Vísperas – Miércoles XIV de Tiempo Ordinario

VÍSPERAS

MIÉRCOLES XIV TIEMPO ORDINARIO

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Padre: has de oír
este decir
que se me abre en los labios como flor.

Te llamaré
Padre, porque
la palabra me sabe a más amor.

Tuyo me sé,
pues me miré
en mi carne prendido tu fulgor.
Me has de ayudar
a caminar,
sin deshojar mi rosa de esplendor.

Por cuanto soy
gracias te doy:
por el milagro de vivir.
Y por el ver
la tarde arder,
por el encantamiento de existir.

Y para ir,
Padre, hacia ti,
dame tu mano suave y tu amistad.
Pues te diré:
solo no sé
ir rectamente hacia tu claridad.

Tras el vivir,
dame el dormir
con los que aquí anudaste a mi querer,
dame, Señor,
hondo soñar.
¡Hogar dentro de ti nos has de hacer! Amén.

SALMO 61: LA PAZ EN DIOS

Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son mas que un soplo,
los nobles son apariencia;
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

SALMO 66: QUE TODOS LOS PUEBLSO ALABEN AL SEÑOR

Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

CÁNTICO de COLOSENSES: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CRIATURA

Ant. Por medio de él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en él.

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Por medio de él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en él.

LECTURA: 1P 5, 5b-7

Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, para dar su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros.

RESPONSORIO BREVE

R/ Guárdanos, Señor como a las niñas de tus ojos.
V/ Guárdanos, Señor como a las niñas de tus ojos.

R/ A la sombra de tus alas escóndenos.
V/ Como a las niñas de tus ojos.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Guárdanos, Señor como a las niñas de tus ojos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo: dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo: dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

PRECES

Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe:

Multiplica la gracia y la paz, Señor.

Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó;
— ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como hierba que florece por la mañana, y por la tarde se seca.

Alimenta a tu pueblo con el maná, para que perezca de hambre,
— y dale el agua viva, para que nunca más tenga sed.

Que tus fieles busquen los bienes de arriba y aspiren a ellos,
— y te glorifiquen también con su trabajo y su descanso.

Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas,
— para que la tierra dé fruto abundante.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Que los difuntos puedan contemplar tu faz,
— y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad.

Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:

Padre nuestro…

ORACION

Oh Dios, tu nombre es santo, y tu misericordia llega a tus fieles de generación en generación; atiende, pues, las súplicas de tu pueblo y haz que pueda proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

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Lectio Divina 10 de julio

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

¡Oh Dios!, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concede a tus fieles la verdadera alegría, para que, quienes han sido librados de la esclavitud del pecado, alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor. 

2) Lectura

Del Evangelio según Mateo 10,1-7
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el que le entregó. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Yendo proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. 

