Lectio Divina – Martes V de Pascua

«Si me amarais, os alegraríais de que yo me fuera al Padre»

1.- Oración introductoria.    

Señor, soy un buscador empedernido. Te busco a Ti con todo mi corazón, con toda mi alma y con todo mi ser. Te busco y te ansío; te busco y te deseo; te busco y, aunque a veces no te encuentro, sólo en seguir buscándote, encuentro paz y satisfacción. Dame el gusto de encontrarte, o al menos, sigue aumentando en mí el anhelo de seguir buscándote.

2.- Lectura reposada del evangelio. Juan 14, 27-31

Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: «Me voy y volveré a vosotros.» Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

En pocas épocas de la historia, la paz ha sido tan necesaria como ahora, porque nunca la violencia ha sido tan salvaje y devastadora. No pedimos cualquier tipo de paz sino la que nos da Jesús, Y para un judío la palabra hebrea shalom significaba el resumen y cúmulo de todos los bienes mesiánicos. La paz de Jesús la ha bebido en las mismas entrañas de su Padre. Esa es la paz que crea comunión y hace felices a todos los que la poseen. Si los cristianos, especialmente en la Eucaristía, nos damos esa paz de Jesús, ¿Cómo es posible que después de comulgar tengamos esa agresividad, esa violencia, esa poca paciencia, esas palabras tan duras e hirientes? San Pablo nos diría: “Eso no es recibir el Cuerpo del Señor”. “Unas celebraciones así os hacen más mal que bien” (1Cor. 13,17). Por otra parte, qué consoladoras las palabras de Jesús: “Si me amaráis os alegraríais de que me fuera”. Sólo cuando estemos convencidos del amor que el Padre nos tiene, podremos ver la muerte como algo bueno, como lo mejor para nosotros. Y la mejor manera de vivir en paz y, sobre todo, de esperar también en paz “esa hora de la muerte” es tener experiencias del cariño que Dios, nuestro Padre, nos tiene.

Palabra del Papa.

“En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren.?Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.?Y paz a los hombres.? La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura «fachada», que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso artesanal, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo […] Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz también creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz al mundo entero. Y también a los no creyentes les invito a desear la paz, con un deseo que amplía el corazón, con la oración o el deseo, pero todos por la paz”. (S.S. Francisco, bendición Urbi et orbe, 25 de diciembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra de Dios que acabo de meditar. (Guardo silencio)

5.- Propósito. Hoy hacemos nuestro el deseo del Papa de pedir todos juntos por la paz del mundo.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración.

Al terminar esta oración, siento la sensación de estar lejos muy lejos de lo que significa creer en la palabra de Jesús. Por eso, Señor, te pido que me acerques a Ti, que tome el aire de tu Espíritu y viva en esa atmosfera maravillosa en la que te movías Tú. Dame tu Espíritu, tu soplo, tu aliento. Así podré experimentar la ternura de Dios, mi Padre. Así también podré quitar de mi corazón toda raíz de violencia y agresividad y disfrutar de esa paz paradisíaca.

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO POR UCRANIA

Tú que nos enseñaste que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno, ten piedad de nosotros, aleja la guerra y demás violencias malignas y permítenos llegar a soluciones aceptables y duraderas a esta crisis, basadas no en las armas, sino en un diálogo profundo.

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Comentario – Martes V de Pascua

Jn 14, 27-31

Os dejo la paz. Os doy mi paz.

Estamos en jueves santo, víspera de su muerte.

Jesús habla de «su» paz, quiere darla a sus amigos, que están angustiados, perturbados por el anuncio de la traición de Judas y de la negación de Pedro que acaban de serles dadas a conocer.

«Yo os doy mi paz.» La tuya, Señor, la que tenías en tu propio corazón. Tú eras un nombre apacible, un hombre de paz.

Trato de imaginarme esta paz que irradiaba de tu rostro, de tu conducta, y de tus modos de hablar. ¿En qué tono de voz decías Tú esto?: «Yo os doy mi paz».

Señor Jesús, danos tu Paz… dala también al mundo.

No como el mundo la da os la doy Yo.

