VÍSPERAS
LUNES DENTRO DE LA OCTAVA DE PASCUA
INVOCACIÓN INICIAL
V.Dios mío, ven en mi auxilio
R.Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Nuestra Pascua inmolada, aleluya,
es Cristo el Señor, aleluya, aleluya.
Pascua sagrada, ¡oh fiesta de la luz!,
despierta, tú que duermes,
y el Señor te alumbrará.
Pascua sagrada, ¡oh fiesta universal!,
el mundo renovado
cantan un himno a su Señor.
Pascua sagrada, ¡victoria de la luz!
La muerte, derrotada,
ha perdido su aguijón.
Pascua sagrada, ¡oh noche bautismal!
Del seno de las aguas
renacemos al Señor.
Pascua sagrada, ¡eterna novedad!
dejad al hombre viejo,
revestíos del Señor.
Pascua sagrada, La sala del festín
se llena de invitados
que celebran al Señor.
Pascua sagrada, ¡Cantemos al Señor!
Vivamos la alegría
dada a luz en el dolor. Amén.
SALMO 109: EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE
Ant. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
SALMO 113A: ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO: LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO
Ant. Venid a ver el sitio donde yacía el Señor. Aleluya.
Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.
¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos?
En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Venid a ver el sitio donde yacía el Señor. Aleluya.
CÁNTICO del APOCALIPSIS: LAS BODAS DEL CORDERO
Ant. Jesús dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me veréis.» Aleluya.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias
Aleluya.
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
Su esposa se ha embellecido.
Aleluya.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Jesús dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me veréis.» Aleluya.
LECTURA: Hb 8, 1b-3a
Tenemos un sumo sacerdote tal, que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos y es ministro del santuario y de la tienda verdadera, construida por el Señor y no por hombre. En efecto, todo sumo sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios.
En lugar del responsorio breve, se dice:
Antífona. Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron y le abrazaron los pies. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron y le abrazaron los pies. Aleluya.
PRECES
Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle:
Renueva y da vida a todas las cosas, Señor.
- Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que ya desde ahora, con el espíritu, vivamos en tu reino,
— donde estás sentado a la derecha del Padre. - Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos
— condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de la verdad plena. - Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria,
— y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
- Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera,
— y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a los que han muerto.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de Dios:
Padre nuestro…
ORACION
Señor Dios, que por medio del bautismo haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre nuevos hijos, concede a cuantos han renacido en la fuente bautismal vivir siempre de acuerdo con la fe que profesaron. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.