3) Reflexión

• En el capítulo 10 del Evangelio de Mateo inicia el segundo gran discurso, el Sermón de la Misión. Mateo organizó su evangelio como una nueva edición de la Ley de Dios, o como un nuevo “pentateuco” con sus cinco libros. Por esto, su evangelio, trae cinco grandes discursos o enseñanzas de Jesús, seguidos por partes narrativas, en las que él describe cómo Jesús practicaba lo que había enseñado en los discursos. He aquí el esquema:
Introducción: nacimiento y preparación del Mesías (Mt 1 a 4)
a) Sermón de la Montaña: la puerta de entrada en el Reino (Mt 5 a 7) Narrativa Mt 8 e 9
b) Sermón de la Misión: cómo anunciar e irradiar el Reino (Mt 10)
Narrativa Mt 11 e 12
c) Sermón de las Parábolas: el misterio del Reino presente en la vida (Mt 13)
Narrativa Mt 14 a 17
d) Sermón de la Comunidad: la nueva manera de convivir en el Reino (Mt 18)
Narrativa 19 a 23
e) Sermón de la llegada futura del Reino: la utopía que sustenta la esperanza (Mt 24 e 25)
Conclusión: pasión, muerte y resurrección (Mt 26 a 28).
• El evangelio de hoy y el inicio del Sermón de la Misión, en la que se manifiestan tres asuntos: (i) el llamado de los discípulos (Mt 10,1); (ii) la lista de nombres de los doce apóstoles que van a ser los destinatarios del sermón de la misión (Mt 10,2-4); (iii) el envío de los doce (Mt 10,5-7).
• Mateo 10,1: El llamado de los doce discípulos. Mateo ya había hablado del llamado de los discípulos (Mt 4,18-22; 9,9). Aquí, en el comienzo del Sermón de la Misión, hace un resumen: “ Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia.” El cometido o la misión del discípulo es seguir a Jesús, el Maestro, formando comunidad con él y realizando la misma misión de Jesús: expulsar a los espíritus inmundos, curar toda dolencia y enfermedad. En el evangelio de Marcos, ellos recibieron la misma doble misión, formulada con otras palabras: Jesús instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. “ (Mc 3,14-15). (a) Estar con él, esto es formar comunidad, en la que Jesús es el centro, el eje. (b) Rezar y tener poder para expulsar al demonio, esto es, anunciar la Buena Nueva y combatir el poder del mal, que mata la vida de la gente y aliena a las personas. Lucas dice que Jesús rezó toda la noche y el día siguiente, llamó a sus discípulos. Rezó a Dios para saber a quién escoger (Lc 6,12-13).
• Mateo 10,2-4: La lista de los nombres de los doce apóstoles. Gran parte de estos nombres vienen del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Simeón es el nombre de uno de los hijos del patriarca Jacob (Gn 29,33). Santiago lo mismo que Jacob (Gn 25,26). Judas es el nombre del otro hijo de Jacob (Gn 35,23). Mateo también tenía el nombre de Leví (Mc 2,14), que es el otro hijo de Jacob (Gn 35,23). De los doce apóstoles, siete tienen un nombre que viene de los patriarcas Dos se llaman Simón; dos Santiago, Judas; uno Leví tiene un nombre griego: Felipe. Esto revela el deseo de la gente de rehacer la historia ¡desde su comienzo! Sería como hoy en una familia en que todo el mundo tuviera el nombre de los antepasados, y uno sólo por ejemplo un nombre moderno, y usado en otro país. Merece la pena pensar en los nombres que hoy damos a los hijos. Porque cada uno somos llamados por Dios por el nombre.
• Mateo 10,5-7: El envío o misión de los doce apóstoles para las ovejas perdidas de la casa de Israel. Después de haber enumerado los nombres de los doce, Jesús los envía con estas recomendaciones: ««No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Yendo proclamad que el Reino de los Cielos está cerca”.
En esta única frase hay una triple insistencia en mostrar que la preferencia de la misión es para la casa de Israel: (i) No tomar el camino de los paganos, (ii) no entrar en las ciudades samaritanas, (iii) ir primero a las ovejas perdidas de Israel. Aquí se manifiesta una respuesta a la duda de los primeros cristianos entorno a la apertura a los paganos, concuerda en decir que la Buena Nueva traída por Jesús debía ser anunciada primero a los judíos y, después, a los paganos (Rom 9,1 a 11,36; cf. Hec 1,8; 11,3; 13,46; 15,1.5.23-29). Pero más adelante, en el mismo evangelio de Mateo, en la conversación de Jesús con una mujer cananea, se dará la apertura hacia los paganos (Mt 15,21-29).
• El envío de los apóstoles para toda la gente. Después de la resurrección de Jesús, hay varios episodios de envío de los apóstoles no sólo hacia los judíos, sino hacia todos los pueblos. En Mateo: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” (Mt 28,19-20). En Marcos: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» Y en Marcos: “El que creerá será salvado; el que no creerá será” (Mc 15-16). En Lucas: «Así está escrito: el Mesías sufrirá y resucitará de los muertos en el tercer día, y en su nombre serán anunciados la conversión y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Y vosotros seréis testigos de todo esto (Lc 24,46-48; Hec 1,8) Juan resume todo en esta frase: “Como el Padre me envió, ¡yo también os envío!” (Jn 20,21). 

