Vísperas – Martes II de Cuaresma

VÍSPERAS

MARTES II de CUARESMA

INVOCACIÓN INICIAL

V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.

Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.

Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.

Guarda mi fe del enemigo
(¡tantos me dicen que estás muerto!…).
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo. Amén.

SALMO 48: VANIDAD DE LAS RIQUEZAS

Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.

Oíd esto, todas las naciones;
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;

mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.

¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?

Es tan caro el rescate de la vida, 
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.

Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.

El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.

El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.

SALMO 48

Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.

Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura,
y el abismo es su casa.

Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.

No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.

Aunque en vida se felicitaban:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.

El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.

CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE LOS REDIMIDOS

Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

LECTURA: St 2, 14.17.18b

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? La fe, si no tiene obras, por sí sola está muerta. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.

RESPONSORIO BREVE

R/ Yo dije: Señor, ten misericordia.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

R/ Sáname, porque he pecado contra ti.
V/ Señor, ten misericordia.

R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Yo dije: Señor, ten misericordia.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Todos vosotros sois hermanos; no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo; no os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, Cristo.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Todos vosotros sois hermanos; no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo; no os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, Cristo.

PRECES

Oremos a Jesús, el Señor, que, levantado en la cruz, atrae a todos hacia él, y digámosle:

Atrae, Señor, a todos los hombres hacia ti.

Señor, que la luz con que resplandece el misterio de la cruz atraiga a todos los hombres,
— para que te reconozcan como camino, verdad y vida.

Da tu agua viva a todos los sedientos de verdad,
— para que su sed quede eternamente saciada.

Ilumina a los científicos y a los artistas,
— para que el progreso sea también camino de salvación.

Mueve los corazones de los que se apartaron de ti a causa del pecado o del escándalo,
— para que se conviertan a ti y permanezcan en tu amor.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Admite en tu reino a todos los difuntos,
— para que se alegren eternamente con la Virgen María y con todos los santos.

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común de todos:
Padre nuestro…

ORACION

Señor, vela con amor continuo sobre tu Iglesia, y, pues sin tu ayuda no puede sostenerse lo que se cimienta en la debilidad humana, protege a tu Iglesia en el peligro y mantenla en el camino de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

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Lectio Divina – Martes II de Cuaresma

1.- Introducción.

Señor, mi oración de hoy se dirige a Ti que eres “nuestro hermano mayor”. Los hermanos viven con el Padre en la misma casa, comen en la misma mesa, hacen los trabajos de casa según las posibilidades de cada uno. Nadie se siente más que otro. Todos se ayudan y defienden. Esa fraternidad, bajo la mirada cariñosa del Padre, es como una bonita fiesta. Dame, hoy, la gracia de sentirme especialmente hermano de todos y todas que tienen mi misma fe.

2.- Lectura reposada del Evangelio. Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló tanto para el pueblo como para sus discípulos: «Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican. Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas. Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de la Ley que llevan en la frente y los largos flecos de su manto. Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos reservados en las sinagogas. Les agrada que los saluden en las plazas y que la gente los llame Maestro. En cuanto a ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo. El más grande entre ustedes se hará el servidor de todos. Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que se rebaja, será puesto en alto.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Reflexionamos sobre unas palabras sorprendentes de Jesús: “A nadie llaméis padre en la tierra. Sólo es Padre el que está en el cielo”. El verdadero Padre es Dios porque lo propio del Padre-Dios es “dar y darse” del todo en el hijo. En esta vida nadie puede llamarse propiamente padre porque las personas en este mundo estamos para dar y recibir”. Dando y recibiendo nos realizamos, Todos tenemos algo que dar y algo que recibir. Y, de esta manera, nos igualamos. “A nadie llaméis maestro”. El maestro es “el que enseña”. No sólo enseña ciencias o letras, sino enseña a vivir. En este sentido sólo Jesús es el “Maestro de la vida”. Los demás pasamos por la vida “enseñando y aprendiendo” los unos de los otros. Nadie es tan ignorante que no tenga algo que enseñar; ni tan sabio que no tenga algo que aprender. Y así aprendiendo y enseñando nos igualamos. “A nadie llaméis señor”. El Señor es el que está por encima de los súbditos. Y en esta vida nadie es más que nadie. Todos somos hijos de Dios y gozamos de la misma dignidad. El título de Señor se lo dieron a Jesús después de haber muerto y Resucitado. Es el Señor de la vida y de la historia. ¿Adónde quiere llevarnos Jesús con estas imágenes? “Todos vosotros sois hermanos” (23,8). Jesús sueña con poder crear en este mundo una auténtica “fraternidad”.

