Lectio Divina – Inmaculada Virgen María

Hágase en mí según tu palabra

AMBIENTACIÓN

La liturgia nos presente un precioso cuadro a contraluz, es decir, un claro-oscuro. La luz de María sobre el fondo oscuro del primer pecado de nuestros primeros padres. El pecado no fue el comer una manzana. El pecado fue que Adán quiso comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, es decir, el árbol prohibido por Dios. Sólo Dios conoce el misterio del bien y del mal. Ellos no aceptaron su rol de criaturas, y quisieron ser como Dios. Dijeron NO A DIOS. Es el pecado del hombre de nuestro tiempo. Se ha hecho Dios. Con la técnica, el desarrollo, la ciencia…se ha erigido Dios. Nadie debe estar por encima del hombre. En cambio, María es la mujer del SI. Un sí total, sonoro, rotundo. Una vida totalmente orientada hacia Él. En gozosa dependencia de Él, en actitud reverencial: como una sierva que sirve a su Señor.

LECTURAS DEL DÍA

1ª lectura: Gen. 3,9-15.20.     2ª lectura: Ro.15,4-9

EVANGELIO

Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»

 María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

REFLEXIÓN

El decir NO a Dios trae consecuencias:

1.- Hombre perdido. Adán, ¿dónde estás?  Sin Dios el hombre se esfuma, no es nada. Puro barro al no tener ese soplo divino. “Ninguna época supo menos de este hombre y en ninguna época este hombre estuvo tan perdido” (Heidegger).

  • Hombre que es capaz de llegar a la luna y preparar viaje a Marte, pero que no pisa tierra. Esta tierra, nuestro planeta, lo está ensuciando, deteriorando, maltratando… ¿quedará planeta para las generaciones futuras? ¿Será habitable? Mares y ríos contaminados, bosques talados…
  • Hombre que todos los días hace muchos trasplantes de corazón, pero que no es capaz de trasplantar amor, cariño, paz, concordia.
  • Hombre que sabe mucho de todo y no se sabe a sí mismo. “He ahí que me he constituido problema para mí mismo” (San Agustín)

Se está perdiendo ese hombre “misterio”, eso que tiene el hombre y que está por encima del hombre, es decir, la trascendencia.

Frente a ese hombre perdido, está María, la mujer centrada en Dios y, desde Dios en los demás. Bien orientada, gravitando sobre Dios, sin salirse nunca de su curso, deshaciendo entuertos… “desatando nudos”.

2.- Hombre desnudo. Nunca hemos tenido tantas cosas, tantos trastos: televisores, frigoríficos, cámaras de fotos, Internet, etc. Cada adolescente lleva su móvil, su aparato de música… Mucho ruido por fuera pero poco silencio por dentro.  Y nunca tan vacíos de valores. Nunca la vida ha valido tan poco. Los suicidios están a la orden del día. Y no cualquier tipo de suicidios sino el de aquellos que quieren ser famosos a la hora de su muerte llevándose indiscriminadamente a muchas personas por delante. Hombre desnudo en la Biblia significa “angustia vital”. Es la que se vive cuando se pierde el sentido de la vida. Cuando ya no hay valores por dentro que sostienen la existencia. Caen como sacos vacíos… Y miedo ante la muerte. Angustia viene de angosto. Y así es el final: todo esfuerzo, trabajo, lucha…queda en una estrecha sepultura.

María es “la llena”. Llena de gracia. Llena de Dios. Todo en ella suena a plenitud. Como está llena de Dios, todo lo que hace tiene el marchamo de lo bien hecho, de lo acabado, de lo perfecto. Va contra unas vidas a medio hacer, a medio llenar de sentido…

“LLENA de gracia te llamo porque la gracia te llena; si más te pudiera dar, mucha más gracia te diera”. García Lorca, en versos desbordados de elogios a la Madre de Dios.

El hombre quiere esconderse. ¿Pero dónde? ¿Dónde te irás que Dios no esté?… Miedo a la vida…

María recibe este mensaje: No tengas miedo… Dios te mira con mucho agrado…

3.- Hombre insolidario. Adán estaba solo en medio del cosmos. Nadie le arrancaba de su soledad. A Dios le dio pena y le hizo el precioso regalo de la mujer. Cuando le vio de frente, exclamó: Esto sí, esto es carne de mi carne y hueso de mis huesos… ¡Cuántos piropos! Y, al pecar, comienza a acusarla: “Esta que me diste por compañera, me ha engañado” Ya entran en el matrimonio las primeras desavenencias, los primeros conflictos: acusa, le echa la culpa….

