Vísperas – Miércoles I de Cuaresma

VÍSPERAS

MIÉRCOLES I DE CUARESMA

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

¿Para qué los timbres de sangre y nobleza?
Nunca los blasones
fueron lenitivo para la tristeza
de nuestras pasiones.
¡No me des coronas, Señor, de grandeza!

¿Altivez? ¿Honores? Torres ilusorias
que el tiempo derrumba.
Es coronamiento de todas las glorias
un rincón de tumba.
¡No me des siquiera coronas mortuorias!

No pido el laurel que nimba el talento,
ni las voluptuosas
guirnaldas de lujo y alborozamiento.
¡Ni mirtos ni rosas!
¡No me des coronas que se lleva el viento!

Yo quiero la joya de penas divinas
que rasga las sienes.
Es para las almas que tú predestinas.
Sólo tú la tienes.
¡Si me das coronas, dámelas de espinas! Amén.

SALMO 26: CONFIANZA ANTE EL PELIGRO

Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? +

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
+ El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;

y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda ofreceré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?

SALMO 26: CONFIANZA ANTE EL PELIGRO

Ant. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.

Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.

CÁNTICO de COLOSENSES: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CRIATURA

Ant. Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.

LECTURA: Flp 2, 12b-15a

Seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha.

RESPONSORIO BREVE

R/ Yo dije: Señor, ten misericordia.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

R/ Sáname, porque he pecado contra ti.
V/ Señor, ten misericordia.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Como Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Como Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.

PRECES

Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas nuestras necesidades pero quiere ante todo que busquemos su reino; supliquémosle, pues, diciendo:

Venga a nosotros, Señor, tu reino y su justicia

Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores
— ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.

Mueve a los cristianos para que, con amor fraternal, se interesen por los enfermos
— y que socorran en ellos a tu Hijo.

Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio,
— y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.

A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón
— y la reconciliación con tu Iglesia.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A los que murieron, concédeles resucitar a la vida eterna
— y morar eternamente contigo.

Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

ORACION

Señor, mira complacido a tu pueblo que desea entregarse a ti con una vida santa; y a los que dominan su cuerpo con la penitencia transfórmales interiormente mediante el fruto de las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

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Lectio Divina – Miércoles I de Cuaresma

1.-Oración introductoria.

Señor, aquí me tienes de nuevo a tus pies para estar un rato contigo. Me gustaría profundizar en este día en el gran signo de Jonás que, después de estar tres días y tres noches en el vientre de un cetáceo, en lo profundo del mar,  saltó  a la playa de la vida. A veces, Señor, se nos olvida que jamás has hablado de tu muerte como el fin de tu vida sino que, detrás de la muerte, nos has abierto una puerta  a la esperanza que ya nada ni nadie nos podrá cerrar: Y esa puerta siempre abierta es tu gloriosa Resurrección. Haz que yo viva de esta gran verdad.

2.- Lectura reposada de la palabra del Señor Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“Aquí hay algo más que Salomón.” Salomón está considerado en la historia sagrada como “el rey sabio” el rey que daba “sentencias justas”. Pero el Dios revelado en Jesús es el que pone toda la sabiduría al servicio del amor. Por otra parte, la sabiduría bíblica, como don del Espíritu, consiste en saborear las cosas de Dios. Jesús nos hace disfrutar de Dios y así disfrutar de todo lo creado. A los sabios y entendidos de este mundo, los que quieren explicar todo desde su propia sabiduría, sin necesidad de acudir a Dios, a éstos Dios no se les manifiesta. En cambio sí se revela “a los  pequeños”  (Mt.11, 25) a los que han puesto toda su confianza en Dios.  “Y esto hace que Jesús sea más que Salomón”.

“Aquí hay algo más que Jonás”.  Jonás es un profeta a quien se le encomienda la misión de convertir a Nínive, “la gran ciudad enemiga de Dios”. Contra los pronósticos del profeta, la ciudad se convierte y Jonás  no se alegra, al contrario, se entristece porque le hubiera gustado que la ciudad no se convirtiera y fuera arrasada. Así se hubieran  cumplido los oráculos del profeta sobre la ciudad y su fama de profeta hubiera aumentado. Así de orgulloso, de duro, de recalcitrante era Jonás. Es curioso que, en este relato, el único que no se convierte es el “predicador”. Es como un “aviso a caminantes”. El profeta  piensa que con un Dios tan bueno  que se compadece del pueblo enemigo no se puede trabajar. En cambio, para el gran profeta Jesús, lo que más le hace  disfrutar es tener misericordia  con el pecador que se convierte y vuelve a Dios.  Y esto hace que Jesús sea más que Jonás.

