El Señor es la defensa de mi vida
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, tú que eres nuestro Amigo, tú que estás siempre cerca de nosotros: abre mi mente y mi corazón para que Dios por medio de su Palabra penetre en mí el mensaje de Salvación.
Lectura. Mateo capítulo 2, versículos 13 al 18:
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos, es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).
Indicaciones para la lectura:
Una vez desaparecido el motivo que provocó la huida, Jesús inicia un nuevo y definitivo éxodo que pasa por el bautismo del Jordán y las tentaciones en el desierto. De este modo, Mateo relaciona el inicio de la vida de Jesús con los comienzos del pueblo de Israel, haciéndose eco de las esperanzas de los profetas que veían en el nuevo éxodo el anuncio de la salvación definitiva.
Meditación:
“El derecho humano fundamental, el presupuesto de todos los demás derechos, es el derecho a la vida misma. Esto vale para la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. En consecuencia, el aborto no puede ser un derecho humano; es exactamente lo opuesto. Es una “profunda herida social”… Al afirmar esto, no expreso solamente una preocupación de la Iglesia.
Más bien, quiero actuar como abogado de una petición profundamente humana y portavoz de los niños por nacer, que no tienen voz. No cierro los ojos ante los problemas y los conflictos que experimentan muchas mujeres, y soy consciente de que la credibilidad de mis palabras depende también de lo que la Iglesia misma hace para ayudar a las mujeres que atraviesan dificultades.
Pero todo ello no servirá de nada si no logramos crear nuevamente en nuestros países un clima de alegría y confianza en la vida, en el que los niños no sean considerados una carga, sino un don para todos. (Palabras de Benedicto XVI, en un discurso en Australia)
Oración:
Señor, ante la persecución de Herodes, fuiste protegido por José, ahora te pido me hagas sentir tu protección para no quedarme caído por el egoísmo, por mis pecados, sino que me levante y con el amor que me has brindado busque ayudar a mis hermanos que sufren la persecución.
Contemplación:
La Iglesia en América Latina y El Caribe, a pesar de las deficiencias y ambigüedades de algunos de sus miembros, ha dado testimonio de Cristo, anunciado su Evangelio y brindado su servicio de caridad particularmente a los más pobres, en el esfuerzo por promover su dignidad, y también en el empeño de promoción humana en los campos de la salud, economía solidaria, educación… (Documento de Aparecida numeral 98).
Oración final:
Jesús mío, a muchos escandaliza la reacción de Herodes al matar a tantos inocentes. Tristemente hoy, en nuestra sociedad marcada por la cultura de la muerte, ocurre lo mismo. Pocos reaccionan ante la muerte injusta de millones de niños en el vientre de su propia madre. Ayúdame a defender siempre la vida, que haga lo que me toca hacer: orar por las madres que han perdido el sentido de su maternidad, orar por los gobernantes que aprueban estos homicidios para que sepan descubrir el valor y la dignidad de cada persona.
Propósito:
En este día voy a hacer una obra de caridad con un niño necesitado, sobre todo de amor y defensa.