María, la mujer solidaria. Acaba de saber que es la Madre de Dios. Pero esto no se le sube a la cabeza… Sigue siendo la misma. La sirviente, la esclava… la que sólo sirve para servir… Y se va a servir a su anciana prima Isabel que la necesita… Y después servirá a los reyes, a los pastores y a todo el mundo… Y sigue… desde el cielo… ¿Quién de nosotros, cuando nos hemos visto mal, no hemos acudido a Ella y hemos sentido su apoyo, su presencia?

María, la que nos orienta en la vida, la que llena de sentido nuestra existencia, la que se solidariza con nosotros y nos enseña a compartir.

¡Qué cuadro tan bello!

PREGUNTAS

1.- ¿Alguna vez tengo la sensación de estar perdido?  ¿Cuáles son los síntomas?  ¿Busco apoyo en Dios?

2.- ¿Hay momentos en mi vida en que me siento “hueco por dentro? ¿A qué se debe? ¿Me gustaría salir de esa situación?  ¿Cómo?

3.- ¿Me gusta ayudar a los demás? ¿En qué ocasiones lo hago?  ¿Podría hacer algo más?

Este evangelio en verso, suena así:

La historia de Adán y Eva
refleja nuestro destino:
Todos los hombres nacemos
en pecado concebidos…
Pero, en su gran compasión,
Dios nuestro Padre y Amigo,
nos envió un Salvador
en la persona de su Hijo.
Nació de una Madre Virgen,
llena de gracia y cariño,
INMACULADA, sin mancha,
con la inocencia de un niño.
Una madre sin pecado,
perla y tesoro escondido,
que contestó con un “SI”
al mensajero divino.
Esclava de su Palabra,
libre de todo egoísmo,
hizo de su vida entera
un regalo y un servicio.
Es para todos nosotros,
Estrella de peregrinos,
Vida, Esperanza y Dulzura,
nuestro amparo y nuestro auxilio.
Al celebrar, hoy, su Fiesta,
con fe viva, le pedimos
que nos lleve de su mano,
mientras vamos de camino.

(Versos de José Javier Pérez Benedí)

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Comentario – Miércoles II de Adviento

Mateo 11, 28-30

Venid a Mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas…

Es una invitación.

En este tiempo de Adviento recibimos una invitación «¡Venid a mí!» ¿Acepto yo esta llamada? ¿Me dirijo hacia Él? En las frases precedentes a este pasaje, en San Mateo, Jesús nos ha dicho que el Padre se revelaba prioritariamente a los pequeñuelos» más que a los sabios y prudentes. «Los que andan agobiados con cargas» son los pobres, los humildes. Me pregunto: ¿Acepto yo francamente esta predilección de Dios, que se repite por doquier?

Y ¿que pasa con esos «pequeñuelos»… y con esos «agobiados’ … en nuestras comunidades que se dicen cristianas? Y ¿en nuestros propios corazones? ¿Les testimoniamos la misma estima y la misma predilección que Dios les tiene?

Que yo os aliviaré.

¡Señor, ayúdame a ver las «cargas» que pesan sobre los hombros de mis hermanos!
Señor, haznos lúcidos: que sepamos ver «lo que aplasta» a los demás, lo que aplasta a categorías enteras de hombres y de mujeres.

¿Qué carga, qué sobrecarga podría yo aliviar en el día de hoy?

Este es el trabajo de Dios: «Yo os aliviaré.»

¿Cómo participo yo en ello? ¿Cómo colaboro con Dios en el alivio, la promoción, la felicidad… de mis hermanos?

Tomad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.

La «misericordia» de Dios, sobre la que meditábamos ayer… ¡de ningún modo es insípida, sosa! Nos invita a comprometernos a nuestra vez en el ejercicio de esa bondad que es la de Dios. Hay que tomar el yugo de Dios, ponerse bajo su mismo yugo, para trabajar con El.

Evoco aquí la imagen de dos «bueyes atados al mismo yugo y tirando del mismo arado». Las dos gruesas cabezas, juntas una a la otra, que humilde y tenazmente tiran en la misma dirección.

