Vísperas – Santa Mónica

VÍSPERAS

SANTA MÓNICA

 

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

HIMNO

Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.

Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.

Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.

Una escuela de fe fue su regazo.
Todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.

 

SALMO 19: ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY

Ant. El Señor da la victoria a su Ungido

Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión.

Que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.

Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.

Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.

Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.

Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.

Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. El Señor da la victoria a su Ungido.

 

SALMO 20: ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY

Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuanto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

 

CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE LOS REDIMIDOS

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

 

LECTURA: Rm 8, 28-30

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

 

RESPONSORIO BREVE

R/ Dios la eligió y la predestinó.
V/ Dios la eligió y la predestinó.

R/ La hizo morar en su templo santo.
V/ Y la predestinó.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Dios la eligió y la predestinó.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Mónica, vivificada por la gracia de Cristo, mientras estuvo en este mundo vivió de tal manera, que su fe y sus costumbres fueron una perfecta alabanza al nombre de Dios.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mónica, vivificada por la gracia de Cristo, mientras estuvo en este mundo vivió de tal manera, que su fe y sus costumbres fueron una perfecta alabanza al nombre de Dios.

 

PRECES

Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia, por intercesión de las santas mujeres y digámosle:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Por intercesión de las mártires, que con la fuerza del espíritu superaron la muerte del cuerpo,
— concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.

Por intercesión de las esposas, que por medio del santo matrimonio crecieron en la gracia,
— concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.

Por intercesión de las viudas, que por la hospitalidad y la oración superaron su soledad y se santificaron,
— concede, Señor, a tu Iglesia que muestre al mundo el misterio de tu caridad.

Por intercesión de las madres, que engendraron sus hijos no solo para la vida del mundo, sino también para el reino de los cielos,
— concede, Señor, a tu Iglesia que transmita la vida del espíritu y la salvación a todo el género humano.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Por intercesión de todas las santas mujeres, que han sido ya admitidas a contemplar la belleza de tu rostro,
— concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también eternamente de tu presencia.

 

Terminemos nuestra oración con la plegaria que nos enseñó el Señor:
Padre nuestro…

 

ORACION

Oh Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

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Lectio Divina – 27 de agosto

Tiempo Ordinario 

1) Oración inicial

¡Oh Dios!, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor. 

2) Lectura del Evangelio

Del Evangelio según Mateo 23,23-26

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura! 

3) Reflexión

• El evangelio de hoy presenta dos otros ‘hay’ que Jesús pronuncia contra los líderes religiosos de su época. Los dos ‘ay’ de hoy denuncian la falta de coherencia entre palabra y actitud, entre el exterior y el interior. Repetimos hoy lo que afirmamos antes. Al meditar las palabras tan duras de Jesús, tengo que pensar no sólo en los doctores y en los fariseos de la época de Jesús., sino que también y sobre todo en el hipócrita que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en la comunidad, en nuestra iglesia, en la sociedad de hoy. Vamos a mirar en el espejo del texto, para descubrir lo que hay de errado en nosotros.
• Mateo 23,23-24: El quinto ‘ay’ contra los que insisten en la observancia y olvidan la misericordia. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe!”. Este quinto ‘ay’ de Jesús contra los líderes religiosos de aquella época puede ser repetido contra muchos líderes religiosos de los siglos siguientes, hasta hoy. Muchas veces, en nombre de Dios, insistimos en detalles y olvidamos la misericordia. Por ejemplo, el jansenismo volvió la vivencia de la fe árida, insistiendo en observancias y penitencias que desviaron al pueblo del camino del amor. La hermana carmelita Teresa de Lisieux creció en este ambiente jansenista, que marcaba la Francia del final del siglo XIX. Fue a partir de una dolorosa experiencia personal que ella supo recuperar la gratuidad del amor de Dios con la fuerza que debe animar por dentro la observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del amor, las observancias hacen de Dios un ídolo.
• Mateo 23,25-26: El sexto ‘ay’ contra los que limpian las cosas por fuera y las ensucian por dentro. “«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!” En el Sermón de la Montaña, Jesús critica a los que observan la letra de la ley y transgreden el espíritu de la ley. Dice: » Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano `imbécil’, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame `renegado’, será reo de la gehenna de fuego. «Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt 5,21-22.27-28). No basta observar la letra de la ley. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar, para ser fiel a lo que Dios nos pide. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca dentro de sí “los deseos de robo y de codicia” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor. 

