Comentario al evangelio – Sábado III de Pascua

¿A dónde iremos?

El discurso del Pan de Vida tiene un final en parte amargo: el rechazo por parte de muchos discípulos del lenguaje duro de Jesús, más que un malentendido (por una pretendida antropofagia), que suscita el abandono del seguimiento, debe entenderse como un rechazo de lo que la Eucaristía significa realmente: el mesianismo de cruz que lleva a Jesús (e invita a sus discípulos) a entregar totalmente la propia vida.

Esta amargura, esta sensación de soledad queda atemperada en parte por la fidelidad de los Doce. Es, podríamos decir, y así suena en las palabras de Pedro, una fidelidad triste (“¿a dónde vamos a ir?”, como diciendo, “no nos queda otra”), pero también es una fidelidad decidida: “tú tienes palabras de vida eterna, y sabemos (por experiencia propia) y creemos (nos fiamos) que tú eres el Santo de Dios”. A veces ser fiel es duro, conlleva cierta soledad y tristeza. Tomarse en serio el camino cristiano lleva siempre a esas fidelidades difíciles, a caminar contra corriente, incluso en ambientes “oficialmente” cristianos. Basta pensar en tantos santos, que sufrieron incomprensión y rechazo, aunque el entorno social fuera cristiano. Tanto más ha de ser así cuando el entorno es hostil.

Pero el ambiente adverso no debe hacernos perder la paz interna, personal y comunitaria, dentro de nosotros mismos y dentro de la Iglesia. Sólo desde esa paz que da Cristo presente entre nosotros es posible construir la comunidad creyente, y desde esa misma paz dedicarnos a hacer el bien, a consolar, sanar, dar vida allí donde parece reinar la muerte, dar la vida nueva de la resurrección como, con tanta elocuencia, nos lo narra el texto de los Hechos de los Apóstoles.

José M. Vegas cmf

Meditación – Sábado III de Pascua

Hoy es sábado III de Pascua.

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 6, 60-69):

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho quenadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó «Señor, ¿a quién vamos aacudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios». 

El evangelio de hoy trae la parte final del discurso del Pan de Vida. Nos muestra las exigencias de la fe y la necesidad de un compromiso firme con Jesús y con su propuesta. “Este lenguaje es duro. ¿Quién puede escucharlo?” con esta expresión se refleja cómo diversos discípulos se volvieron atrás y ya no estaban dispuestos a recorrer el camino de Jesús. Hoy a nosotros nos puede pasar lo mismo. Estamos en unos momentos en que la vidacristiana debe ser vivida de verdad y a contracorriente, proclamando unos valores que el mundo entiende como contravalores y podemos ceder a la tentación de cobijar en nuestro corazón este pensamiento: esto es muy duro, ¿quién puede cargar con esto? Mejor dejarlo. La decisión de quedarse o marcharse dependerá de que hayamos experimentado fuertemente en nosotros la fuerza de su mensaje: “pan de vida” y sus “palabras de vida eterna”. Me pongo en el lugar de Pedro ante Jesús. Qué respuesta doy a Jesús que me pregunta: “¿También tú quieres irte?”.

P. David Pintos

Liturgia – Sábado III de Pascua

SÁBADO III DE PASCUA

Misa del sábado (blanco)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Pascual.

Leccionario: Vol. II

  • Hch 9, 31-42. Se iba construyendo la Iglesia, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.
  • Sal 115.¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
  • Jn 6, 60-69.¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.

Antífona de entrada           Col 2, 12
Por el bautismo, fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitados con él por la fe en la fuerza de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

Monición de entrada y acto penitencial
Tan pronto como hubo paz, la Iglesia del Señor Resucitado siguió creciendo en la Tierra Santa. Bajo la guía del Espíritu Santo, Pedro continúa la misión de Jesús: habla, cura, devuelve la vida.

En la lectura del evangelio, muchos discípulos están decepcionados con Jesús. Habían esperado otro tipo de Mesías, uno que dirigiera a sus discípulos, no uno que les sirviera y que les diera su carne para comer. ¿Cómo podría hacerlo, de todos modos?  Mucha gente, incluido un buen número de discípulos, volvieron la espalda a Jesús y le abandonaron. Los que permanecían quizás no estaban demasiado seguros sobre qué pensar y qué hacer. Así pues, Jesús confronta a los apóstoles y les pregunta: “¿Y ustedes, qué?” Pedro responde: “Señor, ¿a quién iremos?” — Sí, ¿a quién iremos, nosotros también?

• Tú, que tienes palabras de vida eterna. Señor, ten piedad.
• Tú, que eres el Santo de Dios. Cristo, ten piedad.
• Tú, que nos das la salud. Señor, ten piedad.

Oración colecta
OH, Dios, que has renovado en la fuente bautismal
a los que creen en ti,
guarda a los renacidos en Cristo,
para que, vencida toda clase de engaños,
conserven fielmente tu gracia santificadora.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Por Jesucristo hemos renacido a una vida nueva. Por eso nos atrevemos a presentar al Padre nuestras oraciones.

1.- Por la Iglesia, para que goce de paz en todo el mundo y por la fuerza del Espíritu se multipliquen sus hijos. Roguemos al Señor.

2.- Por los enfermos y por todos los que sufren, para que tengan fe en la acción sanadora de Jesús y en la caridad de los hermanos. Roguemos al Señor.

3.- Por los que dudan y vacilan en su fe, para que experimenten que Jesús, el Señor, tiene realmente palabras de vida eterna. Roguemos al Señor.

4.- Por nosotros, para que mantengamos firme la fe en Cristo que da plenitud a nuestras vidas. Roguemos al Señor.

Acoge benigno, Padre santo, nuestras súplicas y haz que seamos discípulos fieles de tu Hijo, a pesar de todas las dificultades. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, en tu bondad
las ofrendas de tu familia,
para que, bajo tu protección,
no pierda los dones ya recibidos
y alcance los eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio Pascual

Antífona de comunión          Cf. Jn 17, 20-21
Padre, por ellos ruego, para que todos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.

Oración después de la comunión
GUARDA, Señor, con tu amor constante
a los que has salvado,
para que los redimidos por la pasión de tu Hijo
se alegren con su resurrección.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre el pueblo
CONCEDE, Señor,

tu amor al pueblo que te suplica,
para que obtenga la salvación por tu gracia continua,
quien por ti fue creado
y por ti fue redimido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.