No es pues una paz semejante a la que procede de los hombres. El evangelio no aporta un método concreto para realizar la paz de los hombres, no es una receta.

Es una paz que viene de más lejos.

No se turbe vuestro corazón ni se intimide.

El clima reinante es de turbación y miedo. Un complot se está tramando.

Pero en todo tiempo esto es verdad: el creyente, privado de la presencia visible de su Señor, tiene siempre el riesgo de estar «turbado».

Habéis oído que os dije: Me voy y vengo a vosotros. Si me amarais os alegraríais, pues voy al Padre, porque el Padre es mayor que Yo.

Jesús trata de animar, a sus amigos. Son palabras de consuelo para reconfortarles.

‘Yo me Voy…» «Y vengo…»

Palabras misteriosas que anuncian directamente la muerte y luego la resurrección. Pero las podemos también referir a esa misteriosa «ausencia-presencia» de Jesús a través de los tiempos.
Y además sobre todo, esta convicción de Jesús de que su muerte es una subida hacia el Padre… de la cual los apóstoles debían «regocijarse».

¿Sé alegrarme de que Jesús esté «junto al Padre»?

Os lo he dicho ahora antes que suceda para que cuando suceda creáis.

Delicadeza. Amistad. Jesús simpatiza, sufre con sus amigos: ¡Cómo quisiera ayudarles!

Ya no hablaré mucho más con vosotros; porque viene el «príncipe de este mundo», y nada en mí le pertenece.

La paz de Jesús, es «una paz conquistada con eran esfuerzo. No es una paz bonachona, de tranquilidad, de falta de lucha… ¡El experimenta tener a alguien contra El! Un enfrentamiento se prepara con el ‘Príncipe de este mundo». Pronto veremos —el próximo sábado— que Jesús anuncia a sus amigos este mismo enfrenamiento entre ellos y Satán: «Me han perseguido, se os perseguirá.»

La paz era uno de los beneficios mesiánicos anunciados: Isaías, 9, 15, Ezequiel, 34-25; Miqueas 5, 4; Zacarías 9, 10; Salmo 29, 11. Evidentemente, esta paz de Dios no tiene ningún parecido con la paz del mundo. Hay que buscarla en el fondo de sí mismo, en pleno ambiente de tempestades y combates.

Pero conviene que el mundo conozca que Yo amo al Padre y que según el mandato que me dio el Padre, así hago yo.

Esta es la fuente interior de la paz de Jesús.

Noel Quesson
Evangelios 1

Música – Domingo VI de Pascua

Entrada: Cristo resucitó, Aleluya A-13(Apéndice); Canta con júbilo CLN. 219; Invoco al Dios Altísimo CLN 713; Reunidos en el nombre del Señor CLN A 9
En Latin. Introito: Introito: Vocem  iucunditatis
Aspersión del agua: Vida Aquam. CLN .  A82  Canto Gregoriano
Misa de pascua: Lux et origo.
Salmo y Aleluya: Oh Dios que te alaben los pueblos que …
Ofertorio: O filii et filiae. CLN. 232   O Música  instrumental…
Santo: CLN. I 12
Comunión:   Aleluya Psallite. (Canto Gregoriano)   El viñador CLN 411; Tu eres nuestra Pascua: CLN 011; Te conocimos al partir el pan CLN 025
Final: Regina coeli. CLN. 303; Reina del cielo CLN  324.
N. B. Cantos para la misa con  Niños de primera Comunión.

Oración de los fieles – Domingo VI de Pascua

Jesús nos dijo: “el que me ama guardará mis preceptos y el Padre y yo haremos morada en él”: Con esa confianza y seguridad presentamos nuestras plegarias al Padre diciendo:

VEN Y ACOMPÁÑANOS SIEMPRE SEÑOR.

1.- Por la Iglesia imagen de la Jerusalén celeste, para que se vea iluminada constantemente por la Gloria de Dios. OREMOS

2.- Por el Papa Francisco y por la importancia de su misión. OREMOS.

