Marcos 9, 5-6
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p style=»text-align:justify;»>5Y, respondiendo,Pedrodice aJesús: “Rabí, bueno es estarnos aquí; hagamos tres tiendas, una para ti y otra para Moisés y otra para Elías”. 6(Porque no sabía qué respondía, porque se habían atemorizado).
9,5-6: Por tanto, lo que experimentan los tres discípulos es un anticipo de la gloria de la resurrección de Jesús. Y asimismo la vuelta de este a la vida apunta hacia la resurrección general de los muertos (cf. 9,9-10). Se esperaba entre los judíos que cuando tuviera lugar ese último acontecimiento, cuando el reinado de Dios viniera en poder (cf. 9,1), no solo el mesías sino toda la humanidad redimida, representada por Adán, recuperaría el esplendor perdido por la caída. No por casualidad, varias tradiciones judías y cristianas primitivas localizan el Paraíso en una montaña; por tanto, la localización de nuestro pasaje en la cima de un monte sugiere también una vuelta al Edén.
Es natural que Pedro quisiera prolongar su estancia en esta recreación del paraíso; interrumpe por ello el parlamento de las tres figuras sobrenaturales con el entusiasta comentario: «Rabí, bueno es que nos quedemos aquí» (9,5a). Pedro hace la sugerencia de que él y sus condiscípulos pueden erigir tres tiendas, una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías (9,5b). El comentario editorial de Marcos en el siguiente versículo marca la intervención de Pedro como un caso de mal entendimiento por parte de los apóstoles. Marcos parece considerarla un error serio. Probablemente este error no radica tanto en la idea de las tiendas sino en uno, o los dos, de los factores siguientes, a los que se refieren el principio y el final de la declaración de Pedro en Mc 9,5:
1) «Rabí, bueno es que nos quedemos aquí». La exclamación podría sugerir un reprensible deseo de permanecer en la montaña con Jesús. Tal deseo podría ser interpretado como un desacuerdo en el fondo con la orden divina, «escuchadlo» (9,7). Escuchar a Jesús significa acatar su instrucción de tomar la cruz y seguirlo (8,34), y ello significa bajar con Jesús del monte de la Transfiguración al valle de la debilidad, la necesidad y el dolor humanos (cf. 9,14- 29), donde Jesús mismo perderá pronto la vida.
2) «…Una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». La incomprensión implica suponer una paridad entre Jesús, por una parte, y Moisés y Elías, por otra: aunque tanto Moisés como Elías sean en cierto modo los precursores de Jesús, el estatus de este supera al de ellos. Y Marcos ha rechazado ya dos veces la función de Elías como descripción adecuada de Jesús (6,15; 8,27- 30), y en el siguiente pasaje el propio Jesús asignará la función de Elías a Juan Bautista, no a sí mismo.