«Tomad mi yugo, dice Dios.»

Manso y humilde.

Así se caracteriza Jesús. «Soy manso y humilde.»

Mi imaginación se entretiene en lo que esto significaba para Jesús: ¿qué actitudes, qué comportamientos, se seguían de ello?

Sí, mi yugo es suave y mi carga ligera.

En los tiempos/de Jesús algunos «yugos» eran rasposos y mal escuadrados y por lo tanto lastimaban el cuello de los animales.

El yugo de Jesús es agradable, no lastima.

Cuando Jesús anuncia un «yugo ligero», quiere introducir a los hombres en un nuevo tipo de religión. Una religión en la que no exista «el miedo». ¡Una religión «fácil de vivir»! ¿Quizá estas palabras me escandalizan? ¿No seré yo una de estas personas que todavía hoy atan cargas muy pesadas sobre los hombros de los demás?

¿Qué lugar le doy al amor, en mi religión?

Cuando se ama, resultan fáciles multitud de cosas que serían difíciles o insoportables sin el amor.

Noel Quesson
Evangelios 1

Comentario – Inmaculada Concepción de María

Lucas 1, 26-38

El relato de la «anunciación» de Jesús es paralelo al de ayer que anunciaba el nacimiento de Juan Bautista. Este relato está lleno de reminiscencias bíblicas. Todas no podrán citarse aquí, pero pueden encontrarse en las «notas» de las buenas biblias recientes. Por otra parte es conveniente dejarse llevar a la vez, por el encanto concreto de los detalles, y la contemplación del misterio de Fe que se esconde en ellos.

Nazaret, en Galilea

Poblado insignificante, desconocido del Antiguo Testamento, Galilea, provincia despreciada por su mezcolanza de Judíos y paganos. La simplicidad de la casa de María contrasta con la solemnidad de la anunciación a Zacarías, en el marco sagrado del Templo, en Jerusalén, la capital.

Se perfila la modestia de la Encarnación de Dios: «Se anonadó, dirá San Pablo, tomando la condición de esclavo».

Una joven desposada, cuyo nombre era María…

Me imagino este nombre «María» pronunciado en Nazaret por las amigas, las vecinas. Es una muchacha del pueblo, muy sencilla, que nada la distingue de sus compañeras.

Desposada con cierto varón de la casa de David, llamado José…

Todos los textos insisten en esta ascendencia davídica de José. Este desposado con María es pues de raza real, pero a la sazón, está desposeído de toda grandeza: es un artesano,

un carpintero… ¡sin ninguna pretensión de ocupar un trono! Sin embargo a través de él se cumplirá la promesa hecha a David.

«Alégrate, objeto del favor divino, el Señor es contigo».

Es la traducción exacta, según el texto griego, de esta salutación angélica que todos los cristianos conocen.

«Dios te salve María» = Alégrate
«llena de gracia» = objeto del favor divino
«el Señor es contigo» = el Señor es contigo

Es el «buenos días» que Dios dirige a esta joven. ¡Con cuánto respeto y amor le habla!

Considero la formula, casi litúrgica que oímos en la misa: «El Señor esté con vosotros»… Emmanuel… «Dios con nosotros» ¿Me uno yo profundamente a este deseo?

Al oír tales palabras, la Virgen se turbó, y púsose a considerar qué significaría una tal salutación.
Las vocaciones excepcionales no son nunca fáciles de aceptar. De momento, Dios aparece como desconcertante.

Le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, al cual el Señor Dios dará el trono de su padre David.

Esta era la célebre profecía de Natán a David (l Samuel 7-11), que hemos leído en la primera lectura de ese día. No será un reino triunfal. Reinará en los corazones que de verdad querrán amarle.

¿Cómo ha de ser esto? Pues yo no conozco varón.

Es una fórmula griega muy conocida. Quiere decir que María no ha tenido relaciones conyugales. Y éste no es el único texto que afirma este misterio. María ha escogido deliberadamente permanecer virgen. Esta cuestión nos permite penetrar en el pensamiento y el corazón de María. Se había entregado a Dios en un cierto amor místico, absoluto, exclusivo.

El Espíritu Santo descenderá sobre tí. El niño será «Santo». Será llamado «Hijo de Dios». Porque para Dios nada es imposible.

