Amistad con Jesucristo (amistad)

Bsucas la compañía de amigos que con su conversación y su afecto, con su trato, te hacen más llevadero el destierro de este mundo…, aunque los amigos a veces traicionan. No me parece mal. Pero… ¿cómo no frecuentas cada día con mayor intensidad la compañía, la conversación con el Gran Amigo, que nunca traiciona? (J. Escribá de Balaguer, Camino, 88).

¿Qué mas queremos que tener un tan buen Amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? (Santa Teresa, Vida, 22, 67, 12, 14).

La amistad divina es causa de inmortalidad para todos los que entran en ella (San Ireneo, Trat. contra las herejías, 4).

¡Qué grande es la misericordia de nuestro Creador! No somos ni siervos dignos y nos llama amigos ¡Qué grande es la dignidad del hombre al ser amigo de Dios! (San Gregorio Magno, Hom. 27 sobre los Evang.).

Cristo, Cristo resucitado, es el compañero, el Amigo. Un compañero que se deja ver sólo entre sombras, pero cuya realidad llena toda nuestra vida, y que nos hace desear su compañía definitiva (J. Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, 116).

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