Meditación – Jueves después de Ceniza

Hoy es jueves después de Ceniza.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 9, 22-25):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».

Hoy, comenzando la Cuaresma, Jesucristo nos anuncia el destino del camino que emprendemos con Él: su pasión y resurrección. Este anuncio escandalizó a Simón Pedro, que acababa de reconocerle como el Mesías. Pero, justamente, seguirle en el signo de la cruz será nuestro camino, lo cual se explica de un modo antropológico: es el camino del «perderse a sí mismo», sin el cual resulta imposible encontrarse a sí mismo.

¡Para amar hay que perderse! Los cristianos deben ser instruidos continuamente, a lo largo de los siglos, por el Señor, para que sean conscientes de que su camino no es el de la gloria y del poder terrenales, sino «el camino de la cruz». ¡También hoy, los cristianos llevan aparte al Señor para decirle: «Eso no puede pasarte»!

—Jesús tiene que decirnos siempre de nuevo: «¡Quítate de mi vista, Satanás!». Toda la escena muestra una inquietante actualidad, ya que, en definitiva, seguimos pensando según «la carne y la sangre» y no según la revelación que podemos recibir en la fe.

REDACCIÓN evangeli.net