3.- Por los que rigen y gobiernan las naciones para que a imagen de Dios lo hagan con justicia y rectitud. OREMOS

4- Por los misioneros, los mensajeros, los profesionales de la comunicación, para que sean fieles transmisores de la verdad y desechen cualquier tentación de confundir. OREMOS

5.- Por los padres de familia y los educadores para sean justos y rectos en todos sus actos y sea el amor la guía para la educación de los niños y jóvenes. OREMOS

6.- Por los médicos, enfermeras e demás personal sanitario para que su trabajo por los demás lleve el sello de Dios que da el ciento por uno. OREMOS

7.- Por los pueblos de misión para que descubran la Verdad y la Justicia que revela la Palabra de Dios. OREMOS

8.- Para que la Paz que nos dejó Jesucristo se extienda por todos los lugares de la tierra. OREMOS

9.- Por todos nosotros presentes en la Eucaristía, para el amor y paz del Señor Jesús ilumine todos los momentos de nuestra vida. OREMOS

Danos, Señor, lo que tu pueblo pide confiado en el gran Amor que nos tienes. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén


Ponemos en manos del Señor las necesidades de todos los hombres y mujeres, sobre todo las de aquellos que tienen más apremio de solución.

TODO LO ESPERAMOS DE TI, SEÑOR.

1. – Pedimos al Señor, por toda la comunidad de creyentes; para que sea capaz de amarse desde la gratuidad, el servicio y la entrega. OREMOS

2. – Por el Papa Francisco, para que el Señor le siga dando la fuerza y el amor que nos demuestra en cada momento. OREMOS

3. – Suplicamos al Señor por todos los gobiernos de las naciones; para que no se cansen de esforzarse por la dignidad, la armonía y la paz de todos los que han puesto en ellos su confianza. Y que luchen ardorosamente contra la injusticia y el terrorismo. OREMOS

4. – Por los enfermos que sufren en su cuerpo y en su alma el dolor de tantas heridas abiertas; para que el Señor los proteja y encuentren esas personas amables y responsables que alivien y suavicen su enfermedad. OREMOS

5. – Por las familias, instaladas en la comodidad, el egoísmo y la apatía; para que llegue a ellas esa paz que da el Señor y que nace del diálogo, del esfuerzo, del servicio, del perdón y de la entrega. OREMOS

6. – Por todos los que estamos aquí celebrando esta eucaristía; para que seamos constructores de paz en el sitio donde Dios nos ha puesto, pidiéndole fuerza y valentía para ser portadores de su bondad y su amor. OREMOS

Señor, acepta nuestras súplicas y ayúdanos a hacer que nuestras acciones sean agradables a tus ojos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Comentario al evangelio – Martes V de Pascua

De “dioses con figura humana” a “apedreados”. Continúa la persecución de los apóstoles. Como antes del encumbramiento. Pero, fijaos bien, la valoración de la misión es positiva. Al volver a Antioquía y “evaluar” con la comunidad lo que habían hecho, se fijan no en los inconvenientes, sino en el logro de la puerta de la fe abierta a los gentiles.

Con frecuencia, nuestras evaluaciones actuales, sofisticadas y bien elaboradas, se fijan más en los inconvenientes, en las dificultades, para ser conscientes, para buscar soluciones… Y, so capa de humildad, no dan mucha importancia a los logros. Que también los hay. Y sí, somos conscientes de las dificultades, pero no parece que sepamos encontrar soluciones satisfactorias en la misión que cada uno tiene encomendada.

¿No nos tendría más cuenta fijarnos en lo conseguido, en los éxitos, por pequeños que nos parezcan, en la bondad y el triunfo de una misión que es del Señor y que, por tanto, él cuida, guía y hace fructificar a su manera?

Confiemos en quien nos da y deja su paz, no como la da el mundo. Confiemos en quien nos invita a la valentía y a la firmeza, estando a nuestro lado para que no tiemble nuestro corazón. Confiemos en quien ama al Padre y se sabe amado por el Padre, en una comunión que orienta y da la victoria a nuestra misión. Digamos no al temor, venga de donde venga; digamos sí a la paz de Jesús.

Padre Bueno y Misericordioso,
que sin méritos nuestros nos envías,
como enviaste a tu Hijo Jesús.
Danos tu Espíritu de Paz,
tu Espíritu de Amor,
tu Espíritu de Fortaleza,
para que seamos
astutos, confiados y fieles
colaboradores de tu misión.

