Comentario – Inmaculada Concepción de María Virgen

El evangelista san Lucas nos informa de que un ángel, haciéndose presente (no sabemos en qué modo) a María, le saludó con estas palabras: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Desde entonces, esta forma verbal adjetivada, κεχαριτομένη (= llena de gracia) adquirió una dimensión sustantiva, más aún, mayúscula, equivalente a un nombre propio.

María empezó a ser conocida como «la llena de gracia»: la única mujer de la que se podía decir esto con verdad y plenitud. Siglos más tarde, en 1854, la Iglesia declaró a María, con solemnidad dogmática, Inmaculada desde el primer instante de su concepción. Hoy celebramos estar verdad dogmática que ya se celebraba como verdad de fe antes de ser dogmática o públicamente declarada como tal por la Iglesia.

Los términos «llena de gracia» e «inmaculada» son equivalentes; pero, mientras que el primero habla de plenitud, el segundo habla de carencia. El primero predica de María que está llena de algo, llena de la gracia de Dios; el segundo, que está vacía de algo, vacía de mácula, de mancha de pecado. ¿Es lo mismo?

En parte sí. Pero una cosa parece consecuencia de la otra: María está vacía (=carente) de pecado, porque ha sido colmada de gracia. Es la gracia la que le ha mantenido apartada, vacía, del pecado, como un vaso que estando lleno de agua no permite que entre el aire. Está vacío de aire, porque está lleno de agua. Bastaría sacar el agua para que se llenase de nuevo de aire. María está (= es) in-maculada porque está llena de gracia. Por eso, el Señor de la gracia está con ella. Por eso es bendita entre las mujeres.

Y proclamarla en semejante estado de plenitud de gracia desde su concepción, es significar que no se trata de un estado de santidad alcanzado con tesón y esfuerzo en un momento de madurez vital, sino de un estado donado, previo a toda posible respuesta. María está llena de gracia porque Dios la ha hecho así. Eso no impide que este ‘potencial’ (divino) presente en ella, desde el primer instante, haya tenido su ‘desarrollo’ adecuado a la edad y a la psicología de la persona en la que reside.

Todo ello nos obliga a reconocer la singularidad de María, esa mujer de la que profetiza el Génesis, cuando, a propósito de la maldición que recae sobre la serpiente del paraíso (símbolo del espíritu maléfico y engañador), declara: establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya.

El demonio tendrá siempre en esta mujer a su ‘enemiga’. Si a la primera mujer, a Eva, la había tenido (porque se la había ganado con engaño) por aliada, al menos provisionalmente; a esta mujer, a María, la tendrá siempre frente a sí, como enemiga. Esta hostilidad establecida por Dios entre ella y el demonio (o el mal) es la que le mantendrá sin-pecado, preservada de todo pecado (incluido el pecado de Eva). Y ello en previsión de la muerte (o de los méritos) de Cristo, puesto que Cristo es Redentor universal. La gracia redentora (liberadora) de Cristo recae sobre ella en forma de preservación. La forma de ser rescatada/redimida de María es impidiendo su caída o esclavitud. Y esto lo hace la gracia del Salvador en ella.

Y el primer pecado de que es preservada es el pecado mismo de Eva (resp. Adán), que consistió esencialmente en un «acto de desobediencia», que escondía desconfianza (= falta de fe). Eva desobedece la prohibición de Dios (acercarse a comer del árbol de la ciencia), porque se fía más de las ‘sugerentes’ palabras de la serpiente (si coméis, se os abrirán los ojos y seréis como dioses) que de las ‘amenazantes’ palabras de Dios (si coméis, moriréis). El crédito concedido a la palabra turbadora del padre de la mentira (esta fatal confianza) le hace incurrir en desobediencia, perdiendo así todos los dones de que podía disfrutar en régimen paradisíaco.