         Palabra del Papa

“En el pasaje de hoy, Jesús amonesta a los escribas y fariseos, que en la comunidad desempeñaban el papel de maestros, porque su conducta estaba abiertamente en contraste con la enseñanza que proponían a los demás con rigor. Jesús subraya que ellos «dicen, pero no hacen» (Mt 23, 3); más aún, «lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar» (Mt 23, 4). Es necesario acoger la buena doctrina, pero se corre el riesgo de desmentirla con una conducta incoherente. Por esto Jesús dice: «Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen» (Mt 23, 3). La actitud de Jesús es exactamente la opuesta: él es el primero en practicar el mandamiento del amor, que enseña a todos, y puede decir que es un peso ligero y suave precisamente porque nos ayuda a llevarlo juntamente con él (cf. Mt 11, 29-30)”. (Benedicto XVI, Ángelus, Plaza de San Pedro, 30 de octubre de 2011)

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Miraré en este día a cada hombre o mujer como mi hermano o mi hermana.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y yo ahora le respondo con mi oración.

Yo, Señor, al acabar la oración de este día, quiero darte gracias porque he descubierto el don de la fraternidad. Es un bonito regalo que nos has hecho. El que ese hombre o esa mujer que tengo a mi lado, sean mi hermano o mi hermana, es el hallazgo más precioso de mi vida. Yo ya no estoy solo en la vida. Vivo bajo la mirada cariñosa de Dios, mi Padre y la compañía gratificante de mis hermanos.

ORACIÓN EN TIEMPO DE PANDEMIA.

Señor Resucitado: Mora en cada uno de nuestros corazones, en cada enfermo del hospital, en todo el personal médico, en los sacerdotes, religiosos y religiosas dedicados a la pastoral de la salud, en los gobernantes de las naciones y líderes cívicos, en la familia que está en casa, en nuestros abuelos, en la gente encarcelada, afligida, oprimida y maltratada, en personas que hoy no tienen un pan para comer, en aquellos que han perdido un ser querido a causa del coronavirus u otra enfermedad. Que Cristo Resucitado nos traiga esperanza, nos fortalezca la fe, nos llene de amor y unidad, y nos conceda su paz. Amén

La Vida de Jesús – Fco. Fernández-Carvajal

4.- LA SEÑAL DE JONÁS

Mt 12, 38-45; Lc 11, 29-32

Algunos escribas y fariseos, que no habían tenido parte en la discusión sobre el origen del poder de Jesús para lanzar demonios, se le acercaron y, con una mezcla de respeto y de osadía, le dijeron: Maestro (Rabbi), queremos ver de Ti una señal. Para aquellos hombres, que representaban un partido numeroso, los milagros de Jesús, y en especial el que había dado lugar a la blasfemia de sus colegas, no eran, pues, suficientes para demostrar su origen divino y su mesianidad. Para convencerse, pedían que el Mesías condescendiera en obrar una señal, un milagro extraordinario, decisivo, que acaeciese, no en la tierra, sino en el cielo, en las regiones de la atmósfera; por ejemplo, un eclipse, una tempestad en el cielo sereno… En el fondo, mostraban la misma exigencia que aquellos otros fariseos. Si el Señor hubiera realizado un prodigio, tampoco habrían creído. La fe exige buenas disposiciones. Sin ellas, todo puede ser mal interpretado. Por eso, san Lucas nos advierte que hicieron esta demanda a Jesús para tentarle, no porque desearan tener luz para dar un paso adelante y convertirse en discípulos del Maestro. El Señor respondió:

Esta generación malvada y adúltera pretende una señal, pero no se le dará otra señal que la del profeta Jonás. Pues, así como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.

