Lectio Divina – Martes XXX de Tiempo Ordinario

1.- Oración introductoria.  

Señor, leyendo hoy el evangelio, me dan ganas de decirte: hazme pequeño, como ese granito de mostaza. No quiero presumir de saber mucho, de tener mucho, de valer mucho. Quiero presumir de mi pequeñez. Y eso es lo que te ofrezco: “eso poquito que hay en mí”. Tú, Dios Padre, sabrás que vas a edificar “con lo poco que soy”.

2.- Lectura reposada del evangelio Lucas 13, 18-21

                   En aquel tiempo dijo Jesús: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».

 
3.- Qué dice el texto.

Meditación

En estas parábolas Jesús busca el contraste entre lo pequeño de los comienzos y lo grandioso del final. La semilla de mostaza es un granito como la punta del alfiler y, en algunas partes de Palestina llega a convertirse en arbusto  de cuatro metros de altura. Parece que Dios siente inclinación por lo pequeño: Tomó un poco de barro para crear al primer hombre; David, el hijo más pequeño, el que va detrás de las ovejas,  será el rey de Israel. Y es que la “mirada de Dios no es como la del hombre”. Y a la hora de elegir a su madre, Dios elige a María: la humilde, la pequeña, la esclava, la que no cuenta. ¿Por qué nuestros ojos se van detrás de lo grande? Dios, con nuestra pequeñez,  puede hacer maravillas. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar lo pequeño? El futuro de la Iglesia se va a jugar con pequeños grupos de fe y de amor, con la fuerza de su testimonio. Lo importante de la levadura es que se mete “en toda la masa”. Nada se queda al margen de esa fuerza transformadora. Y yo, ¿dejo que el evangelio me penetre del todo y transforme toda mi persona? Dentro de mí puede haber zonas oscuras, parcelas ocultas, donde no ha entrado la fuerza  de la fe. Esas zonas son paganas y se pueden convertir peligrosamente en terreno abonado  para los ídolos.

Palabra del Papa

“La imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas, está lleno de vida y crece hasta volverse ‘más grande que todas las plantas de huerto’. Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes. Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia”.  (Ángelus de S.S. Francisco, 14 de junio de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio ya meditado. (Silencio)

5.-Propósito: Aprovecharé el día al máximo sabiendo que nada hay pequeño ante los ojos de Dios.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, yo quiero aprender de este evangelio la gran lección de la humildad. Quiero aceptarme como soy: con mis limitaciones, mis errores, mis miserias, mis pecados. Eso es todo lo que te puedo ofrecer. Con un poquito de  barro, un día pudiste  hacer un hombre; con este granito de mostaza y este poquito de levadura, hoy Tú puedes hacernos santos.

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Comentario – Martes XXX de Tiempo Ordinario

(Lc 13, 18-21)

El Reino de Dios está creciendo. Y las parábolas que leemos en este texto, hablan precisamente de ese Reino en crecimiento, que comienza a manifestarse en cosas simples y pequeñas, pero que por el poder de Dios van creciendo hasta alcanzar grandes dimensiones. A los que se desencantan si no ven resultados vistosos, y sólo se sienten importantes si pueden tener cargos de alto nivel o si reciben misiones llamativas, Jesús les indica que las cosas grandes comienzan con cosas insignificantes. El Reino es como una pequeña semilla que termina convirtiéndose en un árbol inmenso, o como una pequeña porción de levadura, que lentamente pero sin pausa termina haciendo fermentar y produciendo una gran masa. Hay que confiar en el secreto de Dios, en su misteriosa acción que trabaja también cuando nosotros no lo vemos, y reconocer esa fuerza sobrenatural del Reino de Dios que va creciendo a través de lo que parece insignificante.

