecho de que hay cosas que, aunque naturalmente podamos conocerlas por la razón, sin embargo, no las conocemos con tanta exactitud, con tanta certeza.

Hay muchas cosas que son de ley natural pero luego es curioso ver que cuando el pensamiento se va cada vez emborronando más y cada vez hay más confusionismo, y cada vez hay más subjetivismo y nos acostumbramos a lo que es absolutamente anormal, pues claro, parece que al final para aceptar la ley natural hay que estar abiertos a la revelación. Por ejemplo, esto me lo oísteis explicar cuando hablamos del tema del aborto. Es curioso que para estar en contra del aborto no es necesario ser creyente, sino que por pura capacidad racional de apreciar la vida, el don de la vida, pues podría ser auténtico militante de la cultura de la vida y estar en contra del aborto. Por supuesto, y los habrá. Pero es verdad que mayoritariamente la causa de la vida, la defienden, la mayoría de los que defienden esa causa, no serán todos, pero la mayoría, suelen ser cristianos y personas muy creyentes. Esto quiere decir que abrirse a la revelación les ha hecho que clarificar mas que es lo que es de ley natural. En teoría eso se podría, en teoría el respeto al concebido y no nacido, en teoría se podría llegar a aceptarlo y acogerlo por la razón, aunque no se tuviese fe. Pero la práctica nos demuestra, como decíamos ayer, que cuando quitamos lo sobrenatural no queda lo natural, sino que nos quedamos con lo antinatural. Esto ocurre con mucha frecuencia. Para mí, vamos, muchas veces he comentado que para mí es otra de las demostraciones de la veracidad de la revelación.

Cuando nos abrimos a la revelación nos adherimos mejor al conocimiento natural. O sea, lo sobrenatural nos permite ser más racionales. Te cierras a la fe y eres más irracional. Todo lo contrario a como nos suelen vender las cosas. Nos suelen vender las cosas como que el que tiene fe, el que se ha abierto a la revelación, ese es irracional. No, no. Todo lo contrario. El que tiene fe, el que se ha abierto a la revelación conoce con mucha mayor exactitud lo que es de ley natural, lo que es racional. Y la experiencia nos demuestra que, en una buena parte, por lo menos, los que se cierran a acoger la revelación por el don de la fe, esos sí que tienen dificultad de conocer lo que es la ley natural, entonces adoptan posturas irracionales.

Por tanto, necesitamos de la revelación en este sentido. Se nos remite al punto 2036 del catecismo que dice así.

Punto 2036

La autoridad del Magisterio se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia, exigida por el Creador, es necesaria para la salvación. Recordando las prescripciones de la ley natural, el Magisterio de la Iglesia ejerce una parte esencial de su función profética de anunciar a los hombres lo que son en verdad y de recordarles lo que deben ser ante Dios (cf. DH 14).

Es decir, que también forma parte del Magisterio de la Iglesia no sólo recordar las cosas sobrenaturales sino también el iluminar cuales son las cosas que son de ley natural. Entre otras cosas el por qué tiene esa función o esa tarea encomendada el Magisterio de la Iglesia. En primer lugar, porque cumplir la ley natural es necesario para la salvación. En segundo lugar, porque si Dios se ha revelado, nos ha revelado ciertas cosas “Quinto mandamiento: no matarás”. Eso es de ley natural. En principio, no parecía que era necesario que Dios revelase un mandamiento como mandamiento divino si Él ya había puesto inscrito en la naturaleza, que eso es de ley natural, que hay que respetar la vida. En teoría parece que es una duplicidad. Lo pone en la ley natural y en las tablas escritas de Moisés. Pero es que era necesario ponerlo porque ya sabemos cómo somos. “¡No matarás! Pero en este caso se lo merecía…”. Y somos así. Así como la ley natural de alguna manera no está escrita en ningún sitio y está en la propia naturaleza, es bastante fácil, bastante frecuente, que uno pueda violar la ley natural y hacerla a su medida, y hacerle excepciones. Por eso dice “No matarás nunca al inocente”. Bueno, he aquí, por tanto, por qué, aquí hay una explicación para que entendamos como tanto la ley natural que Dios ha inscrito en nuestra conciencia y la revelación de Dios que está transmitida a través de los profetas y sobre todo de Jesucristo, confluyen ambas dos en el caminar del hombre. Igual que el hombre tiene como esa mariposa que tiene las dos alas, la fe y la razón, también Dios ha dado como dos caminos, el camino del conocimiento natural y el del conocimiento revelado. Lo dejamos aquí. Hemos concluido este apartado que tiene como título “El conocimiento de Dios enseñado por la Iglesia”, cómo la Iglesia enseña el conocimiento de Dios.

Moral

Me puse a considerar la prisa de los jóvenes, su hambre y su derecho a vivir con menos miedo que yo.
Me encantó tanto su espontaneidad que tuve la tentación de gritarles al oído:
«No es pecado amar antes del matrimonio.
No es pecado acudir a la violencia, cuando los otros no ceden en su justicia.
No es pecado acostarse con la persona a la que se ama.
No es pecado robar cuando uno lo necesita.
No es pecado vender el propio cuerpo.
No es pecado enfrentarse con los padres que no le entienden a uno.
No es pecado dejar aparcados a los viejos que estorban.
No es pecado nada de lo que uno hace por amor…
Todo depende de la manera como uno hace esas cosas.
Si se hace con buena intención, no está tan mal…
Con tal de no perjudicar a los otros, nada tiene de errado…
Todo eso son convenciones humanas…
Lo importante es que uno se consciente de lo que hace y sea capaz de asumir las consecuencias de ello…»
¡Me acordé de Jesucristo!
Me puse a indagar si acaso él estaría conforme con ese modo de razonar, ¡y no encontré ningún punto de apoyo!
— Él tomó una posición todavía más exigente que yo en materia de renuncia, pensé para mí.
Mi amigo perdonó siempre a quienes se había equivocado; pero siguió diciendo que lo que habían hecho no era lícito.
Así que desde entonces dejé de mentir a los jóvenes.
P. Zezinho

Gaudium et exsultate (Francisco I)

61. Dicho con otras palabras: en medio de la tupida selva de preceptos y prescripciones, Jesús abre una brecha que permite distinguir dos rostros, el del Padre y el del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos más. Nos entrega dos rostros, o mejor, uno solo, el de Dios que se refleja en muchos. Porque en cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado, está presente la imagen misma de Dios. En efecto, el Señor, al final de los tiempos, plasmará su obra de arte con el desecho de esta humanidad vulnerable. Pues, «¿qué es lo que queda?, ¿qué es lo que tiene valor en la vida?, ¿qué riquezas son las que no desaparecen? Sin duda, dos: El Señor y el prójimo. Estas dos riquezas no desaparecen»[65].


[65] Homilía durante el Jubileo de las personas socialmente excluidas (13 noviembre 2016): L’Osservatore Romano (14-15 noviembre 2016), p. 8.

Lo primero es cambiar el corazón

1.- Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Jesús conocía bien a la gente de su tiempo y, por extensión, a la gente de todos los tiempos. A los fariseos y escribas del tiempo de Jesús la pureza ritual y el cumplimiento estricto de la tradición les servía fácilmente para tapar la mezquindad de su corazón. Con ritos, rezos, ayunos y sacrificios, tranquilizaban su conciencia, aunque su corazón permaneciera cerrado al perdón, a la misericordia y al amor de Dios y del prójimo. Hoy a muchos cristianos de nuestro tiempo nos pasa lo mismo: podemos seguir siendo egoístas, tacaños, inmisericordes, siempre que, eso sí, nos mantengamos fieles a ritos, normas y cumplimientos que nos impone la tradición religiosa en la que nos han educado. Jesús de Nazaret lo tenía muy claro: es de dentro, del corazón del hombre, de donde salen los buenos y los malos propósitos. El corazón del hombre es, simbólicamente, el centro de donde salen los deseos más nobles: bondad, lucha por la justicia, nobleza de alma, amor generoso; pero también el corazón es, simbólicamente, el centro de donde salen los malos propósitos, fornicaciones, robos, homicidios, codicias, injusticias, fraudes, egoísmo, envidia, orgullo. Si cambiamos el corazón, cambiarán nuestras costumbres. Esta es nuestra gran tarea a lo largo de nuestra vida: cambiar nuestro corazón. Pero muchas veces empezamos por el final: intentamos cambiar nuestras acciones, sin intentar cambiar nuestro corazón. Sólo en la medida en que nuestro corazón vaya cambiando, irán cambiando nuestras acciones.

2.- No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada. En el Deuteronomio –segunda ley- Moisés manda a su pueblo cumplir los preceptos del Señor, para así poder tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de sus padres, les dará. Los preceptos del Señor, les dice, serán vuestra sabiduría y vuestra inteligencia. Si hacen esto, hasta los otros pueblos comprenderán que el Dios de Israel es un Dios más cercano y justo que los dioses de los otros pueblos. Bien, dejando a un lado lo que este texto bíblico tiene de apología histórica del pueblo de Israel y de su religión, yo creo que lo que a nosotros nos puede servir hoy de este texto es la importancia que se da a la cercanía de Dios hacia su pueblo. Esta cercanía de Dios hacia toda persona de buena voluntad se ve profundamente expresada en las palabras y en la conducta de Jesús. Jesús fue una persona de corazón manso y humilde, acogedor y cercano a todos los que estaban cansados y agobiados. En Jesús se ve y se palpa maravillosamente la cercanía de Dios hacia las personas. Alegrémonos los cristianos de tener un Dios que “está tan cerca de nosotros siempre que lo invocamos”.

3.- La religión pura e intachable a los ojos de Dios es esta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo. Es importante resaltar que, en este texto, el apóstol Santiago nos dice que la mejor manera de aceptar dócilmente la palabra de Dios y llevarla a la práctica es atender a las personas necesitadas. Hacer esto, dice el apóstol, es llevar la palabra de Dios a la práctica, no limitándonos simplemente a escucharla, engañándonos a nosotros mismos. Volviendo al evangelio, podemos ver en este texto del apóstol Santiago una respuesta magnífica al grupo de fariseos y escribas que se quejaron a Jesús porque sus discípulos comían con manos impuras. En fin, pidamos a Dios que nos dé un corazón puro y cercano a los que más sufren, como fue el corazón de Jesús, como es el corazón de Dios.

Gabriel González del Estal

Dejáis los mandamientos de Dios para aferraros a la tradición

Los fariseos y algunos maestros de la ley de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos se ponían a comer con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. Porque los fariseos y todos los judíos, siguiendo la tradición de sus mayores, no se ponen a comer sin haberse lavado cuidadosamente las manos; y si vienen de la plaza, no comen
sin haberse lavado; y tienen otras muchas prácticas que observan por tradición, tales como lavar copas, jarros y bandejas. Así que los fariseos y los maestros de la ley preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no observan la tradición de los mayores, sino que comen con las manos impuras?». Él les contestó: «Hipócritas, Isaías profetizó muy bien acerca de vosotros, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos humanos. Dejáis el mandamiento de Dios y os aferráis a la tradición de los hombres».

Llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended bien: Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede manchar al hombre.

Porque del corazón del hombre proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricia, maldad, engaño, desenfreno, envidia, blasfemia, soberbia y estupidez. Todas esas cosas malas salen de dentro y hacen impuro al hombre».

Marcos 7, 1-23

Comentario del Evangelio

La fe es una propuesta que Dios nos hace para ser felices. Nos abre el camino a muchas cosas que podemos hacer, que podemos vivir con mucha intensidad… Pero muchas veces vivimos la fe como una serie de cosas que no podemos hacer, como una forma de NO vivir.

Debemos vivir la fe como una camino de felicidad, como algo que está en el centro de nuestras vidas, pero ¿damos esa sensación? ¿qué pensarán los que no son cristianos de los que no lo son? ¿Nos ven felices viviendo nuestra fe?

