Lectio Divina – Martes XVII de Tiempo Ordinario

1.-Oración Introductoria.

Señor, en la oración de hoy sobre “el trigo y la cizaña” quiero que me hagas comprender que las dos hierbas crecen en el mismo campo y este campo es mi propio corazón. Te confieso, Señor, que yo “no soy trigo limpio” que dentro de mí también hay cizaña y que, por tanto, yo no soy quién para juzgar a los demás. Te dejo a ti el juicio, Señor.

2.- Lectura atenta de la palabra. Mateo 13, 36-43.

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: Acláranos la parábola de la cizaña en el campo. Él les contestó: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

3.- Qué dice el texto

Meditación- reflexión

En esta parábola quedan muy bien definidos los autores del bien y del mal. “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre”. ¿Y el sembrador de la mala semilla? “El enemigo que la siembra es el Diablo”. Que queden las cosas claras desde el principio: no hay dos campos distintos: uno para el trigo y otro para la cizaña. El trigo y la cizaña crecen juntos en el campo de mi propio corazón. ¿Quién es capaz de decir que él es trigo puro sin mezcla de cizaña? Sólo aquel fariseo engreído que se puso de pie en el templo a dirigirle a Dios la oración más estúpida de toda la biblia: “gracias, Señor, porque yo no soy como los demás”. ¿Habrá cosa más bella en este mundo que considerarse igual que los demás? Sin complejos de superioridad, porque “nadie es más que nadie”, pero también sin complejos de “inferioridad”, porque nadie es menos que nadie. Debemos aceptarnos todos como “hermanos”; con nuestro trigo y nuestra cizaña a cuestas, pero hermanos; con nuestra enorme capacidad de bien y también de mal, pero hermanos; con nuestro realismo, pero también con nuestras utopías, pero hermanos. Ningún instrumento de mal, por refinado que sea, podrá matar nuestros sueños. El autor del mal está ahí, es el Maligno. El autor del bien también está ahí, es Jesucristo. Y por mucha fuerza que tenga el Maligno para el mal, tiene mucha más Jesús para el bien. “Donde abundó el delito, sobreabundó la gracia” (Ro. 5,20).

Palabra del Papa

“La enseñanza de la parábola es doble. En primer lugar, dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz, pero va él y siembra la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo. Y aquí llegamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los siervos y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos mucha prisa en juzgar, clasificar, poner aquí a los buenos, allí a los malos… Recordad, la oración de ese hombre soberbio, ‘te doy gracias, Dios, porque yo soy bueno y no soy como ese otro que es malo’. Recordad esto. Dios sin embargo sabe esperar. Él mira en el «campo» de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también las semillas del bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Qué bonito es esto. Nuestro Dios es un Padre paciente que siempre nos espera y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos, siempre nos perdona si vamos donde Él” (Papa Francisco).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Guardo silencio).

5.-Propósito. Vencer el mal de este día. ¿Cómo? A fuerza de bien.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, al acabar hoy mi oración, me siento bien. Es verdad que hay mucha cizaña en el mundo, pero hay mucho más trigo. Lo que pasa es que el mal hace mucho ruido y el bien es silencioso. La semilla del bien crece sola en el silencio del corazón. Y esa buena semilla está oculta a los ojos de los hombres, pero no ante el Padre Dios “que ve en lo escondido”. ¡Gracias, Señor!

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Comentario – Martes XVII de Tiempo Ordinario

(Mt 13, 36-43)

Hay hombres, tomados por las fuerzas del mal, enfermos por la maldad, el egoísmo, el odio, que están sembrando mala semilla en el mundo.

Eso significa que, además de nuestra debilidad, nuestras malas inclinaciones y nuestras malas costumbres, hay personas interesadas en sembrar el mal, y a veces se produce un contagio dañino.

Así, el Señor nos invita a ser realistas y astutos, a estar atentos para reconocer cuándo, en medio de la buena semilla de Dios, se hace presente la mala semilla de los que no quieren el reinado de Cristo y de su Palabra, o también cuándo en nuestro propio corazón, en medio de muchas cosas buenas y bellas, se hace presente algo que nos inclina al desaliento, a bajar los brazos.

Además, Jesús pide a sus discípulos que tengan paciencia con los que están tomados por la mala semilla, porque el discernimiento no es fácil, y queriendo arrancar las cosas malas se corre el riesgo de arrancar también lo bueno. No todo es completamente negro o completamente blanco, muchas veces podemos encontrarnos con una mezcla donde no podemos distinguir con suficiente claridad.

Jesús prefiere que seamos tolerantes, para que en lugar de empeñarnos en arrancar de golpe todo lo malo, en nosotros mismos o en los demás, sigamos sembrando el bien. Porque la semilla de Dios es poderosa; y aunque parezca pequeña, poco a poco puede convertirse en algo grande, como la pequeña cantidad de levadura que termina fermentando toda la masa.