Es una afirmación del misterio de la personalidad de Jesús: es Dios.

Noel Quesson
Evangelios 1

Han llegado los tiempos mesiánicos (Oración ante la Corona de Adviento)

HAN LLEGADO LOS TIEMPOS MESIÁNICOS

 

«Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito: estad alegres. El Señor está cerca».

«Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad -fiesta de gozo y salvación- y poder celebrarla con alegría desbordante. Por nuestro Señor.»

COMIENZO DE LA CELEBRACIÓN EN TORNO A LA CORONA DE ADVIENTO

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén

Guía: Ven Espíritu Santo,

Todos: Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Guía: Envía tu Espíritu creador.

Todos: Y renovarás la faz de la tierra.

Guía: ¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

 

Bienvenida

Guía: Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.

Se enciende la tercera vela

Guía: Escuchemos la palabra de Dios.

Lector: Lectura del santo evangelio según Lucas 3, 10-18.

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «Entonces, ¿qué debemos hacer?». Él contestaba:

«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?» Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido».

Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?» Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».

Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».

Lector: Palabra de Dios.

Todos: «Credo».

Reflexión

Guía: Él ha venido como el médico que cura las más profundas enfermedades del hombre. Por esto, la peor de nuestras enfermedades, el pecado, en esta visión de la gran misericordia del Señor, es simplemente un obstáculo porque el Salvador divino ha venido a socorrernos.

 

Diálogo

Después de unos momentos de silencio el guía debe motivar que los participantes hagan comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un compromiso.

 

Compromiso

Guía: Pongámonos en presencia de Dios y meditemos:

  • Señor ayúdanos a permanecer en vela guardando la venida de tu Hijo, con la lámpara de la fe encendida y con una gran dosis de humildad. ¿Tiene aceite mi lámpara? ¿Por cuánto tiempo?

Reflexión en silencio

Despedida

Guía: Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Bautismo de Juan – Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: -Entonces, ¿qué hacemos? El contestó: -El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo. Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron: -Maestro, ¿qué hacemos nosotros? El les contestó: -No exijáis más de lo establecido. Unos militares le preguntaron: -Qué hacemos nosotros? El les contestó: -No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga. El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Masías; él tomó la palabra y dijo a todos: -Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga. Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Notiicia

Explicación

El mismo Juan Bautista que invitaba a todos a preparar el corazón para acoger a Dios, les decía a algunos cómo debían comportarse en situaciones concretas: Compartid de lo que tenéis con quien no tiene y necesita. No hagáis daño ni os aprovechéis de los sencillos y de los indefensos. Después de escuchar este evangelio podemos preguntar a Jesús: ¿cómo podemos preparar el corazón de modo que te acojamos cuando nazcas de nuevo en la próxima Navidad?

Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

Lucas: ¡Hola! Ya estoy aquí otra vez. ¿Os acordáis de mí?

Niño1: ¡Claro! Tú eres el evangelista Lucas.

Niño2: ¿Y qué nos vas a decir hoy?

Lucas: Una cosa tan solo: que cumpláis con vuestro deber.

Niño1: O sea, que como somos estudiantes, que estudiemos.

Lucas: Y como sois amigos de Jesús, también tenéis otros deberes.

Niño2: Pues, obedecer a nuestros padres y maestros, decir la verdad, ayudar a los compañeros…

Lucas: ¡Muy bien! Me alegra que tengáis tan claro cuál es vuestro deber; Juan Bautista estaría contento.

Niño1: ¿Juan Bautista? ¿El que preparaba el camino al Señor?

Lucas: Eso es. Aquí viene, gritando como siempre.

Juan B.: Soy la voz que grita en el desierto. Preparad el camino del Señor. Allanad los senderos. Preparad el camino al Señor. Preparadle el camino.

Niño1: Profeta, ¿cómo podemos hacer lo que nos dices?

JuanB.: Convertíos de corazón y cumplid con vuestro deber.

Niño2: Entonces, ¿qué hacemos?

JuanB.: El que tenga más de una túnica, que la reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, que haga lo mismo. Si alguien te pide que le acompañes medio kilómetro, acompáñale uno entero

Lucas: Vinieron también a bautizarse unos publicanos.

Publicano: Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
Somos publicanos y cobramos impuestos para los romanos.