El Salvador responde a todos los que participaban de las mismas disposiciones. No se les dará este tipo de señal. Y, con todo eso, Jesús, movido por su infinita bondad, además de sus frecuentes milagros, que no terminarán sino con su vida, les otorgó un extraordinario prodigio, el que Él llama la señal de Jonás[1].

La alusión a los tres días y tres noches que el Señor debía pasar en el corazón de la tierra fue entendida por los fariseos. Después de su muerte fueron a Pilato para exigirle medidas, ya que ellos habían oído lo que Jesús dijo estando vivo aún: Después de tres días resucitaré. También el «signo de Jonás», que respondía en buena parte a sus peticiones, será rechazado, pues acudirán al procurador romano con el temor de que resucitase[2].

Obligado a rechazar a aquella generación malvada, a la que no había logrado mover para que creyese en Él, Jesús tomó de la historia de Israel otros dos hechos célebres que iluminaban bien la culpabilidad de muchos de sus compatriotas: los hombres de Nínive, que se convirtieron ante la predicación de Jonás, y la reina del Mediodía, porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón.

El primero de estos dos ejemplos se lee también en el Libro de Jonás. Describe la conversión de los ninivitas, de aquellos orgullosos paganos que, sin embargo, hicieron penitencia al oír la predicación de un desconocido, de un extranjero. La reina del Mediodía es la reina de Saba, cuyo reino estaba situado al sureste de Palestina. Vino de muy lejos –desde los confines del mundo– para ver y consultar a Salomón, y se tornó a su tierra, asombrada de lo que había visto y oído[3]. Estas contraposiciones, humillantes para los judíos, recuerdan el discurso del Señor en la sinagoga de Nazaret y las duras palabras que dirigirá más adelante contra tres ciudades incrédulas de las orillas del lago. Con singular energía, y en alusión a Sí mismo, dijo: Aquí hay algo más que Jonás. Debieron de ser pronunciadas con toda autoridad y convicción.


[1] Este pasaje, como todo el evangelio, atañe a aquel que quiera ser discípulo de Cristo. Si tenemos buenas disposiciones, veremos a Dios en lo que nos rodea: en la naturaleza misma, en el dolor, en el trabajo… La historia personal de cada hombre, de cada mujer, está llena de señales. Pero, si no existieran buenas disposiciones, de nada valdrían los signos más extraordinarios, como ocurrió con aquellos fariseos. Incluso después de la resurrección de Lázaro, veremos cómo irán con ánimo torcido a los dirigentes de la nación para perderle (cfr. Jn 11, 46). El buen ladrón, sin embargo, confesará la realeza de Cristo cuando menos signos externos se presentaban a la razón (cfr. Lc 23, 42).

[2] El Señor ha de encontrarnos con una disposición humilde y llena de autenticidad, que excluye los prejuicios. Y, junto a esta actitud de base, es necesario también saber escuchar, porque el lenguaje de Dios, aunque acomodado a nuestro modo de ser, puede hacerse en ocasiones difícil de aceptar, porque contraríe nuestros proyectos o nuestros caprichos, o bien sus palabras no sean precisamente las que nosotros esperábamos o deseábamos. A veces, el ambiente materialista que nos rodea puede también presentar falsas humanas razones, contrarias al lenguaje con que Dios se manifiesta.

Es necesario purificar el corazón de amores desordenados para ver con claridad y para poder interpretar acertadamente los acontecimientos de nuestra vida, descubriendo a Dios en ellos.

[3] 1 R 10, 1 ss.

