II VÍSPERAS
LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
INVOCACIÓN INICIAL
V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Temblando estaba de frío
el mayor fuego del cielo,
y el que hizo el tiempo mismo
sujeto al rigor del tiempo.
Su virgen Madre le mira,
ya llorando, ya riendo,
que, como es su espejo el Niño,
hace los mismos efectos.
No lejos el casto esposo;
y de los ojos atentos
llueve al revés de las nubes,
porque llora sobre el cielo. Amén.
SALMO 112
Ant. A los tres días, encontraron a Jesús en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. A los tres días, encontraron a Jesús en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
SALMO 147
Ant. Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Glorifica al Señor, Jerusalén:
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
CÁNTICO de EFESIOS: EL DIOS SALVADOR
Ant. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
LECTURA: Flp 2, 6-7
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos y actuando como un hombre cualquiera.
RESPONSORIO BREVE
R/ Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo.
V/ Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo.
R/ Apareció en el mundo y vivió entre los hombres.
V/ Para ser compasivo.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.» «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.» «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
PRECES
Adoremos a Cristo, Hijo del Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana, y aclamémosle, diciendo:
Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.
Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José,
— enséñanos el respeto y la obediencia a los que nos gobiernan legítimamente.
Tú que amaste a tus padres y fuiste amado por ellos,
— afianza a todas las familias en el amor y la concordia.
Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre,
— haz que Dios sea honrado en todas las familias.
Tú que quisiste que tus padres te buscaran durante tres días,
— enséñanos a buscar siempre primero el reino de Dios y su justicia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que has dado parte en tu gloria a María y a José,
— admite también a nuestros difuntos en la familia de los santos.
Unidos entre nosotros y con Jesucristo, y dispuestos a perdonarnos siempre unos a otros, dirijamos al Padre nuestra súplica confiada:
Padre nuestro…
ORACION
Dios, Padre nuestro, que has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo a los ojos de tu pueblo, concédenos, te rogamos, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.