JuanB: No pidáis más de lo establecido, no os aprovechéis de los pobres.

Soldado: Somos soldados, ¿Y nosotros, qué hacemos?

JuanB: No denunciéis a nadie injustamente ni os aprovechéis de vuestro poder, y contentaos con la paga.

Soldado: ¿Acaso tú eres el Mesías? ¿Quién eres tú para hablarnos así?

JuanB: Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo. Viene para reunir el trigo en el granero y para quemar la paja en una hoguera que no se apaga.

Lucas: Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.

Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

Con María, se vive mejor el Adviento

1.- Si en el algún momento, se puede disfrutar y celebrar con especial sensibilidad y encanto una fiesta mariana, es precisamente, en el corazón del Adviento, la Inmaculada Concepción.

–¿Quién sino Ella, estuvo vigilante, ante la llegada de Jesús?

–¿Acaso no nos despierta para que salgamos al encuentro del Salvador?

–¿No es referente, reflejo y espejo de la pureza y de la blancura que a todo un Dios enamoro?

–¿No es Ella el mejor indicador para encontrar el sendero que conduce a Belén?

Hoy, cuando asistimos a una contaminación general, y no tanto de la atmósfera (que también) cuanto del corazón y de los sentimientos de las personas, María, se convierte en el baluarte de la esperanza y de la virtud, de la verdad y de la gracia, de la ternura, del amor y de la autenticidad de la próxima Navidad.

2.- La Inmaculada es el lienzo donde Dios se fija para proyectar y dibujar su morada. Un lienzo sin mancha donde, Dios, va perfilando con trazos de amor y de Padre, todo un plan que se iniciará en Belén y pasando por la cruz, concluirá en la mañana más luminosa y triunfante de la Resurrección.

¿Por qué, a nosotros cristianos de a pie, nos cuesta tanto evitar situaciones que nos corrompen?

¿Por qué, si llevamos a Jesús desde el mismo día de nuestro Bautismo, nos resistimos tan suave y tímidamente, a las nuevas serpientes que nos seducen y nos inyectan el veneno del secularismo, de la incredulidad, del todo vale o aquello de a “Dios ni pan”?

Sí. La Solemnidad de la Inmaculada, dentro del Adviento, es un redoble de esperanza. Dios sigue haciendo obras grandes en aquellos que se fían de El. En aquellos que se brindan, desde le belleza del corazón y del pensamiento, para formar parte de esa gran cadena ( por cierto gigantesca) que va transmitiendo –de generación en generación- la Encarnación del Hijo de Dios en el seno virginal de María y el mensaje que, un Niño, nos trae.

3. Hoy, la Solemnidad de la Inmaculada, es un libro abierto con la firma de Dios, que nos descubre nuestra realidad humana y cristiana. Con María, por si lo olvidamos, también nosotros hemos sido escogidos desde antes de la creación del mundo por pura iniciativa de Dios. ¿Nos damos cuenta de lo que ello significa? ¿Acogemos la gracia o la rechazamos? ¿Somos inmaculados o corruptos? ¿Sencillos o complicados como la vida misma? ¿Con los ojos orientados al cielo o ciegos y embarrados con los acontecimientos del duro suelo? ¿Conscientes del amor de Dios o indiferentes a su llegada en Navidad?

Frecuentemente, los cristianos, aducimos que –para vivir la fe- colisionamos con numerosas dificultades; que el horno no está para bollos; que ser cristiano o católicos, es poco menos que “ser ciudadano de segunda”; que antes se vivía con más libertad y aplauso nuestra pertenencia a la iglesia o la profesión de un credo.

¡Miremos a María! ¡Pero la miremos no resguardada en manto azul y ceñida con corona de plata! María, en su intento y afán de agradar a Dios, le importó un comino escollos, dimes e interrogantes que surgieron a su alrededor (incluso los del bueno de José). Cuando hay fe y confianza en Dios, lo demás, se convierte en detector o prueba de si, aquello que presumimos creer, tiene consistencia o es simple merengue.

4.- La Inmaculada no es esa mujer de manos entrecruzadas en el pecho y con los sentidos embobados en el universo. La Inmaculada es aquella mujer que, por Dios, pisó con todas sus fuerzas, flaquezas y pecados, debilidades y tentaciones que –al hombre- sacudían y nos siguen agitando.