Comentario – Martes II de Cuaresma

Comentario, Martes II de Cuaresma

(Mt 23, 1-12)

Todo este capítulo 23 de Mateo es un largo reproche a los fariseos, que quitaban la calma al manso Jesús. Nosotros, viendo lo que a Jesús tanto le molestaba de estos personajes, podemos descubrir también las actitudes negativas de las que más tendríamos que cuidarnos para no ser desagradables a sus ojos.

Los fariseos estaban permanentemente pendientes de sus propias personas, particularmente de su fama, de la gloria humana, de su lugar en la sociedad. Y en esta obsesión por exhibirse usaban también la religión para aparentar piedad. Por eso mismo también les agradaba tener todos los títulos posibles: que los llamaran maestros, patriarcas, doctores.

Pero una manera cruel de aparecer como los mejores de la sociedad era señalar permanentemente los defectos y los errores ajenos. Ellos, aunque estuvieran llenos de pecados ocultos, cuidaban mucho lo externo para aparecer como perfectos y hacer sentir pecadores a los que no seguían a la perfección las leyes y tradiciones que ellos inventaban y absolutizaban.

En su fuerte rechazo de estas actitudes Jesús hace ver el poco valor que tiene esa perfección externa que alimenta la vanidad; y él prefiere invitarnos sobre todo a la humildad y al servicio.

El texto no puede tomarse al pie de la letra para rechazar los apelativos afectuosos dirigidos a las autoridades, y para ser poco considerados y poco amables con ellos, o para creer que no debemos obediencia a nadie. De hecho, san Pablo pide que en sus comunidades lo consideren como padre (2Cor 6, 11-13; 12, 14-15; 1Tes 2, 11-12), y como el único padre de la comunidad (1Cor 4, 14-16), y defiende ese lugar en la comunidad con uñas y dientes (2Cor 7, 2-4; 10, 7-8; 11, 1-6. 16-19), aunque no buscaba la alabanza o la gloria humana, y por eso no le interesaba el juicio que los demás pudieran emitir sobre su persona, sino el juicio de Dios (1Cor 4, 3-5).

Oración:

“Libérame Señor del enfermizo cuidado de la apariencia, de la triste búsqueda de la gloria mundana, y coloca en mi corazón el profundo deseo de la humildad y la sencillez. Arranca de mí todo apego a los elogios y reconocimientos”.

 

VÍCTOR M. FERNÁNDEZ
El Evangelio de cada día

Sacrosanctum Concilium – Documentos Vaticano II

Órgano de tubos y otros instrumentos

120. Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.

En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente, a tenor de los arts. 22 § 2; 37 y 40, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificación de los fieles.

Misa de la familia

DOMINGO III DE CUARESMA

SALUDO
El amor sabio de Dios nuestro Padre, manifestado en la entrega de Jesucristo el Señor, resucitado por el Espíritu, esté con todos nosotros.

ENTRADA
Bienvenidos, hermanos, a esta celebración de nuestra fe. Cada vez que nos reunimos estamos llamados a descubrir con firmeza el amor del Padre que se nos manifiesta, y el compromiso que tenemos que renovar. Quizá muchas veces celebramos la Eucaristía con pasividad, sin dar el paso de la fe, sin traer el resultado de nuestro actuar y sin sentirnos reno­vados y llenos para volver a la vida y seguir dando testimonio cristiano. A veces el actuar de la misma Iglesia tampoco favorece ni el encuentro ni la esperanza. Aún así estamos invitados a encontrarnos cara a cara con Dios Padre que rompe nuestras esclavitudes, que nos perdona, que nos da Vida y nos señala cómo tenemos que vivir si queremos crecer como per­sonas. Y también nos señala cuál tiene que ser el centro de nuestro anun­cio: la fuerza y la sabiduría de Dios que es Cristo muerto y resucitado, escándalo para unos y necedad para otros. Pero para nosotros es la res­puesta de Dios a la humanidad; una respuesta que se inicia en Jesús, en sus signos, y en la entrega de su vida hasta la muerte.

