Vísperas – Viernes V de Cuaresma

VÍSPERAS

VIERNES V CUARESMA

INVOCACIÓN INICIAL

V.Dios mío, ven en mi auxilio
R.Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.

Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.

Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.

Guarda mi fe del enemigo
(¡tantos me dicen que estás muerto!…).
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo. Amén.

SALMO 40: ORACIÓN DE UN ENFERMO

Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.

Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»

Mis enemigos me desean lo peor:
«A ver si se muere, y se acaba su apellido.»

El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y, cuando sale afuera, la dice.

Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»

Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.

Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.

En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.

A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.

Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

SALMO 45: DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO

Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE ADORACIÓN

Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

LECTURA: 1P 2, 21b-25a

Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado.

RESPONSORIO BREVE

R/ Yo dije: Señor, ten misericordia.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

R/ Sáname, porque he pecado contra ti.
V/ Señor, ten misericordia.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Aunque no me creáis a mí, creed a las obras, que hago en nombre de Dios.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aunque no me creáis a mí, creed a las obras, que hago en nombre de Dios.

PRECES

Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al pueblo, y digámosle:

Compadécete, Señor, de tu pueblo

  • Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su esperanza,
    — para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.
  • Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu Evangelio;
    — y dando testimonio de el por su fe, esperanza y caridad.
  • Conforta, Señor, a los que están tristes,
    — y danos a nosotros el deseo de consolar a nuestros hermanos.
  • Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios sufrimientos,
    — para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

  • Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos
    — y dales parte en tu gloriosa resurrección.

Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro…

ORACION

Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos ha sometido nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V.El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.

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Comentario del 12 de abril

A la proclamación: Yo y el Padre somos uno (Jn 10, 30), los judíos agarraron de nuevo piedras para apedrearlo. Pero él no pierde la serenidad y les replica: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis? Jesús remite finalmente al testimonio de sus obras. Frente a la incredulidad obstinada ya no valen las palabras; sólo las obras pueden resultar irrefutables. Las obras buenas hablan de la bondad de su agente y de la calidad de su autor. Jesús presenta el testimonio de sus buenas obras como su mejor aval. Ellas son un reflejo de la bondad y del poder de Dios. ¿Por cuál de estas obras le apedreaban?

Ellos, después de haberle acusado de obrar compinchado con el demonio, le contestan ahora que no le apedrean por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios. Ésta será en último término la acusación con la que concurrirá ante el tribunal judío del Sanedrín, la acusación que prevalecerá sobre cualquier otra. Para un tribunal religioso como aquél, la blasfemia era un delito muy grave, un delito merecedor de pena capital. ¿Y en qué consistía esta blasfemia? No precisamente en hablar mal de Dios, sino en proclamar a Dios públicamente como su Padre en el sentido más estricto del término; o también, en arrogarse el poder de Dios (por ejemplo, perdonando pecados), usurpando su nombre o poniéndose en su lugar. Ellos no veían aquí otra cosa que a un hombre pretendiendo para sí atributos divinos. Por eso le dicen: «te apedreamos porque, siendo hombre, te haces Dios». Este inmoral y pretencioso «hacerse Dios» por parte de Jesús tenía para ellos el valor de una blasfemia.

Pero el acusado replica, tal vez ironizando, con la Escritura. En la Ley judía se dice: «Yo os digo: sois dioses». La Escritura llama dioses a esos –patriarcas y profetas- sobre los que vino la palabra de Dios y que hablaron de parte de Dios. Por tanto, ‘dioses’ en cuanto receptores y transmisores de la palabra de Dios, no en cuanto dotados de naturaleza divina. Pues bien, argumenta Jesús, si la Sagrada Escritura usa este lenguaje, ¿os extrañáis de que aquel a quien el Padre consagró y envió al mundo diga que es Hijo de Dios? Jesús se sabe ‘consagrado y enviado’ al mundo por su Padre; Jesús se sabe Hijo de ese Padre, Hijo de Dios. Y ha llegado el momento de anunciarlo abiertamente a ese mundo para el que ha sido enviado, aunque semejante proclamación le cueste la vida por ser catalogada como una blasfemia –un delito tipificado como muy grave-.