En el ejemplo del árbol es bello advertir que «los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas». Tendríamos que preguntarnos entonces si nuestras comunidades están convirtiéndose en ese espacio donde los demás puedan acercarse con gusto a recibir sombra y abrigo, protección y calor fraterno; si nuestras comunidades son un ámbito de unidad y de amor, construido con gestos pequeños pero cotidianos que han ido creando ese espacio comunitario donde cualquiera que llega se siente acogido. Esos gestos de amor, de compasión y de paciencia, cada pequeña iniciativa para hacer feliz a otro, son como esa pequeña semilla que con el tiempo produce un árbol precioso y acogedor. Por eso conviene renunciar a veces a la fiebre de los grandes proyectos que no nos dejan tiempo para vivir y tratarnos como hermanos, recordando que Dios hace más con un gesto sincero de amor generoso que con mil proyectos aparentemente espectaculares. Así lo entendió San Maximiliano Kolbe cuando renunció a todos sus proyectos y ofreció su vida para salvar a un hermano.

Oración:

«Señor Jesús, quiero adorarte contemplando el poder divino que reina en tu humanidad glorificada, porque has resucitado lleno de fuerza y gloria celestial. Reina en este mundo Señor, transfórmalo y hazlo crecer con tu presencia».

VÍCTOR M. FERNÁNDEZ
El Evangelio de cada día

Música – Domingo XXXI de Tiempo Ordinario

Entrada: Acuerdate, Señor de tu Iglesia CLN A-18;  El Señor es  mi fuerza CLN 717; Vayamos jubilosos.(Cantos varios)  Tu  palabra me da vida CLN 523
Introito en latin: Ne derelinquas me
Salmo Responsorial y Aleluya: Yo te amo, Señor, tú eres… (Propio)
Ofertorio: Ofrenda de amor (Cantos varios)
Santo: CLN I 5
Comunión:Donde ha caridad CLN 026;  Altisimo Señor. (Cantos varios); Gustad y ved. CLN CLN 035;  Al atardecer de la vida CLN 739;Señor no soy digno (Cantos varios)
Final: Anunciando tu venida. CLN 614

Recursos – Ofertorio Domingo XXXI de Tiempo Ordinario

PRESENTACIÓN DE UN CUADERNO

(Puede hacer esta ofrenda una persona adulta de la comunidad)

ORACIÓN – MOTIVACIÓN: Señor, yo te traigo hoy este cuaderno, que es símbolo de ese diario íntimo y secreto que escriben algunas personas y que, sin embargo, Tú conoces bien, porque a Ti no se te oculta nada. Con él yo te ofrezco las dudas que tengo y que me impiden no decidirme entre el seguimiento radical de tu Hijo Jesucristo o el acomodamiento de la fe. Hoy te quiero ofrecer mis buenos deseos de ser un fiel discípulo, una fiel discípula de Cristo, pero te pido que Tú me des la fortaleza que necesito.

PRESENTACIÓN DE UN MICRÓFONO

(Puede hacer esta ofrenda el/la responsable en la comunidad de la atención social y caritativa)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo hoy este micrófono, como símbolo de mi compromiso personal y de todos y de todas y cada uno y cada una de los miembros de la comunidad para prestar nuestra voz a los y a las más pobres, para que se puedan oír sus lamentos y se denuncien sus injustas situaciones, pues estamos convencidos y convencidas de que, si no prestamos nosotros y nosotras la voz y la denuncia, no se les permite protestar y que sean atendidos y atendidas en sus necesidades.

PRESENTACIÓN DE UNOS EVANGELIOS

(Conviene que lo presente algún agente de la evangelización)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Por mi parte, Señor, te traigo y te ofrezco estos Evangelios y, con ellos, nuestra decisión firme de seguirlos y seguir los pasos de tu Hijo Jesucristo. Ellos son el libro de tus discípulos y discípulas, nuestro libro. De ellos dependen nuestras personas y nuestras vidas. Su cumplimiento lo queremos vivir como la ofrenda de nuestras personas, de nuestro ser y de nuestra existencia. Hoy, queremos unir nuestras vidas a la de tu Hijo Jesucristo. Seguro que Tú, así, nos las aceptas incondicionalmente, pues en tu Hijo se complementa lo que, por nuestra debilidad e infidelidad, somos incapaces de realizar. Lleva, Señor, nuestros deseos a la concreción de la realidad. Para ello te pedimos tu Espíritu Santo, que será nuestra fortaleza.