En María, preservada del pecado de Eva, no encontraríamos el más mínimo atisbo de desobediencia (ni de desconfianza). Sí encontramos ‘turbación’ y ‘preguntas’, porque no lo sabe todo y porque es sensible a la exaltante salutación del ángel, pero ningún asomo de desconfianza, ningún rasgo de desobediencia. María no entiende el modo en que habrá de acontecer su maternidad (¿cómo será eso, pues no conozco varón?). Pero no duda ni desconfía. Tampoco exige una explicación, aunque se la dan: porque el poder de Dios no tiene límites.

Esa es la explicación: que para Dios no hay nada imposible: ni la maternidad de la estéril, ni la maternidad de la virgen. La estéril tiene que dejar de serlo para ser madre (fecunda); la virgen ni siquiera tiene que dejar de ser virgen para ser madre. Dios puede hacer esto porque es más poderoso que la naturaleza; porque el poder engendrador de la naturaleza no es sino el poder que su Creador ha depositado en ella.

Pero ahí no se agota el poder de Dios. Y María acepta su maternidad (virginal) sin titubear, porque es obediente, porque nadie puede hacerla desconfiar de Dios, ya que la gracia de Dios de que está llena no admite que en ella entre la más mínima des-gracia o anti-gracia o semilla de pecado. Es la actitud que reflejan esas palabras que quedaron en la memoria de los Apóstoles: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y no fue la única vez que María pronunció estas palabras. En esta actitud obediencial la vemos «al pie de la cruz», haciendo realidad la profecía de

Pues bien, la actitud de la llena de gracia nos está indicando a nosotros también el ‘modo’ de vivir la gracia o en gracia, incluso el modo de recibir más gracia: obedeciendo, confiando en Dios y en su Palabra, no dejándonos engañar por sugestiones que nos invitan a abandonar a Dios, a desconfiar de sus promesas, incluso a desconfiar de su propia existencia. Porque podemos ser presa fácil del engaño ajeno o del autoengaño. Que el Señor nos dé, como a María, luz para ver y fuerza para obedecer.

JOSÉ RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ-CID
Dr. en Teología Patrística

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II Vísperas – Inmaculada Concepción de María Virgen

II VÍSPERAS

INMACULADA CONCEPCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Reina y Madre, Virgen pura,
que sol y cielo pisáis,
a vos sola no alcanzó
la triste herencia de Adán.

¿Cómo en vos, Reina de todos,
si llena de gracia estáis,
puede caber igual parte
de la culpa original?

De toda mancha estáis libre:
¿Y quién pudo imaginar
que vino a faltar la gracia
en donde la gracia está?

Si los hijos de sus padres
toman el fuero en que están,
¿cómo pudo ser cautiva
quien dio a luz la libertad? Amén.

SALMO 121: LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

Ant. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundad
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

SALMO 126: EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS

Ant. Tu eres la gloria de Jerusalén; tu, la alegría de Israel; tú, el orgullo de nuestra raza.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Tu eres la gloria de Jerusalén; tu, la alegría de Israel; tú, el orgullo de nuestra raza.

CÁNTICO de EFESIOS: EL DIOS SALVADOR

Ant. Tus vestidos son blancos como la nieve, tu rostro resplandece como el sol.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Tus vestidos son blancos como la nieve, tu rostro resplandece como el sol.

LECTURA: Rm 5, 20b-21

Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, así también, por Jesucristo, nuestro Señor, reinará la gracia, causando una justificación que conduce a la vida eterna.

RESPONSORIO BREVE

R/ En esto conozco que me amas.
V/ En esto conozco que me amas.

R/ En que mi enemigo no triunfa de mí.
V/ Que me amas.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ En esto conozco que me amas.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.

PRECES
Proclamemos las grandezas de Dios Padre Todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo:

Que la llena de gracia interceda por nosotros.

Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
— haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella.

Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,
— y a todos, abundancia de salud y paz.

Tu que hiciste de María la madre de misericordia,
— haz que los que viven en peligro o están tentados sienta su protección maternal.