4) Para la reflexión personal

• Dos más ‘ay’, dos motivos más para recibir una crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de los dos cabe en mí?
• Observancia y gratuidad: ¿cuál de las dos prevalece en mí? 

5) Oración final

Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)

La Vida de Jesús – Fco. Fernández-Carvajal

2.- MARÍA

La historia importante de Nazaret comienza con María, aunque nadie lo había advertido; vino al mundo como los demás niños, pero, de una manera oculta, fue a la vez la primera señal de una Redención ya muy cercana. Era el comienzo del amanecer definitivo. Nazaret se va a convertir en el centro del Cielo y de la tierra.

Una antigua tradición, de la que ya tenemos constancia en el siglo II, señala que sus padres se llamaban Joaquín y Ana. Quizá nunca supieron que su hija María había sido concebida sin la mancha del pecado original y que poseía en su alma la gracia desde el primer momento de su existencia en el seno materno. Quizá no llegaron a saber que Dios la miró y la custodió en cada instante con un amor único e irrepetible.

San Lucas, tan diligente en examinar todas las fuentes que le pudieran aportar noticias y datos, omite cualquier referencia a esos primeros años de María. Muy probablemente, Nuestra Señora nada dijo de este tiempo, porque poco había que contar: todos los hechos extraordinarios transcurrieron en la intimidad de su alma, mientras el Espíritu Santo y Dios Padre esperaban sin prisa el momento de la Encarnación del Hijo. Luego vendrán los evangelios apócrifos e inventarán leyendas increíbles para llenar estos años de normalidad. Y nos dirán que vivía en el Templo, que los ángeles le llevaban de comer y hablaban con ella…

La crítica ha rechazado las narraciones apócrifas que suponían a María en el Templo, desde la edad de tres años, consagrada a Dios con un voto de virginidad[1]. La idea de un voto como tal es incomprensible en el ambiente judío de hace dos mil años, y tampoco se compagina bien con el matrimonio contraído por María. Pero se debe pensar con toda lógica que la Virgen, movida por el Espíritu Santo, se dio a sí misma al Señor ya desde su infancia.

Por esta plena pertenencia, que incluye la dedicación virginal, Nuestra Señora podrá decir al ángel: no conozco varón, desvelando delicadamente una historia de entrega que había tenido lugar en la intimidad de su alma[2]. María es ya una primicia del Nuevo Testamento, en el que la excelencia de la virginidad cobrará todo su valor, sin menguar por eso la santidad del matrimonio.

María fue una niña normal, que llenó de gozo a todos cuantos la trataron en la vida corriente de un pueblo no demasiado grande. Alegró con su presencia la vida de todos.


[1]Estas fantasías están relatadas principalmente en el Protoevangelio de Santiago. Este escrito apócrifo se extiende sobre supuestos hechos de la vida de María y de la infancia de Jesús. La trama fundamental es la de los evangelios canónicos aumentada con gran cantidad de prodigios inventados. Estuvo muy difundido en los primeros siglos.

La Iglesia, sin embargo, prescindiendo del aspecto apócrifo, y siguiendo una tradición muy antigua sobre todo en Oriente, ha conservado la fiesta de la Presentación de la Virgen María (21 de noviembre), por su «contenido de alto valor ejemplar» (ver Enc. Marialis cultus,2-II-1974, n. 8).

