Lectio Divina – Miércoles III de Tiempo Ordinario

“SALIÓ UN SEMBRADOR A SEMBRAR”

1.- Oración introductoria.

Hoy, Señor, vengo a la oración con un deseo: el deseo de que Tú, deposites en mi corazón la semilla de la fe, la semilla de la alegría, la semilla del amor. Y, una vez que hayas depositado la semilla, necesito que te quedes ahí dando energía para que esa semilla crezca y se convierta en una espiga doblada por el peso de los granos. Y todavía necesito que me ayudes a repartir esa buena semilla en otras personas. Si la semilla se queda en el granero no puede dar fruto.

2.- Lectura reposada de la palabra del Señor. Marcos 4, 1-20

En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. decía: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“Salió el sembrador a sembrar”. El sembrador tiene que salir, no puede quedarse en casa. La semilla que no se siembra no puede producir fruto. Y lo propio del cristiano es “salir”. Iglesia en salida no es un invento del Papa Francisco. Iglesia en salida es la Iglesia pensada y querida por Jesús. “Id y haced discípulos a los habitantes de todas las naciones” (Mt. 28, 19). Salió, el sembrador, pero ¿cómo salió?  Con su juventud, su ilusión, su canción por el monte y ¡su semilla! El que siembra debe sembrar con alegría, con ilusión, con la esperanza de que esa semilla dará su fruto. Y lo sembró todo.  Sembró la buena tierra y la mala. Sembró los caminos y los cardizales. Por parte del sembrador, que no quede. Lo importante es no cansarse nunca de sembrar. Los padres que no se cansen de sembrar en los hijos, aunque éstos sean unos frescos y descarados. Los maestros que no se cansen de sembrar, aunque los alumnos sean unos díscolos. Y los sacerdotes, que no se cansen de sembrar, aunque en sus iglesias sólo vean ya personas mayores. Un cristiano nunca debe cansarse de sembrar el bien. Al final habrá un cosechón. Sabemos que, en tiempos de Jesús, una cosecha se consideraba buena cuando daba el siete por uno. Y Jesús habla de sesenta y hasta de 100. Eso nunca se había dado en la tierra de ISRAEL. Pero aquí Jesús está hablando de la cosecha del cielo, de la que Dios dará a los que en esta tierra nunca se cansaron de sembrar.

Palabra del Papa.

Un sembrador salió a sembrar; sin embargo, no toda la semilla que esparció dio fruto… Como Jesús mismo explica a sus discípulos, este sembrador representa al Padre, que esparce abundantemente la semilla de su Palabra. La semilla, sin embargo, se encuentra a menudo con la aridez de nuestro corazón, e incluso cuando es acogida corre el riesgo de permanecer estéril. Con el don de fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa. Es una gran ayuda este don de fortaleza, nos da fuerza y nos libera también de muchos impedimentos. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de mayo de 2014).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Silencio)

5.-Propósito. Sembraré este día de bondad, desde el amanecer hasta el ocaso.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, te quiero agradecer que me hayas llamado a sembrar. Sembrar este mundo de verdad, de cariño, de cercanía, de ilusión y, sobre todo, de esperanza. Uno está muerto cuando ya no espera nada de la vida. Y uno también puede matar a otro cuando le dice: “Yo no espero nada de ti”. Haz que yo viva de tal modo que sea un testimonio para los demás.

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Comentario – Miércoles III de Tiempo Ordinario

Mc 4, 1-20

Llegados a ese punto del evangelio de san Marcos, cuando todos los actores están en su lugar, tendremos cinco pequeños sermones de Jesús y cuatro milagros, que pondrán en evidencia el vínculo muy particular de Jesús con sus doce discípulos. Marcos repetirá dos veces que Jesús practica un doble nivel de enseñanza. Dirige sus parábolas a toda la muchedumbre en general; luego, en particular las explica a sus discípulos. Del mismo modo, los milagros relatados después no se hicieron en presencia de la muchedumbre, sino solamente ante el pequeño grupo.