Tu que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y José,
— haz que, por su intercesión, todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tu que coronaste a María como reina del cielo,
— haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

ORACION

Oh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

Lectio Divina – Inmaculada Concepción de María Virgen

LUCAS 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

AMBIENTACIÓN

La liturgia nos presenta un precioso cuadro a contraluz, es decir, un claro-oscuro. La luz de María sobre el fondo oscuro del primer pecado de nuestros primeros padres. El pecado no fue el comer una manzana. El pecado fue que Adán quiso comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, es decir, el árbol prohibido por Dios. Sólo Dios conoce el misterio del bien y del mal. Ellos no aceptaron su rol de criaturas, y quisieron ser como Dios. Dijeron NO A DIOS. Es el pecado del hombre de nuestro tiempo. Se ha hecho Dios. Con la técnica, el desarrollo, la ciencia…se ha erigido como Dios. Nadie debe estar por encima del hombre. En cambio, María es la mujer del SI. Un sí total, sonoro, rotundo. Una vida totalmente orientada hacia Él. En gozosa dependencia de Él, en actitud reverencial: como una sierva que sirve a su Señor.

El decir NO a Dios trae consecuencias.

1.- Hombre perdido.

Adán, ¿dónde estás?  Sin Dios el hombre se esfuma, no es nada. Puro barro al no tener ese soplo divino. “Ninguna época supo menos de este hombre y en ninguna época este hombre estuvo tan perdido” (Heidegger).

  • Hombre que es capaz de llegar a la luna y preparar viaje a Marte, pero que no pisa tierra. Esta tierra, nuestro planeta, lo está ensuciando, deteriorando, maltratando… ¿quedará planeta para las generaciones futuras?… ¿Será habitable?…  Mares y ríos contaminados, bosques talados…
  • Hombre que todos los días hace muchos trasplantes de corazón, pero que no es capaz de trasplantar amor, cariño, paz, concordia.  Hombre que cada día inventa maravillas en la técnica y viene un microbio “el coronavirus” y paraliza el mundo. Paraliza la industria, el deporte, el comercio, la vida religiosa en los templos. Y, por miedo al contagio, nos secuestra a todos en los propios domicilios. Y, en medio del silencio, seguimos preguntando: Adán, ¿dónde estás?
  • Hombre que sabe mucho de todo y no se sabe a sí mismo. “He ahí que me he constituido problema para mí mismo” (San Agustín)

Se está perdiendo ese hombre “misterio”… eso que tiene el hombre y que está por encima del hombre, es decir, la trascendencia.

Frente a ese hombre perdido, está María, la mujer centrada en Dios y, desde Dios en los demás. Bien orientada, gravitando sobre Dios, sin salirse nunca de su curso, deshaciendo entuertos, desatando nudos”…

2.- Hombre desnudo.

Nunca hemos tenido tantas cosas, tantos trastos: televisores, frigoríficos, cámaras de fotos, Internet. etc. Cada adolescente lleva su móvil, su aparato de música… Mucho ruido por fuera pero poco silencio por dentro.  Y nunca tan vacíos de valores. Nunca la vida ha valido tan poco. Los suicidios están a la orden del día. Y no cualquier tipo de suicidios sino el de aquellos que quieren ser famosos a la hora de su muerte “llevándose indiscriminadamente a muchas personas por delante”. Hombre desnudo en la Biblia significa “angustia vital”. Es la que se vive cuando se pierde el sentido de la vida. Cuando ya no hay valores por dentro que sostienen la existencia. Caen como sacos vacíos… Y miedo ante la muerte. Angustia viene de angosto. Y así es el final: todo esfuerzo, trabajo, lucha…queda en una estrecha sepultura. ¿Recordáis los muertos que se llevó el virus en el mundo?

María es “la llena”. Llena de gracia. Llena de Dios. Todo en ella suena a plenitud. Como está llena de Dios, todo lo que hace tiene el marchamo de lo bien hecho, de lo acabado, de lo perfecto. Va contra unas vidas a medio hacer, a medio llenar de sentido…

“LLENA de gracia te llamo porque la gracia te llena; si más te pudiera dar, mucha más gracia te diera». García Lorca, en versos desbordados de elogios a la Madre de Dios.

Quiere esconderse. ¿Pero dónde? ¿Dónde te irás que Dios no esté?… Miedo a la vida…

María recibe este mensaje: No tengas miedo… Dios te mira con mucho agrado…

3.- Hombre insolidario.

