Vísperas – Martes XIV de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS

MARTES XIV TIEMPO ORDINARIO

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

La noche no interrumpe
tu historia con el hombre;
La noche es tiempo
de salvación.

De noche descendía tu escala misteriosa
hasta la misma piedra donde Jacob dormía.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche celebrabas la Pascua con tu pueblo,
mientras en las tinieblas volaba el exterminio.

La noche es tiempo
de salvación.

Abrahán contaba tribus de estrellas cada noche;
de noche prolongabas la voz de la promesa.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche, por tres veces, oyó Samuel su nombre;
de noche eran los sueños tu lengua más profunda.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche, en un pesebre, nacía tu Palabra;
de noche lo anunciaron el ángel y la estrella.

La noche es tiempo
de salvación.

La noche fue testigo de Cristo en el sepulcro;
la noche vio la gloria de su resurrección.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche esperaremos tu vuelta repentina,
y encontrarás a punto la luz de nuestra lámpara.

La noche es tiempo
de salvación.

SALMO 48: VANIDAD DE LAS RIQUEZAS

Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.

Oíd esto, todas las naciones;
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;

mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.

¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?

Es tan caro el rescate de la vida, 
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.

Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.

El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.

El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.

SALMO 48

Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.

Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura,
y el abismo es su casa.

Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.

No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.

Aunque en vida se felicitaban:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.

El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.

CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE LOS REDIMIDOS

Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

LECTURA: Rm 3, 23-25a

Todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien Dios constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre. Así quería Dios demostrar que no fue injusto.

RESPONSORIO BREVE

R/ Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V/ Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

R/ De alegría perpetua a tu derecha.
V/ En tu presencia, Señor.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Haz con nosotros, Señor, obras grandes, porque eres poderoso, y tu nombre es santo.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Haz con nosotros, Señor, obras grandes, porque eres poderoso, y tu nombre es santo.

PRECES

Alabemos a Cristo, pastor y guardián de nuestras vidas, que vela siempre con amor por su pueblo, y, poniendo en él nuestra esperanza, digámosle:

Protege a tu pueblo, Señor.

Pastor eterno, protege a nuestro obispo
— y a todos los pastores de la Iglesia.

Mira con bondad a los que sufren persecución
— y líbralos de todas sus angustias.

Compadécete de los pobres y necesitados
— y da pan a los hambrientos.

Ilumina a los cuerpos legislativos de las naciones,
— para que en todo legislen con sabiduría y equidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre
— y admítelos en el banquete de las bodas eternas.

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común de todos:
Padre nuestro…

ORACION

Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche, humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia, ilumine siempre nuestras vidas, para que así merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

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Lectio Divina – 9 de julio

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

¡Oh Dios!, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concede a tus fieles la verdadera alegría, para que, quienes han sido librados de la esclavitud del pecado, alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor.

2) Lectura

Del Evangelio según Mateo 9,32-38
Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.» Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios.» Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.» 