Palabra del Papa

“Nínive se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada: Jonás sintió una gran tristeza y se desdeñó. E, incluso, reprende al Señor.     La historia de Jonás y Nínive se articula en tres capítulos: el primero es la resistencia a la misión que el Señor le confía; el segundo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros…  En el tercer capítulo, hay una resistencia a la misericordia de Dios. Esas palabras: ‘Señor, ¿no era esto quizás lo que yo decía cuando estaba en mi pueblo? Porque Tú eres un Dios misericordioso y clemente’, y yo he hecho todo el trabajo de predicar, he hecho mi trabajo bien hecho, ¿y Tú les perdonas? Y el corazón se endurece de modo que no deja entrar la misericordia de Dios. Es más importante mi sermón, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que debo observar, todo, todo, todo que la misericordia de Dios.  Y este drama también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué Él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando Él iba a cenar con los publicanos y pecadores: no lo entendían. No entendían la misericordia. Hay que esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención”. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de octubre de 2015, en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Intentaré alegrarme del triunfo de una persona que me cae mal.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, hoy me he escandalizado del comportamiento del profeta Jonás que no sabe captar la bondad de Dios para todos, incluso para los Ninivitas, los adversarios del Pueblo de Dios. Jonás parece decir: con un Dios tan bueno, que está dispuesto siempre a perdonar, incluso a los enemigos, no se va a ninguna parte. Gracias, Señor, porque contigo yo quiero ir “a cualquier parte” ofreciendo amor, perdón, paz, ternura, misericordia. ¿Quién puede decir no a un Dios tan maravilloso? Yo te digo que sí, que me encanta ser tu apóstol, tu discípulo y llevar este mensaje hasta el fin del mundo.

ORACIÓN EN TIEMPO DE LA PANDEMIA.

Señor Resucitado: Mora en cada uno de nuestros corazones, en cada enfermo del hospital, en todo el personal médico, en los sacerdotes, religiosos y religiosas dedicados a la pastoral de la salud,  en los gobernantes de las naciones y líderes cívicos, en la familia que está en casa, en nuestros abuelos, en la gente encarcelada, afligida, oprimida y maltratada, en personas que hoy no tienen un pan para comer, en aquellos que han perdido un ser querido a causa del coronavirus u otra enfermedad. Que Cristo Resucitado nos traiga esperanza, nos fortalezca la fe, nos llene de amor y unidad, y nos conceda su paz. Amén

Lectura continuada del Evangelio de Mateo

Mateo 4, 18-22

18Caminando por [la ribera d]el mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, porque eran pescadores.

19Y les dice: “Venid detrás de mí y os haré pescadores de hombres”.

20Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.

21Y, avanzando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó.

22Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

Esta nueva unidad comienza sin nombrar al sujeto Jesús y conecta así con el v. 17. «Galilea» (vv. 12.18) y «mar» (v. 13) sirven de enlace con la sección anterior; «seguir» (vv. 20.22.25), con la siguiente. Las dos sub- secciones (vv. 18-20 y vv. 21-22) son paralelas. Los lectores entrevén que eso ocurre siempre que alguien es llamado por Jesús. La elaboración mateana de su fuente (Mc 1,16-20) mejora el texto en lo estilístico y narrativo.

  • Mateo describe la llamada de dos parejas de hermanos. No figura el nombre de Jesús. Los lectores saben por el contexto anterior que él es el Hijo de Dios que superó las tentaciones y anuncia ahora el reino de los cielos. Camina a la orilla del mar. Los lectores recuerdan las palabras que Isaías pronunció sobre la región de Zabulón y Neftalí junto al mar y sienten que ahora comienza a brillar en las tinieblas la luz de la que habló el profeta.
  • Jesús ve a los dos primeros hermanos. Introduce a Simón, desde el principio, como el Pedro conocido por la comunidad. Como primer apóstol (cf. 10,2), es llamado en primer lugar en los sinópticos. Jesús aborda a los dos pescadores cuando están echando la red y los invita a abandonar su trabajo para hacer de ellos pescadores de hombres: con esta promesa se abre un amplio horizonte de futuro. Los discípulos reciben un primer encargo de «pescar» hombres: el mandato de misión en 28,19-20 aclarará definitivamente lo que Jesús quiere decir.

