Lectio Divina – Martes V de Cuaresma

YO HAGO SIEMPRE LO QUE A ÉL LE AGRADA

1.- Oración introductoria.

Señor, hoy quiero acercarme a Ti como de puntillas, como se acercaba Moisés a la zarza. Soy hombre frágil, y necesito tu ayuda. Tú eres de arriba y yo de abajo. ¿Por qué no me echas una mano y me levantas? Levanta mi ánimo, pero también mis aspiraciones, mis ganas de superación, mis deseos y anhelos por las cosas de arriba…Tú eres de otro mundo. ¿Por qué no me llevas a él? Al menos lo intentaré en este rato de oración. ¡Ayúdame!

2.- Lectura reposada del evangelio: Juan 8, 21 -30

De nuevo les dijo: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».  Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».  Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.  Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que “Yo soy”, moriréis en vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo desde el principio.  Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado.  El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“Levantar en alto” es una manera simbólica de hablar de la Cruz. Jesús muere en lo alto del Monte Calvario. Y con su muerte “por amor” nos ha levantado a nosotros de nuestras bajezas, nuestras miserias, nuestros pecados. Sí, el pecado es lo más bajo donde podemos caer. Y Jesús no quiere que permanezcamos hundidos en lo más bajo.   Nos quiere elevar al amor más alto, más auténtico, más sublime y, por consecuente, el más sacrificado. “Nadie ama más al amigo que aquel que da la vida por él” (Jn. 14,13). Jesús, entregando su vida por amor nos ha descubierto que lo importante de la vida es el amor. Una vida vivida sin amor es una vida malograda, perdida. Pero Jesús muriendo en la Cruz por amor, nos ha dado la clave para entender el verdadero amor. Hace falta amar mucho a una persona para dar la vida por ella. Más aún, Jesús nos ha demostrado que se puede vivir el amor de tal manera que ya sólo interesa agradar y complacer a la persona que amas. Jesús vivió “para hacer todo lo que al Padre le agrada”.  Y ahí puso la esencia de su auténtica felicidad. ¿Hemos descubierto que nuestra auténtica felicidad consiste precisamente en hacer feliz a la persona que amamos?  ¿Nos imaginamos una vida pendiente sólo de hacer feliz a Dios y a nuestros hermanos? ¡Qué vida tan llena! ¡Qué vida tan bella!

 Palabra del Papa

“Y es siempre Jesús quien tiene que ayudarnos a entender una y otra vez que el poder de Dios es diferente, que el Mesías tiene que entrar en la gloria y llevar a la gloria a través del sufrimiento. Esto aparece bajo la palabra clave “irse”, “ir hacia”. Según Juan, Jesús habló en dos ocasiones de su “irse” donde los judíos no podían ir. Quienes lo escuchaban trataron de adivinar el sentido de esto y avanzaron dos suposiciones. En un caso dijeron: “¿Se irá a los que viven dispersos entre los griegos para enseñar a los griegos?”. En otro, comentaron: “¿Será que va a suicidarse?” En ambas suposiciones se barrunta algo verdadero y, sin embargo, fallan radicalmente en la verdad fundamental. Sí, su irse es un ir a la muerte, pero no en el sentido de darse muerte a sí mismo, sino de transformar su muerte violenta en la libre entrega de su propia vida» (Cf Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 30).

4.- Qué me dice este texto. (Guardo silencio).

5.-Propósito. Procuraré actualizar la postura de Jesús: Hacer todo en este día para agradar a Dios y a mis hermanos.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Gracias, Señor, por todo lo que acabo de aprender de ti sobre el amor. Es lo contrario del egoísmo, del buscarme a mí mismo, de pensar en lo que a mí me gusta, lo que a mí me agrada. Haz que yo aprenda a amar como Tú nos has amado: no con palabras sino con obras; no dando rodeos al hombre sino dando por él la vida; no esperando que el otro venga, sino saliendo yo a buscarlo.

ORACIÓN POR LA PAZ.

«Señor Jesús, Príncipe de la Paz, mira a tus hijos que elevan su grito hacia ti: Ayúdanos a construir la paz. Consuela, oh Dios misericordioso, los corazones afligidos de tantos hijos tuyos, seca las lágrimas de los que están en la prueba, haz que la dulce caricia de tu Madre María caliente los rostros tristes de tantos niños que están lejos del abrazo de sus seres queridos. Tú que eres el Creador del mundo, salva a esta tierra de la destrucción de la muerte generalizada, haz que callen las armas y que resuene la dulce brisa de la paz. Señor Dios de la esperanza, ten piedad de esta humanidad sorda y ayúdala a encontrar el valor de perdonar».