Oración:

«Concédeme Señor, un espíritu positivo, más empeñado en sembrar que en hacer la guerra. Dame el entusiasmo por llevar tu Palabra y una gran confianza en el poder del bien, para que no me llene de deseos de destrucción y para que sepa luchar con las armas del amor».

 

VÍCTOR M. FERNÁNDEZ
El Evangelio de cada día

Música – Domingo XVIII de Tiempo Ordinario

Entrada:Sálvanos, Señor Jesús. Apéndice.  CLN A-14; Gloria a Dios para siempre (Apéndice)  CLN A-15; Qué alegría cuando me dijeron CLN 515
Introito en latin: Deus in adiutorium 
Misa: En los meses de Julio y Agosto, en zonas con turistas extranjeros se puede cantar la Misa de Angelis
Salmo Responsorial y Aleluya: El Señor les dió pan del cielo. (Propio)
Ofrendas: Señor te ofrecemos (Cantos varios)
Santo: De Gorostidi: CLN I-6
Comunión:Danos tu pan CLN 0-19; Te conocimos al partir el pan CLN 025; Yo soy el pan de vida CLN 038
Final: Cristo alegría del mundo CLN 654

Recursos – Ofertorio Domingo XVIII de Tiempo Ordinario

PRESENTACIÓN DE UNA HOGAZA DE PAN Y UNA JARRA DE VINO

(Pueden hacer esta ofrenda los acólitos. Uno de ello dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor y Padre nuestro, te ofrecemos este pan y este vino, que Tú mismo nos has regalado y son fruto de la tierra, la vid y el esfuerzo de los hombres y mujeres y que Tú, por mediación de tu Espíritu, los conviertes para nosotros y nosotras en el Cuerpo y la Sangre entregados de tu Hijo. Ellos son la fuerza y el alimento que necesitamos, tanto individualmente como comunidad, para peregrinar por este mundo, a la espera de poder participar un día en el Banquete de tu Reino. Y, hoy, quieren ser también signo del COMPARTIR entre nosotros y nosotras, de modo que llegue para todas las personas necesitadas. Acepta, Padre, nuestra ofrenda y ayúdanos siempre a vivir en solidaridad.

PRESENTACIÓN DE UNA CESTA DE LA COMPRA

(Una cesta de compra, de esas que existen en todas las casas, que puede ser presentada por un ama de casa de la comunidad. Bajo ella se esconde la tentación consumista de todo ser humano. Es una tentación de adormecimiento)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor y Dios nuestro, yo te traigo un instrumento de mi trabajo, aunque a la vez es signo del afán consumista que nos invade a todos y a todas los y las que formamos la sociedad actual. Haz, Señor, que no caigamos en la trampa consumista, porque, de lo contrario, en nada nos distinguiríamos de este mundo y sus valores. Danos luz para discernir, para permanecer despiertos-as y en vela, porque Tú nos prometiste tu Espíritu para poder vivir según el estilo de Jesús.

PRESENTACIÓN DE UNAS TIJERAS DE PODAR

(Otro de los adultos presenta unas tijeras de podar)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor y Dios nuestro, te traigo estas tijeras de podador. Todos y todas conocemos cuál es su finalidad y cómo, matando lo superfluo, generan nueva y más vigorosa vida. También sabemos que la permanencia en tu Hijo Jesucristo nos pone en situación de poda, de morir para dar nuevos frutos. Que las dificultades de la poda no nos hagan desistir de vivir en Jesucristo, de imitarle y de identificarnos con Él. Así queremos vivir su Evangelio y seguirle con todas las consecuencias.

PRESENTACIÓN DE UN DISCO

(Esta ofrenda bien la podría hacer una o un joven de la comunidad. Ellos y ellas son los consumidores más habituales de la música y los y las que han hecho de ella su compañía más frecuente)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor y Padre nuestro, yo te traigo hoy este pequeño disco. Sobre todo los y las jóvenes hemos hecho de ellos y de la música nuestra compañía más habitual. Sin embargo, ellos ocultan nuestro miedo al silencio, a la soledad y a encontrarnos con nosotros mismos/as, como si fuéramos el mayor y más espantoso fantasma del que hemos de huir. Al matar el silencio, nos es difícil encontrarnos contigo y poder saborear lo que es la oración. Al presentarte hoy este disco, me gustaría reivindicar el SILENCIO frente a los ruidos, la CAPACIDAD DE ESCUCHA a los y a las demás frente al aislacionismo que nos producen unos cascos, y la ORACIÓN frente al vacío existencial en el que vivimos.