Los dos hermanos abandonan al instante su red y siguen a Jesús. La palabra «seguir», importante para Mateo, aparece aquí por primera vez. El adverbio «al instante» y el abandono de las redes, sin arrastrarlas a tierra, muestran la obediencia radical de ambos. Los lectores evocarán el abandono de la familia y de los bienes que va ligado al seguimiento.

  • El relato se repite con otros dos hermanos (vv. 21-22). Queda claro que los dos hijos abandonan a su padre terreno cuando siguen a Jesús. También en 8,21-22; 10,35 y 19,27 se subraya la ruptura de los seguidores con su familia. Mateo, a diferencia de Marcos, no hace referencia a los jornaleros de Zebedeo, porque son superfluos para el relato: la cámara del narrador se concentra totalmente en el abandono del padre terreno, lo cual forma parte del seguimiento (cf. 10,35.37). Las palabras finales de ambos episodios, exactamente paralelas en el v. 20 y en el v. 22, muestran dónde se centra el interés del evangelista: en la obediencia de los llamados, que para los lectores, también discípulos de Jesús, son personajes de identificación.
  • Mateo narra en este texto el comienzo de la historia de Jesús: desde el principio, inmediatamente después de haber iniciado Jesús su proclamación del reino de los cielos, hay discípulos con él. Desde el principio están ahí como testigos de su actividad, como oyentes de su anuncio, como los primeros de los futuros apóstoles (cf. 10,2). Ya al comienzo de su historia, Jesús muestra el futuro de los discípulos: serán pescadores de hombres. Serán los apóstoles que el Resucitado envía a todas las naciones (cf. 28,19-20). De ese modo, el comienzo de la historia de Jesús es a la vez el comienzo de la historia de la comunidad.
  • Mateo radicaliza la exigencia del seguimiento. Hay que mencionar, además del abandono «instantáneo» de las redes y del padre, la relevancia que tiene el abandono del padre carnal en el texto mateano. Es posible que haya aquí un eco de la dolorosa ruptura con la sinagoga, agravada en la situación de diáspora y que implicaba la escisión en las familias. En todo caso, esa obediencia radical, que implica la ruptura con la familia, se exige en Mateo a todos los miembros de la comunidad.

Comentario – Miércoles I de Cuaresma

(Lc 11, 29-32)

Los fariseos reclamaban señales a Jesús, pero en realidad no querían creer en él. Y Jesús dijo que los que no quieren creer en la palabra de Dios “no creerán aunque resucite un muerto” (Lc 16, 31).

Por eso Jesús dice que en definitiva la única señal necesaria es la de Jonás. ¿Qué significa esto? Que los ninivitas, que eran un pueblo pagano, no le pidieron ninguna señal al profeta Jonás para aceptar su palabra; simplemente le creyeron y se convirtieron, se arrepintieron y pidieron perdón con un corazón dolorido, a pesar de que Jonás predicaba sin deseos y sintiéndose forzado por Dios. Jesús se dirige aquí a judíos que se consideraban más que paganos, porque se creían piadosos, muy creyentes y fieles a Dios, para hacerles ver que sus corazones en realidad estaban cerrados a la Palabra, de manera que ninguna señal sería suficiente si ellos no cambiaban de actitud.

La vida de Jesús, consagrada plenamente a la Palabra, su entrega total y sus numerosos prodigios no eran suficientes para abrir los corazones cerrados. Pero luego de su pasión, el mayor signo de su amor es él crucificado. Por eso decía San pablo que “mientras los judíos piden señales… nosotros predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos…” (1Cor 1, 22).

Este signo maravilloso de su propia vida era la señal que a Jesús le interesaba ofrecer. Y los milagros, que brotaban de su deseo de hacer el bien, no eran más que indicios de su amor generoso. Pero la multiplicación de prodigios podía desviar la atención de lo que Jesús quería mostrar. Por eso, a los corazones que se cierran a su palabra y a su ejemplo, Jesús prefiere no imponerse a fuerza de milagros.

Oración:

“Señor, toca mi corazón con tu gracia y no permitas que sea indiferente a tu Palabra. Concédeme que acepte tu amor sin exigirte más signos que la misma hermosura de tu presencia santa y cautivante”.