Adán estaba solo en medio del cosmos. Nadie le arrancaba de su soledad. A Dios le dio pena y le hizo el precioso regalo de la mujer. Cuando le vio de frente, exclamó: Esto sí, esto es carne de mi carne y hueso de mis huesos… ¡Cuántos piropos! Y, al pecar, comienza a acusarla: “Esta que me diste por compañera, me ha engañado”… Ya entran en el matrimonio las primeras desavenencias, los primeros conflictos…Acusa, le echa la culpa….

María, la mujer solidaria. Acaba de saber que es la Madre de Dios. Pero esto no se le sube a la cabeza…Sigue siendo la misma. La sirviente, la esclava… la que sólo sirve para servir…Y se va a servir a su anciana prima Isabel que la necesita… Y después servirá a los reyes, a los pastores y a todo el mundo…Y sigue… desde el cielo… ¿Quién de nosotros, cuando nos hemos visto mal, no hemos acudido a Ella y hemos sentido su apoyo, su presencia?…

María, la que  nos orienta en la vida… La que llena de sentido nuestra existencia, La que se solidariza con nosotros y nos enseña a compartir…

¡Qué cuadro tan bello!

PREGUNTAS

1.- ¿Alguna vez tengo la sensación de estar perdido?  ¿Cuáles son los síntomas?  ¿Busco apoyo en Dios?

2.- ¿Hay momentos en mi vida en que me siento “hueco por dentro? ¿A qué se debe? ¿Me gustaría salir de esa situación?  ¿Cómo?

3.- ¿Me gusta ayudar a los demás? ¿En qué ocasiones lo hago?  ¿Podría hacer algo más?

Este evangelio en verso, suena así:

La historia de Adán y Eva
refleja nuestro destino:
Todos los hombres nacemos
en pecado concebidos…
Pero, en su gran compasión,
Dios nuestro Padre y Amigo,
nos envió un Salvador
en la persona de su Hijo.
Nació de una Madre Virgen,
llena de gracia y cariño,
INMACULADA, sin mancha,
con la inocencia de un niño.
Una madre sin pecado,
perla y tesoro escondido,
que contestó con un “SI”
al mensajero divino.
Esclava de su Palabra,
libre de todo egoísmo,
hizo de su vida entera
un regalo y un servicio.
Es para todos nosotros,
Estrella de peregrinos,
Vida, Esperanza y Dulzura,
nuestro amparo y nuestro auxilio.
Al celebrar, hoy, su Fiesta,
con fe viva, le pedimos
que nos lleve de su mano,
mientras vamos de camino.

(José Javier Pérez Benedí)

ORACIÓN EN TIEMPO DE LA PANDEMIA

Señor Resucitado: Mora en cada uno de nuestros corazones, en cada enfermo del hospital, en todo el personal médico, en los sacerdotes, religiosos y religiosas dedicados a la pastoral de la salud,  en los gobernantes de las naciones y líderes cívicos, en la familia que está en casa, en nuestros abuelos, en la gente encarcelada, afligida, oprimida y maltratada, en personas que hoy no tienen un pan para comer, en aquellos que han perdido un ser querido a causa del coronavirus u otra enfermedad. Que Cristo Resucitado nos traiga esperanza, nos fortalezca la fe, nos llene de amor y unidad, y nos conceda su paz. Amén

La Vida de Jesús – Fco. Fernández-Carvajal

5.- NO LE RECIBEN LOS SAMARITANOS

Lc 9, 52-56

Habían penetrado ya en Samaria, y envió entonces el Señor a unos mensajeros para prepararles hospedaje en el pueblo vecino. Y los samaritanos no quisieron recibirle, porque se veía claramente que iba a Jerusalén, a la fiesta (Lc). Hicieron honor a su tradicional enemistad. San Lucas nos ha dejado escrito que dos de los discípulos, Santiago y Juan, dijeron al Señor: ¿Quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? Quizá se acordaron de Elías, que sí lo hizo[1]. ¡Cuánto habían de cambiar aún! Unos años más tarde san Juan nos transmitiría las páginas más preciosas sobre la caridad y la comprensión.