Ciudad Redonda

Meditación – Martes V de Pascua

Hoy es martes V de Pscua.

La lectura de hoy es del evangelio de Juan (Jn 14, 27-31a):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Mevoy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».

Seguimos viendo al Señor y a sus discípulos en este contexto de intimidad que genera la última cena, este contexto de despedida, de anuncio, de amar hasta el extremo, y hoy Jesús quiere recordarnos que seguirlo a Él tiene complicaciones pero que Dios sigue estando, para que podamos seguir adelante. Meditemos entonces algunas ideas, para poder hacerlas carnea nuestra vida, para llevarlas a nuestro andar cotidiano y para nuestra oración de hoy.

EN PRIMER LUGAR: LA PAZ TE LA DA DIOS

Vos recordá que la paz no es una sensación bonita nada más, no es un “estar bien”, no es ausencia de problemas, sino que es un regalo que Dios te hace. La paz no es ausencia de problemas sino saber que aún en medio de ellos; Jesús te sostiene, te acompaña, está con vos y por eso, el Señor dice “les dejo la paz, les doy mi paz”, pero no como la da el mundo. Cuando Dios llega a tu corazón y llena ese corazón con su paz, es una paz que no se va, es una paz que no depende de lo exterior, sino de tu relación con Él. “No se inquieten”,” No teman” dice el Señor y es decir, “estar con Jesús” , te ayuda a seguir, estar con Él, te mantiene de pie. La paz que te viene a traer el Señor, quita toda angustia, quita todo miedo y quizá sea importante para vos escuchar esto para tu vida, podes descubrir que esa es la verdadera paz. Vos fijate que a veces estamos tan angustiados, tan preocupados, y a veces con razón, pero son signos de la lucha interna que tenemos que también nos hace ver todo a lo mejor, oscuro o dificultoso, bueno de ahí es donde llega ese miedo, que nos quita la paz, que muchas veces nos desespera, que nos quita la paciencia. Por eso, es bueno poder preguntarnos cada tanto, como viene la paz en nuestras vidas, como viene ese termómetro espiritual en nuestro corazón. La paz que hoy tenemos es reflejo de nuestra relación con Jesús. Él no te pide demasiado, te pide que no te inquietes, que confíes en Él. La paz que el Señor te viene a traer no te quita los problemas, pero te sostiene durante la prueba, durante la dificultad, Dios sigue estando y ojalá que Él te regale esa Paz. Solamente estar con Él, solamente escucharlo, solamente buscarlo a Él, ¿para qué? Para que vos también puedas serportador de paz para tus hermanos, y ¿si aún te cuesta? Bueno, acércate más a Jesús. Ponelotodo en manos de Dios y vas a ver como el Señor se encarga de tus problemas, te sostiene, teacompaña y está con vos.

EN SEGUNDO LUGAR: CERCANÍA CON DIOS

Fijate que el Señor le habla a cada uno de sus discípulos y a nosotros también “ les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla ustedes crean.” Esto no significa que uno tiene que estar esperando el impacto, esto significa que tiene que haber una familiaridad entre el Señor y vos. El confía en vos, te anuncia cosas, vive con vos, comparte su vida y muchas veces te prepara para los momentos difíciles. Tener familiaridad con Dios te ayuda a vivir en una sinceridad con Él. Él no te la dibuja, te va a costar, pero tu verdadera amistad pasa por recordar que Él estuvo, que Él está y que va a seguir estando en el trato que vos tenes con Él, en vivir con Él, en confiar en Él. Por eso, pregúntate en estos días ¿estas confiando en Dios? ¿Lo estas reconociendo en lo que te va pasando, en lo que te toca vivir? ¿Estas compartiendo tus alegrías y tus tristezas con Él? Confía en Dios y tené cercanía con Él.

