Meditación – Lunes III de Pascua

Hoy es lunes III de Pascua.

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 6, 22-29):

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos le vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.

Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».

Hoy, después de la multiplicación de los panes, la multitud se pone en busca de Jesús, y en su búsqueda llegan hasta Cafarnaúm. Ayer como hoy, los seres humanos han buscado lo divino. ¿No es una manifestación de esta sed de lo divino la multiplicación de las sectas religiosas, el esoterismo?

Pero algunas personas quisieran someter lo divino a sus propias necesidades humanas. De hecho, la historia nos revela que algunas veces se ha intentado usar lo divino para fines políticos u otros. Hoy, en el Evangelio proclamado, la multitud se ha desplazado hacia Jesús. ¿Por qué? Es la pregunta que hace Jesús afirmando: «Vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado» (Jn 6,26). Jesús no se engaña. Sabe que no han sido capaces de leer las señales del pan multiplicado. Les anuncia que lo que sacia al hombre es un alimento espiritual que nos permite vivir eternamente (cf. Jn 6,27). Dios es el que da ese alimento, lo da a través de su Hijo. Todo lo que hace crecer la fe en Él es un alimento al que tenemos que dedicar todas nuestras energías.

Entonces comprendemos por qué el Papa nos anima a esforzarnos para re-evangelizar nuestro mundo que frecuentemente no acude a Dios por los buenos motivos. En la constitución «Gaudium et Spes» («La Iglesia en el mundo actual») los Padres del Concilio Vaticano II nos recuerdan: «Bien sabe la Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solo los alimentos terrenos». Y nosotros, ¿por qué continuamos siguiendo a Jesús? ¿Qué es lo que nos proporciona la Iglesia? ¡Recordemos lo que dice el Concilio Vaticano II! ¿Estamos convencidos del bienestar que proporciona este alimento que podemos dar al mundo?

Abbé Jacques FORTIN

Martirologio 27 de abril

ELOGIOS DEL 27 DE ABRIL

1.- Si la lectura tiene lugar dentro de la Liturgia de las Hojas se hace después de la oración conclusiva de Laudes o cualquiera de las horas menores.

El lector comienza inmediatamente por la mención del día.*

2.- Si la lectura no tiene lugar dentro de la Liturgia de las Hojas, reunida la asamblea, bien en el coro, bien en capítulo o bien en la mesa, el lector comienza inmediatamente por la mención del día.*

Los elogios de los santos de cualquier día han de leerse siempre el día precedente.

*El lector hace la mención del día:

Día 27 de abril

Lectura de los elogios del día

Los elogios de los santos o beatos indicados con asterisco se leen solamente en las diócesis o en las familias religiosas a las que ha sido concedido el culto de ese santo o beato. 

1. En Jerusalén, conmemoración de san Simeón, obispo y mártir, que, según la tradición, era hijo de Cleofás y pariente del Salvador según la carne. Ordenado obispo de Jerusalén después de Santiago, el hermano del Señor, en la persecución bajo el emperador Trajano fue sometido a varios suplicios, hasta que, ya anciano, murió en la cruz. (107)

2. En Cibali, lugar de Panonia, hoy Winkovitz, en Croacia, san Polión, lector y mártir, que detenido durante la persecución bajo el emperador Diocleciano e interrogado por el prefecto Probo, como confesase insistentemente a Cristo y se negase a sacrificar a los ídolos, fue quemado vivo en las afueras de la ciudad. (c. 303)

3. En Tabennesi, en la región de Tebaida, en Egipto, san Teodoro, abad, discípulo de san Pacomio y padre de una comunidad monástica. (s. IV)

4*. En Altino, en el territorio de Venecia, en la actual Italia, san Liberal, eremita. (c. 400)

5*. En la isla de Man, en la costa septentrional de Cambria, en el actual Reino Unido, san Macaldo o Maughold, obispo, célebre por su santidad. (s. VII)

6. En la isla de Afusia, en la Propontide, actualmente Turquía, san Juan, abad de Catari, que en tiempo del emperador León el Armenio, por defender el culto de las santas imágenes, tuvo que luchar con firmeza. (s. IX)

7*. En Lucca, en la región italiana de Toscana, santa Zita, virgen, quien, nacida en hogar humilde, a los doce años entró a servir a la familia de los Fatinelli, y perseveró hasta la muerte, con admirable paciencia, en este servicio doméstico. (1278)

8*. En Tarragona, ciudad de la corona de Aragón, san Pedro Ermengol, que durante un tiempo fue cabecilla de bandoleros y, convertido después a Dios, entró en la Orden de Nuestra Señora de la Merced, dedicándose con todas sus energías a rescatar cautivos en África. (1304)

9*. En Bitetto, en la región de Apulia, beato Jacobo Varinguer de Zara, religiosp de la Orden de los Hermanos Menores. (c. 1485)

10*. En Kotor, población de Montenegro, beata Catalina, virgen, la cual, bautizada en la Iglesia ortodoxa, ingresó en la Orden de Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo asumiendo el nombre de Hosanna y vivió recluida a lo largo de cincuenta y un años, inmersa en la divina contemplación, e intercediendo por el pueblo cristiano durante el asedio de los turcos. (1565)