[2]Cfr. BENEDICTO XVI, La infancia de Jesús, pp. 40-42 y 52-63.

Comentario del 27 de agosto

La diatriba de Jesús contra los fariseos continua su curso: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello.

Estas palabras nos descubren lo nuclear de la crítica de Jesús a la conducta de los fariseos: que descuidan aquello a lo que había que prestar más atención por ser lo más grave de la ley, a saber, el derecho (=lo que es conforme a la justicia), la compasión (que empuja a apiadarse de todo prójimo necesitado) y la sinceridad (que es lo más opuesto a la hipocresía). Sobre estos tres pilares tendría que apoyarse su entero comportamiento. En este capítulo es en el que tendrían que concentrar todos sus esfuerzos, aunque sin descuidar obligaciones como la del pago de los diezmos, que no deja de ser un asunto menor. Incurren, pues, en un error de valoración.

Ahí radica su ceguera. Y esto mismo les lleva a filtrar el mosquito y a tragarse el camello y a quedarse en el arreglo de lo exterior, olvidando que lo exterior depende de lo interior, y que para que lo exterior pueda aparecer ordenado y limpio es preciso ordenar y limpiar primero lo interior. ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera.

De nada sirven los lavados externos si no se atiende a la limpieza interior, porque dentro es donde se confeccionan las malas acciones, robos y desenfrenos, y si queremos obtener la limpieza es necesario llegar a ese punto donde se acumula la suciedad. De nuevo Jesús orienta nuestras miradas hacia el interior de nosotros mismos, donde se cuecen los buenos y los malos propósitos. Si no llegamos a purificar este ámbito de nuestra personalidad, de nada servirán las purificaciones externas por muy abundante que sea el detergente empleado.

Luego lo que Jesús critica en los fariseos es que no presten atención a lo realmente importante, a lo que es verdaderamente grave en la vida y, por eso, importa también al Dios justo, compasivo y fiel que reclama justicia, misericordia y sinceridad de sus hijos. También censura que se queden en puras exterioridades y no desciendan a ese subsuelo en el que acontecen los movimientos sobre los que pivotan nuestras acciones. ¿No sigue teniendo vigencia esta crítica en nuestros días? ¿No pone al descubierto también nuestras carencias y cegueras? ¿No nos obliga a replantearnos nuestras prioridades y atenciones? ¿No nos quedamos también nosotros en lo que carece de importancia o en puras exterioridades? ¿No filtramos también nosotros el mosquito y nos tragamos el camello?

JOSÉ RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ-CID
Dr. en Teología Patrística

Christus Vivit – Francisco I

Hay salida

103. En este capítulo me detuve a mirar la realidad de los jóvenes en el mundo actual. Algunos otros aspectos aparecerán en los siguientes capítulos. Como ya dije, no pretendo ser exhaustivo con este análisis. Exhorto a las comunidades a realizar con respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana, para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.

Recursos – Domingo XXII de Tiempo Ordinario

PRESENTACIÓN DE UNA COPA

(Un miembro cualquiera de la comunidad hace esta ofrenda, consistente en una copa de cristal bien limpia. Tras dársela al Presidente, dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te ofrezco hoy, en nombre de toda la comunidad y de cada uno de nosotros y de nosotras, esta copa bien limpia, que transparenta su fondo. Con ella va nuestro deseo de ser coherentes y rechazar cuanto signifique fariseísmo o apariencias, porque así reflejaremos mejor la VIDA NUEVA del Señor resucitado. Danos la fuerza de tu Espíritu para vivir de acuerdo con estos deseos.

PRESENTACIÓN DE UN CUENCO

(Puede hacer la ofrenda uno o una de los jóvenes de la comunidad. Con él queremos expresar la disponibilidad del creyente)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo hoy este cuenco, símbolo de mi receptividad, como la de cualquier creyente. A imagen de María y de tantos testigos y creyentes, queremos ser como este cuenco, dispuestos y dispuestas a recibir tu Palabra y tu gracia. Sin ellas nosotros y nosotras no somos nada o, si lo somos, es pura autosuficiencia y alejamiento de ti. No dejes de llenar nuestros corazones con tu gracia, Señor.

