Para la catequesis: Domingo XXIX de Tiempo Ordinario

XXIX Domingo de Tiempo Ordinario
20 de octubre2019

Éxodo 17, 8-18; Salmo 120; 2 Timoteo 3, 14-4, 2; Lucas 18, 1-8

La Viuda Insistente; Orar sin Desfallecer

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: «En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres.

Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ «. Dicho esto, Jesús comentó: «Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?» Ver Evangelio Ilustrado:

Reflexión

Jesús nos enseña con una parabola. Él compara un juez con Dios mismo. ¿Cόmo son iguales? (Los dos oyen peticiones y deciden si los concede. ¿Cόmo son diferentes? (El juez ignora a la viuda por falta de caridad; Dios es Caridad y la escucharía enseguida.) ¿Por qué el juez, por fin, le hace justicia? (para que no molestara más) ¿Por qué Dios nos concede las peticiones justas? (Nos ama y quiere que seamos felices) ¿Qué quiere enseñarnos Jesús? (Que seamos persistentes en la oración, que Dios siempre nos escucha y quiere nuestra felicidad. Él concederá nuestras peticiones si son justas y para nuestro bien.) Los deberes diarios como el levantarse temprano, hacer las tareas, jugar los deportes, etc. nos ocupan, nos cansan y nos pueden alejar de Dios si dejamos de orar. ¿Dedicamos diariamente un tiempo para orar con Dios? ¿Qué hacemos cuando las cosas no salen como las esperábamos? La insistencia y la constancia en la oración transformará nuestras vidas.

Actividad

En la siguiente página encontrarán una hoja en la cual los niños escribirán o dibujarán una oración de petición, agradecimiento, intercesión y de confesión de alguna falta o pecado que hayan cometido.

Oración

Dios verdadero, que eres Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te quiero con todo mi corazón. Te doy gracias porque has hecho mi cuerpo con un corazón que puede amar. Te doy gracias porque me has cuidado toda la noche y durante el día me llenas de regalos. Gracias porque siempre estás conmigo. Ayúdame en todos los momentos de mi vida a ser agradecido: a ser un verdadero amigo de Jesús con mis oraciones, mis palabras y mi buen ejemplo para que todo el mundo te conozca y te ame. AMEN (San Enrique de Ossó)