De nuevo Jesús se puso a enseñar junto al lago. Había en torno a El una numerosísima muchedumbre, de manera que tuvo que subir a una barca en el lago y sentarse, mientras que la muchedumbre estaba a lo largo del lago, en la ribera. Les enseñaba muchas cosas en parábolas… «Salió a sembrar un sembrador…»

Cuando se quedó solo le preguntaron los que estaban en torno suyo con los doce acerca de las parábolas. Y El les dijo: «A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del Reino de Dios; pero a los otros de fuera todo se les dice en parábolas… 

¿Por qué esta diferencia? ¿Es esto lo que estaríamos tentados de decir, con nuestras mentes modernas, tan preocupadas por la igualdad? ¿Qué significa esta discriminación?

Una vez más, Marcos no busca engalanar su relato. Cuando ciertas actitudes nos chocan de momento, no busca atenuar este choque.

Evidentemente, algo está en juego detrás de esto. ¡El papel de los doce debe de ser muy importante en la mente de Jesús para las estructuras de la Iglesia que El proyecta! ¿Cuál es mi actitud actual frente al problema de la «autoridad» en la Iglesia; frente al papel de los «celadores de la Fe» de los obispos y del Papa? ¿Reduzco esta autoridad a la de todas las otras sociedades humanas? o bien, ¿veo en ello una autoridad muy particular, que es una misteriosa participación del poder espiritual del mismo Jesús?

Los de fuera… Mirando, miran y no ven… oyendo, oyen y no entienden, puesto que podrían convertirse y obtener el perdón…»

¡Estas palabras si se toman tal cual son absolutamente escandalosas para nuestros oídos modernos! Sin embargo, podemos decir a priori, que Jesús no ha despreciado nunca a nadie, que hablaba para que le entendieran, y ¡que amaba a todos los hombres! De ello ha dado muchas pruebas. Entonces ¿cuál es el sentido escondido de estas palabras? ¿Qué choque quieren provocar en nosotros, más allá del primer choque superficial? Estas palabras son una cita de Isaías (6, 9-10) anunciando el fracaso de su predicación a causa del endurecimiento de corazón de sus oyentes.

La mentalidad semítica, que es la de toda la Biblia, afirma con fuerza el papel de Dios en el hombre. En un acto humano, el pensamiento bíblico no intenta precisar la parte que corresponde a la gracia de Dios, y la que corresponde a la libertad del hombre. Tan pronto dice: «Faraón endureció su corazón», como «Dios endureció el corazón del Faraón» (Ex 11, 10 comparado a Ex 9, 35).

Nosotros, somos ahora muy «humanistas» pensamos obrar solos hasta el momento en que ya no podemos seguir avanzando… es entonces cuando apelamos a la ayuda de Dios, ¡una especie de Dios «tapaagujeros» de nuestras insuficiencias! Quizá los hebreos, con su manera ruda de expresarse, estaban más cerca de la verdad: nada de lo que pasa es extraño a Dios. Pero esto no quiere decir que el hombre no sea libre; ahora bien, ¡esto nos lleva a una inmensa humildad y a una integral responsabilidad!

Noel Quesson
Evangelios 1

¿Qué me quiere decir Jesús hoy?

Jesús en Nazaret – Lucas 4, 21-30

En aquel tiempo comenzó Jesús a decir en la sinagoga:- Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -¿No es éste el hijo de José? Y Jesús les dijo: – Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo» : haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún. Y añadió: – Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio. Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba el pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba

Explicación

Hoy el evangelio relata un momento de la vida de Jesús un poco delicado. Hablaba Jesús a sus vecinos y paisanos y ellos se llenaron de rabia al punto de querer matarle tirándole por un barranco. ¿Qué fue lo que les dijo? Con un ejemplo les hizo saber que para Dios todos somos hijos queridos, incluso los no judíos. Y eso les llenó de enfado pues se consideraban los únicos y los preferidos para Dios. Jesús les dijo que eso no era así. Que no tenían ningún derecho a excluir a otros pueblos del cariño y la bondad de Dios. Contra el corazón raquítico y pequeño de los judíos Jesús ofrece un corazón grande y para todos sin excepción, que es el corazón de Dios.

Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

Lucas: ¡Hola, amigos y amigas! Soy el evangelista Lucas y voy a seguir la historia de Jesús que os empecé a contar el domingo pasado, ¿os acordáis?

Niño1: Sí, nos decías que Jesús había venido a ayudar a los pobres, devolver la vista a los ciegos, dar la libertad a los cautivos.

