Lectio Divina – Martes XXIII de Tiempo Ordinario

Se pasó la noche en la oración de Dios

1.- Oración introductoria.

Señor, me encanta ese trozo del evangelio donde dice que “la gente quería tocarte”. Has rezado en la noche, has llamado a los doce, has bajado del monte y has curado a todos, incluso a los no judíos, los de Tiro y Sidón… ¿Quién no querrá tocar a una persona como Tú? ¿Quién no se sentiría feliz después de un abrazo tuyo?  Pero no envidiemos a los que vivieron entonces. Hoy, en cada comunión, puedo abrazarle, estrecharle, comerle a besos. ¿Quién me lo impide?

2.-Lectura reposada del evangelio: Lucas 6, 12-19

Sucedió que por aquellos días se fue Jesús al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Me impresiona el hecho de que Jesús, antes de llamar a los doce, se pase toda una noche orando. ¡Con qué seriedad toma Jesús las cosas!  Y lo que hace en la noche es dialogar con el Padre y “barajar con Él los nombres de los que iba a elegir”. Ala mañana siguiente, todos esos nombres le sonaban muy bien. El trabajo ya estaba hecho. Sólo quedaba encontrarse con las personas concretas y decirles:

 Simón, Andrés, Santiago, Juan… ¡Venid conmigo!  Lo que hizo Jesús con los doce es lo que hace con todos los elegidos. Es hermoso pensar que mi vocación se debe a un diálogo maravilloso que ha tenido Jesús con el Padre acerca de mí. La vocación es algo muy personal. Por eso, la obra que a mí se me ha encomendado debe ser también delicada, fina, artesanal. Con cada una de las personas con las que yo me encuentre en mi vida pastoral debo darle un trato exquisito. “Bajó del monte y se detuvo en un paraje llano”. Y en ese llano estaba el pueblo con sus problemas, sus preocupaciones, sus enfermedades. Y a todos atendía, a todos escuchaba, a todos los curaba. ¡Qué bien se hacen las cosas “en el llano” cuando antes uno ha subido a la montaña!

Palabra del Papa

“Cuando las decisiones se convierten en algo urgente y complejo, su oración se hace cada vez más larga e intensa. En la inminente elección de los Doce Apóstoles, por ejemplo, Lucas destaca la duración de la oración preparatoria de Jesús: «En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles». Observando la oración de Jesús, deben surgirnos diversas preguntas: ¿Cómo rezo yo? ¿Cómo rezamos nosotros? ¿Qué tiempo dedicamos a la relación con Dios? ¿Es suficiente la educación y formación a la oración actualmente? ¿Quién nos puede enseñar? […] Escuchar, meditar, callar ante el Señor que habla, es un arte que se aprende practicándolo con constancia. Ciertamente, la oración es un don que exige, sin embargo, el ser acogido; es una obra de Dios, pero que exige compromiso y continuidad por nuestra parte, sobre todo la continuidad y la constancia son importantes”. Benedicto XVI, 30 de noviembre de 2011.

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Guardo silencio)

5.-Propósito.  Buscaré en este día un rincón de intimidad con el Señor para darle gracias porque mi vocación ha sido objeto de un diálogo de Jesús con el Padre en la noche.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Gracias, Señor, por la oración de este evangelio tan bonito y tan interesante. Tú nunca hacías nada sin antes haberlo consultado con el Padre. ¿Y por qué yo hago tantas cosas sin contar contigo? Haz que no sea tan orgulloso, tan prepotente y te pida consejo. Así evitaré tantos fracasos. Méteme en mi cabeza aquello que dijiste a tus discípulos: “Sin Mí no podéis hacer nada” (Juan 15, 5).

ORACIÓN POR LA PAZ

Señor Jesús, ten piedad de nosotros y concédenos la paz y la unidad, no permitas que nos soltemos de tus manos y danos un corazón capaz de amar como tú nos amas. María Madre nuestra, auxílianos en estas difíciles horas de la tribulación, se nuestra fuerza y consuelo. Cúbrenos con tu manto y que la sangre de tu bendito Hijo nos proteja de todo mal.