3) Reflexión

• El evangelio de hoy presenta tres hechos: (a) la curación de un endemoniado mudo (Mt 9,32-34) y (b) un resumen de las actividades de Jesús (Mt 9,35-38). Estos dos episodios enmarcan la parte narrativa de los capítulos 8 y 9 del evangelio de Mateo, en la que el evangelista trata de mostrar cómo Jesús practicaba las enseñanzas dadas en el Sermón de la Montaña (Mt 5 a 7). En el capítulo 10, cuya meditación empieza en el evangelio de mañana, veremos el segundo gran discurso de Jesús: el Sermón de la Misión (Mt 10,1-42).
• Mateo 9,32-33a: La curación de un mudo. En un único versículo, Mateo nos dice que un endemoniado mudo fue presentado ante Jesús, y que Jesús expulsa el demonio y el mudo empieza de nuevo a hablar. Lo que impresiona en la actitud de Jesús, aquí y en todos los cuatro evangelios, es el cuidado y el cariño con las personas enfermas. Las enfermedades eran muchas, y no existía la seguridad social. Las enfermedades no eran sólo corporales: mudez, parálisis, lepra, ceguera y muchos otros males. En el fondo, estos males eran apenas una manifestación de un mal mucho más amplio y más profundo que arruinaba la salud de la gente, a saber, el abandono total y el estado deprimente y no humano en que se veía obligada a vivir. Las actividades y las curaciones de Jesús se dirigían no sólo contra las deficiencias corporales, sino también y sobre todo contra ese mal mayor del abandono material y espiritual en que la gente se veía obligada a pasar los pocos años de su vida. Pues, además de la explotación económica que robaba la mitad de los ingresos familiares, la religión oficial de la época, en vez de ayudar a la gente a encontrar en Dios la fuerza y a tener esperanza, enseñaba que las enfermedades eran un castigo de Dios por el pecado. Aumentaba en la gente el sentimiento de exclusión y de condena. Jesús hacía lo contrario. La acogida llena de ternura y la curación de los enfermos formaban parte del esfuerzo más amplio para rehacer la relación humana entre las personas y reestablecer la convivencia comunitaria en los poblados y en las aldeas de su tierra, Galilea.
• Mateo 9,33b-34: La doble interpretación de la curación del mudo. Ante la curación del endemoniado mudo, la reacción de la gente es de admiración y de gratitud: “¡Nunca se vio cosa semejante en Israel!” La reacción de los fariseos es de desconfianza y de malicia: “Por el príncipe de los demonios expulsa a los demonios” No pudiendo negar los hechos que producen la admiración de la gente, la única manera que los fariseos tienen para neutralizar la influencia de Jesús ante la gente es atribuir la expulsión al poder del maligno. Marcos trae una larga argumentación de Jesús para poner de manifiesto la malicia y la falta de coherencia de la interpretación de los fariseos (Mc 3,22-27). Mateo no trae ninguna respuesta de Jesús a la interpretación de los fariseos, pues cuando la malicia es evidente, la verdad brilla por si misma.
• Mateo 9,35: Incansable, Jesús recurre los poblados. Es bonita la descripción de la actividad incansable de Jesús, en la que se manifiesta la doble preocupación a la que aludimos: la acogida llena de ternura y la curación de los enfermos: “Jesús recorría todas las ciudades y poblados enseñando en las sinagogas, propagando la Buena Nueva del Reino, y curando todo tipo de dolencia y enfermedad”. En los capítulos anteriores, Mateo había aludido ya a esta actividad ambulante de Jesús por los poblados de Galilea (Mt 4,23-24; 8,16).
• Mateo 9,36: La compasión de Jesús. “Y al ver la muchedumbre, sintió compasión por ella porque estaban vejados y abatidos, como ovejas sin pastor”. Los que debían ser los pastores no eran pastores, no cuidaban del rebaño. Jesús trata de ser el pastor (Jn 10,11-14). Mateo ve aquí la realización de la profecía del Siervo de Yahvé “Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias” (Mt 8,17 e Is 53,4). Al igual que Jesús, la gran preocupación del Siervo era “encontrar una palabra de consuelo para quien estaba desanimado” (Is 50,4). La misma compasión para con el pueblo abandonado, Jesús la mostró en ocasión de la multiplicación de los panes: son como ovejas sin pastor (Mt 15,32). El evangelio de Mateo tiene una preocupación constante en revelar a los judíos convertidos de las comunidades de Galilea y de Siria que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas. Por esto, frecuentemente, muestra cómo en las actividades de Jesús se realizan las profecías (cf. Mt 1,23; 2,5.15.17.23; 3,3; 4,14-16; etc.).
• Mateo 9,37-38: La mies es mucha y los obreros son pocos. Jesús transmite a los discípulos la preocupación y la compasión que lo animan por dentro: «La mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.” 

4) Para la reflexión personal

• Compasión ante la multitud cansada y hambrienta. En la historia de la humanidad, nunca hubo tanta gente cansada y hambrienta como ahora. La TV divulga los hechos, pero no ofrece respuesta. Los cristianos ¿tenemos esa misma compasión de Jesús y sabemos irradiarlas a los demás?
• La bondad de Jesús para con los pobres molestaba a los fariseos. Ellos recurren a la malicia para deshacer y neutralizar el malestar causado por Jesús. ¿Hay muchas actitudes buenas en las personas que me incomodan? ¿Cómo las interpreto: con admiración agradecida como la gente o con malicia como los fariseos? 