PRESENTACIÓN DE UN INSTRUMENTO DE LABRANZA

(Tampoco es fácil, sobre todo en las ciudades, encontrar un tipo de instrumento de este estilo, tan específico del mundo rural. Por eso, podría ser sustituido por cualquier instrumento de jardinería)

ORACIÓN – MOTIVACIÓN: Aquí tienes este instrumento relacionado con el cuidado de las plantas o del campo. Es símbolo del trabajo de los viñadores, a los que Tú has confiado el cultivo de tu viña. Señor, nosotros y nosotras somos esos labradores, que hemos de cuidar, y con esmero, tu Iglesia. Somos conscientes de nuestro trabajo en favor de la Iglesia. A veces preferimos nuestra comodidad, y nos olvidamos de nuestras responsabilidades. Haznos despertar. Que no echemos nuestro hombro para atrás cuando se trata del trabajo en favor de la comunidad. Que no abandonemos nunca el trabajo en tu Iglesia y en favor de ella, y que tomemos conciencia, además, de que cuanto hacemos por tu Iglesia es en favor del mundo y de todos los hombres y mujeres.

PRESENTACIÓN DEL GRUPO DE LITURGIA

(Sería bueno que este día se pudieran presentar las personas que habitualmente animan y ayudan, tanto en la preparación como en las celebraciones mismas de la Comunidad-Parroquia. Una de las personas, en nombre de todos, presenta el proyecto del grupo, que convendría tenerlo ESCRITO para ofrecer a los participantes en la celebración o colocarlo en un lugar significativo del templo parroquial, y realiza la ofrenda:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Dios y Padre nuestro: por medio de tu Hijo amado, Tú mismo convocas a esta Comunidad a celebrar tu amor y tus dones. Nosotros y nosotras, Padre, nos reunimos frecuentemente en tu presencia. Este grupo que estamos aquí, ponemos de nuestra parte para animar y mejorar cada celebración. Tú sabes que cuidamos cada encuentro; lo preparamos con mimo y deseamos que todos y todas te descubran en cada celebración comunitaria. Acepta, Padre, nuestro esfuerzo y tarea, y ayúdanos a reflejar siempre tu rostro de Padre bueno, que nos acoge y nos ama.

Oración de los fieles – Domingo XXXI de Tiempo Ordinario

Señor: en tus manos ponemos nuestras necesidades y las de todos los hombres. Confiamos en tu poder y tu misericordia.

AYÚDANOS A CREER EN TÍ.

1.- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes, los diáconos, y todos los que formamos la Iglesia, para que respondamos a la tarea encomendada, desde el amor que nace de vivir desde Dios y desde el evangelio. OREMOS

2.- Por todos los hombres y mujeres de la Tierra, para que sepamos ser agradecidos a tantos dones como recibimos cada día, fruto del amor que el Señor nos tiene. OREMOS

3.- Para que cada uno, en el puesto que tenga asignado, se preocupe de ser luz para los hermanos con su testimonio, su donación, su ayuda y su vida. OREMOS

4. – Por las familias, para que sepan hacer llegar su amor los unos a los otros, y sean agradecidos con los desvelos que cada uno tiene para los demás. OREMOS

5. – Por los que rigen las naciones, para que no miren el bien de unos pocos, sino que busquen el bien de todos, consiguiendo así una paz duradera. OREMOS

6. – Por los que estamos aquí reunidos, para que el Señor no tenga que lamentarse de la confianza que en nosotros ha depositado. OREMOS

Escucha Señor, estas súplicas que te hacemos, y concédenos la gracia de responder lo mejor que podamos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.


Nos has dicho Señor, que lo importante es el Amor. Amar a Dios y amar a los hermanos. Pero solo sintiendo tu Amor, podemos nosotros amar. Así pues, repetimos:

HAZNOS PARTÍCIPES DE TU AMOR, SEÑOR.