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Comentario – Martes XXIII de Tiempo Ordinario

Lc 6, 12-19

En aquel entonces se fue a la montaña a orar y se pasó la noche orando a Dios.

Toda la noche…

Procuro estar un buen rato contemplando a Jesús orando. Once veces… en su evangelio, Lucas hablará de la «oración» de Jesús.

3, 21— El día de su bautismo en el Jordán por Juan Bautista…

5, 16— Cuando grandes muchedumbres se reúnen para oírle y pedirle curación…

6, 12 — La víspera del día que eligió a sus apóstoles…

9, 18 — Inmediatamente antes de pedir a Pedro su «confesión de Fe» en Cesárea…

9, 28 — En la montaña de la transfiguración, muy poco antes de anunciar su muerte…

10, 21 — A l regreso de los discípulos de la primera misión que hicieron ellos solos…

11, 1 —Inmediatamente antes de enseñar el «Padre nuestro» a sus discípulos.

22, 32— Antes de la Pasión para que no desfalleciera la fe de Pedro…

22, 41— Durante su agonía en el huerto de Getsemaní, de noche…

23, 34 — Mientras era crucificado, para pedir el perdón de sus verdugos.

23, 46 — En el último segundo antes de entregar su alma en las manos del Padre…

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a «doce» de ellos…

He aquí pues, el objetivo de su oración de toda la noche: ¡ su Iglesia! El proyecto que hoy dura todavía.

Esta institución de los Doce es un instante solemne para la historia de la humanidad. ¡Jesús no les dio la investidura más que al término de una noche entera de oración!

Jesús no es un rabino ordinario, uno de esos maestros que se rodean de algunos discípulos. Jesús es consciente de tener que representar un papel extraordinario en el mundo, en nombre del Señor. Lo que hace es una obra divina. Jesús no la lanza a la historia más que en unión con su Padre. Yo también, HOY, en unión con Jesús, ruego por la Iglesia. ¿Cuál es mi amor y mi fidelidad a los obispos y al Papa?

A los que nombró «apóstoles».

Lucas es el único a mencionar que el mismo Jesús les dio ese nombre… Apostoloi en griego. El término castellano «apóstoles» es una especie de plagio, o de traducción desafortunada del griego; y en el lenguaje castellano corriente evoca algo así como a un propagandista, un hombre celoso, un hincha de su causa, que trata de que otros la compartan. .. Ahora bien, ese no es el sentido primario del término griego: el término «apostoloi» apunta a «enviados por alguien». Tendría que traducirse por «les dio el nombre de enviados». Porque lo primario no es la relación entre el apóstol y aquellos a quienes se dirige sino la relación del «enviado» con Aquel que le «envía». Lo esencial es la «misión».

Ser apóstol es depender de Jesús… es ser enviado por El… es ser su portavoz… es ser fiel a la obra que nos pide que llevemos a cabo.

¿Soy apóstol, en mi ambiente, en mi familia, en mi trabajo, en mi Oración? ¿Soy consciente de que Jesús espera algo de mí, y me envía?

El verdadero apóstol no acapara, no atrae hacia sí mismo… sino que orienta hacia el encuentro personal con Jesús.

Simón, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, Simón el Zelote, Judas y Judas Iscariote, que fue el traidor.

A pesar de la oración de una noche entera… a pesar del buen discernimiento de Jesús… a pesar de los tres años de formación por Jesús en persona… «uno de ellos fue un traidor». Misterio de la libertad humana.

Noel Quesson
Evangelios 1

Música – Domingo XXIV de Tiempo Ordinario

Entrada:  Gloria a Dios para siempre (Apéndice)  CLN A-15; El Señor nos llama  CLN A5; Reunidos en el nombre del Señor CLN A9; En medio de nosotros CLN A6.
Introito en latin: Da pacem Domine
Salmo y Aleluya: Me pondré en camino adonde está mi padre  (Propio)
Creo: 1CLN-F2.
Ofertorio: Acepta, Señor, el vino y el pan (Cantos varios)  
Comunión: Gustad y ved qué bueno es el Señor CLN 035; El Señor  es mi pastor (Cantos varios); El pan que compartimos (Cantos varios)  Ubi caritas CLN151
Final: Loado mi Señor 74-75 (Liturgia de las Horas).

