Sábado XV de Tiempo Ordinario

Hoy es 20 de julio, sábado XV de Tiempo Ordinario.

La lectura de hoy es del evangelio de Mateo (12, 14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

Jesús en su modo de predicar su buena noticia y en su modo de actuar, por ejemplo, curando en sábado, asegurando que el sábado está al servicio del hombre y no al revés, se gana, poco a poco, la enemistad de los fariseos. De tal manera que estos “planearon el modo de acabar de Jesús”.

Según el pasaje evangélico de hoy, Jesús sabe distinguir momentos y momentos, lugares y lugares, a la hora de anunciar su buena noticia. Hoy le vemos retirarse del lugar de la disputa con los fariseos. Seguirá curando y haciendo el bien a todos los que encuentre en su camino, pero, de momento, “no porfiará, no gritará, no voceará por las calles”, y pedirá a los curados que no “le descubran”.

Aunque buscará otros lugares para hablar abiertamente de su buena noticia, la mejor noticia de todos los tiempos para alegrar el corazón de todo hombre. Nada ni nadie le hará callar. Está en juego ser fiel a la misión recibida del Padre y está en juego que su buena noticia llegue a los hombres. Llegado el momento, las autoridades religiosas intentarán hacerle callar. Pero Jesús no callará. No puede dejar de proclamar la buena noticia que ha traído a nuestra humanidad. Sus enemigos conseguirán matarle. Pero resucitará a los tres días y el grupo de sus apóstoles y seguidores extenderá su evangelio hasta el día de hoy.

Liturgia – Sábado XV de Tiempo Ordinario

SÁBADO DE LA XV SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO o SANTA MARÍA EN SÁBADO, memoria libre o SAN APOLINAR, obispo y mártir, memoria libre

Misa de sábado (verde) o de la memoria de santa María (blanco) o de la memoria de san Apolinar (rojo)

Misal: Para el sábado cualquier formulario permitido / para la memoria de santa María en sábado del común de la bienaventurada Virgen María o de las «Misas de la Virgen María» / para la memoria de san Apolinar 1ª oración propia y el resto del común de mártires (para un mártir) o de pastores (para un obispo), o de un domingo del Tiempo Ordinario; Prefacio común o de la memoria.

Leccionario: Vol. III-impar.

  • Éx 12, 37-42. Fue la noche en que el Señor sacó a Israel de la tierra de Egipto.
  • Sal 135. Porque es eterna su misericordia.
  • Mt 12, 14-21. Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo dicho por el profeta.

Antífona de entrada          Cf. Sal 16, 15
Yo aparezco ante ti con la justicia, y me saciaré mientras se manifestará tu gloria.

Monición de entrada y acto penitencial
Hermanos, al celebrar hoy la memoria de la Santísima Virgen María, cuyo nombre Dios ha glorificado de tal modo que su alabanza siempre está en la boca de todos, nos acercamos al Dios justo y lleno de misericordia, disponiendo nuestros corazones para celebrar los sagrados misterios pidiéndole perdón por nuestros pecados.

Yo confieso…

Oración colecta
OH, Dios, que muestras la luz de tu verdad

a los que andan extraviados
para que puedan volver al camino,
concede a todos los que se profesan cristianos
rechazar lo que es contrario a este nombre
y cumplir cuanto en él se significa.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Dirijamos, hermanos, nuestras súplicas confiadas al Señor, que siempre escucha nuestras oraciones.

1.- Por la Iglesia; para que se signo de paz y reconciliación entre los hombres. Roguemos al Señor.

2.- Por los movimientos y grupos de jóvenes cristianos; para que sean cantera de nuevas vocaciones sacerdotales. Roguemos al Señor.

3.- Por los pueblos de toda la tierra; para que vivan en concordia y paz verdadera. Roguemos al Señor.

4.- Por los hambrientos y por los enfermos, por todos los que sufren por cualquier motivo; para que sean aliviados en su necesidad. Roguemos al Señor.

5.- Por nosotros; para que cuantos nos acogemos hoy a la protección de la Virgen del Carmen experimentemos su protección en las tempestades de la vida. Roguemos al Señor.

Dios y Padre bueno, que con inmensa paciencia refuerzas la caña cascada de nuestra pobreza; escucha las peticiones que te hemos presentado y alienta el pábilo vacilante de nuestra pobre fe. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
MIRA Señor, los dones de tu Iglesia suplicante

y concede que sean recibidos
para crecimiento en santidad de los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor del universo, Rey y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre.

Oración después de la comunión
DESPUÉS de recibir estos dones,

te pedimos, Señor,
que aumente el fruto de nuestra salvación
con la participación frecuente en este sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santoral 20 de julio

Nos encomendamos hoy al profeta Elías, que no dejó nada escrito, pero legó al pueblo de Israel la impresión de haber sido el mayor de los profetas antiguos. Los dos libros de los Reyes narran su vida con rasgos enteramente divinos. Los cruzados lo relacionaron con el monte Carmelo, así como la Biblia. En el NT aparece con Moisés al lado de Cristo en la Transfiguración. Su mensaje espiritual de muerte a los ídolos y adoración del único Dios conserva toda su validez para el hombre de hoy, que adora tantas cosas.