Jesús les reprendió. Y se fueron a otra aldea.

Es posible que Jesús se dirigiera entonces hacia el Este, hacia Salín, cerca de la fuente de Ainón, en el Jordán. Luego bajó a Jericó, y de aquí a Jerusalén, pasando por Betania. Era un largo recorrido.


[1] 2 R 1, 10.

Comentario – Inmaculada Concepción

(Lc 1, 26-38)

Nada es imposible para Dios. Y este texto nos habla del poder de Dios que se manifestó en el seno de María cuando concibió a Jesús. Momento sublime en que el Hijo de Dios tomó un minúsculo pedacito de este mundo y se hizo verdaderamente hombre.

En este texto bíblico se destaca la figura de la mujer, ya que Dios no quiso prescindir de su maternidad para realizar su plan de salvación, y en el diálogo del ángel con María se muestra la delicadeza de Dios con su criatura elegida.

En la primera respuesta de María se advierte que había en ella una opción por la virginidad (v. 24). En la segunda respuesta (v. 38), donde María no dice “cumpliré” sino “que se cumpla”, se puede apreciar la convicción de que aquí todo depende de la iniciativa divina, de su plan y de su poder, ya que el niño que nacerá estará por excelencia “consagrado” a los planes del Padre.

María es la mejor alabanza femenina a la gracia de Dios, es el signo más perfecto de lo que puede hacer el Espíritu de Dios en el corazón de una mujer que se deja tomar con docilidad.

Celebrar en esta fecha la Inmaculada Concepción de María significa reconocer la mirada de predilección de Dios hacia ella, que al elegirla como Madre de su Hijo la prepara con su gracia como una morada digna. Esa obra de su gracia la hizo plenamente disponible a Dios, liberada de las resistencias del orgullo humano y del deseo de autonomía frente a Dios. El evangelio de Lucas describe esta santidad de María presentándola como la “feliz” por excelencia (Lc 1, 45. 47-48), es decir, la que vivió como nadie el espíritu de las bienaventuranzas, el estilo de vida que Jesús enseñó a sus discípulos.

Oración:

“Señor, déjame admirar la belleza de María, liberada de todo pecado, déjame imaginar el instante en que tú elevaste este mundo cuando hiciste esa criatura maravillosa. Y permite Señor que mi corazón te adore por esa admirable pequeñez que preparaste para ti”.

 

VÍCTOR M. FERNÁNDEZ
El Evangelio de cada día

Sacrosanctum Concilium – Documentos Vaticano II

Biblia, predicación y catequesis litúrgica

35. Para que aparezca con claridad la íntima conexión entre la palabra y el rito en la Liturgia: 

1). En las celebraciones sagradas debe haber lectura de la Sagrada Escritura más abundante, más variada y más apropiada. 

2). Por ser el sermón parte de la acción litúrgica, se indicará también en las rúbricas el lugar más apto, en cuanto lo permite la naturaleza del rito; cúmplase con la mayor fidelidad y exactitud el ministerio de la predicación. las fuentes principales de la predicación serán la Sagrada Escritura y la Liturgia, ya que es una proclamación de las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación o misterio de Cristo, que está siempre presente y obra en nosotros, particularmente en la celebración de la Liturgia.

3). Incúlquese también por todos los medios la catequesis más directamente litúrgica, y si es preciso, téngase previstas en los ritos mismos breves moniciones, que dirá el sacerdote u otro ministro competente, pero solo en los momentos más oportunos, con palabras prescritas u otras semejantes.

4). Foméntense las celebraciones sagradas de la palabra de Dios en las vísperas de las fiestas más solemnes, en algunas ferias de Adviento y Cuaresma y los domingos y días festivos, sobre todo en los lugares donde no haya sacerdotes, en cuyo caso debe dirigir la celebración un diácono u otro delegado por el Obispo.