5) Oración final

¡Cantadle, tañed para él,
recitad todas sus maravillas;
gloriaos en su santo nombre,
se alegren los que buscan a Yahvé! (Sal 105,2-3)

Señor, Tú nos complicas seriamente la vida

Tu Mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas
hubiera sido fácil de seguir
sin tener que dar cuentas a nadie, sino solo a Ti.
Pero lo has unido al segundo
y nos has mandado amar al prójimo, amar al otro,
a todos los otros, amarlos siempre,
y amarlos como a nosotros mismos.
Y eso no es fácil, Señor.

Es difícil amar al prójimo que veo,
más difícil es amar a los que no veo,
comprometernos con ellos y por ellos.
Hubiera sido más fácil dar limosnas,
desprenderme de lo que me sobra,
regalar lo que tengo a medio uso,
hacer beneficencia.

Pero nos mandas amar, y pones como medida:
amar como a nosotros mismos.
Y eso, nos parece demasiado para nuestro egoísmo.
Pero queremos seguirte, Señor,
y estamos dispuestos a amar,
dispuestos a amar a los demás,
como a nosotros mismos,
dispuestos a luchar por la igualdad,
o dispuestos, al menos,
a luchar contra las desigualdades.
Pero somos débiles, ayúdanos Tú Señor.

Comentario del 9 de julio

A la hora de describir la actividad de Jesús, el evangelista no dispone de mejor síntesis que ésta: Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. A esto, grosso modo, se dedicaba Jesús, yendo de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, en una especie de itinerancia continua: enseñaba en esos centros judíos de catequesis que eran las sinagogas, anunciaba el evangelio que consistía esencialmente en hablar del Reino y sus diferentes aspectos y curaba enfermedades y dolencias de todo género.

El anuncio del Reino iba muy ligado a la actividad taumatúrgica, pues anunciar el Reino era anunciar la salud y la liberación que llegaban con él. Pero tanto la cercanía del Reino como el suministro de la salud eran un efecto de su misericordia: anuncia y cura porque se compadece de las gentes, es decir, de esa multitud de personas a las que contempla extenuadas y abandonadas, como ovejas sin pastor, por tanto, en un estado bastante lastimoso. Esta contemplación de la miseria humana con la que se encuentra a cada paso de su recorrido por los caminos de Palestina (san Mateo nos habla aquí de un endemoniado mudo) es la que le empuja no sólo a curar, sino también a desear nuevos trabajadores para su mies, siempre abundante, como abundante permanecerá la miseria del mundo. Por eso, invita a sus discípulos a pedir al Señor de la mies esos trabajadores que continuarán siendo pocos para la abundancia de la mies.

¿Cuándo podremos decir que hay suficientes trabajadores o que los trabajadores han dejado de ser pocos? ¿Cuando hayan alcanzado cierta proporción en relación con la mies? ¿Cuando haya uno por diez mil, o por cinco mil, o por mil, o por cien? ¿Cuándo podremos dejar de pedir al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies? Como el asunto que aquí se baraja no es meramente cuantitativo o de proporción numérica, habrá que considerar otras cuestiones como las demandas y necesidades pastorales que reclaman atención. Pueden ser pocas las personas que lo demanden y, sin embargo, estar muy necesitadas de esa atención pastoral. Además, la acción evangelizadora no se limita a una estrecha circunscripción geográfica como la de una provincia o diócesis; se extiende, más allá de las fronteras provinciales o nacionales, al mundo entero. Esa mies está reclamando la presencia de trabajadores que traspasen fronteras nacionales y continentales. Siendo el mundo el campo de la evangelización y la tarea evangelizadora un proceso de larga duración, se requerirá la presencia y actuación no de unos pocos, sino de muchos trabajadores.

La gente que tuvo el privilegio de ver al endemoniado mudo libre de su posesión y de su mutismo decía con asombro: Nunca se ha visto en Israel cosa igual. Pero otros (los fariseos), con mirada más maliciosa, decían: Este echa los demonios con el jefe de los demonios. Son maneras contrapuestas de ver el mismo hecho, la curación del endemoniado-mudo. Pero la mirada farisaica distorsionaba la realidad, viendo en la actuación benéfica de Jesús la influencia del demonio, cuando tendrían que ver la mano de Dios. Esta mirada distorsionante y enfermiza puede acabar convirtiéndose en pecado contra el Espíritu Santo –como denuncia el mismo Jesús en otro lugar- y, por tanto, en algo incurable, puesto que ese pecado no tendrá perdón jamás. Se trata del endurecimiento progresivo e irreversible que impide al mismo Dios operar la salvación, como ya explicamos con más detalle en su momento.