El segundo santo de este día es San José María Díaz Sanjurjo (Sanxurso), nacido en Santa Eulalia de Suegos (Lugo), en 1818, obispo y mártir dominico. Fue misionero en Vietnam durante muchos años y allí dejó su vida, después de muchas torturas y ensañamiento en su decapitación. Los pescadores cristianos lograron recuperar su cabeza del río, pero no su cuerpo. Juan Pablo II lo canonizó el 19 de julio de 1988 junto con un nutrido grupo de mártires dominicos y seglares.

Tenemos también a un compañero de San Agustín, primado de África llamado Aurelio, Elías, obispo de Etiopía en tiempos de San Atanasio, a un grupo de mártires de Corea y otro de China, a Marina mártir de Antioquía, Pablo, diácono y mártir, Librada, virgen y mártir, Torlaco, obispo y Vulmaro monje benedictino.

Entre los beatos están Bernardo, obispo de Silesia, Juan Bautista Zola, jesuita quemado vivo en Nagasaki en el siglo XVII y José, apellidado El Justo, que entró en suertes con Matías para sustituir a Judas.

No podemos olvidar a las beatas Rita Dolores Pujalte Sánchez y Francisca Aldea Araujo, monjas de la Caridad, asesinadas en Madrid, en 1936, fusiladas en la carretera de Barajas, muriendo con gran serenidad, según los testigos y rezando por sus verdugos. Fueron beatificadas el 10 de mayo de 1998. Murieron, después de una vida entera dedicada a la caridad, para destruir el odio entre los hombres.

Álvaro Maestro Jesús

Laudes – Sábado XV de Tiempo Ordinario

LAUDES

SÁBADO XV TIEMPO ORDINARIO

 

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Señor, ábreme los labios.
R/. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

INVITATORIO

Se reza el invitatorio cuando laudes es la primera oración del día.

SALMO 94: INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; venid, adorémosle.

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendición al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso».»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

HIMNO

Al filo de los gallos,
viene la aurora;
los temores se alejan
como las sombras.

¡Dios, Padre nuestro,
en tu nombre dormimos
y amanecemos!

Como luz nos visitas,
Rey de los hombres,
como amor que vigila
siempre de noche;

cuando el que duerme,
bajo el signo del sueño,
prueba la muerte.

Del sueño del pecado
nos resucitas,
y es señal de tu gracia
la luz amiga.

¡Dios que nos velas!
Tú nos sacas por gracia
de las tinieblas.

Gloria al Padre, y al Hijo,
gloria al Espíritu,
al que es la paz, luz y vida,
al Uno y Trino;

gloria a su nombre
y al misterio divino
que nos lo esconde. Amén.

 

SALMO 118

Ant. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.

Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.

 

CÁNTICO de la SABIDURÍA: DAME, SEÑOR, LA SABIDURÍA

Ant. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.

Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus criaturas,
y para regir el mundo con santidad y justicia,
y para administrar justicia con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.

Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.

Mándala de tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.

Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.

 

SALMO 116: INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA

Ant. La fidelidad del Señor dura por siempre.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. La fidelidad del Señor dura por siempre.

 

LECTURA: Flp 2, 14-15

Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones: así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo.

 

RESPONSORIO BREVE

R/ A ti grito, Señor: Tú eres mi refugio.
V/ A ti grito, Señor: Tú eres mi refugio.

R/ Y mi lote en el país de la vida.
V/ Tú eres mi refugio.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/   A ti grito, Señor: Tú eres mi refugio.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Benedictus. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR. Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

 

PRECES

Invoquemos a Dios, que colocó a María, madre de Cristo, por encima de todas las criaturas celestiales y terrenas, diciendo con filial confianza:

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Padre de misericordia, te damos gracias porque nos has dado a María como Madre y ejemplo;
— santifícanos, por su intercesión.

Tú que hiciste que María meditara tus palabras, guardándolas en su corazón, y fuera siempre fidelísima esclava tuya,
— por su intercesión, haz que también nosotros seamos, de verdad, siervos y discípulos de tu Hijo.

Tú que quisiste que María concibiera por obra del Espíritu Santo,
— por intercesión de María, otórganos los frutos de este mismo Espíritu.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que diste fuerza a María para permanecer junto a la cruz, y la llenaste de alegría con la resurrección de tu Hijo,
— por intercesión de María, confórtanos en la tribulación y reanima nuestra esperanza.

 

Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Señor nos enseñó:
Padre nuestro…

 

ORACION

Oh Dios, fuente y origen de nuestra salvación, haz que, mientras dura nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos incesantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.