Esta fiesta nos centra aún más en el adviento. Nos empuja y nos hace abrir los ojos para que, el Señor, no se nos pierda en medio de tanta bombilla, villancico excesivamente adelantado o eslogan que poco o nada tienen que ver con la Navidad.

María Inmaculada es, la privilegiada luz que podemos poner en el corazón para la llegada del Salvador. Que, como Ella, pisemos aquello que estorba y que nos deja sumergidos en la fealdad (frente a la belleza), en el ruido (frente al silencio contemplativo), en la mediocridad (frente al afán de perfección), en el pecado (frente al esfuerzo por dominar nuestra debilidad).

–Miremos a María Inmaculada. ¿Qué gime dentro de Ella? Un amor de Dios que se revuelve y se hace sentir en un vientre virginal.

–Miremos a María Inmaculada. ¿Qué hay en Ella? Un campo cultivado por las manos de Dios

–Miremos a María Inmaculada. ¿Qué se escucha de sus labios? Un “SI” que nos traerá a un Dios pequeño que, ya desde la cuna, nos regalará un mensaje que en el mundo tanto cuesta descubrir, cuidar y ofrecer gratuitamente: el amor sin condiciones de Dios.

Javier Leoz

Comentario al evangelio – Inmaculada Virgen María

La Virgen María, la Madre de Dios, nuestra Madre, es otra de las protagonistas del Adviento, como no podía ser menos. Nos volveremos a encontrar con ella el próximo día 12 de este mes, bajo la advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe, muy venerada en el continente americano. Hoy la contemplamos bajo el misterio de su Inmaculada Concepción, recordando su disponibilidad a Dios, su sí a Él, y la puerta que esta aceptación y entrega supuso y supone para todos los creyentes: nada más y nada menos que el nacimiento de nuestro Salvador, que dentro de poco celebraremos.

Dos ideas por si te ayudan a vivir esta jornada de la mano de María.

1ª Si el cristianismo fuera una ideología, una ideología no necesita de una madre. Pero como el cristianismo es fundamentalmente el encuentro con la persona de Jesucristo, para dicho encuentro sí necesitamos de la Madre de “ese” con quien nos queremos encontrar, porque ella nos lleva a su encuentro. Por eso, cada vez que oramos a Dios con María, le estamos diciendo: “María, muéstranos a tu Hijo”. Pídeselo hoy. Pídele a nuestra Madre que te ayude a conocer más a Jesús, para amarlo más y seguirle mejor.

2º. De las lecturas de hoy, me quedo con el imperativo que el Arcángel le dice a María de parte de Dios: ¡alégrate! Es la primera palabra, es el saludo, es el resumen de todo su mensaje. Alégrate porque eres llena de Gracia, porque el Señor está contigo. El pueblo cristiano tiene la bonita costumbre, que mucha gente mantiene, de rezar el Ángelus a las doce del mediodía, en silencio, interiormente, en medio del trabajo. Y esta bella oración recoge esta secuencia de la Anunciación que hoy meditamos de la mano del evangelista San Lucas.

Deberíamos recordar más a menudo, cuando rezáramos el Ángelus y oráramos con María lo que el Arcángel le mandó: ¡alégrate!; y lo que ella supo vivir incluso en medio de la oscuridad de la incomprensión en el momento más duro de su vida al pié de la cruz. Una alegría interna que la ayudó a esperar y no desesperar, a mantenerse en pié.

Celebrar a María es recordarnos que tenemos una Madre en el camino del seguimiento de Jesús, que no estamos solos. Es recordarnos que la fe es un camino de alegría, porque el Señor está con nosotros. Y cuando lo olvidemos, basta con mirar a la Madre, cómo ella lo vivió; su sí fue plenificado, su confianza no quedó defraudada. Ella nos recuerda que este camino, que esta apuesta es, incluso cuando todo parece perdido en medio de la noche, de ganadores.

Ciudad Redonda

Meditación – Inmaculada Virgen María

Hoy celebramos la fiesta de la Inmaculada Virgen María.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 1, 26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

María en el Evangelio de San Lucas es la Mujer de la oración, de la contemplación, de la respuesta activa a Dios y del compromiso. Es una mujer comprometida con el dolor y el sufrimiento de su pueblo, y también ella aparece orando después de la muerte y resurrección de Jesús, acompañando a los discípulos a la espera del Espíritu Santo y también ha vivido muy de cerca los dolores mas hondos que el pueblo de Israel tiene instalado en su historia, en lo mas profundo del corazón como es el exilio.