PRESENTACIÓN DE UN PROGRAMA DE FIESTAS

(Esta ofrenda lo puede presentan una familia de la comunidad, y uno de sus miembros dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor y Dios nuestro, te presentamos el programa de fiestas del pueblo y de otras fiestas que tanto abundan en esta época del año. Te pedimos que no nos quedemos en el mero consumo, en el ruido y la charanga. Mas bien, que sean una oportunidad que sepamos aprovechar para vivir el encuentro familiar, la comunicación, profundizando, también, en nuestras relaciones. Ayúdanos a vivirlas con este sabor gozoso y positivo.

Oración de los fieles – Domingo XVIII de Tiempo Ordinario

Imploramos la misericordia de Dios y le pedimos por todos los hombres. Y respondemos:

ESCÚCHANOS SEÑOR.

1. – Por toda la Iglesia; para que dé testimonio de lo que es sentarnos a la misma mesa, partir los bienes con el necesitado y celebrar la fracción del pan. OREMOS

2. – Por el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes; para que no dejen de alimentar al mundo con el Pan de la Palabra, el Pan de la Eucaristía y el pan que sacia el hambre de la tierra. OREMOS

3. – Por todos los que sufren a causa de la pobreza, el paro, la soledad, la incomprensión; para que el Señor escuche sus súplicas y ponga en su camino personas capaces de compartir con ellos. OREMOS

4. – Por las familias que viven en la rutina, el cansancio y han dejado de poner sobre la mesa los bienes para compartirlos; para que el Señor les ayude a no rendirse, a ser generosos, y a empezar de nuevo desde la gratuidad. OREMOS

5. – Por todas las naciones; para que sus gobernantes miren por el bienestar de todos los hombres y empiecen a desaparecer tantas desigualdades de bienes mal repartidos. Por la paz en el Líbano y en todo oriente medio OREMOS

6. – Por todos los que estamos aquí reunidos, por nuestros familiares, amigos, y todos los que esperan una oración de nosotros; para que el Señor, que concede todas nuestras necesidades, esté pronto a socorrernos. OREMOS

Recibe, Señor, la oración de tu Iglesia que confía en tu misericordia. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén


Ponemos en tus manos estas plegarias, como aquel joven puso sus panes y peces, sabiendo que abres tu mano y nos sacias de favores. Repetimos:

ATIENDE, SEÑOR, A TUS FIELES.

1. – Te pedimos por el Papa, para que multipliques sus palabras y acciones en favor de tu pueblo. OREMOS

2. – Por lo gobernantes para que ayudados por el Señor todopoderoso, conforten las necesidades de su pueblo. OREMOS

3. – Por aquellos que predican la palabra en tierras lejanas para que con la ayuda del Señor su labor se vea multiplicada. OREMOS

4. – Por los pobres, los necesitados para que siempre encuentren en la Iglesia el pan necesario para la subsistencia. OREMOS

5. – Por todos los misioneros, para que sean constructores de paz entre dos culturas. OREMOS

6. – También por aquellos que aún no han descubierto el verdadero banquete de la Eucaristía, para que se sienten a la mesa que Cristo nos prepara. OREMOS

7. – Por los aquí presentes para que nunca nieguen a Cristo los panes y peces que él les pide. OREMOS

Padre, abre tu mano con generosidad sobre todas las necesidades que te presentamos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amen.

Comentario al evangelio – Martes XVII de Tiempo Ordinario

Llama la atención cómo los discípulos le piden a Jesús que les explique la parábola del trigo y la cizaña. Se lo piden en estos términos: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo». Es justamente con la realidad del mal, con la cizaña, con la que solemos tener mas problemas. La interpretación de la parábola de la cizaña se presta a muchas reflexiones, quizás previstas por el evangelista. El texto nos transmite una convicción rotunda: «solo el Hijo del hombre puede poner punto final a la ambigüedad de la historia».

Jesús invita a los discípulos en primer lugar a la tolerancia, ante el riesgo constante de todo grupo o institución religiosa de creerse mejor que las demás y autoproclamarse escogida frente a los otros. Fácilmente podemos caer en el juicio sobre los demás, en calificativos como «malas hierbas». En un mundo cada vez más plural y diverso como el nuestro es fundamental la tolerancia y el respeto para una convivencia pacífica.

También en mí hay trigo y cizaña, pero no es el momento de perder la paciencia, sino de dejar que Dios marque el ritmo de la cosecha. Reconocer que en uno mismo hay trigo y cizaña nos tendría que ayudar para ser más comprensivos con los demás y para saber aceptar el ritmo de Dios en nuestras vidas.  Muchas veces escucho, pero no dejo que la Palabra de Dios, la semilla buena-el Hijo del hombre, llegue a mi corazón. ¿Cómo cuido el terreno de mi corazón para la escucha de la Palabra?