11*. En Reims, en Francia, beato Nicolás Roland, presbítero, que, preocupado por la formación cristiana de la infancia, estableció escuelas para las niñas pobres, entonces excluidas de cualquier forma de instrucción, y fundó la Institución de Hermanas del Niño Jesús. (1678)

12. En la ciudad de Ninh-Binh, en Tonkín, hoy Vietnam, san Lorenzo Nguyen Van Huong, presbítero y mártir, que, detenido al visitar de noche a un moribundo, por no querer pisotear la Cruz fue azotado y decapitado en tiempo del emperador Tu Duc. (1856)

13*. En Salamanca, en España, beata María Antonia Bandrés y Elósegui, virgen de la Congregación de Hijas de Jesús, que concluyó en breve tiempo su vida consagrada a Dios, con ánimo sereno y sin descorazonarse. (1919)

El lector concluye diciendo:

Es preciosa a los ojos del Señor.

R./ La muerte de sus santos.

Si la lectura se hace en una hora menor se concluye ahora diciendo “Bendigamos al Señor” y su respuesta acostumbrada o con la conclusión que se encuentra más adelante.

Si la lectura se hace en Laudes o fuera de la Liturgia de las Horas se continúa como se recoge a continuación.

Lectura breve           Is 55, 6-7

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Palabra de Dios

R./ Te alabamos, Señor.

Oración

V/. Santa María y todos los santos intercedan por nosotros ante el Señor, para que obtengamos de él ayuda y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R./ Amén.

Conclusión

V./ El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Por la misericordia de Dios las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz.

R./ Amén.

V./ Podéis ir en paz.

R./ Demos gracias a Dios.

Liturgia – Lunes III de Pascua

LUNES DE LA III SEMANA DE PASCUA, feria

Misa de la feria (blanco)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Pascual.

Leccionario: Vol. II

  • Hch 6, 8-15. No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
  • Sal 118.Dichoso el que camina en la ley del Señor.
  • Jn 6, 22-29.Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna.

Antífona de entrada
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su rebaño. Aleluya.

Monición de entrada y acto penitencial
Un día más, Jesús nos ha convocado de nuevo en torno a su mesa. Esto es la Pascua; que Él, Jesús, el crucificado, vive y nos acompaña, se hace presente en medio de nosotros y nos da su Espíritu. Comencemos, pues, la celebración de la Eucaristía, renovando por medio de la aspersión con el agua nuestra fe en el Señor Jesús; nuestra fe bautismal.

(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.

Oración colecta
TE pedimos, Dios todopoderoso,
que, despojándonos del hombre viejo con sus inclinaciones,
vivamos en la obediencia de aquel a quien
nos has incorporado por los sacramentos pascuales.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Oremos, hermanos, al Padre, que con su poder nos creó y con su bondad nos ha salvado de la muerte, por la resurrección de su Hijo Jesucristo.

1.- Por la Iglesia, para que la mantenga siempre fiel y libre de todo error. Roguemos al Señor.

2.- Por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que siempre haya en nuestra diócesis quien anuncie con su vida la resurrección de Cristo. roguemos al Señor.

3.- Por los que gobiernan las naciones, para que se afanen por establecer los fundamentos de una paz estable. Roguemos al Señor.

4.- Por los incrédulos, por los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, por los que temen la soledad o la muerte, para que hallen fuerza en Cristo resucitado. Roguemos al Señor.

5.- Por todos nosotros, para que a ejemplo de la primitiva comunidad de cristianos, sintamos la urgencia de vivir como hermanos y tendamos hacia una comunidad viva de fe, esperanza y caridad. Roguemos al Señor.

Padre, sabemos que siempre nos escuchas, porque rogamos en nombre de tu Hijo Jesucristo, que murió y resucitó por nosotros; concédenos lo que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
SUBEN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Prefacio pascual

Antífona de comunión          Cf. Jn 14, 27
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo, dice el Señor. Aleluya.

Oración después de la comunión
DIOS todopoderoso y eterno,
que en la resurrección de Jesucristo
nos has renovado para la vida eterna,
multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual
e infunde en nuestros corazones
la fortaleza del alimento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
SEÑOR,

los corazones sumisos de tus fieles imploran tu ayuda,
y ya que sin ti no puede llevar a cabo nada de lo que es justo,
que por el don de tu misericordia conozcan lo que es recto
y valoren cuanto les será provechoso.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santoral 27 de abril

NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT

El 1881 el Papa León XIII concedía el privilegio de que la Virgen de Montserrat fuera coronada canónicamente. Era la primera imagen de la Virgen María que recibía tal privilegio en la geografía española. Este mismo Papa concedió que la Virgen de Montserrat fuera la celestial Patrona de todas las diócesis catalanas.