Después que el niño ha nacido porque Herodes anda buscando terminar con aquel que amenaza su reinado, María con José parten hacia Egipto, exiliados de su propia tierra para escapar de la muerte. Se anuncia la venida de Jesús como Señor y Salvador, en la llamada a María, aparece la vocación, para que entregue su vida toda al servicio de la misión de este Hijo de Dios.

La vocación no se entiende sino en función de lo que es una misión, la vocación nunca es para si mismo, ocurre en uno pero es para una misión específica, esta orientada a los demás, la vocación de María de ser Madre es de estar al servicio del Hijo de Dios.

Quien entrega la misión y la vocación es un mensajero, en este caso es el Ángel Gabriel que es un signo de la presencia de Dios, pero también de la comunicación con el mundo de arriba, este mensajero es un mensajero del cielo que viene con un mensaje de arriba, y él tiene la capacidad de Dios de entrar y salir del ámbito en donde María se mueve, en el versículo 28 dice “entró” y en el 38 dice “salió”, esto que parece una mera descripción de cómo se mueve el ángel nos quiere decir que el ángel se mueve con la libertad que Dios da a sus mensajeros, con la fuerza y el poder que Dios actúa a través de los que le sirven como mensajeros.

Cuando hablamos de final en el libro de Lucas, de esta mirada apocalíptica que siempre acerca Gabriel, el que habla del final, esta lleno de gozo el final, “Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo”. Se acerca un tiempo final para vos y para la humanidad, Dios que viene a poner en orden las cosas, lo que se acaba es un mundo de tristeza, de angustia, de sin sentido, un mundo marcado por la depresión, el agobio.

Se inicia un nuevo tiempo para vos, esto viene a decirle el ángel de parte de Dios a María para que ella se alegre. Fijate que distinta es la mirada apocalíptica de la que se hace eco María en el anuncio a la que a veces se maneja como mensaje del terror que lo que hace es acurrucar el alma, achicar el alma, marchitarla, muy lejos de todo esto es el anuncio que hace el ángel, expande el corazón de María, lo abre, después ella va a cantar la grandeza del Señor cuando se encuentre con Isabel, María en la anunciación es todo un canto de alabanza a Dios porque ha mirado la humildad de su servidora y ha ensanchado la mirada en su corazón.

El ángel Gabriel también esta presente con nosotros hoy para compartir este anuncio del gozo y de la alegría, de qué lugares del miedo Dios nos invita a salir y a qué lugares de alegría Dios nos invita a compartir la vida en este tiempo, dónde el miedo viene a acurrucarte el corazón, viene a marchitarlo, a encogerlo, a hacernos sentir que no vale tanto la pena vivir, dónde sentimos este mensaje dentro nuestro y dónde el mensaje de Dios que es de gozo, de alegría, de paz, es más expansivo, comunicativo de la vida.

El abrirse en el gozo, en la alegría, en el compartir es lo que Dios quiere de nosotros lo otro es para que se valla afuera de nosotros, compartir esto para descubrir en discernimiento dónde Dios nos va guiando y dónde no es Dios el que nos conduce sino nuestra propia conflictividad o la acción del mal. Dios se acerca a vos con el mismo amor que se acercó a María, diciendo alégrate, goza de mi presencia, yo estoy con vos, y si Dios esta con nosotros dice el apóstol San Pablo en la Carta a los Romanos en el capítulo 8, quién estará contra nosotros, la alegría nos da seguridad, la alegría de Dios son las espaldas cubiertas, es el camino por delante que nos queda por recorrer, es la certeza de que con Él todo lo podemos y que nadie puede contra nosotros, dejemos que Dios se siga metiendo como quiera, sin ponerle obstáculos ni resistencias, sin querer justificarnos, a Dios no le hace falta, nos conoce, sabe quienes somos pero no decide por nosotros.

P. Javier Soteras

Liturgia – Inmaculada Virgen María

INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Misa de la solemnidad (blanco o azul)

Misal: Antífonas y oraciones propias, Gloria, Credo, Prefacio propio. No se puede decir la Plegaria Eucarística IV. 

Leccionario: Vol. IV

  • Gén 3, 9-15. 20.Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
  • Sal 97.Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
  • Ef 1, 3-6. 11-12.Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
  • Lc 1, 26-38.Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Antífona de entrada             Is 61, 10
Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación y me ha envuelto con un manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas.

Monición de entrada
En medio de este tiempo de Adviento, mientras esperamos la venida del Señor, celebramos hoy la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, en la que contemplamos a la Virgen María, la muchacha sencilla de Nazaret escogida por Dios, liberada del pecado y llena de gracia para ser la madre del Salvador.

Acto penitencial
Con alegría y con fe, dispongámonos, pues, a escuchar la Palabra de Dios que nos anuncia la salvación y a alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, prenda de vida eterna, confesándonos culpables ante Dios y los demás, e invocando a nuestra Señora, la Inmaculada Virgen María, refugio de pecadores, para que interceda por nosotros.

Yo confieso…

Se dice Gloria.

Oración colecta
OH, Dios,
que por la Concepción Inmaculada de la Virgen
preparaste a tu Hijo una digna morada
y, en previsión de la muerte de tu Hijo,
la preservaste de todo pecado,
concédenos, por su intercesión,
llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Credo
Confesemos ahora todos juntos nuestra fe en el Cristo que nació un día en la historia, y cuyo retorno esperamos gozosos.

Oración de los fieles
Hermanos, al celebrar la solemnidad del misterio de la Inmaculada Concepción de María, elevemos nuestras súplicas al Señor de cielos y tierra, que ha obrado tan grandes maravillas en la Madre de su Hijo.

1.- Por la Iglesia; para que a ejemplo de María, se conserve sin mancha ni arruga, avanzando por el camino de la santidad. Roguemos al Señor.
2.- Por los jóvenes y adolescentes; para que sigan como María la virtud de la pureza y vivan siempre alegres en el amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.
3.- Por nuestra patria, que venera a la Inmaculada como patrona; para que renazcan y se conserven en ella la fe y la devoción mariana, y se viva una catolicidad auténtica. Roguemos al Señor.
4.- Por los enfermos y todos los que sufren física y moralmente; para que encuentren en María, consuelo de los afligidos, la protección que necesitan. Roguemos al Señor.
5.- Por nosotros, que hemos sido elegidos en la persona de Cristo como hijos de Dios; para que seamos santos e irreprochables ante Él por el amor, y vivamos las exigencias del evangelio. Roguemos al Señor.

Dios y Padre nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que confía en la protección de la Inmaculada Virgen María, siempre Virgen; concédenos las gracias que te hemos pedido y haz que aprendamos a llevar a Cristo a nuestros hermanos glorificándote con la santidad de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
SEÑOR, recibe complacido el sacrificio salvador que te ofrecemos
en la solemnidad de la Inmaculada Concepción
de santa María Virgen
y, así como reconocemos que la preservaste, por tu gracia,
limpia de toda mancha,
guárdanos también a nosotros,
por su intercesión, libres de todo pecado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio: El misterio de María y de la Iglesia
V/.   El Señor esté con vosotros. R/.

V/.   Levantemos el corazón. R/.

V/.   Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/.

EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque preservaste a la santísima Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para preparar en ella,
enriquecida con la plenitud de tu gracia,
la digna madre de tu Hijo,
y mostrar el comienzo de la Iglesia,
su bella esposa, sin mancha ni arruga.

Purísima había de ser
la Virgen que nos diera al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima la que destinabas entre todos,
para tu pueblo,
como abogada de gracia,
y ejemplo de santidad.

Por eso,
unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Antífona de comunión
Qué pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios.

Oración después de la comunión
SEÑOR Dios nuestro,
el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición solemne
— Venga a vosotros la gracia del Padre,
cuya palabra descendió al seno de la Virgen María
para hacerse Salvador del género humano.
R./ Amén.

— Permanezca en vosotros la paz de Cristo,
cuya venida esperó con gozo la santísima Virgen, Hija de Sión.
R./ Amén.

— La luz del Espíritu Santo os ilumine,
para que, vigilantes en la oración y alegres en la alabanza,
esperéis la segunda venida de Cristo.
R./ Amén.

— Y la bendición de Dios todopoderoso
del Padre, del Hijo † y del Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.
R./ Amén.