4) Para la reflexión personal

• ¿Has pensado en el significado de tu nombre? ¿Has preguntado a tus padres porqué te pusieron el nombre que llevas? ¿Te gusta tu nombre?
• Jesús llama a los discípulos. Su llamado tiene una doble finalidad: formar comunidad e ir en misión. ¿Cómo vivo esta doble finalidad en mi vida? 

5) Oración final

¡Buscad a Yahvé y su poder,
id tras su rostro sin tregua,
recordad todas sus maravillas,
sus prodigios y los juicios de su boca! (Sal 105,4-5)

Lectura continuada del Evangelio de Marcos

Marcos 10, 1-4

«101Y, levantándosede allí, vahacia la región de Judea y Transjordania y andaban con élde nuevo muchedumbresy, como acostumbraba, les enseñabade nuevo.

<

p style=»text-align:justify;»>2Y, acercándose unos fariseos, le preguntaban si estaba permitido a un hombre repudiara su mujer, poniéndole a prueba.
3Peroél, respondiendo, les dijo: “¿Qué os ordenó Moisés?”.
4Peroellos dijeron: “Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiar”.

 

<

p style=»text-align:justify;»>Después de la instrucción privada a los discípulos en 9,33-50, Jesús dilata su audiencia en 10,1-9 para incluir a la muchedumbre y a sus opositores. Estos le lanzan una pregunta sobre el polémico tema del divorcio, con la que esperan poner en aprietos a Jesús. Este responde declarando que el rompimiento del contrato matrimonial es contrario a la voluntad original de Dios expresada en la creación; luego clarifica este aserto en una instrucción privada a los Doce, en la que llama adúlteros a las personas que se divorcian y vuelven a casarse (10,10-12). Esta progresión en el diálogo desde la muchedumbre a los opositores y luego a los discípulos refleja probablemente el hecho de que el matrimonio y el divorcio eran temas de interés tanto fuera como dentro de la iglesia cristiana, como confirman las conocidas discusiones entre las escuelas de Hillel y Shammai. 
La perícopa se divide naturalmente en tres secciones: la puesta en escena con la muchedumbre (10,1); el diálogo entre los fariseos y Jesús, con una primera parte (10,2-4) y la respuesta de Jesús sobre la voluntad originaria de Dios (10,5-9); y el diálogo de Jesús con sus discípulos (10,10-12). 


<

p style=»text-align:justify;»>• 10,1-4: Puesta en escena y diálogo inicial. Después de la conclusión de su largo discurso privado a los Doce en la casa de Pedro en Cafarnaún (9,33), Jesús parte para la región de Judea y Transjordania, donde se repite un esquema ya familiar: las multitudes se congregan a su alrededor y les enseña (cf. 2,13; 4,1-2; 6,34). La audiencia incluye también a algunos fariseos, que aparecen «probando» o «tentando» a Jesús con una pregunta hostil (10,2a). El mismo verbo había sido aplicado ya a los fariseos en 8,11 y será empleado de nuevo para esos mismos en 12,13-15, cuando tratarán de tender una trampa a Jesús dialogando con él; aquí, como en los otros casos, la palabra insinúa una influencia demoníaca tras la hostilidad farisaica contra Jesús. Si Jesús continúa en nuestro pasaje acusando a sus interlocutores fariseos de dureza de corazón (10,5), es probable que el evangelista viera en esta condición no simplemente la maldad humana, sino también una interferencia sobrenatural. 
La forma particular que adopta la tentación es una pregunta de los fariseos sobre si le está permitido a un hombre divorciarse de su esposa (10,2b). Es muy extraño que se hubiera suscitado esta pregunta puesto que, como los fariseos recuerdan inmediatamente a Jesús, la ley de Moisés tiene una previsión explícita para el divorcio (cf. 10,4). Se puede presumir por consiguiente que la fama de opositor al divorcio había precedido a Jesús y que los fariseos querían causarle algunos problemas forzándolo a reconocerlo. 
De un modo muy judío, Jesús responde a la pregunta de los fariseos con una contra-pregunta: «¿Qué os ordenó Moisés?» (10,3). Al solicitar que le dijeran lo que Moisés prescribió, Jesús invoca una autoridad mutuamente aceptada para los fariseos, la muchedumbre, él y sus discípulos. En una discusión anterior con los fariseos, Jesús había invocado a Moisés como testigo contra la posición farisaica sobre la pureza ritual (7,10-13). La pregunta, pues, no es si la ley mosaica tiene o no autoridad, sino cómo debería ser interpretada. Al mismo tiempo, hay una cierta relativización y limitación de la Torá (de la Ley) en la formulación: «¿Qué os ordenó Moisés?»; en un contexto judío uno esperaría: «¿Qué nos ordenó Moisés?». Se está ya preparando aquí un cierto distanciamiento que se muestra en 10,5, en donde se utilizará «vuestra/os» dos veces para indicar que son los fariseos y sus antepasados espirituales los destinatarios del mandamiento mosaico acerca del divorcio. 
Los fariseos responden a la pregunta de Jesús con una respuesta obvia, evocando las palabras del Pentateuco: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiar» (10,4; cf. Dt 24,1.3). Es significativo, considerando lo que acabamos de decir sobre el fuerte hincapié en el pronombre «vosotros» en las expresiones de Jesús de 10,3 y 10,5, que la respuesta de los fariseos omita absolutamente cualquier pronombre («Moisés permitió», no «Moisés nos permitió»). En verdad, nada 
hay en Dt 24,1 que sugiera cualquier tipo de limitación, aparte de la restricción de que toda la ley israelita va dirigida solo al pueblo elegido. La Ley explicita una condición, que se supone que surgirá a menudo («Si la mujer no encuentra favor ante sus ojos»), e incluye una provisión para que el marido descontento redacte un documento de divorcio. No hay en la Ley denuncia alguna contra esta acción.