Música – Domingo III de Adviento

Entrada: A ti Señor. CLN (Apéndice); Ven Salvador CLN 27; ;
Preparemos los caminos (Liturgia de las Horas) Adviento-Nº 5 ;  Nueva aurora CLN 22
Introito en Latín: Gaudete  in Domino
Misa: de Adviento
Salmo Responsorial y Aleluya. Se alegra mi espiritu en Dios mi Salvador (Propio)
Ofertorio: Rorate Coeli;  CLN 32
Santo: Gregoriano. CLN 1
Aclamación al memorial: CLN-J 1.
Comunión: El Dios de paz. CLN 1; Marana tha (Liturgia de las horas) Adviento- Nº  2;
Este es el pan de los hijos (Cantos varios)   Palabra que fue luz CLN 18
Final: La  Virgen sueña caminos CLN 16   Santa maria de la Esperanza

Recursos – Ofertorio Domingo III de Adviento

PRESENTACIÓN Y ENCENDIDO de la TERCERA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO

(Como en los domingos anteriores, la corona es el único adorno floral del altar. Hoy la puede encender la persona que tenga más fama de inconformista en la comunidad o que trabaje de forma más entregada en las instituciones civiles: el ayuntamiento, sindicato y la asociación de vecinos o de tipo profesional)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, la comunidad me ha designado hoy para prender esta tercera vela, que se une a las otras, para ofrecer ya una llama y una luz más poderosas. Quieren ser signos del compromiso en medio de la sociedad civil. Señor, que los y las que creemos en Ti, descubramos que el compromiso político y sindical es una forma de expresar la caridad. Despiértanos, Señor, de nuestro letargo y ayúdanos a que nuestra presencia en medio de la sociedad sea un signo de que Tú estás viniendo a nosotros, cuando hacemos posible que la justicia, la libertad y la paz sean las características de la vida ciudadana.

PRESENTACIÓN DE UN PANTALÓN TEJANO

(Esta tercera ofrenda la debe hacer una de las personas jóvenes de la comunidad, chico o chica, da lo mismo)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, ahí tienes un pantalón tejano. Es el símbolo, desde hace años de la cultura juvenil. Tras él se esconde nuestra sed de consumo, que se manifiesta en la moda, la música, las motos, las diversiones, el alcohol, cuando no en la droga. En todas esas cosas buscamos la felicidad. Y, la verdad, es que nos dura demasiado poco. Con este pantalón, Señor, quisiera expresarte que, ojalá, nuestra búsqueda de alegría y felicidad supiéramos enfocarla hacia Ti y en Ti encontráramos su satisfacción.

PRESENTACIÓN DE LA ACTUACIÓN DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

(Esta ofrenda, que quiere significar la alegría de la comunidad, puede consistir en una actuación musical, teatral o un baile, de acuerdo a las posibilidades de los niños o niñas de la comunidad. En primer lugar, se procede a la actuación y, concluida, quien la ha preparado o dirigido, hace oralmente la ofrenda)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, hoy te hemos traído la alegría de la comunidad en esta breve actuación de nuestros más pequeños y pequeñas. Seguro que se te ha conmovido un poco tu corazón de Padre. No permitas que esta alegría se marchite a lo largo de la vida. Haz que se incremente de la misma manera que nuestra esperanza en la vuelta definitiva de tu Hijo para inaugurar tu Reino.

PRESENTACIÓN DE UN DISCO O CASSETE CON EL «HIMNO DE LA ALEGRÍA»

(Hace la ofrenda uno de los niños o niñas de la comunidad, que se lo entrega a una persona adulta, para que lo haga sonar tras sus palabras)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor, yo te traigo este disco con el Himno de la alegría, que va a sonar inmediatamente después de mis palabras de ofrenda. Con él, y en nombre de todos los niños y niñas de la comunidad, te traigo nuestro compromiso de ser, entre los adultos, la alegría que calme sus preocupaciones e inquietudes.