ACTO PENITENCIAL
Delante de Dios Padre, no como en un juicio sino en un encuentro del Padre y los hijos, pedimos perdón:

– Cuando nos creamos dioses pequeños y falsos que no pueden salvar, que no dan la libertad. SEÑOR, TEN PIEDAD.
– Cuando nos predicamos a nosotros mismos, nuestros miedos y difi­cultades, y te olvidamos a ti crucificado. CRISTO, TEN PIEDAD.
 – Cuando nos dejamos embaucar por ideas extrañas, por ideología y mensajes sin vida. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Con tu calor y amor, Señor, disipa nuestras limitaciones y danos tu perdón. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION COLECTA
Dios Padre nuestro que, como cada día de fiesta, nos reúnes alre­dedor del altar, como a los hijos de una misma familia; danos tu Espí­ritu para que vivamos creando comunidad en torno a Jesucristo, manifestación de tu amor y maestro para nuestra vida. Te lo pedimos por Él, que vive y reina contigo.

LECTURA NARRATIVA
El Libro del Éxodo nos va narrando la historia de Dios con su Pueblo elegido, con Israel. Una historia de elección, de libertad, de amor. Dios toma la iniciativa, libera y salva para que el pueblo descubra en Él el sentido de su vida; Y un Dios celoso porque sabe que fuera de Él nadie puede salvarles.

LECTURA APOSTOLICA
Saliendo al paso del deseo de reducir y comprender el evangelio con criterios puramente humanos viene la palabra de Pablo diciendo que el cen­tro, lo nuclear del Evangelio es Jesús de Nazaret, y éste crucificado. No seguimos a un palabrero, ni a un filósofo. Seguimos a un crucificado y en Él estamos llamados a descubrir la sabiduría y la fuerza de nuestro Dios.

LECTURA EVANGELICA
Jesús echa del templo a vendedores de animales y a los cambistas de dinero. El templo material, lugar de encuentro de los hombres con Dios, ha quedado superado con Jesús; desde ahora para encontrar a Dios, para reconocerle y hablarle, ya no valen los espacios materiales porque Jesús es cl nuevo Templo, lugar de la Presencia del Padre.

ORACION DE LOS FIELES
En nuestro camino hacia la Pascua, presentemos ahora con confianza nuestras oraciones cantando (diciendo): KYRIE, ELEISON.

  1. Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que en este tiempo de Cuaresma expulsemos de nosotros todo lo que es contrario o poco coherente con nuestro seguimiento de Jesús. OREMOS:
  2. Por los que se preparan para recibir el bautismo, la confirmación o la primera comunión. Que la gracia de Dios se derrame sobre ellos y les dé fortaleza para vivir como fieles seguidores de Jesucristo. OREMOS:
  3. Por los países de Hispanoamérica. Que progresen en el bienestar para todos los ciudadanos y en la solidez de la fe cristiana. OREMOS:
  4. Por las mujeres de nuestro país y de todos los países. Que en todo lugar reciban un trato de igualdad y de respeto, y desaparezca todo tipo de discriminación. OREMOS:
  5. Por… OREMOS:
  6. Por nosotros. Que vivamos la celebración de la Eucaristía cada vez con mayor espíritu de fe y de oración, y con más amor a Dios y a los hermanos. OREMOS:

Escucha, Señor Jesús, nuestra oración. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Fieles, Señor, al mandato que nos das de trabajar para que la tie­rra dé su fruto, nos hemos esforzado para traer hasta al altar el pan y el vino que ahora, con gratitud, te presentamos; que tu Espíritu los convierta para nosotros en Cuerpo y Sangre de Jesús. Que vive y reina.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, Dios del Amor, glorificarte ahora y siempre por todos los bienes con que nos enriqueces, y en especial por habernos mostrado tu entrega sin límites en Jesús, que es el Camino que nos lleva a Ti.

Tú no eres un Dios ni escondido ni lejano, sino que en todo momen­to te haces el encontradizo de las gentes, y quieres que vivamos favore­ciendo la verdad y la justicia, defendiendo la dignidad de las personas allí donde es pisoteada. Eres el Dios de la entrega que resucitas a Jesús para hacernos a todos partícipes de tu Vida sin fin.