 

VÍCTOR M. FERNÁNDEZ
El Evangelio de cada día

Sacrosanctum Concilium – Documentos Vaticano II

Participación activa de los fieles

114. Consérvese y cultívese con sumo cuidado el tesoro de la música sacra. Foméntense diligentemente las «Scholae cantorum», sobre todo en las iglesias catedrales. Los Obispos y demás pastores de almas procuren cuidadosamente que en cualquier acción sagrada con canto, toda la comunidad de los fieles pueda aportar la participación activa que le corresponde, a tenor de los artículos 28 y 30.

Comentario Domingo II de Cuaresma

Oración preparatoria

Oh Dios Padre: con tu Hijo Jesús subimos al monte, subimos a ti a orar, escuchar tu Palabra sobre Él, conocer tu camino sobre cada uno de nosotros. Concédenos:

  • ver, como los tres discípulos, que Jesús es único por tu resplandor divino que lo transfigura.
  • descubrir a Jesús como camino hacia Ti y hacia los demás a través de la Palabra de Moisés, de los profetas y de los evangelios;
  • fiarnos de Él cuando “bajamos del monte”, de estar Contigo, y nos pide que le sigamos en los gozos y dificultades de la vida diaria.

AMEN.

Mc 9, 2-10

A) «2Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los lleva a ellos solos aparte a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, 3y sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

B) 4Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 5Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: “Rabbí, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. 6Porque no sabía lo que decía ya que estaban atemorizados.

C)7Y se formó una nube que los cubrió con su sombra, y salió una voz desde la nube: “Éste es mi hijo amado; escuchadle”.

B’)8Y de pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

A’)9Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10Esto se les quedó grabado, y discutían que querría decir aquello de ‘resucitar de entre los muertos’».

PALABRA DE DIOS 

CONTEXTO

El episodio de la Transfiguración se sitúa entre los dos primeros anuncios de la Pasión, que Jesús hace a los discípulos (Mc 8,31 y 9,31). Tras el primer anuncio, Pedro reacciona de forma negativa, porque no entiende que Jesús, Mesías, tenga que sufrir y morir. Jesús le reprende severamente y después da para todos los discípulos una lección de verdadero discipulado. Después del episodio de hoy viene el largo episodio de la curación del endemoniado epiléptico, al que los discípulos no pueden curar por su falta de fe y de oración, y, de inmediato, el segundo anuncio de la Pasión, con otra reacción negativa del grupo de discípulos. La Transfiguración, pues, es un acontecimiento que adelanta la resurrección de Jesús a un momento de especial dificultad en el discipulado: aceptar la pasión como una etapa más del seguimiento de Jesús.

TEXTO

El relato evangélico se estructura en 5 partes, con un centro destacado, la voz de Dios. La primera parte (vv. 2-3: A) se relaciona con la última (vv. 9-10: A’). El escenario es el monte, donde al principio ocurre la experiencia teofánica de Jesús (su“transfiguración”) y al final la mención a la resurrección de lo muertos, haciendo equivalencia entre ambas. La segunda parte (vv. 4-6: B) se relaciona por contraste con la cuarta (v. 8: B’): la presencia de Moisés y Elías en B contrasta con su ausencia en B’; “la Ley y los Profetas” desaparecen, mientras Jesús permanece. En B hay destaca también la reacción equivocada de Pedro, en línea con su reacción después del primer anuncio de la Pasión (cf. Mc 8,32). La parte central (v. 7: C) es el corazón del texto: la voz de Dios declara la identidad de Jesús y su autoridad. ¿Cómo compaginar ser Hijo de Dios y sufrir pasión y muerte?

ELEMENTOS A DESTACAR

• Toda la primera parte del texto resalta el “ambiente divino” que rodea a Jesús: el monte (al que sube Jesús para llamar a los Doce: cf. Mc 3,13; al que se retira para orar: cf. Mc 6,46), es símbolo de la esfera de Dios en contacto con los seres humanos; el blanco deslumbrador (resaltado por Marcos como algo que no se consigue por medios humanos) simboliza la gloria de Dios. El texto presenta a Jesús como alguien de condición divina, pero esa condición no le evita “pagar determinados precios”. ¿Qué nos sugiere esto?

• La presencia de Moisés y Elías es muy sugestiva: Moisés puede representar la Ley (dada en otro monte) y Elías, los profetas: ambos elementos eran la base de la religión judía, pero ambos están subordinados a Jesús. Ellos desaparecen de la escena, Jesús permanece. Jesús es más que Moisés y que Elías, más que la Ley y los Profetas. ¿Qué aspectos de nuestra religiosidad o nuestra fe tienen que “desaparecer”? ¿Cuáles deben “permanecer”?