POR ÚLTIMO: DIALOGA CON DIOS

La oración está en el centro del esfuerzo por buscar la paz, pero ojo con pensar que la paz es solo un esfuerzo tuyo, es un regalo de Dios. Y orar por la paz en tu día, en tu corazón y en el de los demás, quiere decir abrir ese corazón para poder ser renovado por Dios, saber que Él hace nueva todas las cosas. Que Dios siempre tiene la última palabra, y que lo mejor es su voluntad. Pregúntate como viene tu vida de oración. En los momentos de alegría y en los momentos de tristeza. Cuando cuesta, ¿te alejas de Él o te acercas? Cuando estás muy bien, ¿te alejas de Él o te acercas? ¿Estas teniendo oración de caridad? Bueno ora, no hasta que Dios te escuche, porque Él siempre lo hace, sino hasta que vos lo escuches a Él. ¿Que estas queriendo decirte Dios hoy en tu corazón? Pregúntale que voluntad tiene para vos, que te estapidiendo, que te esta recomendando, que te está susurrando. Confía en Dios y seguilo, porqueÉl, te da vida y vida en abundancia. Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén

P. Matías Burgui

Liturgia – Martes V de Pascua

MARTES DE LA V SEMANA DE PASCUA, feria

Misa de la feria (blanco)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Pascual

Leccionario: Vol. II

  • Hch 14, 19-28. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.
  • Sal 144. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.
  • Jn 14, 27-31a.Mi paz os doy.

Antífona de entrada          Cf. Ap 19, 5; 12, 10
Alabad a nuestro Dios todos los que lo teméis, pequeños y grandes, porque ha establecido la salvación y el poder y la potestad de su Cristo. Aleluya.

Monición de entrada y acto penitencial
Para llevar a cabo su misión de anunciar el Evangelio, Pablo -y lo mismo Bernabé- es perseguido, apedreado, echado de un lugar a otro. Pero él no se rinde; sigue fundando comunidades cristianas y dándoles una estructura básica de liderazgo, de forma que puedan funcionar por sí mismas. Tiene incluso el coraje y la fortaleza para animar y “poner un corazón nuevo en los discípulos” y para reconocer que Dios ha realizado grandes cosas en ellos.

Así mismo, Cristo, antes de su pasión y muerte, habla de paz y anima a los apóstoles a no preocuparse ni sentir miedo. Nada ni nadie le va a impedir a él llevar a cabo su misión de amor. — Nadie tampoco nos va a arrebatar a nosotros la paz interior, la serenidad y la libertad,  si estamos unidos a Dios en el amor.

• Tú, que nos dejas y nos das la paz. Señor, ten piedad.
• Tú, que actúas como el Padre te ha ordenado. Cristo, ten piedad.
• Tú, cuyo gobierno va de edad en edad. Señor, ten piedad.

Oración colecta
OH, Dios, que en la resurrección de Cristo
nos has renovado para la vida eterna,
concede a tu pueblo la firmeza de la fe y de la esperanza,
para que nunca dudemos del cumplimiento de las promesas
que hemos conocido siendo tú el autor.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Jesucristo es nuestra paz e intercede por nosotros ante el Padre.

1.- Para que el Señor nos conserve a todos los cristianos en la comunión de su Iglesia. Oremos.

2.- Para que dé confianza y ánimo a los que dudan, vacilan y se cansan. Oremos.

3.- Para que ilumine con su Espíritu a los que sirven a la Iglesia y al mundo con el estudio y la ciencia. Oremos.

4.- Para que conceda su paz a los hombres y a las naciones. Oremos.

Te lo pedimos, Padre, en nombre de tu Hijo, Señor nuestro, que vive contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante,
y a quien diste motivo de tanto gozo
concédele disfrutar de la alegría eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio pascual

Antífona de comunión          Rom 6, 8

Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Aleluya.

Oración después de la comunión
MIRA, Señor, con bondad a tu pueblo
y, ya que has querido renovarlo
con estos sacramentos de vida eterna,
concédele llegar a la incorruptible resurrección
de la carne que habrá de ser glorificada.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
CONCEDE, Señor Dios,
a tus fieles encontrar seguridad y riqueza
en la abundancia de tus misericordias y haz que,
protegidos con tu bendición,
se mantengan en continua acción de gracias
y te bendigan rebosantes de alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor.