Lectio Divina – Miércoles I de Cuaresma

“Aquí hay algo más que Salomón y que Jonás”

1.-Oración introductoria.

Señor, aquí me tienes de nuevo a tus pies para estar un rato contigo. Me gustaría profundizar en este día en el gran signo de Jonás que, después de estar tres días y tres noches en el vientre de un cetáceo, en lo profundo del mar, saltó a la playa de la vida. A veces, Señor, se nos olvida que jamás has hablado de tu muerte como el fin de tu vida, sino que, detrás de la muerte, nos has abierto una puerta a la esperanza que ya nada ni nadie nos podrá cerrar: Y esa puerta siempre abierta es tu gloriosa Resurrección. Haz que yo viva de esta gran verdad.

2.- Lectura reposada de la palabra del Señor Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“Aquí hay algo más que Salomón.” Salomón está considerado en la historia sagrada como “el rey sabio” el rey que daba “sentencias justas”. Pero el Dios revelado en Jesús es el que pone toda la sabiduría al servicio del amor. Por otra parte, la sabiduría bíblica, como don del Espíritu, consiste en saborear las cosas de Dios. Jesús nos hace disfrutar de Dios y así disfrutar de todo lo creado. A los sabios y entendidos de este mundo, los que quieren explicar todo desde su propia sabiduría, sin necesidad de acudir a Dios, a éstos Dios no se les manifiesta. En cambio, sí se revela “a los pequeños” (Mt.11, 25) a los que han puesto toda su confianza en Dios.  “Y esto hace que Jesús sea más que Salomón”.

“Aquí hay algo más que Jonás”.  Jonás es un profeta a quien se le encomienda la misión de convertir a Nínive, “la gran ciudad enemiga de Dios”. Contra los pronósticos del profeta, la ciudad se convierte y Jonás no se alegra, al contrario, se entristece porque le hubiera gustado que la ciudad no se convirtiera y fuera arrasada. Así se hubieran cumplido los deseos del profeta recalcitrante. Jonás piensa que con un Dios tan bueno que se compadece del pueblo enemigo no se puede trabajar. En cambio, para al gran profeta Jesús, lo que más le hace disfrutar es tener misericordia con el pecador que se convierte y vuelve a Dios.  Y esto hace que Jesús sea más que Jonás.

Palabra del Papa

“Nínive se convierte y ante esta conversión, Jonás, que es el hombre que no es dócil al Espíritu de Dios, se enfada: Jonás sintió una gran tristeza y se desdeñó. E, incluso, reprende al Señor.     La historia de Jonás y Nínive se articula en tres capítulos: el primero es la resistencia a la misión que el Señor le confía; el segundo es la obediencia, y cuando se obedece se hacen milagros…  En el tercer capítulo, hay una resistencia a la misericordia de Dios. Esas palabras: ‘Señor, ¿no era esto quizás lo que yo decía cuando estaba en mi pueblo? Porque Tú eres un Dios misericordioso y clemente’, y yo he hecho todo el trabajo de predicar, he hecho mi trabajo bien hecho, ¿y Tú les perdonas? Y el corazón se endurece de modo que no deja entrar la misericordia de Dios. Es más importante mi sermón, son más importantes mis pensamientos, es más importante toda esa lista de mandamientos que debo observar, todo, todo, todo que la misericordia de Dios.  Y este drama también Jesús lo ha vivido con los doctores de la Ley, que no entendía por qué Él no dejó que lapidaran a aquella mujer adúltera, cuando Él iba a cenar con los publicanos y pecadores: no lo entendían. No entendían la misericordia. Hay que esperar en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en Él hay abundante redención”. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de octubre de 2015, en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Intentaré alegrarme del triunfo de una persona que me cae mal.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, hoy me he escandalizado del comportamiento del profeta Jonás que no sabe captar la bondad de Dios para todos, incluso para los Ninivitas, los adversarios del Pueblo de Dios. Jonás parece decir: con un Dios tan bueno, que está dispuesto siempre a perdonar, incluso a los enemigos, no se va a ninguna parte. Gracias, Señor, porque contigo yo quiero ir “a cualquier parte” ofreciendo amor, perdón, paz, ternura, misericordia. ¿Quién puede decir no a un Dios tan maravilloso? Yo te digo que sí, que me encanta ser tu apóstol, tu discípulo y llevar este mensaje hasta el fin del mundo.

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Comentario – Miércoles I de Cuaresma

Lc 11, 29-32

Convertirse, cambiar de vida, hacer penitencia.