PRESENTACIÓN DE UNA BIBLIA

(No es la primera vez que la ofrecemos, aunque, en esta ocasión, aconsejamos que lo haga una de las personas que preparan y animan los encuentros de oración de la Comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Yo te traigo, Señor, una Biblia, tu Palabra escrita para nosotros y nosotras. Con ella te entrego nuestra disponibilidad a escucharte siempre. Tú, Señor, no enmudezcas nunca. No nos dejes de dirigir tu Palabra, que es la luz que ilumina nuestras vidas. Pero no te olvides de tocar nuestros corazones, para que nunca se cierren a la Palabra que Tú nos diriges.

PRESENTACIÓN DE UNA BUENA NOTICIA

(Debe haberse recogido en los últimos días de la prensa o los medios de comunicación social. La lee uno de los miembros adultos de la comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor, te traigo esta buena noticia reciente. Mira, Señor, los hombres y las mujeres no sólo somos capaces de hacer el mal. También, y por tu gracia, hacemos cosas positivas, como ésa. Señor, que no sea una excepción. Que nos empeñemos en realizarlas continuamente, porque sólo así es como transformaremos este mundo y esta sociedad.

PRESENTACIÓN DE UN MATRIMONIO

(Puede hacer la ofrenda o bien el matrimonio más veterano de la comunidad o bien el último. Uno de ellos dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Aquí nos tienes a nosotros, Señor, dispuestos a ofrecerte nuestro amor y compromiso como pareja y como matrimonio cristiano. Queremos ser en medio de este mundo, en el que se rompen tan pronto todas las cosas y, entre ellas, el amor, signo de la unión indisoluble de Cristo con la Iglesia. Precisamente de esa unión, nosotros confesamos públicamente que recibimos de Ti la fortaleza para vivir día a día nuestro amor. Haz que todos los matrimonios de la comunidad vivamos la gracia sacramental y seamos auténticos educadores de nuestros hijos e hijas.

PRESENTACIÓN DE UN INSTRUMENTO DE BRICOLAJE

(Puede hacer la ofrenda cualquier persona de la comunidad, aunque preferiblemente debiera ser un varón)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Mira Señor, yo te traigo un instrumento de bricolaje, signo del mundo de los «hobbies», que debieran ser una forma de reestructurar la persona o expresarnos y ser nosotros mismos y nosotras mismas, lo cual -tantas veces- nos impide el mundo laboral; y son más bien una manera de matar el rato, llenar los muchos tiempos libres de los que disponemos hoy y una forma de estar entretenidos y entretenidas para no encontrarnos con nosotros mismos, con nostras mismas y llenar esos tiempos de soledad y silencio, que son los que más nos aterran a los hombres y las mujeres de hoy. A mí me gustaría hoy, al ofrecerte este instrumento de bricolaje, proclamar la grandeza de los «hobbies», como esa oportunidad que tenemos de ser nosotros mismos, nosotras mismas y que no nos lo permite nuestro trabajo habitual.

Oración de los fieles – Domingo XXII de Tiempo Ordinario

Humildad, pobreza y huir de la soberbia son las consignas que hemos escuchado este domingo en las lecturas, con esos sentimientos elevamos al Padre nuestras plegarias diciendo:

R.- PADRE DANOS UN CORAZÓN HUMILDE.

1. – Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes para que sean fieles pastores de la Iglesia y la conduzcan por los caminos seguros del Señor.

OREMOS

2. – Por las naciones de la tierra, para que busquen la concordia entre ellas rechazando cualquier tipo de violencia entre ellas.