1. – Por el Papa, los obispos, sacerdotes, y todos los que componemos tu Iglesia, para que sea todo por y para tu Amor. OREMOS

2. – Por los que dirigen las naciones para que guardando los mandamientos del Señor den paz y prosperidad a sus pueblos. OREMOS

3. – Por los que se sienten solos, abatidos, tristes abandonados para que les llegue pronto el amor por medio de su prójimo. OREMOS

4. – Por los enfermos y sus familias, para que Dios ponga amor y de ese sufrir saque buenos frutos. OREMOS

5.- Por matrimonios y las familias para que se dejen inundar por el Amor de Cristo y sean hogares dichosos. OREMOS

6. – Por todos los que nos hemos reunido en torno a tu Palabra y tu Eucaristía, para que perseverando en ella seamos un día colmados del Amor que de ellos se desprende. OREMOS

Padre, Amor eterno, que te preocupas por tus criaturas antes incluso que ellas, atiende estas súplicas y concédenos todo aquello que nos ayude a acercarnos cada día más a Ti. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amen.

Comentario al evangelio – Martes XXX de Tiempo Ordinario

Jesús explica hoy cómo “funciona” el Reino sirviéndose de dos breves parábolas. Su predicación es kerigma, anuncio de una llegada. No remite al futuro, sino que abre los ojos de sus oyentes para que reconozcan que lo que anuncia, se está haciendo presente. Y se vale aquí de dos comparaciones tomadas de la vida ordinaria: el grano de mostaza y la levadura. Su pedagogía se basa en la sencillez (las entiende cualquiera), la brevedad (no requieren explicaciones), la belleza (gustan por ser agudas) y la evocación (dan que pensar y que hacer). ¿A qué alude Jesús con ellas? Advirtamos, entre otras posibles, estas dos lecciones más inmediatas que se desprenden de ellas:

  •  El reino de Dios es una realidad que crece. El Reino de los cielos, aun cuando aparezca con aspecto insignificante por ser la más pequeña de las semillas, e incluso despreciable, por dentro contiene una arrolladora vitalidad. Para desplegarla, tiene sin embargo que caer en tierra y allí sufrir un proceso de putrefacción y muerte. Sólo genera vida si muere. Lo que hoy es un minúsculo grano llegará a ser un dia un árbol frondoso. Este árbol no es fuerte porque muchas aves aniden en sus ramas. Es fuerte si tiene raíces profundas y un tronco robusto capaz de canalizar el flujo de vida que le llega y, a la vez, resistir las circunstancias adversas.
  • El reino de Dios transforma desde dentro. Esta otra imagen de la levadura utilizada por Jesús no es menos sugerente. La levadura, a semejanza de la semilla, es un elemento vivo que se activa cuando se mezcla con la masa. La levadura es la fuerza interior capaz de transformar el mundo y de invertir sus valores. Contemplamos la misteriosa virtualidad que posee la levadura. Su fuerza oculta y silenciosa es, a la vez, activa y contagiosa. Aunque no todo el pan se convierta en levadura, todo él tomará el sabor del fermento.

Ambas parábolas, a pesar de su brevedad, son sumamente provechosas. Nos invitan a dejarnos impulsar por un doble dinamismo: Uno interior, crecer desde la entrega (no desde la vanidad de la apariencia) y otro, exterior y dirigido hacia fuera: transformar el ambiente (irradiar e influir). No son opciones alternativas, desechable la una por la otra. Deben ser simultáneas y responden a dos urgencias de hoy: la formación (no entendida solo como capacitación sino como crecimiento) y la misión (que no se reduce a una transmisión de ideas, sino al contagio de vida).  Recordar estas cosas nos hace bien, porque “repetir es persuadir con más detalle”. 

Ciudad Redonda

Meditación – Martes XXX de Tiempo Ordinario

Hoy es martes XXX de Tiempo Ordinario.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 13, 18-21):

En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».