Como concurriesen las turbas alrededor de Jesús, comenzó a decirles: «Esta generación es una generación mala; reclama un «signo».

La palabra «generación» es siempre empleada por Jesús en modo peyorativo. Es una alusión típica a un momento de la Historia del pueblo de Israel, la primera «generación», la del desierto, la de los cuarenta años primeros… la que ha pasado su tiempo reclamando «signos de Dios. «Cuarenta años esta generación me ha disgustado… estas gentes no han conocido mis caminos… y no obstante veían mis acciones…» (Salmo, 95, 9-10) También en tiempos de Jesús, y en los nuestros… se seguía pidiendo a Dios que se mostrara, que manifestara su poder.

¡Si Dios escribiera su nombre en el cielo! ¡Si Dios aplastara a los malos! ¡Si bajase de la cruz y se enfrentase con los que le injuriaban! ¡Si movilizase, de hecho, a «doce legiones de ángeles» para no ser arrestado por un escuadrón de soldados romanos! En fin, ¿por qué Dios no se manifiesta a los ateos… para que sea imposible seguir dudando?

Y no les será dada otra señal que la de Jonás.

Si Dios pusiera un «signo en el cielo», dejaría de ser Aquel que ha escogido ser. Aplastaría. Nadie podría resistirle… Ahora bien, Dios ha elegido ser el «servidor», el que ama a los hombres, y que espera discretamente su respuesta confiada y libre. Dios no quiere forzar la mano. Las postraciones de los esclavos no le dicen nada.

Porque como fue Jonás señal para los ninivitas, así también lo será el Hijo del hombre para esta generación.

Sí, las gentes de Nínive no tuvieron grandes cosas como signos.

¡Jonás no hizo ningún milagro sensacional! Simplemente pronunció su mensaje e invitó a la «conversión».

¿Realmente me afecta la «invitación» a cambiar de vida que el Hijo del hombre me transmite y que la Iglesia me repite en ese tiempo cuaresmal?

Los ninivitas se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán, porque hicieron penitencia a la predicación de Jonás y hay aquí más que Jonás.

Hicieron penitencia… sin otro signo que la predicación del profeta.

Yo conozco bien la conversión y el cambio que Dios espera de mí.

¿Qué es lo que yo voy a hacer durante toda esta cuaresma?

La reina del Mediodía se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenará, porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón y hay aquí algo más que Salomón.

Los habitantes de Nínive: la gran ciudad pagana… La Reina de Saba: princesa pagana… He aquí a los que Jesús pone como ejemplo. Ellos se esforzaron.

Y nosotros, hemos recibido mucho más que ellos. Hemos oído a Jesús, tenemos los sacramentos a nuestra disposición, tenemos sus divinas Palabras.

Señor, dame un corazón nuevo.

Señor, otórgame la valentía necesaria para esos cambios que debo llevar a cabo.

Repíteme, Señor, la urgencia de esta conversión. El Juicio se acerca. Mañana puede ser demasiado tarde. ¿Estaré yo también «condenado» con esta generación mala que pedía signos?

Noel Quesson
Evangelios 1

¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Transfiguración del Señor – Lucas 9, 28b-36

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una montaña, para orar. Y mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron con gloria; hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y espabilándose vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: – Maestro, ¡qué hermoso es estar aquí! Haremos tres chozas: una para tí, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: – Este es mi Hijo, el escogido; escuchadle. Cuado sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto

Explicación

Cuando en la vida nos vengan momentos difíciles, que nos parezcan insuperables y que terminan con nosotros, no olvidemos que Jesús venció todo mal, incluso el de su muerte. Dios Padre le resucitó y le concedió toda la plenitud, toda la vida y toda la hermosura. Y Jesús quiso que, eso mismo, lo supieran sus amigos, quienes poco tiempo después le verían insultado, perseguido, apresado y condenado a morir, como si fuera un malhechor. Para que no se derrumbaran por la pena y el desánimo, les llevó al monte Tabor y ante ellos se transformó. Ese que vieron lleno de luz y pleno de blancura, es el que en la cruz parecía tener su destino último. No os desaniméis. Al final vence siempre la vida, el cariño, la verdad.

Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

Narrador: En aquel tiempo, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una montaña, para orar.

Pedro: Maestro, ¡menuda caminata!

Jesús: No te quejes, Pedro, este lugar es hermoso para orar.

Juan: Desde luego, pero hay lugares hermosos un poco más abajo. ¡Llevamos horas andando!

Jesús: ¡Vale, Juan, vale! Descansad un poco mientras voy a orar con mi Padre.

Narrador: Jesús oraba y el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de lo blancos que eran.