Como en casi todas las advocaciones marianas, su origen se pierde en la lejanía y su historia y leyenda forman como un todo inseparable. No hay duda de que esta advocación de Nuestra Señora de Montserrat es anterior a los datos históricos que nos dicen que ya en el siglo IX existía una ermita en la montaña de Montserrat dedicada a honrar a la Virgen María. Así consta que el célebre padre de la Patria, Wifredo el Velloso, junto con otras tres ermitas cede ésta de Montserrat al Monasterio de Santa María de Ripoll. Un siglo y medio después el abad Oliva, que era muy influyente en su tiempo, fundó una sencilla comunidad de monjes junto a la Ermita para darle culto a la Virgen de Montserrat. Desde esta fecha empieza el culto cada día más pujante a la Moreneta de la Serra, como cariñosamente la llaman sus devotos, hasta llegar a ser hoy uno de los Monasterios del mundo más visitados por españoles y extranjeros.

La imagen de la Virgen es una más de las que se atribuyen a San Lucas, pero la crítica actual las coloca a casi todas ellas en el siglo X1I poco más o menos. La imagen que preside el altar es una hermosa talla románica del siglo XII. Está sentada sobre un pequeño trono en actitud hierática de realeza. Lleva al Niño Jesús sobre sus rodillas protegido por su mano izquierda mientras en la derecha sostiene una esfera. El Niño levanta la diestra en actitud de bendecir mientras en la izquierda sostiene una piña. Está dorada y policromada. Tanto el rostro corno las manos ofrecen la particularidad de que son muy negras. Dicen los historiadores que esto es debido al humo de las muchas velas que los devotos colocaban para venerarla. Por este detalle se le conoce con cariño como la Moreneta.

La devoción a la Virgen de Montserrat se extendió por todas partes del mundo por medio de los navegantes y conquistadores aragoneses y catalanes que surcaron los continentes. I,os Misioneros la llevaron al Nuevo Mundo y por ello hay cantidad de ciudades, iglesias y ermitas bajo esta advocación y con este nombre de Nuestra Señora de Montserrat.

Este célebre Monasterio ha sido visitado por muchos Santos españoles y extranjeros… sobre todo desde el siglo X1II hasta hoy. También han sido todos o casi todos los reyes de España quienes la han visitado y algunos de ellos en varias ocasiones.

Los más ilustres poetas y literatos de lengua castellana y catalana han cantado a la Virgen de Montserrat. En casi todas partes del mundo hay hoy célebres Santuarios o Ermitas o Imágenes dedicadas a esta advocación.

La original configuración de las Montañas que asemejan una sierra, los lugares tan poéticos y acogedores que la rodean, pero sobre todo el culto litúrgico que allí se ofrece cada día al Señor por la célebre Abadía que lleva el nombre de la venerada imagen con la famosa Escolanía… son poderosos incentivos para que los buenos cristianos y hasta los mismos turistas llenen aquellos parajes y honren a la Moreneta. Asistir allí a la celebración de la Eucaristía o al Canto de la Salve al medio día es una maravilla. Son muchos los miles de hombres, mujeres y niños, de toda clase y condición que visitan, especialmente los domingos y días festivos, aquel venerado Santuario.

En un principio se celebraba su fiesta el 8 de septiembre y aunque aún ese día se hace fiesta, la principal o Patronal ha pasado a este día 27 de abril.

Otros Santos de hoy: Zita, Pedro Armengol, Tertuliano, Teófilo, Cástor…

Justo y Rafael Mª López-Melús

Laudes – Lunes III de Pascua

LAUDES

LUNES III DE PASCUA

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Señor, ábreme los labios.
R/. Y mi boca proclamará tu alabanza

INVITATORIO

Se reza el invitatorio cuando laudes es la primera oración del día.

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

SALMO 99: ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en sus presencia con vítores.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unión con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa. Amén. Aleluya.

SALMO 83: AÑORANZA DEL TEMPLO

Ant. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Aleluya.

¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:

cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.

Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Aleluya.

CÁNTICO de ISAÍAS: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES

Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.

Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.

Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:

él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
de Jerusalén, la palabra del Señor.»

Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, ven,
caminemos a la luz del Señor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.

SALMO 95: EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO

Ant. Decid a los pueblos: «El Señor es rey.» Aleluya.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá
él gobierna a los pueblos rectamente.»

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Decid a los pueblos: «El Señor es rey.» Aleluya.

LECTURA: Rm 10, 8b-10

La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón. Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos. Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.

RESPONSORIO BREVE

R/ El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
V/ El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

R/ El que por nosotros colgó del madero.
V/ Aleluya, aleluya.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura hasta la vida eterna. Aleluya.

Benedictus. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura hasta la vida eterna. Aleluya.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes:

Por tu victoria, sálvanos, Señor.

Oh Cristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, borrando el pecado y la muerte,
— haz que también nosotros venzamos hoy el pecado.

Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida,
— concédenos andar hoy por la senda de tu vida nueva.

Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de muerte a vida,
— concede a cuantos se relacionen hoy con nosotros el don de la vida eterna.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que llenaste de confusión a los que custodiaban tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones,
— llena de gozo a cuantos te sirven.

Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:
Padre nuestro…

ORACION

Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre, y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.