PRESENTACIÓN DEL INICIO DEL MONTAJE DEL BELÉN

(Reivindicamos este año el Belén. Previamente se debería haber montado la infraestructura sobre la que irá. En este momento, algunas personas se adelantan y colocan con la mayor celeridad posible las figuritas de personas que figurarán en él. Concluida la operación, una de ellas hace la ofrenda)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, hoy hemos iniciado el montaje del Belén de nuestra comunidad. Con ello queremos expresar nuestro deseo de prepararnos a la Navidad de tu Hijo. Hoy hemos situado las figurillas que representan a las personas. Evocan tanto las que rechazaron y no quisieron saber nada de tu Hijo, como aquellos pocos y aquellas pocas, más bien pobres, que fueron capaces de divisar bajo la apariencia humilde de un niño recién nacido la profundidad de tu vida divina. Como estos pocos quisiéramos ser nosotros.

PRESENTACIÓN DE LA «OPERACIÓN KILO»

(Hoy sería un buen momento para presentar alguna acción de este tipo, si se quiere realizar. Es necesario ser conscientes de que una acción de éstas, bien planteada, es la mejor de las catequesis acerca del sentido de la Navidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Dios y Padre nuestro, Tú has querido COMPARTIR con nosotros y con nosotras cuanto tenías, y soñabas con lo mejor para que pudiéramos ser plenamente felices. Para llevarlo a cabo, decidiste darnos lo más entrañable que tenías: tu mismo Hijo, el amado, para que compartiera todo con nosotros y con nosotras. Hoy te presentamos esta acción, la “OPERACIÓN KILO”, porque quiere ser signo de nuestro compartir, especialmente, con las personas que peor lo pasan en nuestro entorno. Acepta, Padre, esta ofrenda; hazla fecunda y generosa y signo de solidaridad.

Oración de los fieles – Domingo III de Adviento

Cada vez está más cerca, algo importante para nuestra vida. El Mesías que esperábamos ya viene. Te pedimos Padre que nos ayudes a preparar nuestro corazón para recibir a tu Hijo:

VEN SEÑOR JESÚS.

1.- Padre, fortalece al Papa Francisco, a los obispos y a toda tu Iglesia, para que siga anunciando la Buena noticia que nos trae tu Hijo. OREMOS

2.- Padre, anima a los que se hunden, a los que sufren o están cautivos para que ante la nueva luz que nos viene, vean la solución a todos sus problemas. OREMOS

3.- Padre, llena de tu Sabiduría los corazones de los que dirigen las naciones, para que sus decisiones se ajusten a las necesidades de sus gentes. OREMOS

4.- Padre, consuela a los pobres y afligidos de la tierra, ellos son tus favoritos, manda sobre ellos tus favores. OREMOS

5.- Padre, ilumina el proceder de las familias, para que estén siempre alegres, sean constantes en orar y den gracias en toda ocasión. OREMOS

6.- Padre, cuida a todos los catequistas y a los que proclaman tu Palabra, para que tengan la actitud y el ejemplo del Bautista. OREMOS

7.- Padre, acoge también todas las súplicas que cada uno de nosotros lleva en su corazón y encamínanos hacía Ti. OREMOS

Padre, no tardes en aliviar a tu Pueblo que sin tu Luz anda perdido, concédele lo que confiado te pide. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amen.


Pedimos a Dios Padre Nuestro que es fuente de toda verdad, para que escuche estas necesidades de todos que ponemos en sus manos.

SEÑOR, AYÚDANOS A DAR LA BUENA NOTICIA.

1.- Por el Papa Francisco por todos los obispos, y en especial por el prelado de nuestra diócesis, por los sacerdotes, los diáconos y los laicos comprometidos, para que anuncien la liberación a tantos pueblos oprimidos que viven lejos de Dios. OREMOS.

2.- Por los pobres, primeros portadores de salvación, para que encuentren hermanos que les anuncien con su entrega y su ayuda que Dios está cerca de ellos. OREMOS

3.- Por los que trabajan por la paz para que no se cansen de entregar todo gratuitamente. OREMOS

4.- Por todos los que nos hemos reunido en esta eucaristía, para que reafirmemos nuestra adhesión a Jesús, desde el servicio a los hermanos. OREMOS

Dios de bondad escucha estas súplicas que humildemente te confiamos.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén