Comentario al evangelio – 12 de enero

La Liturgia nos ofrece hoy un texto del evangelio muy significativo. Se trata del testimonio del Bautista sobre Jesús. Había discusiones sobre el bautismo (no había todavía manuales de Teología para explicar los Sacramentos) y le hacen saber a su maestro, Juan el Bautista, que Jesús, a quien él ha bautizado, está también bautizando y convocando numerosos discípulos. Y Juan reacciona como Dios manda: no se siente desplazado ni suplantado.

El Bautista ha entendido quién es él, y Quién es Él. Y nos habla de amor. Del amor del esposo que recibe a la novia. El esposo es Jesús. La gente que acude a Él es el nuevo Israel, la amada esposa anunciada por los profetas. Son los tiempos de las bodas del Mesías con su pueblo, y Juan se alegra al escuchar el eco de su voz, como el amigo del novio, que lo acompaña, lo asiste y es testigo de su alianza de amor. Como amigo del esposo se contenta con que el novio ocupe el lugar principal, crezca en respeto y consideración entre los suyos y realice plenamente su misión. El Bautista se echa a un lado, porque sabe cuál es su tarea.

La actitud del Bautista es modélica para nosotros. Como él, debemos hacer que Jesús sea recibido por todos, que crezca en el amor y en la fe que le deben los suyos, que ocupe el primer lugar en las vidas de todos aquellos a quienes se proclame el evangelio, de quienes conformen las comunidades cristianas. Es una lección de humildad ante el Señor Jesús a quien no podemos suplantar con nuestros intereses personales de poder o de honor.

Alejandro, C. M. F.

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Sábado II de Navidad

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 3, 22-30):

En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel.
Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a Juan y le dijeron: «Oye, rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando, y todo el mundo acude a él.»
Contestó Juan: «Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan desde el cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: «Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él.» El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar.»

San Juan comienza este pasaje de su epístola dándonos el criterio para que nuestra oración de petición consiga lo que pide: debemos pedir “según la voluntad de Jesús, el Hijo de Dios”. Siempre que pidamos dentro del amplio campo de su voluntad, Jesús nos lo concederá. Lo que sucede es que muchas veces le pedimos algo que entra dentro de nuestra voluntad y no de la suya.

El secreto de ser un buen cristiano consiste en caer en la cuenta de que “ha nacido de Dios” y que por tanto “somos de Dios”… siendo de Dios no peca, ni con “un pecado de muerte ni con un pecado que no es de muerte”, porque es de Dios y si es de Dios, deja que Dios reine en su corazón y guíe sus acciones. Cuando pecamos es cuando  dejamos de ser de Dios, le damos la espalda y “el mundo y el maligno” se adueñan de nosotros.

El evangelista Juan nos presenta a Juan el Bautista y a Jesús bautizando al mismo tiempo, pero en lugares distintos. Jesús en Judea y Juan en “Enón, cerca de Salín”. Todo parece indicar que los discípulos de Juan llevan mal que “Jesús esté bautizando y todo el mundo acuda a él”.

Juan el Bautista no es celoso de Jesús y de la buena acogida que tiene. Sabe cuál es su papel. Ya dio testimonio de Jesús “en Betania, al otro lado del Jordán”: “He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Detrás de mí viene uno, que es antes de mí, porque era primero que yo”. Y ahora, ante sus propios discípulos, vuelve a dar testimonio a favor de Jesús, del que él solo es su Precursor: “Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él… él tiene que crecer y yo tengo que menguar”.

Todos los cristianos tenemos que imitar a Juan el Bautista en su empeño de que Jesús es “el que tiene que crecer y yo tengo que menguar”. A la hora de predicar nunca nos hemos de predicar a nosotros mismos. Siempre a Jesús y de lo que se trata es que nuestros oyentes se queden con Jesús, que es el Hijo de Dios, nuestro Salvador y no con nosotros.

Liturgia 12 de enero

SÁBADO DE LA II SEMANA DE NAVIDAD, feria

Misa de sábado (blanco)
 
Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio de Epifanía o de Navidad
 
Leccionario: Vol. II
• 1Jn 5, 14-21. Nos escucha en lo que le pedimos.
Sal 149. El Señor ama a su pueblo.
• Jn 3, 22-30. El amigo del esposo se alegra con la voz del esposo.

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Antífona de entrada Gál 4, 4-5
Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, para que recibiéramos la adopción filial.

Acto penitencial
Hermanos, nos disponemos ya a terminar el tiempo de Navidad, y lo vamos a hacer teniendo un recuerdo especial en la Eucaristía hacia Santa María, la Madre de Dios. Comencemos, pues, la celebración de los santos misterios y, poniéndonos en la presencia de Dios, pidámosle perdón por nuestros pecados.

• Tú que eres la Palabra de Dios hecho hombre.
• Tú que eres la imagen de Dios invisible.
• Tú que eres el Santo de Dios.

Oración colecta
D
ios todopoderoso y eterno,

que por tu Unigénito nos hiciste para ti nuevas criaturas,
concédenos, por tu gracia, ser semejantes a aquel,
en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Dirijamos ahora nuestras oraciones a Dios Padre, sabiendo que nos escucha siempre que le pedimos algo según su voluntad.

1.- Para que la Iglesia se guarde siempre de toda injusticia, para vivir así en la verdad y anunciarla a los hombres del mundo entero. Roguemos al Señor.