Niño2: Y que Jesús había dicho: “Hoy se cumplen las Escrituras”, se cumple en mí todo lo dicho por el profeta Isaías.

Niño1: La gente de Nazaret estaría muy contenta de que Jesús fuera de su pueblo, ¿verdad Lucas?

Lucas: Pues no, sus paisanos no estaban muy contentos con Jesús.

Niño2: ¿Por qué, Lucas?

Lucas: Porque no creían que el hijo de un carpintero, como José, y de María, una mujer sencilla, podía ser alguien tan especial. Veréis lo que pasó.

Niño3: Ahí dentro, en la sinagoga, has dicho de ti cosas increíbles, Jesús.

Niño4: No vas a engañarnos, sabemos bien que eres el hijo de José y de María.

Niño3: No nos des consejos y aplícate el refrán: «Médico, cúrate a ti mismo».

Niño4: ¿Por qué no haces aquí los milagros que hiciste en Cafarnaún?

Jesús: Sería inútil, ningún profeta es bien mirado en su tierra. ¿Os acordáis de lo que le pasó a Elías cuando el hambre asoló todo el país?

Niño3: Sí, que le ayudó una viuda del pueblo de Sarepta.

Jesús: O sea, una extranjera. ¿Y recordáis cuántos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo?

Niño4: Sí, había muchísimos.

Jesús: Y Eliseo no curó a ninguno de ellos, sino sólo a Naamán el Sirio. ¡Otro extranjero!

Niño3: Tenemos la sensación de que te estás riendo de nosotros, los judíos.

Niño4: ¡Ten cuidado o te tiramos del monte abajo! No aguantamos más tiempo esas impertinencias.

Lucas: Todos en la sinagoga se pusieron furiosos. Y levantándose lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

Comentario al evangelio – Santos Timoteo y Tito

A los santos Timoteo y Tito la liturgia los empequeñece al darles el título anacrónico de “obispos”; no lo fueron como lo es el nuevo obispo de Solsona o el cardenal arzobispo de Milán. Ellos recogieron la herencia apostólica con total inmediatez; les tocó conservar, quizá darle el último toque, el “depósito” recién elaborado. Se aproximan más a la figura del apóstol itinerante que al futuro obispo residencial.

Pablo designa a Timoteo como isópsykhos: “de espíritu idéntico” al mío (Flp 2,20), como “nuestro hermano [suyo y de Silas] y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo” (1Tes 3,2), que “trabaja en la obra del Señor igual que yo” (1Co 16,10). En cuanto a Tito, “Dios ha puesto gran diligencia en su corazón”; “¿no hemos procedido él y yo según el mismo espíritu, caminando por las misma huellas?” (2Co 8,16; 12,18). Por lo mismo pide: “A este tipo de personas tenedlas en gran honor” (Flp 2,29). Hasta aquí son datos históricos; una tradición posterior presenta a Timoteo y Tito como destinatarios de cartas de Pablo (1-2Tim; Tito); es otro modo de afirmar su categoría irrepetible, su papel singular, en cuanto depositarios inmediatos y transmisores fieles del legado apostólico.

Estos personajes significan mucho para la Iglesia de hoy. Ante todo, el auténtico apóstol, como Pablo, no trabaja en solitario, sino en equipo; busca colaboradores con quienes compartir tarea y vivir en comunión; y cuando tiene oportunidad elogia su trabajo, no tiene celos de ellos, sino agradecimiento y hasta auténtico orgullo por su valía. Por otro lado, la Iglesia es “tradición”, es decir, “transmisión”; en el credo confesamos que pertenecemos a la Iglesia apostólica; somos los mismos, ellos como modeladores y nosotros como receptores y también transmisores. Tito y Timoteo eran los que habitualmente recibían encargos y los comunicaban fielmente a las comunidades en formación. Una vez conquistados por Pablo, sobre todo en el caso de Timoteo, no hubo otro horizonte en su vida que el de trabajar por la difusión del evangelio.