Santiago: El Maestro ha tenido una buena idea, creo que me echaré una siestecita.

Juan: Yo haré lo mismo, Santiago, no quiero ni pensar en la bajada.

Pedro: No entiendo cómo el Maestro tiene fuerzas para rezar ahora.

Narrador: De repente dos hombres conversaban con Jesús: eran Moisés y Elías rodeados de la gloria del cielo.

Moisés: Ha llegado la plenitud de los tiempos. Tu sacrificio está próximo, Jesús, con él nacerá un orden nuevo.

Elías: Un orden basado en el amor y en la fraternidad universal de la sociedad, en el perdón y en la justicia divina.

Moisés: Un orden en el que la persona es el valor supremo de la sociedad. Pero para que la nueva sociedad aparezca, tú has de morir…crucificado en Jerusalén.

Elías: Así, lo ha dispuesto el Padre.

Jesús: No es un mensaje grato de escuchar, aun así…¡que se haga la voluntad del Padre!

Narrador: Pedro y los compañeros, espabilándose del sueño, vieron su gloria, y a los dos hombres que se alejaban. Y Pedro dijo a Jesús:

Pedro: ¡Maestro, Maestro, qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías!

Narrador: Todavía estaba hablando, cuando una nube los envolvió. Se asustaron los discípulos. Una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle!

Jesús: Vamos para abajo, los demás nos están esperando.

Narrador: Los discípulos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

Comentario al evangelio – Miércoles I de Cuaresma

Hay una aparente contradicción en este texto del Evangelio: “a esta generación no se le dará más signo que el de Jonás”; sin embargo, el mismo Jesús se proclama como nuevo signo para esa generación. ¿En qué quedamos?

Sin profundizar en la exégesis científica podemos entender que, efectivamente, el signo de Jonás fue el último de su especie. Ya no habrá signos amenazantes, que anuncien castigos inminentes, como en el caso de Nínive. A partir de Jesús de Nazaret, la presencia de Dios, sus signos, son de Vida y de esperanza, no de destrucción y de muerte.

El mismo Jesús es Vida, e inaugura un nuevo modo de entender, por medio del Espíritu, la presencia de Dios. Una presencia que se continúa en la comunidad de sus seguidores, en la Iglesia, pero que también puede ser descubierta en el mundo, en gentes de toda clase y condición.

¿No son signos de la presencia de Dios entre nosotros tantas personas que luchan por sacar adelante cada día a su familia en condiciones adversas? ¿No son signos de la presencia de Dios entre nosotros tantos misioneros y misioneras, tantos hombres y mujeres de buena voluntad, que dedican su vida a hacer más llevadera, más justa, la existencia de otros? ¿No son signos de la presencia de Dios entre nosotros aquellos que abnegadamente se ocupan de cuidar a sus familiares enfermos, renunciando a su “libertad” para estar al lado del quienes los necesitan? ¿No son signos de la presencia de Dios entre nosotros esas parejas que se mantienen unidas por amor sincero años y años?…

Con razón se dice en este pasaje del Evangelio que “aquí hay uno que es más que Jonás”. Porque sólo siendo mucho más que Jonás y que Salomón se puede sembrar la semilla de la Vida, se puede comunicar el Espíritu a tantas personas que, conscientes o no, son manifestación de la presencia amorosa de Dios entre nosotros.

Ciudad Redonda

Meditación – Miércoles I de Cuaresma

Hoy es miércoles I de Cuaresma.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 11, 29-32):

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Estamos transitando este miércoles de la primera semana de cuaresma; un tiempo donde el desafío por encontrarnos más de cerca con el Señor es lo que tiene que ir motivando, alentando y orientando también nuestra vida, nuestro camino espiritual y nuestra propia experiencia de fe. En el evangelio que compartimos hoy, Lucas 11, 29 – 32, encontramos al Señor que comienza a lamentarse al ver a la multitud que se apretujaba. A Jesús le cuesta ver la dureza de los corazones y que la gente se resista a creer en Él a pesar de recibir signos. Por eso te invito a que meditemos algunas realidades que nos sugiere la Palabra.