Pues esa es nuestra tarea: contagiar la fe a los demás, hacerles el mayor regalo que tenemos: a Jesús, el Hijo de Dios.

 

Para hacer vida el Evangelio

• Pregúntale a dos o tres personas que no sean cristianas y pregúntales cómo nos ven a los cristianos.

• ¿Cómo debemos vivir la fe los cristianos? ¿Qué nos propone la Iglesia para vivir la fe con alegría?

• Escribe un compromiso que te ayude a contagiar la alegría de la fe a los demás.

 

Oración

Haznos, como Tú,
cada día más hermanos,
que nuestro corazón amplíe sus puertas,
nuestra mente sea comprensiva
con toda situación,
nuestras manos estén dispuestas
a acoger a todos
y nuestro espíritu sea empático,
como lo era el tuyo.
Límpianos de todo escrúpulo enfermizo,
borra de nuestra mente toda culpa engañosa,
quítanos las manías que nos separan
y las rotundidades que nos alejan,
ensánchanos el corazón y amplía nuestra mirada
para entenderlo todo con cariño

y respeto.

Limpia mi corazón y mi mirada

Señor, que no sea yo de los que van
viendo el error en el otro,
que no cuide mi imagen,
para que me valoren,
que no quiera aparentar
más de lo que soy,
que enseñe mis fallos con libertad
y me acepte con aciertos y errores,
tal como soy.

Limpia de nosotros, Señor,
toda falsedad,
toda mediocridad encubierta
o apariencia engañosa,
enséñanos a aceptarnos del todo,
como Tú nos quieres,
a potenciarnos comunitariamente,
a facilitarnos la superación
de dificultades,
a darnos la mano para caminar
la vida juntos,
y a minimizar los fallos propios y ajenos.

Haznos, como Tú,
cada día más hermanos,
que nuestro corazón amplíe sus puertas,
nuestra mente sea comprensiva
con toda situación,

nuestras manos estén dispuestas
a acoger a todos
y nuestro espíritu sea empático,
como lo era el tuyo.

Límpianos de todo escrúpulo enfermizo,
borra de nuestra mente toda culpa engañosa,

quítanos las manías que nos separan
y las rotundidades que nos alejan,
ensánchanos el corazón y amplía
nuestra mirada

para entenderlo todo con cariño
y respeto.

Mari Patxi Ayerra

Notas para fijarnos en el evangelio del Domingo XXII de Tiempo Ordinario

• La impureza ritual: en la concepción bíblica, impuro es todo aquello que no se puede utilizar para el culto. Las personas ritualmente impuras no pueden acercarse al santuario y tienen prohibidos el contacto y la relación con las demás personas. Las causas que motivaban la impureza ritual eran variadas: tocar un cadáver de hombre o de animal, ciertas enfermedades de la piel que estaban relacionadas con la lepra, la menstruación, las pérdidas seminales, etc. La persona o el objeto impuro se tenían que purificar ritualmente con agua antes de acceder al lugar sagrado y ser declarados puros (Lv 14,1-32). También los sacerdotes tenían que purificarse antes deofrecer los sacrificios (Ex 19,10.14; 30,18-21; Lv 15; Nm 19,11-22).

• En tiempos del NT, la coexistencia en territorio judío de población judía y greco-rromana hacía más difícil el mantenimiento de la pureza ritual y algunos, por el oficio que tenían o por el contacto habitual con los no judíos o paganos, vivían permanentemente en estado de impureza ritual. Entre tales personas, llamadas genéricamente «pecadores” hay que destacar a los publicanos, fuertemente criticados por los fariseos y mal vistos por el pueblo.

• «La tradición de los mayores» (3.5) era el conjunto de interpretaciones de la Ley con carácter normativo que los maestros fariseos habían ido transmitiendo y ampliando para asegurar el cumplimiento minucioso de la Ley de Moisés. Los preceptos derivados de estas interpretaciones eran muy detallados y exigentes.