OREMOS

3. – Por todos los que sufren la opresión del mal, tanto física como interior, para que el Señor se haga presente en sus angustias y superen su angustiosa situación.

OREMOS

4. – Por todos los que se incorporan al nuevo curso, para que, con la ayuda de Dios, consigan avanzar en su camino profesional y espiritual.

OREMOS

5. – Por las familias cristianas para que, busquen atender a todos los que se acercan a su hogar y hagan de sus casas verdaderas iglesias domésticas.

OREMOS

6 – Por todos nosotros, para que, trabajemos la humildad de corazón y huyamos de la soberbia y de la falsa apariencia.

OREMOS

Padre, ayúdanos a seguir caminando, tras los pasos de Cristo en este nuevo curso que comenzamos.

Te lo pedimos por medio de Jesucristo Nuestro Señor.

Amen.


Oremos, hermanos a Dios Padre, por mediación de nuestro Señor Jesucristo, Cordero humilde y salvador del mundo.

Y respondemos:

R.- DANOS SEÑOR, TU HUMILDAD

1. – Por la Iglesia de Dios, por el Papa, los Obispos y sacerdotes, para que nunca en la realidad eclesial, se olvide que hay que servir y no ser servidos.

OREMOS

2. – Por los políticos, los artistas, los científicos, para que el Espíritu Santo les descubra constantemente que su trabajo es servicio a los demás,

OREMOS.

3. – Para que jamás nosotros manipulemos a los pobres, ni los pobres manipulen su pobreza.

OREMOS

4. -Para que los problemas y desventuras nos ayuden a ser humildes y los aciertos y éxitos nos sirvan para serlo más, en recuerdo de los momentos malos.

OREMOS.

5. – Por nosotros, cristianos y por los creyentes de todas las religiones, para que nunca una vida ejemplar y al servicio de los demás, sirva para fomentar el orgullo y la falsa modestia, que es camino de soberbia,

OREMOS.

6. – Por todos nosotros, presentes en esta Eucaristía, y por nuestros familiares, amigos y vecinos, para que todos juntos construyamos un mundo de amor y mansedumbre, siguiendo el ejemplo de Jesús.

OREMOS

Recibe, Dios Padre bueno, las humildes súplicas que te dirigimos y escúchalas para que podamos ser habitantes de un mundo mejor.

Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo.

Amén.

Comentario al evangelio – Martes XXI de Tiempo Ordinario

Hoy nos fijamos en el primero de los ayes de este fragmento. Dejamos el segundo ay, pues viene a coincidir con el primero de mañana, que será objeto del comentario.

Sabemos que hay gente minuciosa, detallista; quizá lo eres tú mismo. La hay también en el cumplimiento de normas. Así, en una comunidad religiosa en que se detallan las prácticas de cada momento de la jornada, podemos encontrar personas que las realizan de forma impecable. Ese estilo de vida, más en otros tiempos que en los que corren, deparaba a la persona una excelente imagen pública. Se la podía presentar como modelo de observancia. Incluso su modo de vida podía darle al individuo notable tranquilidad de conciencia.

Pero una persona cumplidora, quizá encaramada en la autosatisfacción de su disciplina, puede ser a la vez inmisericorde con los que la rodean: blande contra ellos el látigo de su observancia. Y puede también permanecer ciega para las situaciones de injusticia que hay intramuros o que se dan en la sociedad y que claman al cielo. Uno vive encerrado en su pequeño mundo, en el que su vida discurre con perfecto orden, y permanece ajeno a los desórdenes que se dan al otro lado de los muros de su casa. Corre el riesgo de perder el sentido de la realidad.

El evangelio de hoy nos invita a mirar al corazón de Dios, al de Jesús, y a preguntarnos: ¿Cómo es tu corazón? ¿Cuál es la mirada que diriges a la realidad que está a este o al otro lado de los muros de tu casa? ¿Cómo te dejas afectar por ella? ¿Qué respuesta das?

Pablo Largo