En primer lugar, hacer revisión. Vemos a un Jesús un poco distinto al que estamosacostumbrados, un Jesús que le reprocha a la multitud sus actitudes. Les dice: “esta es una generación malvada”. Y esto llama la atención, porque uno se tiene que detener a pensar un poco qué significa esto de “ser malvado”. Tal vez lo podemos llevar a nuestra vida y ver que a veces hay en nuestro interior algunas cosas que deberíamos cambiar. Y la realidad es que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, con capacidad de amar y de ser amados por Dios y por los demás, pero podemos caer en la costumbre, podemos caer en la tentación, dejamos pasar por alto esto, nos olvidamos y vamos llenando nuestro corazón de cosas que nos van vaciando de sentido y de propósito. Es ahí cuando caemos en malas actitudes. Entonces, podríamos seguir con este camino cuaresmal preguntándonos si hay cosas que cambiar en nuestra vida interior. ¿Qué actitudes nuestras les duelen a Dios y a los demás? Quizás actuás mal, te hacés eco de un chusmerío, te falta solidaridad, no confiás en las personas, te cuesta perdonar, cerrás la puerta al otro. Bueno, cuánta malicia puede haber en nuestro corazón hoy. Por eso, es necesario revisar nuestra vida, nuestra historia y dejar todo en manos de Dios. Justamente para eso está la reconciliación. Por eso, hermano, hermana, qué lindo que en esta cuaresma te propongas renunciar a toda malicia en tu corazón, que pongas esfuerzo en buscar al Señor y dejar brotar un poco todolo bueno que hay en tu vida. Que eso sea lo que en estos tiempos destaque con más intensidad.

En segundo lugar, confiar en los signos de Dios. Esto es algo que a lo largo de estos días también venimos compartiendo: saber que Él siempre está. Dios siempre te va a dar signos en tu vida, siempre te va a dar una ayuda. Signos que tellevan a darte cuenta de que él es el que te llama, el que da sentido a tu vida, el que te ama, el que te sostiene, el que quiere estar con vos. Entonces, no se trata tanto de pedir más signos, sino de ser capaces de descubrir los que ya están, los que estuvieron y también los que van a estar. Lo que pasa es que muchas veces tenemos el corazón en otra sintonía. O peor aún, pedimos señales de Dios, pero cuando esas señales no coinciden con nuestra voluntad, nos hacemos los distraídos, nos ponemos molestos, nos enojamos, incluso a Dios lo podemos poneren penitencia. Preguntate también: Cuando la voluntad de Dios no coincide con la tuya, ¿cómo reaccionás? ¿Sos dócil a la voluntad de Dios, seguís y buscás ese camino? Por eso, acordate de aquella frase de san Agustín: “Dame lo que me pidesy pídeme lo que quieras”. Asumila, hacela tuya y ofrecela al Señor. No vaya a ser cosa que, por estar distraído, la cambies por un “dame lo que te pido, y no me pidas nada”. Confiá en los signos de Dios en tu vida, porque lo mejor está por venir.Recordá que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman.

Por último, la conversión es un camino. En este pasaje vemos al Señor sufrir por la incredulidad de la multitud. No solamente la de la gente de su época, sino también por la nuestra hoy en día. Vos fijate cómo a veces somos cerrados, desagradecidos, desconfiados a la hora de acercarnos a Dios. Entonces, la Palabranos pone el ejemplo de Jonás. ¿Qué hizo Jonás? Predicó en Nínive y la gente se convirtió. La conversión es un camino de todos los días, confiando en que el Señor es más grande: “aquí hay alguien que es más grande que Jonás”. Jesús es más que tus limitaciones, que tus miedos, que tus angustias, incluso que tus popios pecados. Por eso, proponete tener una mirada sobre vos, pero con los ojos de Dios,confiá en el Señor y pedile su gracia para cambiar en lo concreto. Hay que tener metas a corto, mediano y a largo plazo. El señor está esperando ese cambio en tu vida. Tenete paciencia, respetá en tus procesos, amá lo que sos y tus circunstancias y ponete a pensar en el amor que Dios te tiene. Que tu compromiso,entonces, sea un “dejarlo al Señor entrar en tu vida en serio” y que Él te vaya mostrando el camino. Que tengas un buen día y que la bendición del Buen Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.

P. Sebastián García

Liturgia – Santa Francisca Romana

SANTA FRANCISCA ROMANA, religiosa, conmemoración

Misa de feria (morado)

Misal: 1ª oración propia y el resto de la feria. Prefacio de Cuaresma.

Leccionario: Vol. II

            La Cuaresma: Urgencia de Conversión.

  • Jon 3, 1-10. Los ninivitas habían abandonado el mal camino.
  • Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
  • Lc 11, 29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Antífona de entrada             Cf. Sal 24, 6. 2. 22
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. Que no triunfen de nosotros nuestros enemigos. Sálvanos, Dios de Israel, de todos nuestros peligros.