• Desde el principio del Evangelio, Marcos indica, respecto a Jesús, que la gente se quedaba asombrada de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad (Mc 1,22).

• En la escena de hoy, como en tantas otras, el asombro se convierte en confrontación. Todo sucede a partir de un hecho de la vida cotidiana de «sus discípulos» (2.5), con el que dejan de cumplir determinados ritos. «Los fariseos y algunos escribas» (1.5), atrapados porpreceptos derivados de interpretaciones de la Ley, convierten el hecho en acusación contra Jesús.

• Jesús responde a la acusación (6-7) con palabras del libro de los profetas (Is 29,13), que era la otra referencia básica,junto con el libro de la Ley. Les dice que han abandonado «el mandamiento de Dios» y se han quedado con “la tradición de los hombres» (8). Jesús ayuda a distinguir. Sus opositores, en cambio, pretenden hacer pasar por voluntad de Dios lo que son tradiciones culturales, en sí mismas ni buenas ni malas.

• Para Jesús, lo que aleja de Dios –«impureza»- no es haber tocado una cosa sucia ni -mucho menos- haber tocado a un enfermo o haber sido tocado por Él (15): estaríamos hablando de un Dios extraño a nosotros, de un Dios extraño a todo lo que pertenece a la Creación. Lo que puede alejar de Dios está dentro, en el interior de la persona.

• Jesús manifiesta a un Dios que está con nosotros siempre, estemos donde estemos, pensemos lo que pensemos. Según eso, la «pureza» o la «impureza»no depende de lo que se ve sino de lo que hay «dentro, en el corazón» (21-23), el lugar donde se toman las decisiones. Por tanto, si lo que hay dentro es bueno, de la persona saldrá el bien, el mismo que sale de Dios.

Comentario al evangelio – 30 de agosto

Lo decía hace algunos días, y lo repito hoy. En este tiempo ordinario, la Iglesia no nos da tregua, recordándonos que se puede ser santo de muchas maneras. A lo largo de esta semana, hemos visto modelos de santidad como madre, como obispo, como mártir, y hoy, santa Rosa de Lima. Es que hay que estar siempre preparado

La llegada de un ladrón es siempre una catástrofe. Una ruina. Es lo mismo que le pasa a la comunidad cristiana, cuando se relaja y no está atenta. Es lo que nos recuerda también la enseñanza de los dos mayordomos. Uno fiel, servicial, atento, y el otro malvado, que descuida sus obligaciones y maltrata a sus subordinados.

Aunque en las parábolas Jesús habla a los dirigentes del pueblo judío, no podemos dejar de apreciar la dimensión escatológica de las mismas. Tratan de cómo hay que comportarse mientras esperamos la segunda venida de nuestro salvador, Jesucristo. 

El hecho de que el amo tarde no significa que no vendrá. Vendrá cuando menos se le espere, y entonces será ya tarde. ¡Cuántas veces hemos dicho eso de que por qué no lo habré hecho antes! 

El tiempo que vivimos nosotros, como el que vivieron los destinatarios del evangelio de Mateo, es un tiempo de espera. Pero a la vez, es un tiempo de salvación. Es el tiempo para vivir según las enseñanzas de Cristo, para demostrar. Día a día, que estamos con Él. 

El castigo que espera a los que no estén preparados es terrible. Podemos pensar que eso será algo que les pasará a los otros, pero no a mí, que soy santo y bueno. Quizá. Ojalá que podamos vivir sabiendo que Dios es bueno, siempre dispuesto a perdonar, pero también es justo, y castiga con las penas del infierno a los que renuncian a Él. Siempre tenemos que vivir en positivo (hacer las cosas por amor y no por miedo al castigo), pero de vez en cuando, no está mal recordar que, delante de nosotros, hay dos caminos, y Dios respeta nuestra libertad de elección.

Santa Rosa de Lima lo creyó de verdad. Y vivió llena de amor, derramando amor. Como solemos hacer, puedes saber algo más de su vida pinchando aquí.