Liturgia – Miércoles VI de Tiempo Ordinario

MIÉRCOLES DE LA VI SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO, feria

Misa de la feria (verde).

Misal: Cualquier formulario permitido, Prefacio común.

Leccionario: Vol. III-impar.

  • Gen 8, 6.13. 20-22. Miró y vio que la superficie del suelo estaba seca.
  • Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
  • Mc 8, 22-26. El ciego estaba curado y veía todo con claridad.

Antífona de entrada          Cf. Ef 1, 9.10
Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Monición de entrada y acto penitencial
Hoy nos vamos a hacer eco, en la celebración de la Eucaristía, del grito de dolor de todos los enfermos, y vamos a pedir al Señor que les dé esperanza, consuelo, paciencia, y que les haga comprender la gran eficacia redentora de sus sufrimientos, unidos a los de Cristo en su pasión.

Y ahora, para celebrar dignamente la Eucaristía, comencemos por reconocer con humildad todos nuestros pecados.

• Tú que pasaste curando a los enfermos y haciendo el bien. Señor, ten piedad.
• Tú que te compadeces del dolor de los hombres. Cristo, ten piedad.
• Tú que has sufrido en tus carnes como nosotros. Señor, ten piedad.

Oración colecta
OH Dios,
que has dispuesto con admirable providencia
que el reino de Cristo se extienda por toda la tierra
y que todos los hombres participen de la redención salvadora,
concédenos que tu Iglesia sea sacramento de salvación universal,
y se manifieste a todos los hombres el que es esperanza
y Salvador de los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Reflexión
El relato de la curación del ciego de Betsaida –exclusivo de san Marcos– tiene varias semejanzas con el realizado por Jesús en favor del sordomudo de la Decápolis (Cfr. Mc 7, 31-37). Pero en este único caso la sanación es gradual y no instantánea. Solamente después de la segunda imposición de manos, el que antes era ciego ve todo con claridad. Finalmente, Jesús le recomienda el habitual silencio. En este gesto tan peculiar las comunidades apostólicas descubrieron un rasgo litúrgico-sacramental, reflejado luego en el progresivo itinerario de la iniciación cristiana de los catecúmenos.

Oración de los fieles
Presentemos ahora con toda confianza nuestras peticiones al Padre del cielo.

1.- Por la Iglesia, por el Papa, los obispos y los sacerdotes, por las comunidades de cristianos en todo el mundo. Roguemos al Señor.

2.- Por el aumento de vocaciones a los diferentes estados de la vida cristiana, sobre todo a la vocación sacerdotal y religiosa. Roguemos al Señor.

3.- Por todas las naciones, por sus gobernantes y políticos, por los que de distintos modos trabajan por la justicia, la libertad y la paz. Roguemos al Señor.

4.- Por los pobres, por los enfermos, por los que más sufren las consecuencias de la crisis económica, de la violencia y de la injusticia. Roguemos al Señor.

5.- Por los que celebramos esta Eucaristía, y por nuestros familiares, amigos y conocidos. Roguemos al Señor.

Atiende Padre la oración suplicante de tu Iglesia, y danos la luz del Espíritu Santo para empapar nuestro corazón en las enseñanzas del Evangelio. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
DIOS misericordioso,
mira complacido las ofrendas del pueblo que te está consagrado,
y, por la eficacia de este sacramento,
haz que la muchedumbre de los creyentes en ti
sea estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión          Ap 22, 17. 20
El Espíritu y la esposa dicen: «Ven. Amén. Ven, Señor Jesús»

Oración después de la comunión
OH, Dios,
que alimentas y fortaleces abundantemente a la Iglesia con tus sacramentos,
concede a cuantos hemos sido saciados en la mesa celestial que,
siguiendo las enseñanzas de tu amor,
seamos fermento de vida e instrumento de salvación en la convivencia humana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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