Comentario del 10 de julio

La elección de los doce apóstoles por parte de Jesús representa un momento cimero en la conformación del nuevo pueblo de Israel, porque esto es lo que evoca el número al que el elector se ajusta, el doce, en representación de las doce tribus de Israel. El nuevo pueblo de Dios, la Iglesia de Jesús, también estará representado por doce, los Doce. Ellos constituyen el núcleo –y al mismo tiempo el germen- de la futura Iglesia cristiana. A los doce elegidos Jesús les dio autoridad, que no es sólo darles autorización, sino también potestad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Tales serán los rasgos característicos de su misión: expulsar la inmundicia del mundo, esto es, el pecado, que tiene como principal inductor e impulsor al demonio, y curar enfermedades, entre las cuales puede contarse también el pecado. Se trata, en definitiva, de la lucha contra el mal en todas sus manifestaciones.

Pero el evangelista no se limita a consignar el hecho de la elección de los Doce. Nos ofrece también sus nombres, algo que confiere mayor relieve histórico a la elección. Algunos de ellos van acompañados de referencias parentales, apellidos o sobrenombres que indican procedencias: Andrés es hermano de Simón Pedro; Juan es hermano de Santiago el Zebedeo; comparece también otro Santiago, el Alfeo; Mateo es el publicano (éste había sido su oficio antes de incorporarse al discipulado de Jesús); Simón recibe el sobrenombre de fanático, probablemente por estar emparentado con los zelotes, y Judas, el de Iscariote, que puede aludir a su lugar de nacimiento: Ish Queriyot (población situada a 19 km. al sur de Hebrón) o a su antigua filiación política: Sicarioth. El sobrenombre hace referencia a los sicarios o miembros de un grupo de carácter nacionalista y revolucionario que no tenía escrúpulos a la hora de usar la violencia y el asesinato selectivo para lograr sus objetivos.

La elección nominal permite suponer el conocimiento de los nominados. Jesús elige por sus nombres a los que ya conoce de entre la multitud de sus seguidores; pero no parecen importarle mucho sus antecedentes, procedencias (incluidas las ideológicas) y lazos familiares, pues entre los elegidos encontramos personas de baja facción social como los pescadores, colaboracionistas del régimen como los publicados e individuos ligados a grupos revolucionarios de carácter nacionalista y familiarizados con el uso de las armas como los zelotes. Esta diversidad de sensibilidades políticas podía ser, sin duda, causa de conflicto entre ellos. Mientras que el publicado podía ser considerado un colaboracionista del Imperio, el zelota era su más acérrimo enemigo, alguien que aspiraba a sacudirse el yugo impuesto por los romanos.