(Parolín, Secretario del Estado Vaticano)

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Comentario – Martes V de Cuaresma

Jn 8, 21-30

Conocer a “Dios”: Jesús nos lo revela.

Vosotros, sois «de abajo»… Yo soy «de arriba» Vosotros sois de este mundo… Yo, no soy de este mundo…

Este mundo, del cual el hombre ha torcido el rodaje por su pecado. De hecho el mundo es bueno, es Dios quien lo ha creado, y «vio Dios ser todo muy bueno». Pero vino a ser un mundo malo cuando perdió su referencia a Dios.

Tú, Señor, no eres de este mundo. Tú no tienes pecado.

Contemplo tu persona: eres el santo, el hombre perfecto, el que se asemeja exactamente a lo que Dios ha querido crear.

Si no creéis que Yo soy «el que es», moriréis en vuestros pecados.

«El que es» Es el nombre que Dios se ha dado en la zarza ardiente del Sinaí (Ex 3, l4) Es la palabra hebrea que designa a Dios: «Yahveh» = el que es.

Ningún auditor de Jesús podía hacerse ilusiones. Jesús se atrevía a aplicar a sí mismo esta palabra inefable que los judíos de su tiempo no se atrevían siquiera a pronunciar, ¡de tal manera les parecía imposible de nombrar! «El que existe». Tal es el nombre que Dios se ha dado.

Los contemporáneos de Jesús piensan en su muerte. «¿es que se va a matar?», acaban de decir. Y Jesús, muy sencillamente, les contesta: «Yo soy el que existe», el que dura más allá de todos los avatares del tiempo, soy el Eterno. Soy la vida-sin-muerte. ¡Prerrogativa divina!

Le preguntaron: «Tú, ¿quién eres?» Jesús respondió: «Desde el principio, Yo soy» lo que os digo».

Tal es el misterio profundo de su persona.

«Desde el principio…» Fórmula solemne, con ella empieza el primer libro de la Biblia: «en el principio, creó Dios el cielo y la tierra». Y es también la fórmula que Juan escogió para el principio de su evangelio: «En el principio era el Verbo». Fórmula que trata de acercarnos al misterio de eternidad que es el de Dios: «El es, era, será…» Aquél cuya existencia no depende de nadie… ni de nada… Aquél que no ha «nacido» y que no «muere».

Lo que le oigo a El -ellos no comprendieron que les hablaba del Padre- es de lo que Yo hablo al mundo… Yo no hago nada de mí mismo, sino que hablo según me enseñó el Padre.

Revelación de las relaciones entre el Padre y el Hijo.

Jesús está enteramente «vuelto hacia otro», «dependiendo vitalmente de su Padre», «recibiendo todo de El». Es Hijo de Dios.

No centrado en sí mismo, sino centrado en Otro.

Es lo propio del amor.

Dios es Amor.

Es lo propio de la «filiación»: recibir la vida de otro.

Y el que me envió está «conmigo». No me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que es de su agrado.

Repetir y meditar largamente estas palabras… tan simples, y tan evocadoras.

Por Jesús, y en El me es ofrecida esta misma intimidad con Dios. ¿Me siento solo, quizá?

Ayúdame, Señor, a vivir «contigo».

«Hacer siempre lo que es de su agrado»: he aquí una de las más perfectas expresiones del amor. Jesús es «amor del Padre».

Y por esto es también «amor nuestro». Amaos los unos a los otros como yo os he amado.

Noel Quesson
Evangelios 1

Oración de los fieles – Domingo de Ramos

El momento se acerca. La confusión se va a apoderar de nuestra alma. Oremos con Jesús diciendo:

PADRE, AYÚDANOS EN LA TRIBULACIÓN

1. – Por el Papa Francisco, obispos, sacerdotes y la Iglesia en general, para que el Padre les inspire fuerza y coraje ante las adversidades de este mundo. OREMOS

2. – Por los que dirigen las naciones para que encuentren caminos de paz y diálogo y rehuyan las indicaciones del Maligno. OREMOS

3. – Por los que se encuentran ante situaciones de dolor y muerte, para que en la meditación de la Pasión del Señor encuentren sentido a su sufrimiento. OREMOS

4. – Por las familias cristianas para que vean en la cruz del Señor el camino para una feliz convivencia. OREMOS

5. – Por la tierra que acogió estos misterios y que hoy esta sometida al odio y la guerra, para que Dios les devuelva pronto la paz que vino a traernos. OREMOS

6. – Por aquellos que vivieron con nosotros la Semana Santa otros años y han sido llamados por el Padre, para que disfruten de su eterna presencia. OREMOS

7. – Por los que hemos seguido los pasos de Jesús en esta cuaresma, para que seamos capaces de morir con él para resucitar con él. OREMOS

Señor, tu pueblo se dispone a celebrar los misterios de tu Pasión y Resurrección hazte presente en sus debilidades y acompáñalos a la casa del Padre. Por Jesucristo Nuestro Señor

Amen.


