VÍSPERAS
SANTA LUCÍA, virgen y mártir
INVOCACIÓN INICIAL
V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.
Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal.
Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el Rey de la gloria ya pronto vendrá;
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.
Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida en su vida, su Amor en su amor
serían un día su gracia y su don.
Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías, sé Dios Salvador. Amén.
SALMO 114: ACCIÓN DE GRACIAS
Ant. Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída.
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando y sin fuerzas, me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída.
SALMO 120: EL GUARDIÁN DEL PUEBLO
Ant. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE ADORACIÓN
Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA: 2P 3, 8b-9
Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
RESPONSORIO BREVE
R/ Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V/ Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R/ Que brille tu rostro y nos salve.
V/ Señor Dios de los ejércitos.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Con perseverancia has salvado tu alma, Lucía, esposa de Cristo; has superado las cosas del mundo y brillas con los ángeles; has vencido al enemigo con tu propia sangre.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con perseverancia has salvado tu alma, Lucía, esposa de Cristo; has superado las cosas del mundo y brillas con los ángeles; has vencido al enemigo con tu propia sangre.
PRECES
Roguemos a nuestro Redentor, que viene a dar la Buena Noticia a los pobres, y digámosle:
Manifiesta, Señor, tu gloria a los hombres
Manifiéstate, Señor, a todos los que no te conocen
— para que también ellos vean tu salvación.
Que tu nombre, Señor, se anuncie hasta el confín de la tierra
— y que todos los hombres descubran el camino que conduce a ti.
Tú que viniste por vez primera para salvar al mundo,
— ven de nuevo para salvar a los que en ti creen.
Aquella libertad que tu venida dio a los redimidos,
— consérvala, Señor, con tu poder, y defiéndela siempre
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que ya viniste en la carne y vendrás de nuevo a juzgar al mundo,
— da en tu venida el premio eterno a los difuntos.
Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:
Padre nuestro…
ORACION
Que la poderosa intercesión de santa Lucía, virgen y mártir sea nuestro apoyo, Señor, para que en la tierra celebremos su triunfo y en el cielo participemos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.