Aunar este conjunto de sensibilidades no era nada fácil. A pesar de ello, Jesús los elige para que formen parte de un proyecto de vida común, sin importarle demasiado su pasado remoto o inmediato. Elige a los que quiere y por sus nombres. Hace de ellos su compañía habitual, pues los elige para que estén con él, pero también para enviarlos al mundo con una misión que, en gran medida, es la suya propia. Primero hace de ellos discípulos y después apóstoles (=enviados); hace de ellos discípulos para enviarnos como apóstoles. Así lo atestigua el evangelio: Jesús eligió a doce y los envió con estas instruccionesNo vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino ida a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el Reino de los cielos está cerca.

Jesús parece limitar su actuación apostólica al pueblo de Israel. Y su misión consiste esencialmente en anunciar la cercanía del Reino, que es lo que ha venido haciendo él mismo, acompañando el anuncio con esos signos liberadores (expulsión de espíritu inmundos y curación de enfermedades) que muestran la actualidad de la presencia del Reino que se anuncia. Pero –y esto es lo que provoca cierta perplejidad- han de circunscribir su acción al ámbito de los judíos, olvidándose por el momento de paganos y samaritanos –que para el caso eran como paganos-. Parece como si Jesús les indicara que todavía no era la hora de los paganos; que estos tendrían que esperar su turno. Sucede, sin embargo, que el mismo Jesús que, estando en la región de Tiro, le dice a la mujer fenicia que no ha sido enviado más que a las ovejas descarriadas de Israel, no deja de atenderla respondiendo a su súplica y concediéndole su favor por haber encontrado en ella mucha fe; pero esta mujer no era una oveja (descarriadade Israel, pues no era judía. Luego Jesús también hizo excepciones.

Por tanto, a pesar de que los paganos no son consideramos destinatarios inmediatos de la primera misión apostólica, serán tenidos en cuenta y, llegado su momento, atendidos en sus plegarias y solicitudes, pues también para ellos ha venido el Señor. ¿Cómo podría negarles la salvación a los paganos ese Dios que hace salir su sol sobre buenos y malos y manda la lluvia a justos e injustos? ¿Cómo podría limitar su oferta de salvación a solos los judíos el Dios del universo? Estos límites no pueden ser sino pautas temporales de una economía que se irá aplicando progresivamente a todos, puesto que todos somos potenciales destinatarios de una salvación que se revela universal. El objetivo de este apostolado no es otro que alcanzar a las ovejas descarriadas para reconducirlas a ese Reino que es patria de destino para todas ellas.

Estos Doce, que acabarán sufriendo la pérdida de uno de ellos, Judas el Iscariote, constituirán esa Iglesia germinal que, gracias a su labor misionera, irá floreciendo en diferentes lugares y multiplicándose por toda la geografía mundial, sin detenerse ante fronteras, ya sea de paganos o de samaritanos. Ello demuestra que las instrucciones restrictivas o limitantes de Jesús en orden a la misión no servían más que para ese momento histórico, pues en el futuro desaparecerán tales restricciones y aquellos apóstoles se verán lanzados al mundo entero por mandato del mismo Jesús resucitado y bajo los impulsos del Espíritu de Pentecostés, que abre el mensaje a todas las lenguas.

JOSÉ RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ-CID
Dr. en Teología Patrística

Christus Vivit – Francisco I

55. En ese mismo siglo, santa Catalina Tekakwitha, una joven laica nativa de América del Norte, sufrió una persecución por su fe y huyó caminando más de 300 kilómetros a través de bosques espesos. Se consagró a Dios y murió diciendo: “¡Jesús, te amo!”.

Para la catequesis: Domingo XV de Tiempo Ordinario

XV Domingo de Tiempo Ordinario
14 de julio 2019

Deuteronomio 30, 10-14; Salmo 68, Colosenses 1, 15-20; Lucas 10, 25-37

En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó:», «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?»

