VÍSPERAS
SANTA INÉS, virgen y mártir
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Espíritus sublimes, ¡oh mártires gloriosos!,
felices moradores de la inmortal Sión,
rogad por los que luchan en las batallas recias,
que alcancen la victoria y eterno galardón.
¡Oh mártires gloriosos de rojas vestiduras,
que brillan con eternos fulgores ante Dios!
Con vuestro riego crezca de Cristo la semilla,
y el campo de las mieses se cubra ya en sazón. Amén.
SALMO 114: ACCIÓN DE GRACIAS
Ant. Esta virgen cristiana no temió las amenazas ni se dejó seducir con halagos.
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Diso es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando y sin fuerzas, me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Esta virgen cristiana no temió las amenazas ni se dejó seducir con halagos.
SALMO 115: ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO
Ant. A él solo guardo fidelidad; a él solo me entrego con todo mi ser.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagarél al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. A él solo guardo fidelidad; a él solo me entrego con todo mi ser.
CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE LOS REDIMIDOS
Ant. Te bendigo, Padre de mi Señor Jesucristo, porque has dado a tu sierva la victoria por medio de tu Hijo.
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Te bendigo, Padre de mi Señor Jesucristo, porque has dado a tu sierva la victoria por medio de tu Hijo.
LECTURA: 1P 4, 13-14
Queridos hermanos, estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros, porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
R/ Dios la eligió y la predestinó.
V/ Dios la eligió y la predestinó.
R/ La hizo morar en su templo santo.
V/ Y la predestinó.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Dios la eligió y la predestinó.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Santa Inés, con las manos extendidas, oraba: «Padre Santo, imploro tu ayuda; siempre te he amado, te he buscado, te he deseado, y ahora vengo a ti.»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Santa Inés, con las manos extendidas, oraba: «Padre Santo, imploro tu ayuda; siempre te he amado, te he buscado, te he deseado, y ahora vengo a ti.»
PRECES
A la misma hora en que el Rey de los mártires ofreció su vida, en la última cena, y la entregó en la cruz, démosle gracias diciendo:
Te glorificamos, Señor
Porque nos amaste hasta el extremo, Salvador nuestro, principio y origen de todo martirio:
— Te glorificamos, Señor
Porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos para los premios de tu Reino:
— Te glorificamos, Señor
Porque hoy hemos ofrecido la sangre de la alianza nueva y eterna, derramada para el perdón de los pecados:
— Te glorificamos, Señor
Porque, con tu gracia, nos has dado perseverancia en la fe durante el día que ahora termina;
— Te glorificamos, Señor
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque has asociado a tu muerte a nuestros hermanos difuntos:
— Te glorificamos, Señor
Con la misma confianza que tienen los hijos con sus padres, acudamos nosotros a nuestro Dios, diciéndole:
Padre nuestro…
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para confundir a los fuertes de este mundo, concédenos a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa Inés imitar la firmeza de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.