Permítenos, Señor, unirnos a cuantos hombres y mujeres dedican su vida a la extensión del bien y de la paz, para poder glorificarte de verdad como ahora lo hacemos con este himno en tu honor: Santo, Santo, Santo…

ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al darte gracias, Señor, por esta Eucaristía que nos ha unido, te rogamos que esta comunidad cristiana viva siempre fiada de tu amor liberador y entregado, y que nuestro trabajo en medio del mundo ayu­de a acrecentar la presencia de tu Reino entre nosotros. Por Jesucristo.

DESPEDIDA
Son muchos los templos en los que sacrificamos y a los que hay que destruir. Asistir al culto cada domingo y no hacer de la vida culto es convertir nuestra fe en comercio y mentira. Por eso, antes de irnos en paz, nos tenemos que recordar que el culto que Dios espera de nosotros es el compromiso que haga un hombre más fraterno y el mundo mejor en el que quepa.

Música – Domingo III de Cuaresma

Entrada: Me invocará (Apendice) ;  Invoco al Dios altísimo CLN 713; Un pueblo que camina CLN 719;  Nos has llamado al desierto CLN 126
Introito en latín:  Oculi mei semper.
 Misa de Cuaresma: (Canto Gregoriano)
Salmo y  Aclamación antes del Evangelio: Señor tú tienes palabras… (Propio)
Ofertorio: Attende Domine. CLN 101
Comunión:  Dios es fiel CLN 117; A ti levanto mis ojos CLN 526 ;  Dame tu perdón CLN 111;    
La Alianza nueva CLN 253;
Final. Se puede terminar en silencio. Si me levantaré CLN 107

Recursos – Ofertorio Domingo III de Cuaresma

PRESENTACIÓN Y ASPERSIÓN CON EL AGUA BENDITA

(Concluida la homilía, el padre y la madre del último bautizado, si es posible con su hijo o hija, van hasta el fondo del lugar de la celebración y cogen el calderillo o el recipiente que contiene el agua ya bendecida y llevan al presbiterio, donde se la dan al que preside, y dicen:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, nosotros te traemos hoy el agua que Tú nos has dado. La usamos para el aseo personal y para cuidar nuestros campos y nuestras plantas. Ella nos refresca y nos regala vida. Pero ella es, sobre todo, la fuente de nuestra nueva vida, por el Bautismo. Nos perdonó nuestro pecado, nos llenó el corazón de tu gracia, nos incorporó a la vida del Resucitado y nos sumó a tu Iglesia.
Hoy te pedimos, Señor, que renueves esta comunidad y actualices en cada uno de nosotros y de nosotras la gracia bautismal. Pero te pedimos, también, que nos haga vivir la gracia de la igualdad, para que seamos conscientes de nuestra participación y corresponsabilidad en las tareas y actividades de tu Iglesia.

(Finalizada su intervención y ofrenda, el que preside, toma de sus manos el calderillo o recipiente con el agua bendita, coge el acetre, se signa él en la frente y realiza la aspersión sobre la comunidad)

PRESENTACION DE LA CONCHA BAUTISMAL

(Cualquier miembro adulto puede realizar esta ofrenda, después dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo hoy esta concha que ha sido utilizada para el bautismo de muchos de nosotros y de nosotras. Con ella queremos simbolizar cómo, por tu gracia y la donación del Espíritu, Tú mismo nos has incorporado a la comunidad, a tu familia sobre la tierra, para que seamos signos de tu Reino. Que podamos vivir en cada momento de acuerdo a la dignidad a la que nos has llamado.

PRESENTACION DE LAS VELAS

(Dos jóvenes de la comunidad llevan las velas que, situadas sobre la mesa del altar, van a iluminar a la comunidad. Uno o una de ellos es quien hace la ofrenda)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, nosotros te hemos traído estas dos velas que van a iluminar nuestra asamblea, como el símbolo de la fe que profesamos cada uno de nosotros y de nosotras en tu Hijo Jesucristo. Realmente la has encendido en cada uno de nosotros y de nosotras como don de tu Espíritu y es un regalo que nos has dado generosamente. Nosotros hoy, además de agradecértelo, queremos empeñar en él nuestras personas, pues, por la fe en Jesucristo, reconocemos que nuestras personas y nuestras vidas tienen el sentido que sin ella carecerían.