El doctor de la ley contestó: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo»

Jesús le dijo: «Has contestado bien; si haces eso, vivirás». El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?».

Jesús le dijo: «Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso’. ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?» El doctor de la ley le respondió: «El que tuvo compasión de él». Entonces Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo».

Reflexión

¿Cómo le dice Jesús al Maestro de la ley de Moisés, que se consigue la vida eterna? (Amando a Dios y al prójimo) ¿Qué más pregunta el Maestro de la ley? (¿Quién es mi prójimo?) ¿Cómo le contesta Jesús? (una parábola o cuento) En el cuento pasan tres personas y ven al hombre casi muerto en la calle. ¿Quiénes pasaron? (Un sacerdote, un levita, y un Samaritano) ¿Cómo es diferente el Samaritano al sacerdote y al Levita? (el sacerdote y el Levita eran parte de la religión judía como también era el Maestro de la ley; el Samaritano era de otra religión que practicaba idolatría y adoraba a Dios en otro monte y que eran rechazados por los judíos.) ¿Quién ayudó al hombre golpeado? (el Samaritano) ¿Qué quiere enseñarle Jesús con este cuento? (Toda la humanidad es nuestro prójimo, aunque sea de otra raza, religión, nacionalidad; todos somos hijos de Dios.) ¿A quiénes me es más difícil ayudar? ¿Como puedo tratar de ayudar a mi prójimo esta semana? (sonreír, compartir, orar, ayudar, jugar, hablar…)

 

Actividad

En las próximas páginas, colorear y contar parábola. Pueden actuar la lectura del evangelio escogiendo los distintos personajes. Al terminar repartir corazones para que cada uno escriba detrás a quien está dispuesto ayudar esta semana. Ayudarlos a aprenderse los mandamientos de amor.

 

Oración

Señor enséñanos a ser buenos samaritanos que acogen a quienes son rechazados. Danos valentía y generosidad para hacerlo, aunque nos cueste sacrificios personales. Amen

¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Tal vez hayas oído de Fred Rogers. Él fue mejor conocido como «Mr. Rogers» y tenía un programa de televisión titulado «Mr. Rogers’ Neighborhood» («El vecindario del Sr. Rogers»). Cada programa comenzaba en la misma manera. El Sr. Rogers entraba a su casa, se quitaba su chaqueta y sus zapatos, y se ponía un suéter (abrigo o jersey) y unos tenis cómodos mientras cantaba su canción tema «Won’t you be my Neighbor?» («¿Quieres ser mi vecino?» – traducción literal), La canción comenzaba de esta forma: (si posible, cántela). (Traducción libre).

Es un día precioso en este barrio

Para tener un buen vecino

¿Podrás serlo?

¿Querrás serlo?

Y terminaba así:

¿Serás mi vecino?

¿Serás tú, por favor,

serás tú mi vecino?

Cuando el Sr. Rogers murió hace varios años, él tenía millones de «vecinos» por todo el mundo y, aunque era bastante famoso, él nunca se vio como una estrella de televisión. Él decía: «Siempre pensé que era un vecino que venía a visitar.» El Sr. Rogers sabía lo que significaba ser un buen vecino.

Un día, un abogado le preguntó a Jesús qué tenía que hacer para obtener la vida eterna. Cuando Jesús le preguntó qué decía la Ley de Dios, el abogado contestó: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y ama a tu prójimo como a ti mismo.» Jesús dijo: «Correcto. Haz eso y vivirás.» Pero el hombre quería lucir bien así que le hizo otra pregunta: «¿Quién es mi prójimo?»

Para contestar esa pregunta Jesús le hizo una historia acerca de un hombre que estaba viajando de Jerusalén a Jericó, y fue atacado por unos ladrones. Le golpearon, le robaron, le quitaron la ropa, y le dejaron al lado del camino para que muriera.

Un sacerdote vino y al verle, cruzó al otro lado del camino y siguió caminando.