Cristo intercede por todos los hombres. Es el mediador entre el Cielo y la tierra y reconcilia a todos con Dios. Por eso nos acercamos a Él cargados de necesidades.

QUE TU CRUZ NOS CONFORTE, SEÑOR.

1.- Por la Iglesia, para que viva siempre con la mirada puesta en Cristo, y que en su cruz aprenda a ser donación para todos los hombres. OREMOS

2.- Para que la sangre derramada por Jesús reconcilie a todos los pueblos que andan en discordias, haciendo de todos los hombres una hermandad. OREMOS

3.- Para que Cristo que es nuestra paz, destruya el muro de tantas separaciones entre esposos, tantas enemistades entre la familia, tanta discordia entre las diversas religiones, y conceda a todos la paz que tanto ansiamos. OREMOS

4.- Para que los pobres, los desesperanzados, los que sufren, y todos los que participan, con sus sufrimientos de la cruz de Cristo, encuentren fuerza en la pasión del Señor. OREMOS

5.- Por los aquí reunidos: para que nuestro arrepentimiento y nuestro acercamiento a Dios durante esta cuaresma, sean camino de gracia y redención. OREMOS

Señor, tú que te apiadaste de la humanidad hasta dar la vida por nosotros, acude en nuestra ayuda y concédenos lo que te pedimos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Comentario al evangelio – Martes V de Cuaresma

A Jesús lo acusaron de muchas cosas: de comilón, de borracho, de amigo de publicanos y prostitutas, quizá de eunuco, de transgresor de la ley. Hoy aparece un “título” nuevo, muy desconcertante: se sospecha que tiene inclinaciones al suicidio. Los comentarios no dejan lugar a dudas: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice “donde yo voy no podéis venir vosotros”? Esta acusación, como todas las anteriores, no refleja la verdad de Jesús, pero insinúa uno de sus flancos. Jesús no es un suicida, en el sentido que esta palabra tiene ordinariamente, pero sí es alguien que entrega su vida para manifestar el amor del Padre al mundo.

Este mensaje no se entiende. Choca con la manera humana de conducirnos. Por eso Jesús experimenta una frustración: ¿Para qué seguir hablándoos? Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros, pero el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.

¿Cuándo comprenderemos lo que Jesús significa para nosotros? ¿Cuándo creeremos en el sentido de su entrega hasta la muerte? Para la teología que subyace al cuarto evangelio no hay ninguna duda: Cuando levantéis al Hijo del Hombre sabréis que yo soy. Este levantamiento se refiere a la cruz, pero a una cruz que es, al mismo tiempo, el trono de la manifestación plena del misterio de Cristo (sabréis que Yo Soy), una cruz, por tanto, que es también fuente de salud. Por eso, la liturgia de este día pone en relación el texto del evangelio de Juan con el del libro de los Números, que parece estar en el trasfondo: Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte; cuando una serpiente mordía a uno, miraba la serpiente de bronce y quedaba curado.

Por tanto, Jesús no es un depresivo abocado al suicidio sino el Hijo que se entrega, que deja que lo cuelguen para manifestar un amor total.

Ciudad Redonda

Meditación – Martes V de Cuaresma

Hoy es martes V de Cuaresma.

La lectura de hoy es del evangelio de san Juan (Jn 8, 21-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros». Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?». Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