JOSÉ RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ-CID
Dr. en Teología Patrística

Comentario Domingo XV de Tiempo Ordinario

Oración preparatoria

Ven, buen samaritano, y hazme a mí tener tus mismos sentimientos, para no dar nunca ningún rodeo ante el hermano que sufre, sino hacerme compañero de sus caminos, amigo de tus soledades, cercano a tus dolencias, para ser, como Tú, «ilimitadamente bueno» y pasar por el mundo «haciendo el bien» y «curando las dolencias» Amén.

 

Lc 10,25-37

«25Y he aquí que un legista se levantó tentándolo diciendo: “Maestro, ¿haciendo qué, heredaré vida eterna?”.

26Pero Él dijo a él: “En la Ley ¿qué está escrito? ¿cómo lees?”.

27Pero él, respondiendo, dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente; y a tu prójimo como a timismo”.

28Pero le dijo: “Rectamente has respondido. Haz eso y vivirás”.
29Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: “Y ¿quién es mi prójimo?”.
30Retomando, Jesús dijo:

“Una persona bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de bandidos que, tras desnudarla y golpearla, se fueron dejándola medio muerta.

31Pero, por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, viéndola, dio un rodeo.

32Pero, de igual modo, un levita, pasando por el lugar y viendo, dio un rodeo.

33Pero un samaritano yendo de camino fue junto a ella y, viendo, tuvo compasión;34y, acercándose, vendó sus heridas, echando aceite y vino; pero montándola sobre su propia cabalgadura, la llevó a una posada y la cuidó. 35Y, al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de ella y, lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando vuelva’.

36¿Quién de estos tres te parece que llegó a ser prójimo de la [persona] que cayóen manos de los bandidos?”.

37Pero él dijo: “El que hizo la misericordia con ella”.Pero le dijo Jesús: “Vete y tú haz lo mismo”».

PALABRA DEL SEÑOR

 

CONTEXTO

En el proceso de formación de los discípulos, una de las cimas más espléndidases la parábola conocida como “El buen samaritano”, el evangelio de hoy. Antes de nuestro texto, y desde el envío de los 72, hemos dejado atrás la explosión de júbilo de Jesús por la revelación del Evangelio a los sencillos (10,21-22) y la situación privilegiada de los discípulos que pueden ver y oír ese Evangelio en la persona de Jesús (10,23-24). Ahora es un legista el que plantea una cuestión legal a Jesús. La lección dada por Jesús con la parábola es una lección para lavida, para una vida cabal en la perspectiva de Jesús. Tras ella, el encuentro con Marta y María (10,38-42) que propone el fundamento interior imprescindible para poder ofrecer nuestra vida al servicio de los demás.

 

TEXTO

La perícopa tiene tres partes bien integradas. La primera parte narra el encuentro de un legista con Jesús (vv. 25-29). El legista está caracterizado muy negativamente (quiere poner a prueba a Jesús y quiere justificarse) y los continuos “peros” del texto no hacen sino evidenciar el desencuentro entre él y Jesús: no va a haber acuerdo. La segunda parte presenta la parábola del “buen samaritano” (vv.30-35), donde Jesús presenta un caso ambiguo (una persona mediomuerta) para poner de relieve que, con la Ley, no se llega a mostrar el amor y la bondad de Dios: una selección bastante estratégica de los personajes que intervienen lo ponen de manifiesto. La tercera parte contiene el diálogo final de Jesús con el legista (vv. 36-37), en cuyo centro se encuentra la clave de la enseñanza: practicar la misericordia con el necesitado.