Jesús insiste en las obras como su gran aval, esas obras en las que se puede apreciar con relativa facilidad el poder, la bondad, la misericordia del mismo Dios, esas obras que hablan por sí mismas de su condición de enviado de Dios, investido del poder y de la bondad de ese Dios a quien representa: Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. He aquí, en síntesis, lo que pretende Jesús: no que le glorifiquen a él por sus obras, sino que comprendan y sepan que el Padre está en él como él en el Padre, que entre él y el Padre hay una sintonía ‘paterno-filial’ digna de crédito, que él está en el mundo como ‘representante y portador’ del Padre, y por eso su palabra merece ser creída. Y si el Padre está en él, dando vida a sus acciones y palabras, no podrá hacer ni decir nada sin que el Padre le mueva o se lo inspire.

De nuevo, nos dice el evangelista, intentaron detenerlo –sus palabras seguían sin surtir efecto persuasivo-, pero se les escabulló de las manos. Aún no había llegado su hora. No obstante, Jesús tomó sus precauciones para que los acontecimientos no se precipitasen. Se marchó al otro lado del Jordán, donde Juan había bautizado, y se quedó allí, lejos del bullicio de la ciudad y apartado de la contienda, cada vez más arriesgada, con los fariseos. Sin embargo, no evitó el contacto con la gente. Muchos acudieron a él. Algunos de ellos habían tenido relación con el Bautista y decían: Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad. El antiguo testimonio de Juan reforzado con el poder de sus (las de Jesús) obras –verdaderos signos de credibilidad-, hizo que muchos creyeran en él. El testimonio de sus obras acaba teniendo un valor de excepcional importancia para la fe.

Pero sólo creerán los que vean en ellas signos (ordinarios o extraordinarios) de la intervención o de la presencia de Dios en el mundo, signos por los cuales Dios se deja ver o sentir. Sucede como con el universo en el que habitamos; si no vemos en él indicios del poder creador de Dios, no podremos creer. La fe se apoya necesariamente en signos de credibilidad, ya sean éstos magnitudes, proporciones aritméticas, cálculos matemáticos, cadenas de aminoácidos, presuntos milagros, testimonios incontestables, experiencias de muerte o de vida. Que el Señor mantenga nuestra mirada limpia y penetrante para captar los signos de su presencia que hacen posible la fe.

JOSÉ RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ-CID
Dr. en Teología Patrística

Veritatis gaudium – Francisco I

Artículo 66. La colaboración entre Facultades, bien sea de una misma Universidad, bien de una misma región o de un territorio más amplio, deberá ser promovida diligentemente[82]. En efecto, ello será de gran ayuda para fomentar la investigación científica de los profesores y la mejor formación de los alumnos, así como para conseguir la comúnmente llamada «relación interdisciplinar», que se hace cada vez más necesaria; igualmente para desarrollar la «complementariedad» entre las distintas Facultades; en general, para lograr la penetración de la sabiduría cristiana en toda la cultura.


[82] Cf. can. 820 CIC.

La misa del Domingo: misa con niños

DOMINGO DE RAMOS (C)

“Con ramos y cantos”
14 de abril de 2019

(Con la celebración de este domingo se inicia la Semana Santa. En la celebración de hoy invitaremos a participar en el Triduo Sacro, aunque se esté fuera del lugar habitual de vivienda, pero al mismo tiempo seremos conscientes de que, para algunos niños y adultos, ésta va a ser la única celebración de Semana Santa y Pascua, dado que el lugar de vacaciones, muchas veces, no favorece la participación en las celebraciones.

En la celebración de hoy distinguiremos con claridad dos partes: la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén – tono festivo, color rojo, mejor en lugar fuera del templo, con algo o mucho de procesión – y la conmemoración de la Pasión del Señor.