Monición de entrada y acto penitencial
Se conmemora hoy a santa Francisca, religiosa, nacida en Roma el año 1384. Casada aún adolescente, vivió cuarenta años en matrimonio. Fue excelente esposa y madre de familia, admirable por su piedad, humildad y paciencia. Muerto su esposo y sus tres hijos, se dedicó al cuidado de los enfermos, a los que atendía en sus casas, en los hospitales de Roma e incluso en su propio domicilio. Fundó la congregación de oblatas benedictinas.

Yo confieso…

Oración colecta
OH, Dios,
que nos diste en santa Francisca Romana
un modelo singular de vida conyugal y monástica,
concédenos estar a tu servicio con tal perseverancia,
que podamos descubrirte y seguirte
en todas las circunstancias de la vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Oremos al Señor nuestro Dios, que, en Cristo, muerto y resucitado, nos da el mayor signo con que nos llama a la conversión.

1.- Para que los cristianos seamos conscientes de la gravedad del pecado que nos aparta de Dios. Roguemos al Señor.

2.- Para que conceda a todos los creyentes el desear y encaminarse a una sincera conversión. Roguemos al Señor.

3.- Para que los más alejados del conocimiento de Cristo y de la Iglesia se sientan atraídos por el amor de Dios, que busca siempre al pecador. Roguemos al Señor.

4.- Para que en esta Cuaresma aumente nuestra humildad y confianza en Dios, que quiere encontrarse con nosotros. Roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, escúchanos y renuévanos internamente con el don de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
TE presentamos, Señor,
estos dones que nos diste para consagrarlos a tu nombre
y, ya que los has hecho sacramento para nosotros,
transfórmalos en remedio para la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Sal 5, 12
Que se alegren todos los que esperan en ti, Señor: gozarán eternamente y habitarás en ellos.

Oración después de la comunión
OH DIOS,
que no cesas de alimentarnos con tus sacramentos,
concédenos que en este banquete al que nos has admitido
nos alcance la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Martirologio – 9 de marzo

ELOGIOS DEL 9 DE MARZO

Santa Francisca, religiosa, que casada aún adolescente, vivió cuarenta años en matrimonio y fue excelente esposa y madre de familia, admirable por su piedad, humildad y paciencia. En tiempos calamitosos distribuyó sus bienes entre los pobres, asistió a los atribulados y, al quedar viuda, se retiró a vivir entre las oblatas que ella había reunido bajo la Regla de san Benito, en Roma. (1440)

2. En Sebaste,en la antigua Armenia, hoy Turquía, pasión de los santos cuarenta soldados de Capadocia, que, en tiempo del emperador Licinio se mostraron compañeros, no por razón de sangre, sino por la fe común y la obediencia a la voluntad del Padre celestial. Tras cárceles y crueles tormentos, como el tener que pernoctar desnudos al aire libre sobre un estanque helado en el más frío invierno, consumaron el martirio con el quebrantamiento de sus piernas. (320)

3. En Barcelona, en la Hispania Tarraconense, san Paciano, obispo, que, al exponer su fe, proclamaba que “cristiano” era su nombre y “católico” su apellido. (390)

4*. En el lugar de Rapolla, en Lucania, en la actual Italia, san Vital de Castronovo, monje. (993)

5. En Moravia oriental, actualmente Alemania, san Bruno, obispo de Querfurt y mártir, el cual, acompañando a Italia al emperador Otón III, movido por la autoridad de san Romualdo abrazó la disciplina monástica, y recibió el nombre de Bonifacio. Vuelto a Moravia y nombrado obispo por el papa Juan X, durante una expedición apostólica fue despedazado, junto con dieciocho compañeros, por unos idólatras. (1009)

6. En Bolonia, en la región de Emilia-Romaña, en Italia, santa Catalina, virgende la Orden de las Clarisas, quien, notable por sus dotes naturales, fue aún más ilustre por sus virtudes místicas, así como por la vida de penitencia y humildad, y se convirtió en guía de vírgenes consagradas. (1463)

7. En Mondonio, lugar del Piamonte, de nuevo en Italia,santo Domingo Savio, que, dulce y jovial desde la infancia, todavía adolescente consumó con resuelto el camino de la perfección cristiana. (1857)

8. En la aldea de Nei-Co-Ri, en Corea, santos Pedro Ch’oe Hyong y Juan Bautista Chon Chang-un, mártires, los cuales, siendo padres de familia, se distinguieron por administrar el bautismo y publicar escritos cristianos, razón por la que fueron entregados al suplicio, en el transcurso del cual se mantuvieron tan constantes en la fe que suscitaron la admiración de sus mismos perseguidores. (1866)