Miércoles V de Cuaresma

Hoy es 10 de abril, miércoles V de Cuaresma.

Hoy como cada día, vengo a tu encuentro, Jesús. Quiero aprender de ti, escuchar tu palabra, contemplar tu historia, y acoger tu llamada. Tus palabras estos días son difíciles. Palabras sobre verdad y pecado, sobre luz y sombra. Discusiones con todos esos que no te comprendían. Yo a veces tampoco comprendo todo. Por eso te pido que me ayudes a seguirte.

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 8, 31-37):

Jesús habló así a los judíos que habían creído en él: “Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Le replicaron: “Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Seréis libres’?” Jesús les contestó: “Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras”.

Me hablan de un Dios hermano,
te dicen rey y Señor,
dame Señor la gracia,
de verte tal como sos.
Que te descubra escondido,
mirándome con amor,
en esos ojos cansados,
que buscan a su Señor. 

Gracias Señor por tu entrega,
por romper ritos sin Dios,
por venir a hacernos libres
y a todos danos tu amor.

Te encuentro entre tanta gente,
tal vez cansando de andar,
te hacer uno de tantos,
para servir y amar.
Yo quiero estar a tu lado,
al niño darle la paz,
comida a quien tiene hambre,
abrazo al que solo está. 

Vos sos un Dios escondido,
elegis la sencillez,
y en lo sutil de la vida,
vas transformando mi ser.
Te entrego mi juventud,
llena de vitalidad,
es una llama que arde,
que vive en felicidad. 

Gracias Señor por tu entrega,
por romper ritos sin Dios,
por venir a hacernos libres
y a todos danos tu amor.
Gracias Señor por tu entrega,
por romper ritos sin Dios,
por venir a hacernos libres
y a todos danos tu amor.

Eso me cuentan de ti interpretado por Matu Hardoy, «Betania»

Jesús vincula verdad y libertad. Lo difícil es saber que es la verdad. Sin llegar al extremo de Pilato que se lavaba las manos alegando que nadie puede saber lo que es cierto. Pero, Señor, tantas veces hay quien se escuda en lo que llaman verdad, para absolutizar sus opiniones. Por eso hoy te pido que nos ayudes. Haznos buscadores humildes de tu verdad. Para que tu verdad nos haga libres.

Jesús también vincula pecado y esclavitud. Esa es su sabiduría. Lo importante es adonde nos conducen los actos. Por eso hay que luchar contra lo que nos quita la libertad y nos encadena o nos encierra. El egoísmo mata la libertad, como también lo hacen la dureza de corazón o el rechazo del evangelio. Te pido hoy, Jesús, que me ayudes a salir de esas dinámicas que matan la libertad y me alejan de ti.

La prueba de vivir en manos de Dios es ver si esto nos conduce a amar a Jesús y a los hermanos. El amor produce amor. Me fijo ahora en el contraste de Jesús, que es el amor de Dios hecho persona. Y todos esos fariseos que le atacan desde la dureza de corazón, el desprecio y una fe excluyente. Te pido, Señor, que me ayudes a acoger tu lógica.

Jesús promete que la verdad nos hará libres. Deja ahora que esa idea se convierta en un tronco del que salen ramas. Ramas que vayan alzándose al cielo y convirtiéndose en espacio frondoso de vida. La verdad os hará libres, dice Jesús, y así aprendemos.

La verdad os hará libres

La verdad de tu amor nos libera para amar.
La verdad de tu misericordia nos libera para perdonar.
La verdad de tu abrazo nos libera para confiar.
La verdad de tu entrega nos libera para vaciarnos.
La verdad de tu pasión nos libera para celebrar la vida.
La verdad de tu proyecto nos libera para compartir una misión con otros.
La verdad de tu justicia nos libera para luchar por la dignidad de cada persona.
La verdad de tu alegría nos libera para reír a fondo.
La verdad de tu cruz nos libera para plantar cara al mal.
La verdad de tu resurrección nos libera para arriesgarlo todo.

(Rezandovoy)

Al terminar este rato, deja que la promesa de Jesús resuene. La verdad os hará libres. Acoge esa promesa y conviértela en oración.

Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

Liturgia 9 de abril

MIÉRCOLES DE LA V SEMANA DE CUARESMA, feria

Misa de feria (morado)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio de Cuaresma.

Leccionario: Vol. II

  • Dan 3, 14-20. 91-92. 95. Envió un ángel a salvar a sus siervos.
  • Salmo: Dan 3, 52-56. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
  • Jn 8, 31-42. Si el Hijo os hace libres, sois realmente libres.

_________________________________________________________________________

Antífona de entrada          Cf. Sal 17, 49
Señor, me librarás de mis enemigos, me levantarás sobre los que resisten y me salvarás del hombre cruel.

Acto penitencial  
Hermanos, humildes y penitentes, comencemos la celebración de la Eucaristía poniéndonos, avergonzados por nuestra actitud, ante la presencia de Dios y, desde el fondo de nuestro ser, supliquemos su misericordia y su perdón. 

– Señor, ten misericordia de nosotros.
* Porque hemos pecado contra Ti.

– Muestranos, Señor, tu misericordia.
* Y danos tu salvación

Oración colecta
ILUMINA, Dios misericordioso,

el corazón de tus hijos,
santificado por la penitencia,
y, al infundirles el piadoso deseo de servirte,
escucha compasivo a los que te suplican.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles  
Oremos confiadamente, hermanos, a nuestro Padre del cielo, Dios bendito por los siglos.

1.- Por los miembros de la Iglesia que son perseguidos por su fe; para que se mantengan firmes, aun en medio de la tortura y del martirio. Roguemos al Señor.

2.- Por todos los jóvenes; para que reconozcan la voz de Cristo, el Buen Pastor que los llama a seguirle y den frutos de santidad. Roguemos al Señor.

3.- Por los gobernantes de todos los pueblos; para que busquen siempre hacer con honestidad lo que es verdadero, bueno y justo. Roguemos al Señor.

4.- Por aquellos que sufren tribulación; para que encuentren junto a ellos a quienes les ayuden y fortalezcan su esperanza en Dios. Roguemos al Señor.

5.- Por todos nosotros; para que conociendo y viviendo la verdad que nos hace libres, permanezcamos en la palabra de Cristo y seamos fieles discípulos suyos. Roguemos al Señor. 

Dios y Padre nuestro, que sentado sobre querubines, sondeas los abismos, escucha las súplicas de tu pueblo y concédele lo que con fe te ha pedido, para que adorándote únicamente a Ti, cante por los siglos tu gloria y alabanza en el templo de tu santa gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. 

Oración sobre las ofrendas
S
EÑOR, te consagramos las ofrendas

que nos has concedido presentar en honor de tu nombre,
para que se conviertan en remedio de nuestra debilidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor 

Antífona de comunión          Cf. Col 1, 13-14
Dios nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Oración después de la comunión
S
EÑOR,

el sacramento que acabamos de recibir
sea medicina del cielo,
para que elimine las culpas de nuestros corazones
y nos asegure tu constante protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Oración sobre el pueblo
ATIENDE, Dios todopoderoso
las súplicas de tu pueblo,
y concede, compasivo, tu inagotable misericordia
a quienes esperan confiadamente en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santoral 10 de abril

Tenemos que remontarnos al Antiguo Testamento para comenzar a recordar a los santos conmemorados por la Iglesia en este día. El calendario comienza hoy con el profeta san Ezequiel. En medio de una tierra de paganos habló de la gloria de Dios. Nos muestra a un Dios de esperanza, un Dios justo y compasivo. Entre otras cosas se atrevió a predecir el Mesías en la figura del Siervo de Yavéh. A él le pedimos que nos encomiende ante Dios.

Nuestro recuerdo y veneración va también a san Apolonio mártir de Alejandría, Beda el Joven, Fulberto obispo de Chartres, Macario de Antioquía peregrino, Magdalena de Canosa virgen, Palacio obispo de san Germán de París y a los mártires africanos de la persecución de Decio: Terencio, Máximo, Pompeyo, Alejandro, Teodoro, más otros cincuenta compañeros cuyos nombres Dios conoce.

Recordamos también a los beatos Antonio Neyrot, mártir dominico que murió en Túnez apedreado y Marcos Fantuzzi, de los hermanos Menores preclaro en elocuencia y caridad con los necesitados.

Álvaro Maestro Jesús

Laudes – Miércoles V de Cuaresma

LAUDES

MIÉRCOLES V CUARESMA

INVOCACIÓN INICIAL

V.Señor, ábreme los labios.
R.Y mi boca proclamará tu alabanza

INVITATORIO

Se reza el invitatorio cuando laudes es la primera oración del día.

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

SALMO 23: ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.

— ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

— El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

— Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

— ¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

— ¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Llorando los pecados
tu pueblo está, Señor.
Vuélvenos tu mirada
y danos el perdón.

Seguiremos tus pasos,
camino de la cruz,
subiendo hasta la cumbre
de la Pascua de luz.

La Cuaresma es combate;
las armas: oración, 
limosnas y vigilias
por el reino de Dios.

«Convertid vuestra vida,
volved a vuestro Dios,
y volveré a vosotros»,
esto dice el Señor.

Tus palabras de vida
nos llevan hacia ti,
los días cuaresmales
nos las hacen sentir. Amén.

SALMO 35: DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS

Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz

El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia».
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.

Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.

Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.

Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;

se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.

Han fracasado los malhechores;
derribados no se pueden levantar.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz

CÁNTICO de JUDIT: DIOS, CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO

Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.

¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.

Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.

Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento, y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.

Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.

SALMO 46: EL SEÑOR ES REY DE TODAS LAS COSAS

Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.

Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.

Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.

Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.

LECTURA: Is 50, 5-7

El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

RESPONSORIO BREVE

R/ Él me librará de la red del cazador.
V/ Él me librará de la red del cazador.

R/ Me cubrirá con sus plumas.
V/ Él me librará

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Él me librará de la red del cazador.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos —dice el Señor—; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.»

Benedictus. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR. Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos —dice el Señor—; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.»

PRECES

Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar en sí mismo todas las cosas, y digámosle:

Renúevanos, Señor, por tu Espíritu Santo.

  • Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar por tu Espíritu Santo,
    — para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.
  • Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu,
    — y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.
  • Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia
    — y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

  • Líbranos del mal
    — y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el bien.

Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó el Señor:
Padre nuestro…

ORACION

Ilumina, Señor, el corazón de tus fieles, purificado por las penitencias de Cuaresma, y tú, que infundes el piadoso deseo de servirte, escucha paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V.El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.