Martirologio 10 de enero

ELOGIOS DEL 10 DE ENERO

 

En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Melquíades, papa, oriundo de África. Conoció la paz concedida por el emperador Constantino a la Iglesia, pero víctima de los ataques de los donatistas, se distinguió por sus esfuerzos encaminados a obtener la concordia.(314)

2. En la región de Tebaida, en Egipto,san Pablo, eremita, uno de los primeros en abrazar la vida monástica. (s. IV)

3. En Nisa, ciudad de Capadocia, en la actual Turquía, san Gregorio, obispo, hermano de san Basilio Magno, admirable por su vida y doctrina, que por haber confesado la recta fe fue expulsado de su sede por el emperador arriano Valente.(a. 400)

4. En Jerusalén, san Juan, obispo, que en tiempo de la controversia acerca de la doctrina ortodoxa, trabajó denodadamente en favor de la fe católica y de la paz en la Iglesia.(417)

5*. En la ciudad de Die, en la Galia Vienense, actualmente Francia, san Petronio, obispo, el cual anteriormente había abrazado la vida monástica en la isla de Lérins. (d. 463)

6. En Constantinopla, actual Estambul, en Turquía,san Marciano, presbítero, que se distinguió por la ornamentación realizada en las iglesias y por la ayuda prestada a los pobres. (471)

7*. En la ciudad de Limoges, en Aquitania, Francia en la actualidad, san Valerio, que llevó vida en soledad. (s. VI)

8*. En Melitene, en la antigua Armenia, san Domiciano, obispo, que trabajó con ahínco en la conversión de los persas. (c. 602)

9. En Roma, en la basílica de San Pedro,san Agatón, papa, que mantuvo íntegra la fe ante los errores de los monotelitas y promovió la unidad de la Iglesia con la convocatoria de diversos sínodos. (681)

10*. En la región francesa de Viviers, cerca del Ródano, san Arconte, obispo. (c. 740-745)

11. En el monasterio de Cuixá, en los Pirineos franceses, san Pedro Urseolo, que, siendo dux de Venecia, se hizo monje. Se distinguió por su piedad y austeridad, y vivió en un eremitorio cercano al monasterio. (c. 987/988)

12*. En el monasterio de Cava de’ Tirreni, en la región italiana de Campania, beato Benincasa, abad, que destinó a cien de sus monjes al cenobio de Monreale, en Sicilia, que acababa de fundarse. (1194)

13. En la ciudad de Bourges, en Aquitania, actualmente Francia, san Guillermo, obispo, que, deseoso de soledad y meditación, se hizo monje en el monasterio cisterciense de Pontigny. Más tarde fue abad de Chaalis y, posteriormente, elegido obispo de Bourges. Mantuvo siempre la austeridad de la vida monástica y se distinguió por su amor a los clérigos, a los cautivos y a los desgraciados.(1209)

14*. En Amarante, lugar de Portugal, beato Gonzalo, presbítero de Braga, quien, después de una larga peregrinación por Tierra Santa, ingresó en la Orden de Predicadores, retirándose a una ermita, ayudó a construir un puente y trabajó en bien de los habitantes del lugar con su oración y predicación. (c. 1259)

15*. En Arezzo, ciudad de Toscana, en Italia, beato Gregorio X, papa, que, siendo arcediano de Lieja, fue elevado a la sede de Pedro, desde donde favoreció enérgicamente la comunión con los griegos; para aplacar las divergencias entre los cristianos y recuperar Tierra Santa, convocó el Concilio II de Lyon. (1276)

16*. En Laurenzana, en la antigua región de Lucania, actual Basilicata, en Italia, beato Egidio (Bernardino) Di Bello, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que vivió retirado en una cueva. (1518)

17*. En Arequipa, en Perú, beata Ana de los Ángeles Monteagudo, virgen de la Orden de Predicadores, que con sus dones de consejo y profecía se dedicó a promover el bien de toda la ciudad. (1686)

18*. En Perugia, en Italia, santa Francisca de Sales (Leonia) Aviat, virgen, que se dedicó, con maternal amor y solicitud, a la educación de las jóvenes e instituyó las Oblatas de San Francisco de Sales. (1914)

19*. En Madrid, en España, beata María Dolores Rodríguez Sopeña, virgen, quien, dando muestras de gran caridad cristiana, se dedicó a los más abandonados de la sociedad de su tiempo, especialmente en los suburbios de las grandes ciudades. Para anunciar el Evangelio y atender a los pobres y a los obreros en lo social, fundó la Institución Catequista Dolores Sopeña y una Asociación Apostólica de Laicos. (1918)

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