PRESENTACIÓN DE UNA PERSONA EN SILLA DE RUEDAS

(Hace esta ofrenda alguien que trabaje en pastoral de la salud o acompañe y cuide a alguna persona enferma)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Yo quiero ofrecerte, Señor, dos cosas al mismo tiempo: el dolor de esta persona a la que cuido y el talante de mis cuidados. Las dos experiencias, Señor, son la religión que Tú quieres: asumir el sufrimiento y el mal, y saber que el mejor holocausto que te podemos ofrecer es una vida de entrega a los demás. Te pido que unas nuestras experiencias a las de tu Hijo en la Cruz y que las purifiques para que sean cada vez más semejantes a las suyas.

PRESENTACIÓN DE UNOS CARTELES (o diapositivas) DE MÁRTIRES DE HOY

(Se presentan unos carteles o unas diapositivas que reflejan la realidad de nuestro mundo: la pobreza, el hambre, la droga…; y otros carteles o diapositivas de personas o líderes ¿actuales? que han luchado y luchan a favor de la justicia y de la paz)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, sobre la mesa del altar, te ponemos las esclavitudes y luchas de la humanidad, hoy: la pobreza, el hambre, la droga…; y, también, la lucha constante y generosa de tantos hombres y mujeres para su erradicación y desaparición. Te pedimos que unas su ofrenda a la de tu Hijo Jesucristo, el único sacrificio que te es agradable; acéptala como hiciste con la muerte de Jesús. Y, también, llena nuestros corazones de deseos de libertad y comprométenos en su lucha; arrebátanos nuestros conformismos y comodidades; anímanos y danos tu gracia para convertirnos realmente y dar frutos concretos de tu amor.

PRESENTACIÓN DE UNA ONG

(No como algo único y exclusivo, sino como “UNA” de ellas; las demás las iremos presentando a lo largo del año, en diversos domingos y fiestas. Se trata de presentar un folleto o proyecto que presente las acciones de esta ONG)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: SeSeñor, queremos ofrecerte hoy toda la acción humanitaria de tantos grupos, comprometidos a favor de las personas más débiles de nuestra sociedad y cultura. Te la presentamos por medio de la acción de este grupo (………….). Acéptala, Señor, porque -se sientan creyentes o no- tu Reino se hace realidad en su compromiso. Y a nosotros y a nosotras, haznos también cada día más sensibles, comprometidos y comprometidas con los más necesitados y necesitadas, especialmente en este camino cuaresmal.

Oración de los fieles – Domingo III de Cuaresma

Seguimos adelante en nuestra andadura cuaresmal, y el pueblo muestra ante Ti las necesidades que tiene en su camino. Oremos diciendo:

ESCUCHA A TU IGLESIA PEREGRINA.

1. – Por el Papa Francisco, para que con tu ayuda, siga con ese gran afán peregrino en la predicación del Evangelio, como lo fue incansablemente su antecesor Juan Pablo II. OREMOS

2. – Por los gobernantes y los políticos para que se dejen guiar por la fuerza y la sabiduría que viene de Dios. OREMOS

3. – Por los viven lejos de tu lado, para que nuestra oración y ejemplo les acerquen a la casa del Padre. OREMOS

4. – Por los enfermos, excluidos, encarcelados o angustiados, para que encuentren en tu Iglesia la salud y la libertad que tu nos traes. OREMOS

5. – Por los que se dedican al mundo de la economía y los negocios, para que no ahoguen estos asuntos la alegría que nos viene de Cristo. OREMOS

6. – Por todos nosotros que paso a paso, nos encaminamos al drama de tu cruz, haz que contemplando este misterio, cojamos fuerzas para poder tomar la nuestra y seguirte. OREMOS

Señor, tu pueblo camina siguiendo los pasos que tu marcaste primero, atiéndenos y concédenos lo que confiados te pedimos. Por Jesucristo Nuestro Señor

Amen.