Poco después, un levita que trabajaba en el templo, llegó al lugar. Él también vio al hombre tirado allí y, pasando al otro lado, siguió su camino.

Finalmente, llegó un hombre de Samaria y cuando vio al hombre, se detuvo para ayudarle. Le curó las heridas y se las vendó. Eso no fue todo. Le llevó a una posada y le cuidó. Al día siguiente le dio dinero al dueño de la posada y le dijo que le cuidara. ¨Dele todo lo que necesite. Si cuesta más de lo que le he dado, se lo pagaré cuando vuelva.»

Entonces Jesús le preguntó: «¿Cuál de estos tres hombres demostró ser el prójimo del hombre que fue atacado por los ladrones?»

El abogado contestó: «El que le ayudó.»

«Estás en lo correcto,» dijo Jesús, «anda entonces y haz lo mismo.»

El mundo está lleno de personas que necesitan un vecino desesperadamente. «¿Serás mi vecino?» preguntan. Al igual que el buen samaritano de la historia ayudó a uno que estaba en necesidad, Jesús dice nos dice: «Ve y haz lo mismo.»

Comentario al evangelio – 10 de julio

“Llamando Jesús a doce, les dio poder“. Cuando Mateo relata que los discípulos fueron enviados a liberar a la gente de los “espíritus inmundos”, debemos entenderlos como todo aquello que origina y multiplica la violencia, la muerte y el caos en nuestro mundo. Al enviar a los apóstoles, Jesús los capacitó invistiéndolos con el poder que viene de lo alto.

Los enviados, por tanto, no están inermes o desprotegidos frente al mal. Pero no utilizan cualquier tipo de poderes en su trabajo liberador ¿Cuál es el poder que Jesús les confiere para esa misión imposible? Tendríamos que releer todo el evangelio y la misma vida para reconocerlo.

Descubrimos indicios como éstos:

  • El raro poder del amor al enemigo, al opositor, al contrincante, al indiferente, al distinto, al necesitado, sin jamás usar la venganza o la revancha contra de ellos; sino usando el potente recurso de poner la otra mejilla.
  • El raro poder de vivir juntos, de compartir vida, sueños y misión, de caminar juntos de dos en dos, de trabar amistad, de construir puentes y derribar muros.
  • El raro poder de la libertad para amar, sin amarrarse a personas, a estructuras, a posesiones, a ideologías, a países, a razas o color, a religiones, a costumbres, ni a cadena alguna que atenace el amor, aunque sea de oro.
  • El raro poder de la humildad, de la simplicidad, de la austeridad, de lapobreza, de aquella imaginación que no necesita multiplicar efectivos para hacerse valer.
  • El raro poder del dar y pedir perdón, el instrumento más eficaz y seguro para desarmar la obstinada violencia.
  • El raro poder de la alegría, con su brillo contagioso, llamativo, convocante, luminoso, irresistible…
  • El raro poder del partir y repartir el pan y el vino en mesa de fraternidad, abierta a aquellos que se alimentan no sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
  • El raro poder de narrar buenas noticias a través de parábolas elementales y cuentos sencillos, impregnados con la fuerza de la verdad, capaces de poner luz y mover corazones duros y obstinados.
  • El raro poder de la debilidad y de la pobreza de medios, que lleva a necesitar pocas cosas y estas necesitarlas muy poco. Sin jamás tener pánico a perder.
  • El raro poder de la mansedumbre, de la cordialidad, de la mirada pacificada, de la ternura capaz de seducir y conquistar lo más árido de una persona y transformarla.
  • El raro poder de la simplicidad, de la limpieza de miras, de la palabra directa y verdadera, aquella que vence por la contundencia con que exhibe la verdad.

Hoy nos toca a nosotros descubrir cuáles son los ‘espíritus inmundos’ de nuestra época, aquellos que conducen a la prepotencia, el egoísmo y la marginación. Con aquellos Jesús lanzó a los discípulos a conquistar el mundo. Con los mismos instrumentos, no con otros, hoy lo podemos hacer nosotros. La obediencia nos envía, la caridad nos hace cercanos y la pobreza nos hará creíbles.

Juan Carlos cmf