Oración de los fieles – Domingo XXIV de Tiempo Ordinario

Con fe, presentemos al Padre misericordioso nuestras peticiones, con la confianza de que serán escuchadas. Oremos diciendo:

ESCÚCHANOS, PADRE.

1.- Por la Iglesia, llamada a ser en medio del mundo testimonio y reflejo de la misericordia de Dios. OREMOS:

2.- Por los cristianos que están comprometidos en la acción política y en las actividades sociales. OREMOS:

3.- Por los niños y los jóvenes que comienzan ahora el curso escolar, y por sus maestros y profesores. OREMOS:

4.- Por las parejas que están esperando un hijo. OREMOS:

5.- Por los padres y madres que tienen hijos adoptados o acogidos. OREMOS:

6.- Por nosotros, y por todas aquellas personas que hoy queremos recordar en esta celebración de la Eucaristía. OREMOS

Padre del amor, Dios fiel, que has derramado tu Espíritu sobre toda la tierra, escucha nuestra oración y condúcenos por el camino de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor

Comentario al evangelio – Martes XXIII de Tiempo Ordinario

¿Eligió bien Jesús?

Hay veces en las que he rezado mucho antes de tomar ciertas decisiones que más importaban, sólo para darme cuenta después de que me han «salido el tiro por la culata» y me han dejado preguntándome si tomé mis decisiones correctamente. Estoy seguro de que tú también habrás tenido experiencias similares. El pasaje de hoy debería tranquilizarnos. Incluso la propia decisión de Jesús de elegir a los apóstoles, tomada después de toda una noche de oración, parece que le salió el tiro por la culata con la elección de Judas. En nuestro «sentido común» nos preguntamos si Jesús no podría haber elegido mejor. Sin embargo, en el «sentido evangélico», sabemos que todo formaba parte del gran designio de Dios, y que las decisiones de Jesús, a las que llegó tras horas de oración, estaban perfectamente alineadas con la voluntad de Dios. Esto debe consolarnos: si hemos llegado a decisiones después de esfuerzos sinceros por discernir la voluntad de Dios y horas de oración, incluso cuando son aparentemente desastrosas, podemos estar seguros de que nuestras decisiones están a salvo dentro del gran diseño de Dios.

Paulson Veliyannoor, CMF

Meditación – Martes XXIII de Tiempo Ordinario

Hoy es martes XXIII de Tiempo Ordinario.

La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 6, 12-19):

En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

En el capítulo 5 del tercer evangelio, Lucas ha mostrado a sus oyentes el modelo de llamada que Jesús hace a sus discípulos y a quienes ha llamado a su seguimiento. Personas corrientes con trabajos y tareas diferentes, con personalidades opuestas, incluso con vidas morales que pueden tacharse de poco honradas. El capítulo finaliza con la novedad que trae Jesús, la imposibilidad de acogerla en modelos antiguos, “viejos”, y la necesidad de odres nuevos para escucharla y vivirla.

El evangelio de hoy, capítulo 6, muestra a un grupo amplio de discípulos que acompañan a Jesús. El Maestro va a elegir a un número más reducido que vayan con él en su camino hasta la cruz y así prepararlos para el momento en el que también ellos tengan que asumir el proyecto y el destino de Jesús.

Al igual que Dios llamó y eligió a Moisés en lo alto del Sinaí, de la misma manera que el Señor se reveló a Elías en el Horeb, así Jesús después de pasar en oración, en intimidad con el Padre, toda la noche en la montaña, desde ese lugar va a escoger a un grupo de sus discípulos. Una llamada que de nuevo espera una respuesta. De todos los que le siguen, solo Doce van a recibir una segunda llamada, algunos con un nombre nuevo para una misión concreta: ser apóstoles, enviados a continuar la buena nueva del Reino de Dios y evangelizar a todos los pueblos.

