VÍSPERAS
MARTES VII DE PASCUA
INVOCACIÓN INICIAL
V/. Dios mío, ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
SALMO 124: EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO
Ant. Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya.
SALMO 130: ABANDONO CONFIADO EN LOS BRAZOS DE DIOS
Ant. Espere Israel en el Señor. Aleluya.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Espere Israel en el Señor. Aleluya.
CÁNTICO del APOCALIPSIS: HIMNO DE LOS REDIMIDOS
Ant. Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya.
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya.
LECTURA: Rm 8, 26-27
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
RESPONSORIO BREVE
R/ El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya
V/ El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya
R/ Será quien os lo enseñe todo.
V/ Aleluya, aleluya.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo para ser mis testigos hasta los confines del mundo. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo para ser mis testigos hasta los confines del mundo. Aleluya.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que nos ha hecho partícipes del Espíritu Santo, y supliquémosle, diciendo:
Cristo, óyenos.
Derrama, Señor, desde el Padre, el Espíritu Santo sobre la Iglesia,
— para que la purifique, la fortalezca y la acreciente a través del mundo.
Llena de tu Espíritu a los que dirigen los destinos de los pueblos,
— para que sean servidores del bien común.
Envía tu Espíritu, padre de los pobres,
— para que su fuerza ayude a los que se sienten necesitados.
Te rogamos, Señor, por todos los ministros de tu Iglesia;
— que vivan con fidelidad la vocación a que fueron llamados.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede la plenitud de la redención a las almas y a los cuerpos de nuestros difuntos,
— tú que, por la pasión, resurrección y ascensión, has realizado la salvación de la carne y del espíritu.
Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza:
Padre nuestro…
ORACION
Te pedimos, Dios de poder y misericordia, que envíes tu Espíritu Santo, para que, haciendo morada en nosotros, nos convierta en templos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.