Hoy se ha cumplido esta Escritura

Después de bautizarse en el río Jordán, Jesús regresa a Nazaret y comienza una nueva etapa de su vida, a la que da un carácter más abierto y público. En la sinagoga de su pueblo, después de leer un pasaje del Profeta Isaías, que anuncia la libertad para los que viven como en una cárcel por la ceguera, por la rabia contra los otros, por la pobreza o por la violencia, Jesús dice que para eso ha venido él, y que ,con la fuerza de Dios, llevará a cabo el encargo que su Padre le ha hecho: dedicar su vida a hacer el bien y a ayudar a los demás.

En la sinagoga todos tenían fijos los ojos en Jesús. porque en Él veían no solo unas palabras, una proclamación sino la cercanía del Reino que emergía con su persona, con sus acciones, en definitiva, con su Amor.

En Cristo se cumplen plenamente las Escrituras del Antiguo Testamento. Él, Ungido por el Espíritu Santo, ha sido enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar el año de gracia del Señor. Formando un solo cuerpo con Cristo, vivimos y nos alimentamos de la Palabra de Dios que escuchamos con fe y llevamos una vida según la voluntad del Padre para que merezcamos abundar en buenas obras.

La lectura pública de la ley marca una fecha muy importante en la historia de Israel. Pues, hasta ese momento, el pueblo vivía su fe rezando, participando en las ceremonias y sacrificios del templo. Recibía de boca de los sacerdotes y profetas sentencias o prédicas. No sentía la necesidad de leer la Ley. Esdras entiende que, en adelante, la comunidad se desarrollará en torno a la lectura, la meditación y la interpretación del libro sagrado: la Ley no estará guardada, sino que será libro de todos y la norma de su fe.

Este paso religioso y cultural es parecido al que ha afectado a cristianos en diversos momentos de la historia. la fe cristiana no puede cobrar fuerza sino a partir de la palabra de Dios leída y escuchada en forma comunitaria. La palabra proclamada ante el pueblo y aceptada por el pueblo, comentada después e interiorizada por cada uno, lleva a la responsabilidad y a la conversión de todos.

El domingo pasado el apóstol nos recordaba que en la Iglesia hay diversidad de dones y que en la comunidad no todos tenemos ni un mismo papel ni idéntica función. Pero, en cambio, como cristianos, todos hemos sido injertados en el Cuerpo de Cristo por medio del bautismo. Los bautizados somos, no sólo hermanos de Cristo, sino miembros de un mismo Cuerpo. Bajo este aspecto todos tenemos una dignidad e incluso una importancia semejante. No debemos olvidar nunca que Cristo es el que nos une y nos hace sacramento de salvación en medio del mundo. Como Iglesia nos proponemos señalar, comunicar y dar a Cristo, el salvador a toda la humanidad y ser signo e instrumento de la misericordia de Dios. La Iglesia no solamente es comunidad, lugar y espacio de salvación, sino también, en nombre de Jesucristo, es causa instrumental, mediación de salvación por su condición de servidora de la humanidad.

En la línea de lo que estamos celebramos hoy podemos decir que Cristo, en quien creemos y a quien seguimos, en torno al que nos congregamos cada domingo, es el que nos transmite la verdadera Palabra, con mayúscula. Él, en verdad, no sólo ha dicho palabras: El ES la Palabra de Dios a la comunidad. Lo que había anunciado Isaías se cumple “hoy” en Cristo Jesús no sólo en la sinagoga de su pueblo, también aquí, hoy, entre nosotros. Él es el que ilumina nuestras dudas y el que nos libera de todas las manipulaciones y el que nos enseña la Verdad. Vale la pena seguirle domingo tras domingo en su magisterio profético. Su Palabra será buena Noticia y liberación, consuelo gozoso y a la vez exigencia estimulante para nuestro camino. Hoy Jesús es quien anuncia -como en la sinagoga de Nazaret-, ahora aquí, su alegre Buena Noticia de libertad y de vida. Para que todos vivamos con alegría su anuncio jubiloso de vida.

Jesús de Nazaret, es la Palabra del Padre, es la Palabra que quiere liberarnos a todos los hombres de todas las esclavitudes a que nos tiene sujetos “el pecado del mundo”: la ignorancia, el hambre, la miseria y la opresión. Quiere liberarnos de todo tipo de cadenas, de cualquier clase de ceguera, de todas las prisiones. Del egoísmo personal de cada uno y del egoísmo organizado de las estructuras opresoras. De las cadenas de unos estudios, trabajos, diversiones, religiosidades, relaciones humanas… deshumanizantes, alienantes, que nos incapacitan para descubrir la realidad que padecemos.

Aceptar a Jesús como Palabra, significa actualizar su obra de liberación para los hombres; sólo quien sigue su gesto y ayuda a los enfermos, libera a los cautivos y proclama el evangelio para todos los pobres de la tierra, sólo ése habrá entendido la dicha de la Palabra de Dios que se abre ante nosotros en nuestra vida cotidiana. Decir que la Palabra de Dios se cumple quiere decir que la humanidad, hoy, ha incorporado a Dios en Jesucristo. Él nos invita a seguir sus pasos y a continuar su obra, construyendo un mundo más justo, un mundo en el que podamos superar la enfermedad, en el que liberemos a los cautivos, en el que la pobreza no suponga un problema para nadie, en el que su Buena Noticia, la palabra definitiva de Dios, sea conocida y aceptada por todos.

Hoy Lucas nos señala el modo de proceder y la necesidad de situarse en la misión. La situación que vivimos; el lugar en el que estamos; las circunstancias que concurren, reclaman del bautizado y de la comunidad de bautizados, asumir que el mismo Espíritu por el que fuimos incorporados a Cristo, nos impulsa a proclamar el año de gracia del Señor. Y toca ser proclamadores de buenas noticias, nos sentimos llamados a poner en el mundo la Vida y Misión de Jesús. por eso pidamos que el Señor envíe sobre nosotros su espíritu para hacernos conscientes de que somos enviados a anunciar a los pobres la buena nueva, de la Palabra de Dios, a llevar al mundo esta novedad absoluta que es Cristo, liberador y redentor de todos los hombres.

Roberto Juárez