En este día martes, la liturgia de la iglesia nos presenta dentro del gran capítulo 8 que es dela mujer adúltera, hace una advertencia a los incrédulos. Y entonces, también a nosotros, a todos, nos dice con otras palabras que el pecado es una realidad con la que nos enfrentamos día a día. Que el pecado, es decir la incredulidad pudiendo tener fe no tenerla, es lo único que nos puede separar del amor de Cristo. Porque con el pecado se corta la vidade Dios en nosotros. Recordemos que el pecado fundamentalmente es dos cosas: separarnos de Dios y abrazar lo que no es Dios, abrazar lo creado. Por eso el pecado es unaidolatría, le doy a lo que no es Dios el lugar de Dios. A la luz de estos días, ya los últimos de la cuaresma (….), que importante que seamos conscientes que estamos llamados a la conversión. Y la conversión sobre todo es la conversión como creyentes, hacer de la fe, como sugiere Jesús en el evangelio de hoy, una actitud hacia el Padre. Que toda nuestra vida sea como la de una atmósfera de fe que nos haga ver las cosas del punto de vista de Dios. Que importante, sobre todo para los jóvenes, que lo que nos hace distintos en la vida es ver las cosas desde el punto de vista de Dios. La fe no es algo que yo tengo, sino algo que yo vivo. Obviamente que Jesús la coloca como condición para hacer milagros. Por eso en estos días le pidamos a Dios «auméntanos la fe» y que esa conversión, ese cambio de vida que hemos trabajado en esta cuaresma, nos ayude a nosotros a realizar una buena recomendación sacramental para volvernos a Dios y unirnos para servir, para estar nuevamente de car a a nuestros hermanos. Por eso en nuestra vida cristiana el sacramento de la penitencia o de la reconciliación, no hay que mirarlo como un mundo aparte sino como algo integrante que nos da vida. Por eso Jesús hoy dice «ustedes moriránen sus pecados, pero sino creen que yo Soy morirán en sus pecados». Qué bueno que escuchemos a Jesús responder a cada uno de nosotros que Él el que es para nosotros y que por lo tanto estamos llamados a buscarlo y si bien nos dice «a donde yo voy ustedes no pueden ir», porque se refiere a la cruz, también poder acompañarlo en estos días previos a la Semana Santa, en este camino de la cruz. Queridos jóvenes, que podamos encontrarnos con Jesús y entender que creer en Jesús se hace desde la práctica de un corazón reconciliado.

Monseñor Fernando Maletti

Liturgia – Martes V de Cuaresma

MARTES DE LA V SEMANA DE CUARESMA, feria

Misa de la feria (morado)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Cuaresma.

Leccionario: Vol. II

            La Cuaresma: Mirar al Crucificado es vivir.

  • Num 21, 4-9. Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce.
  • Sal 101. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.
  • Jn 8, 21-30. Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy».

Antífona de entrada          Sal 26, 14
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

Monición de entrada y acto penitencial
Es una verdad incontestable que solamente la fe salva. En la historia de los israelitas, ellos mostraron cuánto creían en esta verdad. Mientras iban caminando y vagando por el desierto, ser rebelaron contra Dios. El mismo Dios los castigó enviándoles serpientes venenosas. Finalmente se arrepintieron y pidieron a Dios que los liberara. Nosotros también tenemos que mirar la cruz de Cristo con ojos de fe, para llegar a ser personas libres e hijos e hijas de Dios. Y nosotros, la Iglesia, tenemos que convertirnos en verdaderos signos de salvación alzados sobre las naciones.

  • Señor, ten misericordia de nosotros.
    — Porque hemos pecado contra Ti.
  • Muéstranos, Señor, tu misericordia.
    — Y danos tu salvación.

Oración colecta
CONCÉDENOS, Señor,
perseverar en el fiel cumplimiento
de tu voluntad,
para que, en nuestros días,
crezca en santidad y en número
el pueblo dedicado a tu servicio.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
A Dios Padre, por Jesucristo, levantado en la cruz, dirigimos llenos de confianza nuestras súplicas.

1.- Para que Dios haga de la Iglesia, que ha brotado del costado de Cristo muerto en la cruz, instrumentos de sanación para todos los hombres. Roguemos al Señor.

2.- Para que consuele a los que sufren y suscite en todos los cristianos una efectiva caridad y entrega al prójimo necesitado. Roguemos al Señor.

3.- Para que conforte a los abatidos con la fuerza del misterio de la cruz. Roguemos al Señor.

4.- Para que perdone a los que nos reconocemos pecadores y nos de un espíritu de sincera conversión. Roguemos al Señor.

Señor Dios, escucha nuestra oración, y llegue hasta ti los gritos de los que confiamos en tu poder y misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
TE ofrecemos, Señor,
el sacrificio de reconciliación,
para que, compasivo, perdones nuestros delitos
y guíes tú mismo nuestros corazones vacilantes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor.

Antífona de comunión          Cf. Jn 12, 32
Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.

Oración después de la comunión
CONCÉDENOS, Dios todopoderoso,
que, participando asiduamente en tus sacramentos,
merezcamos alcanzar los dones del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
OH, Dios, que prefieres compadecerte
de quienes confían en ti antes que enojarte,
concede a tus fieles
llorar justamente los pecados cometidos
y merecer así la gracia de tu consuelo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.