 

ELEMENTOS A DESTACAR

• Son muy importantes los dos cambios de orientación que Jesús da a las cuestiones del legista: este le pregunta por heredar la vida eterna, pero Jesús le responde que, cumpliendo el doble mandamiento del amor, vivirá; a Jesús le preocupa la VIDA, que la vivamos con plenitud ya aquí. El legista pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” y Jesús le devuelve otra: “¿Quién fue prójimo de la persona asaltada?”. Son dos perspectivas diferentes: si uno “tiene” prójimo puede dar un rodeo para esquivarlo, pero si uno “es” prójimo, no le queda otra que actuar siempre así. ¿Cuáles son nuestras perspectivas?

• La ambigüedad de la situación de la parábola es buscada: se trata de una persona (hombre o mujer, judío o judía, pagano o pagana) medio muerta (viva con aspecto de muerta: de ahí la duda). La ambigüedad pretende enseñar que, “con la Ley en la mano”, no se llega a poner de manifiesto el amor a Dios y al prójimo. Seprecisa el plus de la compasión y la solidaridad.

• La selección de personajes también es buscada: quienes, por su dedicación, más obligación tenían de manifestar la bondad de Dios se escapan; quien, por el estigma social, menos ejemplo podía dar, se compromete. Hay “tópicos” que merece la pena desterrar.

• La “vida” de los personajes en el relato es símbolo de una paradójica lección: niel sacerdote ni el levita “viven” como personajes más que una línea; enseguida desaparecen del relato, enseguida “mueren”. En cambio, el samaritano es el que más dura en el relato, “el que más vive”. Si queremos vivir más, esa vida nos la proporciona el compromiso con cualquier “mediomuerto”.

• En Lucas, los tres usos del verbo “tener compasión” están estratégicamente utilizados: en la parábola del hijo pródigo, el padre (Dios) tiene compasión (15,20); en la resucitación del hijo de la viuda de Naín, Jesús mismo tiene com- pasión (7,13); aquí, el samaritano tiene compasión (10,33). Es lo que pide Jesús al legista y es lo que nos pide a nosotros: la compasión es el hilo de oro que une a Dios, a Jesús y a todo ser humano que quiera vivir como tal. La medida de nuestra compasión, y la solidaridad efectiva que conlleva, es la medida de Dios y Jesús en nuestra vida.

 

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Recursos – Domingo XV de Tiempo Ordinario

PRESENTACIÓN DE LOS DOLORES DE LA COMUNIDAD

(Hace esta ofrenda el propio Presidente de la Comunidad. La puede iniciar haciendo un resumen de los enfermos y enfermas, ancianos y ancianas y necesidades que sufren los distintos miembros de la comunidad. Conviene prepararlo con esmero, con el fin de evitar los tópicos)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor y Padre nuestro: hoy te quiero ofrecer todos los dolores y necesidades que sufrimos cada uno y cada una de los miembros de esta comunidad. Los queremos unir a los de tu Hijo Jesucristo, para que Tú los aceptes complacido y de buen grado. Pero te pedimos que nos hagas sensibles para poder descubrir y sanar las heridas de los demás; que, como buenos samaritanos y buenas samaritanas, no pasemos de largo de ninguno y de ninguna de los que yacen en el camino de la vida.

PRESENTACIÓN DE UN VASO DE ACEITE

(Esta ofrenda la debe realizar uno de los miembros del equipo de Pastoral Sanitaria o, en su defecto, alguien que cuide en su familia de un enfermo/a, un anciano/a o un/una minusválido/a)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Yo te traigo, por mi parte, este vaso de aceite. Y va con él, no solo mi compromiso sino también el de todos y cada uno de los miembros de la comunidad, de que nuestro testimonio de la Resurrección de tu Hijo lo hemos de realizar a través de la palabra y también de nuestra solidaridad para con todas las personas y, de forma especial, para con los/as más necesitados y necesitadas. Señor, queremos ser bálsamo que palíe los dolores de las personas y medicina que les cure de todos sus males.