• Pedro reincide en el error. Ni ser discípulo, ni ser el primero de entre ellos, le evita un comportamiento errado. En Marcos, el discipulado es un proceso, no un estatus. Nunca se acaba de ser discípulo, nunca se llega a ser “discípulo acabado”.¿Consideramos nuestro seguimiento como algo vivo y dinámico, o estamos “quietos y parados”?

• La intervención de Dios desde la nube (símbolo de la presencia divina: cf. Ex 24,15-18) revela la identidad de Jesús: es el Hijo amado. La voz se dirige a los discípulos (a Jesús, en el bautismo) y da una orden: Escuchadle. Esta orden, en el contexto evangélico, tiene un sentido muy concreto: las palabras de Jesús acerca de su destino, difíciles de comprender, también deben ser atendidas. Es una llamada a no rechazar la cruz de Jesús y a seguir el camino de Jesús. La mirada al transfigurado es una invitación a creer en el crucificado, a asumir su proyecto completo, a mantenernos fuertes y fieles en las penalidades, en la persecución, en el sufrimiento, en el fracaso, en la muerte. ¿Qué desafíos nos plantea esto a nuestra fe?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

Para la catequesis – Domingo II de Cuaresma

Domingo II de Cuaresma

Génesis 22: 1-2, 9a, 10-13, 15-18; Sal. 116: 10, 15, 16-17, 18-19; Romanos 8:31B-34; Marcos 9:2-10

La Transfiguración

En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡que a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad, no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo.” En este momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí que querría decir eso de resucitar de entre los muertos.

Reflexión

¿A quiénes llevó al monte Jesús con Él? (Pedro, Santiago, y Juan) ¿Qué significa, “se transfiguró”? (Cambió de apariencia.) ¿Cómo lucía? (Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra.) Jesús es hombre y Dios. Aquí Jesús revela a los apóstoles su divinidad como Hijo de Dios. ¿Quién se apareció conversando con Jesús? (Elías y Moisés, personajes del Antiguo Testamento que representan los profetas y la Ley de Dios. Jesús revela que Él es el Mesías que todos esperaban.) ¿Qué dice Pedro? (“Maestro, ¡que a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.) ¿Por qué? (Se siente tan feliz en la experiencia del Cielo que no quería que terminara.) ¿Por qué los cubre la nube? (En el Antiguo Testamento, Dios se revelaba con una nube.) ¿Qué Dice Dios? (“Este es mi Hijo amado; escúchenlo.”) ¿Jesús les pidió que callaran esto hasta cuándo? (Hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.) La experiencia de la Transfiguración nos da la promesa de un mundo mucho más allá de nuestra propia imaginación y sueños. Jesús invita a los amigos que están con El a conocerle bien y a saber que es el Hijo de Dios verdadero. Jesús nos promete la vida eterna.

Actividad

En la siguiente página, colorear y pegar a un papel de color. Ponerle glitter. En la otra página, seguir los hilos y transcribir las silabas para ver el mensaje de Dios.

Oración

Jesús, yo quiero escucharte; sé que siempre estarás conmigo, pase lo que pase. Ayúdame a fijarme siempre en la vida eterna y a tener confianza en Ti. Rezo por las almas del purgatorio, especialmente los que no tienen quien recen por ellos. Amen.

¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Transfiguración del Señor – Marcos 9, 1-9

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: – Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados, y no sabían lo que decían. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: – Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Explicación

Un día Jesús compartió con sus amigos un secreto y les dijo que después de morir vencería a la muerte y resucitaría. Esto se lo manifestó para darles ánimos, de tal modo que cuando le vieran morir en la cruz no perdieran la esperanza del todo y recordaran lo del monte Tabor, cuando él se les apareció revestido de luz.

Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

APÓSTOL 1: Maestro, ¿dónde vamos? Por aquí no hay ningún pueblo.

APÓSTOL 2: El camino es cada vez más difícil. Estamos muy cansados.

APÓSTOL 1: ¡Tengo los pies hechos polvo!

APÓSTOL 2: ¡Yo no puedo dar un paso más!

JESÚS: Está bien, podéis descansar en la fuente que hemos dejado hace un momento.

APÓSTOL 1: Gracias, Maestro. Y tú ¿qué vas a hacer?

JESÚS: Voy a subir a ese monte de ahí.

APÓSTOL 2: ¡Está muy lejos! Tardarás más de cuatro horas.