En 1Tim encontramos todavía una serie de consejos que admiten actualización. Los bautizados y confirmados somos invitados a refrescar el don recibido; la imposición de manos del obispo (o del presbítero) nos confirió una capacitación “apostólica”, para tomar parte en los duros trabajos del evangelio, que hoy, como entonces, encuentra resistencias para implantarse; el inocente “cachete” en la mejilla nos quiso definir como adiestrados para la lucha, para el combate en favor de la causa de Dios, con un espíritu enérgico y no cobarde…

Actualmente existe en los viejos países de cristiandad mucha propaganda anticristiana; se habla de “cristofobia”. A veces se rechaza el pasado creyente, y la fe es tildada de obscurantismo y de perjudicial al pleno desarrollo humano. Hacen falta “luchadores” por el evangelio, como los quería Pablo en su tiempo, como Timoteo y Tito; luchadores no agresivos, sino practicantes convincentes y testigos no acomplejados. Estamos llamados a pasar por el mundo con la frente alta y con palabra persuasiva, sin encogimiento.

Severiano Blanco cmf

Meditación – Santo Timoteo y Tito

Hoy celebramos la memoria de San Timoteo y Tito.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 10, 1-9):

En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.

»En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’».

Hoy celebramos la memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos. Destacan sencillamente por decir «sí» al Señor. ¡Qué alegría hemos de sentir cuando vemos la generosidad en la entrega de estos discípulos de san Pablo!: tienen dificultades en su predicación, se mantienen fieles, son capaces de sobreponerse y dan testimonio. 

«Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias» (Lc 10,2-4). He aquí dos claves que seguro vivieron estos santos: la oración (pedir al Señor para que muchos quieran seguir siendo sus discípulos); y el desprendimiento para poder seguirle (¿qué nos dificulta para ser portadores de la buena noticia? ).

Hoy también somos llamados por el Señor a dar testimonio; Él nos convoca a ser sus «colaboradores». «San Pablo se sirvió de colaboradores para el cumplimiento de sus misiones (…). Es evidente que no lo hacía él solo, sino que se apoyaba en personas de confianza que compartían sus esfuerzos y sus responsabilidades» (Benedicto XVI). Los santos Timoteo y Tito fueron capaces de llevar el Evangelio a distintos lugares del Asia Menor, confirmaron en la fe a muchas comunidades cristianas que necesitaban de su apoyo para seguir adelante.

«En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros» (Lc 10,5-6). Fruto del anuncio del Evangelio es la paz. Allí donde iban estos santos llevaban la paz del Señor: hermoso sería que nosotros -en el lugar donde estamos- lleváramos a todos la auténtica paz de Jesús, al participar en la Eucaristía y disfrutar de su enseñanza. Para ello, nos recomienda san Agustín: «Si quieres ser mediador pacífico entre dos amigos tuyos enfrentados, comienza siendo tú pacífico contigo mismo; en tu intimidad, donde tal vez vives en cotidiana guerra contigo mismo; debes aplacarte a ti antes».

Rev. D. Juan Carlos ALAMEDA Vega

Liturgia – Santos Timoteo y Tito

SANTOS TIMOTEO y TITO, obispos, memoria obligatoria

Misa de la memoria (blanco)

Misal: Antífonas y oraciones propias, Prefacio común o de la memoria.

Leccionario: Vol. IV para la 1ª lectura y vol. III-impar para el Evangelio

  • 2Tim 1, 1-8. Evoco el recuerdo de tu fe sincera.

o bien: Tit 1, 1-5. A Tito, verdadero hijo en la fe que compartimos.

  • Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
  • Mc 4, 1-20. Salió el sembrador a sembrar.

O bien: cf. vol. IV.


Antífona de entrada          Sal 95, 3-4
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Señor y muy digno de alabanza.

Monición de entrada y acto penitencial
Hoy celebramos la memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos que, discípulos del apóstol san Pablo y colaboradores suyos en el ministerio, presidieron las Iglesias de Éfeso, el primero, y de Creta, el segundo. Su maestro les dirigió cartas con sabias advertencias para la formación de los pastores y de los fieles. Vivieron en el siglo I de la era cristiana.

            Yo confieso…

Oración colecta
OH, Dios,
que hiciste brillar con virtudes apostólicas
a los santos Timoteo y Tito,
concédenos, por su intercesión,
que, viviendo en este mundo
con piedad y justicia,
merezcamos llegar a la patria celestial.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Elevemos ahora nuestras súplicas a Dios nuestro Señor, que siembra en nuestro mundo la simiente de su palabra.