El acento de la explicación de la parábola está en el juicio escatológico. Al final de los tiempos, el Hijo del hombre con su sabiduría, su justicia y su misericordia, separará los verdaderos ciudadanos del Reino de la cizaña. El criterio de separación, como aparece más adelante en el evangelio de Mateo 25, 31-46, será lo que hayamos hecho o dejado de hacer con el que tuvo hambre y sed, con el migrante y el desnudo, con el encarcelado y el enfermo. Cuando es tan fuerte el grito de dolor de los inocentes necesitamos que Jesús nos anime con sus palabras. El mal no tiene la última palabra.

Que tu esperanza nos acompañe Señor para afrontar con ánimo las dificultades y pruebas de cada día.

Edgardo Guzmán, cmf

Meditación – Martes XVII de Tiempo Ordinario

Hoy es martes XVII de Tiempo Ordinario.

La lectura de hoy es del evangelio de Mateo (Mt 13, 36-43):

En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».

Hoy, la parábola de la cizaña nos transmite un doble mensaje. Primero, para el tiempo actual: durante este «tiempo de la Iglesia» constataremos que junto al Reino de Dios —que nos trajo Jesucristo— aparece también el mal. Dios no se precipita en extirparlo: es la «paciencia de Dios», que respeta la libertad humana, porque Él nos deja caminar agarrados a una cuerda muy larga.

Segundo, para el más allá del tiempo: no todo acaba con la muerte. Es la certeza fundamental de la que parte la fe cristiana (y, en distintas modalidades, es común a toda la humanidad). La persona sabe, en cierto modo, que hay algo más, otra cosa. Eso significa que tenemos una responsabilidad para con Dios, que existe un juicio, y que la vida humana puede fructificar o fracasar.

—Te pedimos, Señor, que nos ayudes a dar fruto en nuestras vidas, un fruto que permanezca. Sólo así la tierra se transforma de valle de lágrimas en «jardín de Dios».

REDACCIÓN evangeli.net

Liturgia – Martes XVII de Tiempo Ordinario

MARTES DE LA XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria

Misa de la feria (verde)

Misal: Para la feria cualquier formulario permitido, Prefacio común

Leccionario: Vol. III-impar

  • Éx 33, 7-11; 34, 5b-9. 28. El Señor hablaba con Moisés cara a cara.
  • Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
  • Mt 13, 36-43. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos.

Antífona de entrada (Cf. Sal 67, 6-7. 36)
Dios vive en su santa morada. Dios, el que hace habitar juntos en su casa, él mismo dará fuerza y poder a su pueblo.

Monición de entrada
Hoy vamos a pedir en la celebración de la Eucaristía, con verdadero interés, por la familia; pues a través de ella, el hombre es introducido en la sociedad civil y en el pueblo de Dios, y en ella hemos aprendido la inmensa mayoría de personas el respeto, el amor, y la convivencia.

Acto penitencial

• Tú que viviste con María y José en el seno de una familia. Señor, ten piedad.
• Tú que nos mandas honrar a nuestros familiares. Cristo, ten piedad.
• Tú que haces de la familia una Iglesia doméstica. Señor, ten piedad.

Oración colecta
OH, Dios,
en cuyo ordenamiento tiene la familia su sólida base,
atiende compasivo las súplicas de tus siervos,
y haz que, siguiendo los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito
en las virtudes domésticas y en la práctica del amor,
lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Elevemos nuestras plegarias a Dios Padre, pidiéndole que su palabra de nos ayude a ser pacientes y comprensivos con todos.

1.- Para que la Iglesia nazca y se desarrolle en aquellos lugares donde aún no existe. Roguemos al Señor.

2.- Para que aumente el número de vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada. Roguemos al Señor.

3.- Para que progresen la unidad y comprensión entre las naciones. Roguemos al Señor.

4.- Para que los torturados y despreciados se vean libres de sus sufrimientos. Roguemos al Señor.

5.- Para que Dios tenga compasión de nosotros y de los que se sienten solos. Roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, sembrador y amante de todo lo bueno, atiende con amor las intenciones de tu Iglesia, y ayúdanos a mirar nuestros propios defectos para revelar a todos el rostro de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, las ofrendas
que te presentamos gracias a tu generosidad,
para que estos santos misterios,
donde tu poder actúa eficazmente,
santifiquen los días de nuestra vida
y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Sal 102, 2
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.

Oración después de la comunión
PADRE misericordioso,
concede a cuantos has renovado con estos divinos sacramentos
imitar fielmente los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito
para que, después de las tristezas de esta vida,
podamos gozar de su eterna compañía en el cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.