JESÚS: No importa. Pedro, Santiago, Juan… ¿queréis subir conmigo?

APÓSTOL 1: ¡Vale, Maestro! Hace tiempo que no subo al Tabor.

APÓSTOL 2: Será una buena caminata. ¡No perdamos tiempo!

APÓSTOL 1: Desde luego. ¡Vamos ya!

JESÚS: Vosotros esperadnos en la fuente.

APÓSTOL 1: Está bien, pero no os canséis demasiado.

APÓSTOL 2: Amigos, vamos a la fuente.

APÓSTOL 1: ¡Vaya subida…! Ya no me acordaba… Ha sido difícil, ¿eh?

APÓSTOL 2: Estoy tan cansado que me voy a tumbar a echar un sueñecito.

APÓSTOL 1: Yo también. No sé cómo el Maestro puede aguantar tanto.

JESÚS: Descansad un rato. Voy a rezar un poco más arriba. ¡Moisés, Elías, bienvenidos!

MOISÉS: ¡Hola, Jesús! ¿Cómo te va por la tierra?

JESÚS: Regular, a veces es difícil cumplir la voluntad del Padre.

ELÍAS: Pero sabes que te quiere y que siempre está contigo.

APÓSTOL 1: Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.

APÓSTOL 2: ¡Pedro, Pedro, ven! ¡No sabes lo que dices!

Voz en OFF: Éste es mi Hijo amado, escuchadlo.

JESÚS: Bajemos ya, los otros nos esperan.

APÓSTOL 1: ¡Anda que cuando les contemos lo que hemos visto!

JESÚS: ¡No! No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

Comentario al evangelio – Miércoles I de Cuaresma

En este tiempo de Cuaresma resuena incesantemente la invitación a la conversión. ¿Cómo la recibimos? ¿Encuentra en nosotros un corazón abierto y dispuesto a dejarse interpelar por la Palabra de Dios? ¿Sentimos la urgencia de «verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo»? O ¿somos de esa generación que necesita signos extraordinarios para creer en el Señor?

Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy tienen una fuerte llamada de atención: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás». Es sorprendente cómo el evangelista Lucas busca en el libro de Jonás, uno de los más breves de todo el «canon bíblico» una clave de interpretación para comprender la misión de Jesús. La profecía se ejerce en nombre de Dios y hay que posponer los propios gustos y miedos al mensaje que Dios te confía. Esta referencia al libro de Jonás dejaría a los escribas y fariseos con muchos problemas; sin embargo, para las personas que seguían con mucho entusiasmo a Jesús los llenaría de esperanza.

La figura del profeta Jonás es muy original, releído a luz del misterio de Cristo nos ofrece una luz viva que se transforma en revelación. La tradición hebrea ha tenido siempre una gran estima de este libro tanto que lo clasifican no en la categoría genérica de los «Escritos», sino en una más evidente la de los «Profetas». El evangelio no solo nos presenta la figura mítica de Jonás, junto a esta figura masculina encontramos una figura femenina: «La reina del Sur», la cual «vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón» (Lc 11,31). La reina de Saba viene a Jerusalén para escuchar, mientras Jonás al final se resigna a ir a Nínive para que el pueblo de esa ciudad pueda escuchar la Palabra del Señor y convertirse. A partir de estas dos referencias bíblicas podemos decir que la protesta de Jesús apunta a la disponibilidad al menos para escuchar su palabra hasta dejarse interpelar por su enseñanza.

Jesús se identifica con el profeta Jonás, porque Jonás estuvo tres días en el vientre del pez, como Jesús estará tres días en la sepultura. Así se manifiesta que, del mismo modo como Jonás, no tiene un interés personal de que le escuchen, pero ha sido enviado por Dios para que el pueblo se abra a la escucha. Jesús insiste en su identidad profética en un momento de crisis, de fuerte confrontación con las autoridades de su tiempo, que llegarán hasta acusarlo de trabajar con el poder del demonio. El nombre del Jonás significa «paloma», propio como aquella que marcó el fin del diluvio en tiempos de Noé. Con sus palabras y sus acciones, Jesús nos ofrece un ramo de olivo como signo del triunfo de la misericordia y compasión sobre cualquier forma de castigo. Está en nosotros el saber acoger este signo de paz. Descubrir en Jesús ese «gran signo» del amor de Dios es el inicio de la conversión. Dios siempre nos ofrece una nueva oportunidad, es mano tendida, esperanza vida.

Edgardo Guzmán, cmf.