1.- Por los pastores y evangelizadores de la Iglesia; para que Dios infunda en ellos la luz y la verdad que llevó a los santos Timoteo y Tito a dar testimonio de Jesucristo con ardiente celo apostólico. Roguemos al Señor.

2.- Por las vocaciones sacerdotales; para que Dios nos conceda los sacerdotes necesarios. Roguemos al Señor.

3.- Por los pueblos de toda la tierra; para que vivan en concordia y paz verdadera. Roguemos al Señor.

4.- Por los trabajadores que están en paro; para que encuentren pronto un trabajo digno. Roguemos al Señor.

5.- Por nosotros mismos y nuestras familias; para que seamos tierra buena donde germine el Evangelio. Roguemos al Señor.

Padre de misericordia y de bondad; escucha las oraciones de tu pueblo y haz que tu palabra germine y fructifique en nosotros para que nuestra salvación y la de todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, los dones de tu pueblo
ofrecidos en la festividad de tus santos Timoteo y Tito
y concédenos agradarte
con sincero corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Mc 16, 15; Mt 28, 20
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio; yo estoy con vosotros todos los días, dice el Señor.

Oración después de la comunión
SEÑOR, Dios nuestro,
que los sacramentos que hemos recibido
alimenten en nosotros aquella fe
que nos enseñó la predicación apostólica
y conservaron celosamente los santos Timoteo y Tito.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Martirologio 26 de enero

ELOGIOS DEL 26 DE ENERO

 

Memoria de san Timoteo y san Tito, obispos, que, discípulos del apóstol san Pablo y colaboradores suyos en el ministerio, presidieron las Iglesias de Éfeso, el primero, y de Creta, el segundo. su maestro les dirigió cartas con sabias advertencias para la formación de los pastores y de los fieles. (s. I)

2. En la ciudad de Hipona, en Numidia, hoy Argelia, san Teógenes, mártir, sobre quien san Agustín predicó un sermón.(c. 257)

3. En Belén de Judea, muerte de santa Paula, viuda, que pertenecía a una noble familia senatorial. Renunció a todo, distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró con la beata virgen Eustoquio, su hija, junto al pesebre del Señor. (404)

4*. En Jerusalén, santos Jenofonte y María, con sus hijos Juan y Arcadio, los cuales, renunciando a la dignidad senatorial y a sus posesiones, abrazaron todos con gran devoción la vida monástica en la Ciudad Santa. (s. VI)

5*. En Citeaux, en Borgoña, en la actual Francia, san Alberico, abad, que, siendo monje en Molesmes, fue uno de los primeros religiosos que fundaron el nuevo cenobio. Ya abad del monasterio, sobresalió por su celo en procurar la formación de sus monjes, como verdadero amante de la Regla y de los hermanos. (1109)

6*. En Trondheim, en Noruega, san Agustín (Eystein) Erlandsön, obispo, que rigió la Iglesia que le había sido encomendada como primer obispo; procuró su crecimiento y la defendió ante los príncipes. (1188)

7*. En la región de Angers, en Francia, beata María de la Dive, mártir, que, siendo viuda, fue guillotinada durante la Revolución Francesa por su fidelidad a la Iglesia. (1794)

8*. Cerca de la ciudad de Munich, en Alemania, beato Miguel Kozal, mártir, obispo auxiliar de Wloclawek, en Polonia, quien bajo el régimen nazi, por defender la fe y la libertad de la Iglesia, pasó con gran paciencia tres años en el campo de concentración de Dachau, hasta consumar su martirio en aquel lugar. (1943)

– Beato Gabriele María Allegra (1907- Hong Kong 1976). Presbítero de la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco, misionero en China, para cuyo idioma realizó la primera versión completa de las Sagradas Escrituras.

– San José Gabriel del Rosario Brochero (1840- Villa del Tránsito, Córdoba, Argentina, 1914). Sacerdote diocesano, párroco de una extensa zona rural se entregó totalmente a la pastoral y a la promoción humana de sus feligreses. Por su atención a los enfermos murió contagiado de lepra y ciego.