PRESENTACIÓN DE LAS LLAGAS DE LA HUMANIDAD

(Esta ofrenda la hacen tres jóvenes de la comunidad. Dos de ellos o ellas, que han preparado previamente un resumen de los más serios problemas de la humanidad y de la sociedad en las que vivimos, los presentan por separado: El primero o la primera de ellos o de ellas hace el resumen de los problemas del Tercer Mundo y el segundo o la segunda, de los más cercanos a nosotros; es decir, de la sociedad occidental. El tercero o la tercera de los jóvenes se encarga de hacer la ofrenda:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, nosotros somos miembros jóvenes de esta comunidad, que se ha reunido para celebrar el triunfo de tu Hijo sobre la muerte, expresada hoy, en este mundo, a través de esa lista de problemas, que nosotros y nosotras hemos encontrado y que, seguro, no son los únicos que afectan a los hombres y mujeres de hoy. Hazte presente, Señor, y transfórmalos en vida, y no te olvides hacernos crecer a nosotros y a nosotras en amor y solidaridad para luchar contra ellos y transformarlos a la altura de tus deseos y tu voluntad.

PRESENTACIÓN DE UN MEDICAMENTO

(Con el envoltorio sería suficiente, para tener el valor de símbolo. Y lo puede presentar alguien relacionado con la sanidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Mira, Señor, yo te traigo un medicamento, porque pensamos que es un buen signo de la misericordia, una de las cualidades fundamentales del Pastor. Queremos ser eso: medicina para los otros y para las otras. Bálsamo y aceite que curen las heridas de los y las demás. Mera capacidad de escucha, que alivie y aligere los problemas de los otros, de las otras. Y lo queremos hacer a imagen de tu Hijo Jesucristo, tal como Él lo hizo antes y lo hace ahora con nosotros y con nosotras.

PRESENTACIÓN DE UN PUÑADO DE GRANOS DE TRIGO

(Un/a agricultor/a -si lo hubiere en la comunidad- coge del recipiente situado en la parte de atrás del lugar de la celebración un puñado de granos de trigo, que lleva con cuidado hasta depositarlo en otro nuevo recipiente que le ofrece el que preside)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Con las mismas manos con las que trabajo la tierra, te ofrezco hoy, Señor, este puñado de granos de trigo, como símbolo de la vida y de la siembra que tu Hijo ha realizado y sigue realizando en nosotros y en nosotras, para que vivamos desde tu proyecto de vida. Haz, Señor, que esa siembra encuentre en nosotros y en nosotras una tierra buena, capaz de producir los frutos que Tú quieres y deseas en nosotros y en nosotras. Ayúdanos en esta tarea que se nos antoja complicada en nuestra vida.

PRESENTACIÓN DE UN LIBRO RELIGIOSO DE OTRA RELIGIÓN

(Puede hacer esta ofrenda una de las mujeres de la comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, por mi parte, yo te ofrezco este libro de otra religión. Con él, te quiero hacer presente, en mi nombre y en el de toda la comunidad, que de la misma manera que Tú eres el Padre de todas las personas, pertenezcan a la religión que sea, nosotros y nosotras nos comprometemos a ser dialogantes, cercanos/as y colaboradores de todos los hombres y mujeres con los que nos encontremos en nuestro caminar, aunque su piel tenga otro color, o tengan una religión diferente.

Oración de los fieles – Domingo XV de Tiempo Ordinario

Hoy nos enseñas a cuidar a todos, pues todos son nuestros hermanos y tenemos a Dios como Padre. A ese Padre que nos cuida presentamos nuestra oración:

PADRE, ATIENDE NUESTRA PLEGARIA.

1. – Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que vean a Cristo como el único maestro y así nos lo muestren. OREMOS

2. – Por los que rigen las naciones, para que atiendan a su pueblo como aquel samaritano. OREMOS

3. – Por todos los enfermos y necesitados, para que nunca se sientan desatendidos y siempre haya personas dispuestas a ayudarles. OREMOS

4. – Por aquellos que se ponen en camino por vacaciones o motivos de trabajo, para que éste discurra tranquilo y lleguen sin problemas a su destino. OREMOS

5. – Por todos nosotros para que ante cualquier circunstancia de la vida, el señor nos inspire los mismos sentimientos que al buen samaritano. OREMOS

Padre acompaña nuestro caminar y atiende nuestra súplicas igual que aquel samaritano atendió a aquel hombre. Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor

Amen.


Pidamos a Dios Padre su apoyo, su gran amor y que atienda nuestras súplicas que hacemos por las necesidades de todo el género humano. Y respondemos:

PADRE ESCUCHANOS.

