VÍSPERAS
VIERNES X TIEMPO ORDINARIO
<
p style=»text-align:justify;»>V/. Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
<
p style=»text-align:justify;»>El dolor extendido por tu cuerpo,
sometida tu alma como un lago,
vas a morir y mueres por nosotros
ante el Padre que acepta perdonándonos.
Cristo, gracias aún, gracias, que aún duele
tu agonía en el mundo, en tus hermanos.
Que hay hambre, ese resumen de injusticias;
que hay hombre en el que estás crucificado.
<
p style=»text-align:justify;»>Gracias por tu palabra que está viva,
y aquí la van diciendo nuestros labios;
gracias porque eres Dios y hablas a Dios
de nuestras soledades, nuestros bandos.
Que no existan verdugos, que no insistan;
rezas hoy con nosotros que rezamos.
Porque existen las víctimas, el llanto. Amén.
SALMO 114: ACCIÓN DE GRACIAS
Ant. Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída.
<
p style=»text-align:justify;»>Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
<
p style=»text-align:justify;»>Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
<
p style=»text-align:justify;»>El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.
<
p style=»text-align:justify;»>Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída.
SALMO 120: EL GUARDIÁN DEL PUEBLO
Ant. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
<
p style=»text-align:justify;»>No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
<
p style=»text-align:justify;»>El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
<
p style=»text-align:justify;»>El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE ADORACIÓN
Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
<
p style=»text-align:justify;»>LECTURA BREVE 1Co 2, 7-10a
Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman.» Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu.
<
p style=»text-align:justify;»>RESPONSORIO BREVE
V/. Cristo murió por los pecados, para conducirnos a Dios.
R/. Cristo murió por los pecados, para conducirnos a Dios.
V/. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
R/. Para conducirnos a Dios.
<
p style=»text-align:justify;»>V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R/. Cristo murió por los pecados, para conducirnos a Dios.
Magníficat, ant.:Acuérdate de tu misericordia, Señor, como lo habías prometido a nuestros padres.
MAGNÍFICAT, Lc 1, 46-55 ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR
<
p style=»text-align:justify;»>Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
<
p style=»text-align:justify;»>Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
<
p style=»text-align:justify;»>Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
<
p style=»text-align:justify;»>Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Magníficat, ant.:Acuérdate de tu misericordia, Señor, como lo habías prometido a nuestros padres.
<
p style=»text-align:justify;»>PRECES
Bendigamos ahora al Señor Jesús, que en su vida mortal escuchó siempre con bondad las súplicas de los que acudían a él y con amor secaba las lágrimas de los que lloraban, y digámosle también nosotros:
Señor, ten misericordia de tu pueblo.
Señor Jesucristo, tú que consolaste a los tristes y deprimidos,
—pon ahora tus ojos en las lágrimas de los pobres.
<
p style=»text-align:justify;»>Escucha los gemidos de los agonizantes
—y envíales tus ángeles para que los alivien y conforten.
<
p style=»text-align:justify;»>Que los emigrantes sientan tu providencia en su destierro,
—que puedan regresar a su patria y que un día alcancen también la eterna.
Que los pecadores se ablanden a tu amor
—y se reconcilien contigo y con tu Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Perdona las faltas de los que han muerto
—y dales la plenitud de tu salvación.
Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza:
Padre nuestro…
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, te pedimos nos concedas que, del mismo modo que hemos cantado tus alabanzas en esta celebración matutina, así las podamos cantar también plenamente, con la asamblea de tus santos, por toda la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
CONCLUSIÓN
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.