Pedimos al Padre su misericordia ante tantas necesidades como nos acechan. Pues el Señor no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva.

APIÁDATE DE NOSOTROS, SEÑOR.

1. – Para que Dios conceda a su Iglesia un conocimiento cada día más profundo de los misterios del Señor y ayude a todos a manifestarlo en su vida. OREMOS

2. – Por el Papa Francisco para que Dios le conceda el don precioso de la unidad y la fraternidad para todos. OREMOS

3. – Para que el Señor nos conceda la paz, la justicia, la libertad y el amor a todos los que poblamos en el mundo. OREMOS

4. – Para que Dios infunda valor a los que están participando de la pasión de Cristo por enfermedad, pobreza, humillación o cualquier carencia humana. OREMOS

5. – Para que el Señor dé fortaleza a los que vacilan en la fe y caminan sin esperanza. OREMOS

6. – Por las familias que sufren por falta de trabajo o desunión, para que encuentren en nosotros la ayuda y la paz que necesitan. OREMOS

7. – Por nosotros, presentes en esta Eucaristía, llamados a dar testimonio con nuestra vida de lo que significa ser cristianos. OREMOS

Dios de bondad escucha nuestras súplicas que esperamos alcanzar por medio de la pasión de tu Hijo, Nuestro Señor Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén

Comentario al evangelio – Martes II de Cuaresma

Una vez más la Palabra de Dios que escuchamos en este día de Cuaresma nos recuerda que si dejamos de lado a los débiles –el oprimido, el huérfano, la viuda…- no existe el culto agradable a Dios. Y Jesús denuncia a los líderes religiosos por abusar de su superioridad moral: en nombre de Dios cargan la conciencia de los demás con exigencias muy pesadas mientras ellos encuentran la manera de eludirlas. Jesús no puede tolerar estos abusos ni que se produzcan en la comunidad diferencias: a unos les llamamos “padres y madres”, a otros “maestros” y a otros “hermanos”. A Jesús le disgusta el hombre que se engríe y ostenta vanidosamente lo que no es. Le disgustan los soberbios, los cínicos y los orgullosos.

Si nuestras relaciones se construyen sobre el poder o sobre el empeño por mejorar la propia imagen no son relaciones ni comunidades seguidoras de Jesús, el último y el servidor de todos. “La humildad abre puertas, la prepotencia las cierra”.  Si solo tenemos un Padre y un guía y todos somos hermanos y servidores unos de otros, no cabe en la Iglesia la imposición o el abuso de ningún tipo, y menos a los más débiles. Si todos los hombres tenemos una misma dignidad y si todos los miembros de la Iglesia somos hermanos en Cristo no puede haber entre nosotros diferencias ni desigualdades ni unos ser más que los otros o disponer de más recursos que otros.  Estos desequilibrios no forman parte del Plan de Dios de formar una sola familia humana.

Para ser parte de la comunidad del Reino es necesario construir unas relaciones basadas en el servicio, la igualdad y la fraternidad. Todos tenemos que aprender de los demás, renunciar a “hacernos ver” (cuantas veces buscamos el agradar para ser vistos y queridos por los demás y nos cuesta hacer las cosas igual tanto si me ven como si me ignoran), ser humildes y presentarnos como somos y ponernos a disposición de los demás. Como dice Robert Burns: “¡Ah, si nos fuera dado el poder de vernos como nos ven los demás! De cuantos disparates nos veríamos libres”.

Os ofrezco estos pensamientos que ayudan a comprender mejor mi reflexión:

“Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando” (Papa Francisco)

Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte, y tan humilde que todos quieran estar contigo” (Gandhi)

“La grandeza de las personas se mide por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma” (Rubén de Segura).

José Luis Latorre, cmf