1.- Por el papa Francisco, por el Obispo de nuestra diócesis y por todos los obispos de la tierra, para que cuiden con amor solícito al pueblo de Dios. OREMOS

2.- Por los gobernantes de todo el mundo, para que con su esfuerzo consigan la paz y la prosperidad en las naciones. OREMOS

3.- Por los encargados de la seguridad y de la convivencia públicas, para que nuestros caminos sean seguros y vías de buena relación con los hermanos, OREMOS

4.- Por todos aquellos que han sido víctimas de la violencia y han sufrido el daño de los delincuentes o de los terroristas, para que el Señor les ayude en esos malos momentos, y convierta en pacíficos a los agresores. OREMOS

5.- Por los periodistas, profesores, maestros, educadores, catequistas, todos ellos forjadores de la correcta opinión pública, para que se esfuercen en inculcar la paz, el respeto a la justa propiedad y a las personas, para que cada uno disfrute en paz de los bienes que ha obtenido OREMOS

6.- Por nosotros, por nuestros familiares, amigos y vecinos, para que el Espíritu del Señor nos inspire una vida pacifica y solidaria, todos juntos y unidos. OREMOS

Protege, Dios Padre de todos, al pueblo que implora tu ayuda.

Por Jesucristo, Nuestro Señor,

Amén.

Comentario al evangelio – 9 de julio

Existe el demonio “mudo”. El evangelio de hoy lo presenta de forma rápida pero clara. Habitaba en un hombre de entonces. Ese virus nefasto sigue infectando en nuestra mal llamada era de la comunicación. Vive como residente contaminador en muchos corazones humanos. Seguro que reconocemos fácilmente su fisonomía y su manera de proceder.

  • Suele crear hermetismo, falta de expresión, incomunicación, distancia, defensa a ultranza. Desecha, con pretextos razonables, la relación personal directa con los otros. Cuando no queda más remedio, establece contactos no inmediatos, virtuales, masivos o impersonales. Siempre muy recortados.
  • Evita sobretodo la profundidad, la intimidad, la confidencia, la mirada a los ojos. Curiosamente, sortea con habilidad el silencio. Parece como si nos empujara a escondernos, a recluirnos en la estrechez asfixiante del propio ego, a atrincherarnos frente a la incursión amenazante de los otros en la propia vida.
  • Presenta, en ocasiones, un rostro hosco. No tiene amigos. Exhibe comportamientos inadecuados que repelen y hacen difícil el contacto por ineducados, fríos, cortantes, violentos, distantes, extraños o suspicaces.
  • Utiliza con frecuencia modos frustrantes de llenar el vacío personal y la soledad ínsita en la tarea de ser hombres. Por ello, abusa de forma acrítica de estímulos sensoriales como son la TV, el cine, internet, o la música estridente.
  • En ocasiones se cobija bajo un llamativo traje de espontaneidad exhibicionista, de carcajada fácil, o de verborrea que, tratando de deslumbrar, aburre y atonta. Repite lugares comunes sin ofrecer la más leve genialidad creativa.
  • Ataca también a los oídos. El problema de los enmudecidos no está solo en la lengua. Para aprender a hablar, antes hay que poder escuchar. Verbalizar, expresar, poner nombre a la persidad de experiencias que la vida presenta requiere mucha atención, la atención de quien escucha.
  • Su lugar preferido es la superficialidad, rondar por la cáscara de las cosas, sin salir de su envoltorio. Nunca aborda los problemas en su raíz, ni se sumerge en las honduras de lo real y vivo. Prefiere la apariencia, la máscara, el maquillaje o el disfraz, que en el fondo son lo mismo.
  • A veces, vive amordazada por enemigos refinados como pueden ser el miedo, el resentimiento, la timidez, la desconfianza o el desengaño. Enemigos con apariencias de honorabilidad, pero ahítos de cinismo que acarrean mucho dolor.

La presencia viva de Jesús expulsa esos demonios. No por la autoridad del príncipe de los demonios, sino con la autoridad de quien saber amar y hacerse uno como nadie. En el entorno de Jesús nunca faltaron los problemas y las escandalosas limitaciones, pero siempre hubo esmero por la palabra y la comunicación.

Juan Carlos cmf