2.- Para que nunca falten sacerdotes que con su vida y ministerio, sean anunciadores y testigos de Cristo en el mundo. Roguemos al Señor.

3.- Para que la búsqueda de la justicia, de la paz y de la verdad sea un distintivo que identifique a cuantos detentan autoridad en la sociedad. Roguemos al Señor.

4.- Para que la misericordia y el testimonio de los cristianos lleguen y ayuden a convertirse a los pecadores y a cuantos se han alejado de Dios. Roguemos al Señor.

5.- Para que, como Juan Bautista, sepamos renunciar al egoísmo, y estemos dispuestos a menguar para que Cristo crezca en estima y prestigio. Roguemos al Señor.

Señor y Dios nuestro, que quisiste que Cristo, tu Hijo, nacido en Belén, se manifestase como luz de las naciones; escucha nuestras plegarias y haznos festejar tu gloria, porque adornas con la victoria a los humildes, y llenas el mundo entero con tu esplendor. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
O
h, Dios,

autor de la piedad sincera y de la paz,
te pedimos que con esta ofrenda veneremos dignamente tu grandeza
y nuestra unión se haga más fuerte
por la participación en este sagrado misterio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la Epifanía o de Navidad

Antífona de comunión Jn 1, 16
De su plenitud hemos recibido gracia tras gracia.

Oración después de la comunión
Q
ue tu pueblo, Señor, dirigido por tu abundante ayuda,

reciba los auxilios presentes y futuros de tu amor,
para que, sostenido por el consuelo necesario de las cosas temporales,
aspire con más confianza a los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santoral 12 de enero

El primero de los santos en este día San Martino o Santo Martino, como le llaman todavía en su tierra, en León. Se ordenó de sacerdote en el monasterio de San Isidoro. Dejó admirables pensamientos de vida espiritual. Presintiendo su muerte se levantó de la cama para recibir de rodillas la sagrada comunión y toda la ciudad de León se congregó en torno al monasterio al conocer su muerte.

Viene en segundo lugar San Bernardo de Corneole, gloria del hábito de la Orden capuchina, por su espíritu de mansedumbre y de penitencia. Atendía a los numerosos pobres que acudían a las puertas del convento y tuvo una gran devoción a la Virgen. Sus funerales fueron multitudinarios. Fue canonizado por Juan Pablo II el 10 de junio de 2001.

Se encuentran también en el santoral de este día el presbítero Antonio María Pucci, sacerdote servita, los mártires Arcadio, Ferréolo, Tigrio y Eutropio, los abades Benito Biscop, Cesárea y Elredo, abad cisterciense, Margarita Bourgeoys canonizada el 31 de octubre de 1982 y fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora. La diócesis de Barbastro se encomienda este día a San Victorián, abad.

Veneramos también a los beatos Fournier mártir, Nicolás Bunkerd sacerdote y mártir de Tailandia y Pedro Francisco Jamet, apóstol de la caridad durante la revolución francesa y los dominicos Gonzalo de Amarante y Bernardo Scammcca.

Álvaro Maestro Jesús

Laudes – Sábado II de Navidad

LAUDES

SÁBADO II de NAVIDAD

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

INVITATORIO

Se reza el invitatorio cuando laudes es la primera oración del día.

SALMO 94: INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Ant. A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendición al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
qu eno entrarán en mi descanso».»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.

SALMO 91: ALABANZA DEL DIOS CREADOR

Ant. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad.

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad.

CÁNTICO del DEUTERONOMIO: BENEFICIOS DE DIOS PARA CON SU PUEBLO

Ant. Dad gloria a nuestro Dios.

Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destilo como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped.

Voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a Dios nuestro.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.

Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?

Acuértate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu pabre, y te lo contará,
a tus ancianos, y te lo dirán:

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.

Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.

Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.

El Señor solo los condujo,
no hubo dioses extraños con él.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Dad gloria a nuestro Dios.

SALMO 8: MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE

Ant. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!

LECTURA: Sb 7, 26-27

La Sabiduría es reflejo de la luz eterna espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede, sin cambiar en nada, renueva el universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas.

RESPONSORIO BREVE

R/ Se postrarán ante él todos los reyes.
V/ Se postrarán ante él todos los reyes.

R/ Todos los pueblos le servirán.
V/ Todos los reyes.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Se postrarán ante él todos los reyes.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos y manifestó su gloria.

Benedictus. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR. Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos y manifestó su gloria.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, que es imagen de Dios, y pidamos con fe:

Cristo, Hijo de Dios, escúchanos.

Hijo de Dios, que nos has manifestado el amor del Padre,
— manifiéstalo a los hombres por medio de nuestra caridad fraterna.

Tú que te has mostrado como Señor de la vida,
— concédenos la plenitud de tu vida.

Haz que manifestemos tu vida en nuestros cuerpos,
— llevando en nuestra carne tus padecimientos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Ilumina nuestros corazones,
— para que brille en nosotros el luminoso conocimiento de la gloria de Dios.

Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro…

ORACION

Dios todopoderoso y eterno, tú que nos has hecho renacer a una nueva vida por medio de tu Hijo, concédenos que la gracia nos modele a imagen de Cristo, en quien nuestra naturaleza mortal se une a tu naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.