Algunos de los elegidos ya han sido presentados en el evangelio, como Simón, al que Jesús puso de nombre Pedro, piedra, la persona de referencia entre los discípulos. Cuando el Maestro no esté, él deberá aglutinar y unir a la comunidad cristiana. También Andrés, su hermano que le ha llevado hasta Jesús. Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo que intimaron con el Señor y decidieron dejarlo todo, por él; y el último de los doce, Judas Iscariote, que fue el traidor. Estos doce apóstoles tienen también un significado y sentido teológico: ellos van a garantizar el futuro de la misión y del camino que recorrerá la Iglesia después de la resurrección de Jesús.

Después de la elección, el Maestro y sus discípulos bajan del monte al llano, al camino de la vida, al encuentro con el ser humano, sobre todo con aquellos que viven la fragilidad, la pobreza, la enfermedad, la miseria; todo aquel que necesita encuentros y cuidados sanadores y salvadores. Gente de la costa, del interior venían a escucharle y él les curaba de todas sus enfermedades. Todos ansían tocarlo para quedar sanos, la fuerza interior y exterior que emana la persona de Jesús libera a todo hombre y mujer de sus ataduras, físicas, psíquicas y éticas. Atreverse a tocar a Jesús, es penetrar en la dinámica de un Dios que sana nuestras heridas, rompe nuestras cadenas y nos invita continuamente a ser sus apóstoles y a anunciar el Reino en clave de gracia y salvación. ¿me siento llamado/a a ser apóstol? ¿Qué implica en mi vida?

Hna. Carmen Román Martínez O.P.

Liturgia – Martes XXIII de Tiempo Ordinario

MARTES DE LA XXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria

Misa de la feria (verde)

Misal: Cualquier formulario permitido. Prefacio común.

Leccionario: Vol. III-par

  • 1Cor 6, 1-11. Un hermano tiene que estar en pleito con otro y además entre gentiles.
  • Sal 149. El Señor ama a su pueblo.
  • Lc 6, 12-19. Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles.

Antífona de entrada             Cf. Jn 15, 16
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, dice el Señor.

Monición de entrada y acto penitencial
Conmemoramos hoy a los santos apóstoles, elegidos por Cristo, enviados suyos al mundo entero. Ellos son los continuadores inmediatos de la obra de Cristo. Sobre ellos se fundamenta la Iglesia, como un edificio sobre sus cimientos. Por esto, la Iglesia es esencialmente apostólica, porque vive de la fe que ellos predicaron y del testimonio que ellos dieron. Ellos recibieron del Señor el mandato de celebrar la eucaristía en conmemoración suya y hoy lo seguimos cumpliendo en la Iglesia por el ministerio de sus sucesores, los obispos, y sus colaboradores, los sacerdotes.

Yo confieso…

Oración colecta
EXULTE siempre, Señor, tu Iglesia,
al celebrar constantemente a los santos apóstoles,
para que se deje guiar por estos pastores cuya doctrina
y méritos la llenan de alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles
Hermanos, edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo:

1.- Por la Iglesia, edificada sobre el cimiento de los apóstoles, a quienes el Cristo resucitado quiso manifestarse en primer lugar. Roguemos al Señor.

2.- Por el papa, que desde su sede romana preside en la caridad a toda la Iglesia y confirma en la fe a sus hermanos, y por todos los obispos que guían a las Iglesias extendidas por todo el mundo. Roguemos al Señor.

3.- Por todos aquellos que aún no conocen la Buena Noticia del Evangelio, por los que sufren el hambre, la pobreza y la enfermedad. Roguemos al Señor.

4.- Por cuantos participamos en esta eucaristía, llamados a crecer hasta la plenitud de Cristo. Roguemos al Señor.

Dios todopoderoso, por intercesión de tus apóstoles, no permitas que seamos turbados por ningún peligro, tú, que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
SEÑOR,
infunde en nosotros tu Espíritu Santo
que derramaste con abundancia sobre los Apóstoles,
para que conozcamos los dones que por ellos nos entregaste
y ofrezcamos dignamente a tu gloria este sacrificio de alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Cf. Mt 19, 28
Vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel, dice el Señor.

Oración después de la comunión
OH Dios,
haz que perseveremos con alegría y sencillez de corazón
en la doctrina de los apóstoles,
comulgando en la fracción del pan y en las oraciones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.