. Se cuida, de manera especial, la lectura dialogada del evangelio (ciclo C). Ensayar con antelación.

. Un signo para la celebración: La cruz procesional adornada con ramos de laurel. El laurel, palmas o ramas de olivo darán la nota ambiental a la celebración. También se puede destacar algún cartel, que se puede llevar en la procesión, con la expresión: ¡Hosanna!¡Viva Jesús!

. Una canción para la celebración: “Alabaré a mi Señor”, “Hosanna, hey”(Cristificación del universo), “Qué alegría cuando me dijeron”. Se pueden usar para el momento de la procesión, aclamación con los ramos.

1. AMBIENTACIÓN

(Han salido fuera de la Iglesia, o en el lugar acostumbrado, el sacerdote y un grupo de monaguillos. Un monaguillo, u otra persona, lleva la cruz procesional, adornada con ramos de olivo. Otro monaguillo lleva el recipiente con el agua bendita. Estando todos reunidos, y hecho el silencio necesario, un monitor lee la monición).

2. MONICIÓN DE ACOGIDA

Amigos: Hoy comienza la Semana Santa, comienza con esta celebración festiva que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén, donde fue aclamado como rey: “Bendito el que viene”. Después, en el evangelio, leeremos, por primera vez en esta semana, el relato de su pasión y muerte en la cruz.

Todos juntos, como familia que celebra lo más grande de su fe, nos animamos a vivir esta celebración del Domingo de Ramos.

3. SALUDO DEL SACERDOTE Y BENDICIÓN DE LOS RAMOS

(El sacerdote saluda cordialmente y, después de decir la oración propuesta en el misal, rocía los ramos con agua bendita. A continuación lee el evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén. Todos tienen los ramos en alto).

4. EVANGELIO (Lucas 19, 35-40) Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Se llevaron a Jesús, echaron sus mantos sobre el borrico y lo hicieron montar. Mientras avanzaba, la gente alfombraba el camino con sus mantos.

Al acercarse al monte de los Olivos, la gente se puso a alabar en voz alta a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían: “¡Bendito el que viene como nuestro rey en el nombre del Señor!”.

Algunos fariseos de entre la multitud le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos!”. Pero él les respondió: “Os lo aseguro, si estos callan, gritarán las piedras”.

Palabra del Señor

5. MONICIÓN

Con la muchedumbre que aclamaba a Jesús en Jerusalén, acompañamos también nosotros con alegría al Señor.

6. CANTOS (“Alabaré a mi Señor”, “Hosanna, hey”, “Qué alegría cuando me dijeron”). Se inicia una procesión festiva. Abre la procesión la cruz. Se entonan cantos.

Hosanna-hey, hosanna-ha,
Hosanna-hey, hosanna-hey.
Hosanna-ha. (bis)

Él es el santo,
es el hijo de María, es el Dios de Israel,
es el hijo de David.

Vamos a Él
con espigas de mil trigos,
y con mil ramos de olivos,
siempre alegres, siempre en paz.

7. PRIMERA LECTURA (Filipenses 2, 6-11). (Al llegar al altar, después de haber dicho la oración colecta, cambia el tono de la celebración. Toma protagonismo la lectura de la Pasión. Esta primera lectura prepara el ambiente).

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses:

Hermanos: Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de un esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo ensalzó, sobre todo, y todos debemos aclamar: “Jesucristo es el Señor”.

Palabra de Dios.

8. CANTO. “Oh, Dios, ¿por qué nos has abandonado? (Cantalapiedra). Se canta o se recita.

Oh, Dios, ¿por qué
nos has abandonado? (bis)

Al vernos nos maltratan, gritan a nuestro lado,
si esperaron en Dios, que Él los ponga a salvo.

9. LECTURA DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

(Lo más apropiado es tomar el texto del Leccionario (Ciclo C) y, habiéndolo ensayado, leerlo en el modo dialogado. Se puede abreviar siguiendo las indicaciones de los paréntesis.

Se podría hacer un momento de silencio cuando se lee la expresión: “Y, dicho esto, expiró”. En ese momento puede sonar una música ambiental, que invite a la reflexión. Es apropiada la música de la película “La Misión”, la parte más conocida).

10. COMENTARIO

  • Tiene que ser muy breve.
  • La celebración ya ofrece suficientes motivos de catequesis.
  • ¿Qué te parece que significan estos ramos?
  • Nosotros, como la gente de Jerusalén, unas veces aclamamos a Jesús y otras lo olvidamos con facilidad.
  • Animar a no asistir a todo esto como “espectador”, sino como alguien que hace suyo estos mensajes y vivencias de la Semana Santa y Pascua. Para ello hemos hecho el camino de la Cuaresma.

11. ORACION DE FIELES. PETICIONES

  1. Para que en esta Semana Santa escuchemos la voz de Jesús, el Señor, que nos habla de muchas maneras. Roguemos al Señor.
  2. Para que todos los cristianos demos testimonio de lo que significa para nuestra vida la muerte y resurrección de Jesús. Roguemos al Señor.
  3. Para que también los niños y niñas descubran lo bueno que es conocer la vida de Jesús y seguirle con alegría. Roguemos al Señor.
  4. Para que en esta Semana Santa, allí donde nos encontremos, sepamos dar testimonio de que somos cristianos, y que la gente nos reconozca por ser buenas personas. Roguemos al Señor.

12. ACCIÓN DE GRACIAS. CANTO: “Somos ciudadanos de un mundo”. También se puede hacer silencio y dar gracias.

Somos ciudadanos de un mundo,
que necesita el vuelo de una paloma,
que necesita corazones abiertos,
y está sediento de un agua nueva.

Por eso estamos aquí,
conmigo puedes contar,
y dejaré mi equipaje a un lado
para tener bien abiertas las manos
y el corazón lleno de Dios.

Somos ciudadanos de un mundo,
que fue creado como casa de todos,
como el hogar de una gran familia,
donde todos vivamos en paz.

13. PARA LA VIDA

(La despedida debe animar a vivir la Semana Santa en clave cristiana, y comunicar a la Asamblea los horarios de las distintas celebraciones).

Iñaki Lete, sdb

La misa del Domingo

Domingo de Ramos
14 de abril 2019

 

Con la fiesta de hoy, Domingo de Ramos, abrimos la puerta a la celebración de estos días santos, en que recordamos y rememoramos el misterio pascual de Cristo. Con la entrada en Jerusalén, Jesús va a cumplir su deseo más ardiente, el de comer la Pascua con sus discípulos, el de de beber el cáliz preparado, el de ser “bautizar” con su sangre a sus amigos y discípulos, el de prender su Reino en la tierra.

Ha llegado la hora, ese momento mesiánico que tantas veces había desvelado Jesús, poco a poco, a sus seguidores. Ha llegado la hora, con sus glorias y sus tinieblas, con sus amores y sus temores, con su paso hacia la VIDA, con mayúsculas.

Con la liturgia de hoy nos disponemos a celebrar profundamente este misterio del Dios sufriente, no sólo desde fuera, comomeros espectadores, sino desde dentro, fundiéndonos con los sentimientos de Cristo, pasando por el ignominioso trance de la cruz, muriendo su misma muerte, para poder llegar con Él a la Vida Nueva de la Resurrección.

Dos palabras, dos verbos, creo yo, condensan y sintetizan estos días santos: revivir y actualizar.

Revivir. Vamos a recordar la historia más dolorosa y más hermosa por la que ha pasado un hombre, un Dios. Pero recordar es insuficiente. Es mejor acercarse, compenetrarse, revivir. Revivir sus sentimientos, sus pensamientos y susactitudes. Revivir los padecimientos de Cristo, sufriendo en mi carne la propia Pasión. Revivir su paciencia, su obediencia, su generosidad, su perdón, su Amor.

Actualizar. Y revivir también la pasión actual de Cristo. Cristo sigue siendo juzgado, condenado, burlado, azotado, crucificado. La pasión de Cristo permanece tan actual como hace más de dos mil años en las calles de Jerusalén.

Hoy Jesús sigue padeciendo y resucitando. Jesús sigue siendo desechado, despojado, triturado.

Y Jesús sigue resucitando, alentando su Espíritu en tantos hombres y mujeres que dejan su vida por la causa del Evangelio que el Maestro predicó.

En estos días asistiremos, en nuestros pueblos y ciudades, a celebraciones populares y celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Está bien, muy bien. Pero lo que importa es no quedarse en la superficie, sino penetrar en el misterio. Importa no quedarse en el folclore, el espectáculo, en el teatro, en el rito, o en las simples emociones.

Hay que llegar a la com-pasión y con-resurrección (aunque sea un término inventado ahora mismo). Que cada celebración de la Semana Santa sea un verdadero sacramento.

Agustín Fernández, sdb

Jesús eres genial (Oración)

JESÚS ERES GENIAL

Haz un poquito de silencio. Como cada día que te pones a rezar, vas a encontrarte con Jesús. También ahora. ¿Alguna vez has ido a misa el domingo de Ramos? Ese día, en muchas iglesias, la gente lleva palmas de olivo u otro tipo de ramas y hay un momento en que se bendicen y se canta. Es para recordar lo que pasó con Jesús un día en Jerusalén.

El texto es una adaptación del evangelio de Lucas Lc 19, 28-40:

Jesús iba a Jerusalén. Al llegar a un sitio de las afueras, dijo a dos de los discípulos: “Adelantaos y entrad en ese pueblo que está ahí enfrente. Encontraréis un asno atado, traedlo y si os preguntan decid que es para mí”. Lo hicieron así. Cuando trajeron el asno, Jesús se montó en él, y entró por fin en Jerusalén. La gente lo recibía como a un rey, agitando ramos de olivo y poniendo mantos sobre el camino para que los pisara. Todos contaban las maravillas que le habían visto hacer, y decían: “Bendito sea el rey que viene en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en las alturas”.

¿Te imaginas la escena? Cierra los ojos e intenta imaginar cómo fue. Jesús entra en la ciudad y la gente lo recibe como a un rey. Es como si fuera hoy un futbolista cuando llega a los estadios y hay mucha gente pidiendo autógrafos. O los actores en un estreno de cine, con todas las cámaras. Pero mucho más aún.

Jesús era un hombre sencillo. No era poderoso, ni rico ni famoso. Pero las personas reconocían las maravillas que había hecho. Por eso le reciben y le dicen algo así como: Jesús, eres genial.¿Sabes que maravillas hizo Jesús? Curó a los enfermos, perdonó a las personas equivocadas, propuso un mensaje de amor para todos. Todo esto estaba muy bien.

Jesús también puede hacer hoy maravillas dentro de cada uno. Nos transforma por dentro. Nos enseña a querernos. Nos abre los ojos para ver toda la belleza del mundo y de las personas. Pídele a Jesús que haga maravillas contigo.

Cuando en la misa cantamos el santo, estamos acordándonos de este momento. Es parecido a lo que cantaban y gritaban los que veían a Jesús, que él es el santo, el Dios del universo.

Santo, Santo, Santo el Señor,
Dios del Universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu Gloria.
Hosanna, hosanna, hosanna.

Santo, Santo, Santo el Señor,
Dios del Universo.

Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna, hosanna, hosanna.

Santo, Santo, Santo el Señor,
Dios del Universo.

Santo interpretado por Ain Karem «Con él la fiesta empezó».

Voy a imaginar que Jesús está delante y yo también le digo: bendito seas, Jesús.

            Porque quieres a todas las personas… bendito seas, Jesús.
            Porque tocas el corazón de los que están solos… bendito seas, Jesús.
            Porque estás siempre conmigo, aunque no me dé cuenta… bendito seas, Jesús.
            Porque me enseñas a ser buena persona… bendito seas, Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Comentario al evangelio – 12 de abril

Siempre me ha asombrado la autoridad que debía emanar de la persona de Jesús. Rodeado de enemigos, deseosos de matarlo, pero Él se escabulle. Qué respeto debía de imponer.

Es que, aunque a muchos les disgustara, la vida de Cristo confirma la obra de Dios, con su vida y con su Palabra. Con su actividad, se dividen los ánimos: se ofrece bastante luz para poder creer, pero también la suficiente oscuridad para justificar el rechazo de adhesión a Cristo. También el fragmento que hemos leído hoy concluye afirmando que “muchos creyeron en él”, pero no todos. Algunos se dejan convencer, mientras que otros se atrincheran en su postura. Estos últimos actúan de buena fe, porque desean “defender a su” Dios. Durante la última cena Jesús dirá a sus discípulos: “Llegará la hora en la que os quiten la vida pensando que dan culto a Dios”.

¿Acaso estas tendencias referentes a la fe no se encuentran, aunque sea en grado menor, en nuestro corazón?

Nuestra fe pasa con frecuencia por altibajos. Es como si la muchedumbre de la que habla Juan estuviera dentro de nosotros. Jesús con su ejemplo nos enseña cómo superar oscilaciones tan peligrosas dictadas por el sentimiento o por el estado de ánimo, o el escepticismo sutil que se respira en la mentalidad de nuestros días. La fe cristiana, para que arraigue en lo hondo de nuestro ser y permanezca firme, a pesar de los temporales de superficie, precisa fundarse sólidamente en la Sagrada Escritura, que llega en el Nuevo Testamento a su cumplimiento y plenitud. Frecuentar asiduamente la Palabra de Dios es fortalecer nuestra fe en esta Palabra que tiene rostro: el del Hijo igual al Padre.

Jesús fue fiel. Siempre. Se dedicó a la obra de Dios. Porque supo apoyarse en los soportes adecuados. Tú también tienes esos soportes: oración, sacramentos, Palabra de Dios. Se está terminando la Cuaresma. Lucha hasta el último segundo. Las fuerzas te las da el mismo Jesús, que te dejó su Espíritu.

Alejandro, C.M.F.

Viernes V de Cuaresma

Hoy es 12 de abril, viernes V de Cuaresma.

Dispongo mi mente y mi corazón al comenzar este tiempo de oración. Me relajo y acomodo mi cuerpo, encontrando la posición que mejor me ayude. Cierro los ojos y le pido al Señor que se haga presente en mi vida. Dios es la luz que ilumina cada rincón de mi interior. Respiro lentamente. Me hago consciente de que el Espíritu de Dios entra en mí, una y otra vez. Así me dejo inundar por el silencio que hace posible escucharlo. Me preparo para dejarme guiar por la palabra de Dios.

La lectura de hoy es del profeta Jeremías (Jer 20, 10-13):

Oía el cuchicheo de la gente: “Delatadlo, vamos a delatarlo”. Mis amigos acechaban mi traspié: “A ver si se deja seducir, lo abatiremos y nos vengaremos de él”.

Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.

El profeta siente la persecución de sus enemigos. A ver si se deja seducir y lo abatiremos. El profeta siente los murmullos y cuchicheos en su contra. Ser testigo de Dios en el mundo es difícil. Hablar en nombre de Dios a los demás tiene un costo. Persecución, rechazo, insultos. ¿Qué consecuencias tiene para mí seguir al Señor? ¿Cómo estoy viviendo la prueba que significa dar testimonio de su vida y enseñanzas?