Hoy posiblemente estemos ante una nueva época de la historia de la Iglesia en la que volvamos a ver una cristiandad semejante a aquel grano de mostaza, que ya está resurgiendo en grupos pequeños, aparentemente poco significativos, pero que gastan su vida dando entrada a Dios en el mundo.

Los caminos de Dios nunca conducen a resultados rápidamente mensurables, y eso puede comprobarse viendo cómo Jesucristo acabó en la cruz: la medida que utiliza Dios no es la de las estadísticas precisas. Sin embargo, lo que aconteció con el grano de mostaza y con un poco de levadura fue algo enormemente importante y decisivo, aunque los discípulos de Jesús entonces no lo podían ver. Para conocer los resultados en estas cuestiones hay que olvidarse totalmente de proporciones cuantitativas.

—No somos un negocio que se contabilice haciendo cálculos del tipo «estamos vendiendo mucho». Señor, deseo prestarte el servicio de mi vida y dejarla en tus manos. Y Tú pondrás el «incremento», cuando y como Tú quieras.

REDACCIÓN evangeli.net

Liturgia – Martes XXX de Tiempo Ordinario

MARTES DE LA XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria

Misa de la feria (verde)

Misal: Cualquier formulario permitido, Prefacio común.

Leccionario: Vol. III-impar.

  • Rom 8, 18-25. La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios.
  • Sal 125. El Señor ha estado grande con nosotros.
  • Lc 13, 18-21. El grano creció y se hizo un árbol.

Antífona de entrada          Sal 104, 3-4
Que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.

Monición de entrada y acto penitencial
Hoy, sintiéndonos Iglesia misionera, vamos a ofrecer al Padre la celebración de la Eucaristía por la evangelización de los pueblos, a fin de que se lleve a término esa voluntad salvífica de Dios.

Comencemos, pues, la celebración de la Misa poniéndonos ante la presencia del Señor, y pidámosle perdón por todos nuestros pecados.

• Tú, luz para todos los pueblos. Señor, ten piedad.
• Tú, fuerza para caminar. Cristo, ten piedad.
• Tú, salvación y vida de la humanidad entera. Señor, ten piedad.

Oración colecta
OH, Dios,
que enviaste al mundo a tu Hijo como luz verdadera,
derrama tu Espíritu prometido para que siembre continuamente
la semilla de la verdad en el corazón de los hombres
y suscite en ellos la respuesta de la fe, para que todos,
renacidos a una nueva vida por medio del bautismo,
lleguen a formar parte de tu único pueblo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Oremos, hermanos, por todo el pueblo santo de Dios.

1.- Para que introduzca en la plenitud de su santa Iglesia a los no cristianos y a los no creyentes. Roguemos al Señor.

2.- Para que inspire a los gobernantes pensamientos de servicio y entrega al bien común. Roguemos al Señor.

3.- Para que libre al mundo del hambre, del paro y de la guerra. Roguemos al Señor.

4.- Para que conceda a nuestra ciudad la paz, la justicia, la libertad y el bienestar. Roguemos al Señor.

5.- Para que acoja siempre nuestra oración. Roguemos al Señor.

Oh, Dios, que sabes que la vida del hombre está sujeta a tanta necesidad: escucha las preces de los que te suplican y cumple los anhelos de los que ponen en ti toda su esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor

Oración sobre las ofrendas
ACEPTA con bondad, Señor,
nuestras ofrendas y transfórmalas en sacramento de redención,
memorial de la muerte y Resurrección de tu Hijo,
para que, por la eficacia de este sacrificio,
y confiando siempre en Cristo,
lleguemos a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Sal 19, 6
Que nos alegremos en tu salvación y glorifiquemos el nombre de nuestro Dios.

Oración después de la comunión
ALIMENTADOS por estos dones de nuestra redención,
te suplicamos, Señor, que,
con este auxilio de salvación eterna,
progrese siempre la fe verdadera,
Por Jesucristo nuestro Señor.