Pero el Señor está conmigo como fuerte soldado. Esta es la experiencia de quien pone toda su confianza en Dios. Porque él nunca abandona a los suyos, da fuerza y esperanza a quien le pide compañía y a quien lo necesita. El Señor ha prometido que estará siempre con nosotros. ¿Tengo algún miedo en este momento que me hace sentir débil en mi fe? ¿Tengo plena confianza en que Dios está a mi lado protegiéndome?

Dios quiere que la experiencia del discípulo sea siempre de libertad y alegría. Cantad al Señor, alabad al Señor. Si Dios está conmigo, nada ni nadie puede estar en contra mía. Yo también como profeta tengo una misión. Si yo vivo de forma consecuente, alegre y con esperanza, muchos se preguntarán cuál es la fuerza que me hace vivir así. Aprovecho para presentarle al Señor todo lo que estoy viviendo y me encomiendo en sus manos. Quiero vivir en su presencia y dar así testimonio de su amor.

Vivir como discípulo muchas veces se hace difícil. Hablar de Dios al mundo puede significar recibir injurias y rechazo. ¿Qué significa esto para mí? ¿Me causa miedo y me hace perder la fe? Tiene que ser todo lo contrario. Es en la prueba donde se encuentra más la presencia poderosa de Dios en la propia vida. Vuelvo a leer el texto para recibir la enseñanza del profeta Jeremías.

Escucha bien lo que hoy te digo,
sal de tu miedo y óyeme,
pues cuando aún no habías nacido
Yo en ti ya me fijé.
Oh, mi Dios, sabes que el miedo me frena,
mira que no sé expresarme,
aún soy pequeña, déjame. 

NO TENGAS MIEDO, A TU LADO YO ESTARÉ,
DONDE TE ENVÍE, JUNTO A TI ME SENTIRÁS,
Y EN TU BOCA MIS PALABRAS YO PONDRÉ,
NUNCA TE ABANDONARÉ. (2) 

Tendrás autoridad sobre los pueblos
para plantar y derribar,
tú te alzarás pues con mi fuerza
en voz del pobre te transformarás.
Oh, mi Dios, no desmayaré de nuevo,
aunque el peligro me aceche,
sé que tú me salvarás. 

NO TENGAS MIEDO, A TU LADO YO ESTARÉ,
DONDE TE ENVÍE, JUNTO A TI ME SENTIRÁS,
Y EN TU BOCA MIS PALABRAS YO PONDRÉ,
NUNCA TE ABANDONARÉ.
NO TENDRÉ MIEDO, A MI LADO TÚ ESTARÁS,
A DÓNDE VAYA, JUNTO A MÍ TE SENTIRÉ,
Y EN TUS MANOS SIEMPRE ME ABANDONARÉ,
SÓLO EN TI CONFIARÉ.
SÓLO EN TI CONFIARÉ.

No tengas miedo interpretado por Ain Karem, «Descálzate»

Al terminar este rato de oración me despido del Señor. Reconozco cuanto me ha dado y enseñado y le expreso con mis palabras, que quiero vivir con más fidelidad sus enseñanzas, pues me llama a mí también a ser su profeta en medio del mundo.

Profeta

Hoy el profeta
todavía se mueve por las eras
tirando al aire trigo y paja. 

Pero ya se está formando
la madera en el árbol,
los clavos en la fragua,
el esbirro en el poder
y el odio en las entrañas. 

Cuando llegue la hora,
estos demonios entrenados
se abalanzarán sobre el justo
desde todo el horizonte,
y lo clavarán en los palos
a las tres de la tarde. 

Por las llagas abiertas
saldrá volando
una muchedumbre de palomas
danzando la libertad
ante los ojos del espanto.      

(Benjamín González Buelta)

Alma de Cristo, santifícame,
Cuerpo de Cristo, sálvame,
Sangre de Cristo, embriágame,
Agua del costado de Cristo, lávame,
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme,
no permitas que me aparte de ti,
del maligno enemigo, defiéndeme.
y en la hora de mi muerte, llámame,
y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos.
Amén.